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viernes, 19 de agosto de 2016

El alto costo de los nuevos medicamentos


Por qué el gobierno debe negociar un mejor trato para la investigación financiada con fondos públicos

Mazzucato Mariana
BMJ 2016; 354 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.i4136 (publicado el 27 de julio de 2016) 


La investigación realizada por el British Medical Journal y las universidades de Cambridge y Bath sobre la disponibilidad de medicamentos de vanguardia para la hepatitis C plantea cuestiones importantes para el NHS Inglaterra sobre el acceso a medicamentos que salvan vidas.1 Sin embargo, la cuestión principal es por qué los medicamentos son tan caros en primer lugar. La estrategia de precios del  sofosbuvir (Sovaldi) y ledipasvir-sofosbuvir (Harvoni) de Gilead plantea cuestiones que van mucho más allá del Reino Unido.

La investigación del BMJ es sólo un ejemplo de un problema más general. ¿Cuál es el precio justo a pagar por un medicamento en particular, y cómo se debe determinar?


La innovación farmacéutica debería estructurarse de manera que se centre en las necesidades insatisfechas de salud a nivel mundial y ofrezca avances terapéuticos que sean asequibles y accesibles para todos,2 no sólo rentables para los fabricantes. Esto requiere un enfoque que dirija el esfuerzo hacia las innovaciones terapéuticas en lugar de fármacos "yo también", y una estructura de financiación y fijación de precios que sea transparente, centrada en el acceso, y refleje la inversión colectiva y la asunción de riesgos involucrados.

Las compañías farmacéuticas han ignorado a menudo el elemento colectivo de la innovación, argumentando que su inversión en investigación y desarrollo justifica los precios extraordinariamente altos de algunos medicamentos, a pesar de que se niegan a dar transparencia a sus costos. La Iniciativa de Fármacos para Enfermedades Olvidadas ha documentado costos de desarrollo de fármacos mucho más bajos,3,4 y varios autores han demostrado el grado en que las inversiones financiadas por los contribuyentes subsidian esos costes.5 Sólo en los EE.UU., los contribuyentes financian US$ 32 mil millones anuales de gastos de investigación y desarrollo canalizados a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).6

Sofosbuvir y ledipasvir, los dos fármacos en los que se basa la investigación del BMJ, se apoyaron en investigaciones previas financiadas por los NIH y la Administración de Veteranos.7 Las ventas de los dos fármacos representaron alrededor de US$ 12 mil millones en el 2014,8 muy por encima de los US$ 880,3 millones que Gilead informó por los ensayos clínicos relacionados con sofosbuvir entre 2012 y 2014,7 mostrando una completa desconexión entre el precio y los costos de desarrollo.

En la medida en que los precios altos son difíciles de justificar sobre la base de los costos de investigación y desarrollo, las compañías farmacéuticas han acudido a una línea diferente de defensa: argumentan que sus precios son proporcionales al valor intrínseco de las drogas, es decir, los costes para la sociedad si la enfermedad no fuera tratada, o si se tratara con el segundo mejor tratamiento disponible. "El precio es el debate equivocado", declaró el vicepresidente ejecutivo de Gilead, Gregg Alton, respondiendo a las críticas sobre el precio de sofosbuvir, "el tema debe ser el valor ".9

Sin embargo, no existe una relación consistente entre el precio de un medicamento y el beneficio médico asociado.10 Un estudio publicado en 2015 en el Journal of Economic Perspectives que examina una muestra de 58 medicamentos contra el cáncer aprobados en los EE.UU. entre 1995 y 2013, muestra que la tendencia al aumento del precio de estos medicamentos no se explica por los beneficios de supervivencia que brindan a los pacientes. Más de dos tercios de los nuevos medicamentos que llegan al mercado no representan ningún avance terapéutico para los pacientes, con muchas patentes basadas en volver a barajar viejas combinaciones o en usos adicionales para las ya existentes.11

Un sistema de fijación de precios eficaz debe garantizar la accesibilidad, pero también reflejar la contribución pública para que los contribuyentes no paguen dos veces, por la investigación financiada con fondos públicos y por medicamentos con alto precio. En un sistema de este tipo, el precio de los medicamentos no necesita ser mucho más altos que los costos de fabricación. Podríamos, por ejemplo, limitar las patentes de nuevos medicamentos (la fuente actual de beneficios de las empresas) y en su lugar establecer un sistema de premios competitivo que premie la innovación farmacéutica con objetivos bien definidos. Esto permitiría el acceso generalizado a los medicamentos a precios competitivos a través de los genéricos, mientras empuja a las compañías farmacéuticas para que enfoquen su energía en el hallazgo de innovaciones que atiendan a la necesidad médica real. En cualquier caso, el patentamiento no debe ser tan “corriente arriba” como para afectar la investigación científica, y deben seguir siendo relativamente estrecho a fin de no clausurar los descubrimientos futuros en torno a un área terapéutica.12 En otras palabras, deben fomentar la innovación, no sofocarla.

Es importante destacar que la fijación de precios de medicamentos debe ser totalmente transparente, por lo que los gobiernos puedan negociar para obtener un mejor valor en nombre de sus poblaciones. Los proveedores de fondos públicos podrían, por ejemplo, retener la parte del león de los derechos de propiedad intelectual (patentes) producidos por investigación pública para que los efectos indirectos a través de licencias se pueden gestionar mejor para fomentar la difusión, y los gobiernos podrían asegurar que los precios de los nuevos medicamentos reflejen la carga de riesgo financiero pagado por el contribuyente. En los EE.UU., la Ley Bayh-Dole de 1980 que permite que la investigación financiada con fondos públicos pueda ser patentada incluye una cláusula que permite al gobierno limitar los precios de los medicamentos que son financiados en gran parte con fondos públicos. El gobierno de Estados Unidos nunca ha ejercido este derecho, a pesar de peticiones repetidas.13
El debate internacional sobre precios de los medicamentos no sostenibles, incluidos los de los fármacos para la hepatitis C, nos presenta una oportunidad para repensar el ecosistema de la innovación terapéutica- la dirección y la accesibilidad de los medicamentos que resulta. Al darse cuenta de que el gobierno tiene poder para dar forma activa y crear mercados, y no sólo permanecer al margen, arreglando los están quebrados, especialmente en el área de la salud que está fuertemente subvencionado por el público, es el primer paso importante para alcanzar un mejor trato.14,15

Referencias

1.    Gornall J, Hoey A, Ozieranski P. Can the NHS swallow high cost cures for hepatitis C?BMJ2016;354:i4117. FREE Full Text
2.    Toreele E. US Open Society Foundation ssubmission to UN access to medicines hearing. 2016. http://www.unsgaccessmeds.org/inbox/2016/2/28/els-torreele
3.    DiMasi JA, Grabowski HGR. D costs and returns to new drug development: a review of the evidence. In: Danzon PM, Nicholson S, eds. Oxford handbook of the economics of the biopharmaceutical industry. Oxford University Press, 2012: 21-46 doi:10.1093/oxfordhb/9780199742998.013.0002.
4.    Drugs for Neglected Diseases Initiative. An Innovative Approach to R&D for neglected patients ten years of experience & lessons learned by DNDi. 2014. http://www.dndi.org/images/stories/pdf_aboutDNDi/DNDiModel/DNDi_Modelpaper_2013.pdf.
5.    Kantarjian H, Rajkumar SV. Why are cáncer drugs so expensive in the United States, and what are the solutions? Mayo Clin Proc2015;90:500-4. doi:10.1016/j.mayocp.2015.01.014pmid:25792242. CrossRefMedline
6.    National Institutes of Health. History of congressional appropriations, fiscal years 2000-2016. https://officeofbudget.od.nih.gov/pdfs/FY16/Approp%20History%20by%20IC%20FY%202000%20-%20FY%202016.pdf
7.    Roy V, King L. Betting on hepatitis C: how financial speculation in drug development influences access to medicines. BMJ 2016;354:i3718. FREE Full Text
8.    Gilead Sciences. Fourth quarter and full year results for 2014. Press release, Feb 2015. http://www.gilead.com/news/press-releases/2015/2/gilead-sciences-announces-fourth-quarter-and-full-year-2014-financial-results
9.    Barrett P, LangrethR. Pharma execs don’t know why anyone is upset by a $94,500 miracle cure. Bloomberg Business week 2015 Jun 3.
10.Hilner BE, Smith TJ. Efficacy does not necessarily translate to costeffectiveness: a case study in the challenges associated with 21st-century cáncer drug prices. J Clin Oncol 2009;27:2111-3.
11.Angell M. The truth about drug companies. Random House, 2004.
12.Mazzoleni R, Nelson RR. The benefits and costs of strong patent protection: a contribution to th ecurrent debate. Res Policy1998;27:273-84doi:10.1016/S0048-7333(98)00048-1. CrossRef
13.Knowledge Ecology International. 2016 Xtandipetition.http://keionline.org/xtandi
14.Mazzucato M. From market fixing to market-creating: a new framework for innovation policy. Ind Innov2016;23doi:10.1080/13662716.2016.1146124.
15.Mazzucato M. The entrepreneurial state: debunking public vs. private sector myths. Anthem Press, 2015.

lunes, 1 de agosto de 2016

Australian Prescriber 39(4) agosto de 2016


NPS, 1 de agosto de 2016

 Contenido




Articulos
Sinusitis aguda y dolor de garganta en la atención primaria Chris Del Mar
Gestión de la gota Andrew Finch
Caracterízación
Fármacos Top 10. Los 10 Fármacos más subsidiados del Año Julio 2014 - Junio de 2015.

Editoriales
La mejora de la transparencia en la industria farmacéutica Deborah Monk
La transparencia es buena, la independencia de la industria farmacéutica es mejor! Agnes Vitry

Articulos
Gestión de los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia Stephen Macfarlane
Prescripción de psicofármacos a los adultos con discapacidad intelectual Julian N Trollor
Rituximab en las enfermedades autoinmunes Katrina L Randall

Cartas al editor
Problemas menstruales en las mujeres con discapacidad intelectual shrishti Dutta
Percances médicos
Hiperpotasemia crítica inducida por trimetoprima Alice Kennard

Nuevos fármacos
Nivolumab para el melanoma, cáncer de pulmón de células no microcítico
Paritaprevir / ritonavir / ombitasvir más dasabuvir / con ribavirina para la hepatitis C crónica
 

Número completo Aust Prescr 2016;39:4
en http://bit.ly/2aHOIzi

sábado, 16 de julio de 2016

Cuestionan el sistema de patentes para la fijación de precios de los medicamentos

es Fernando Lamata, miembro del Panel de Expertos de la Comisión Europea,

José Manuel Lozano,Acta Sanitaria, 15  de julio de 2016

fernando_lamata

Con motivo de su participación este jueves en Bruselas en el seminario ‘Opciones de la Unión Europea (UE) para mejorar el acceso a los medicamentos‘, encuentro organizado por el Parlamento Europeo, Acta Sanitaria ha conversado con Fernando Lamata, miembro del Panel de Expertos de la Comisión Europea, quien asegura que “los actuales sistemas de fijación de precios basados en patentes fuerzan a negociar unos precios muy altos” en medicamentos. Ante esta coyuntura, el exconsejero de Sanidad de la Junta de Castilla-La Mancha propone varias soluciones, como que el precio de los fármacos no exceda del coste de la fabricación y de su investigación. De cualquier forma, reconoce que las probabilidades de que sus aportaciones sean estimadas son “bajas”.

Fernando Lamata
Fernando Lamata
Acta Sanitaria (AS).- ¿Debe modificarse el sistema de patentes de medicamentos y su fijación de precios en Europa?

Fernando Lamata (FL).- Bueno, en la presentación que hice yo, que se refería a los sistemas de fijación de precios y el acceso, lo que mostraba es cómo los actuales sistemas de fijación de precios basados en la patente fuerzan a negociar unos precios muy altos, muy por encima del coste de fabricación y del coste de investigación de los medicamentos y, en ese sentido, hay sobreprecios que pueden llegar a 1.000, 2.000, 5.000 y 6.000 por ciento por encima del coste de fabricación, incluyendo la I+D. En ese sentido, esos precios resultan inasequibles, precios de 50.000, 80.000 y 100.000 euros por tratamiento, hacen que sea muy difícil para un paciente el poder pagarlo personalmente, y es muy difícil también hacerlo para todos los pacientes que lo necesitan en un sistema de salud de financiación pública. Esto hace que se demore el acceso a los tratamientos o que, en algún caso, ni siquiera se puedan empezar, porque hay países europeos que no se lo pueden permitir por su renta más baja.
Hay países que tienen rentas más altas y pueden gastar para algunos de los pacientes que lo necesiten, pero hay algunos países, sobre todo países del este de Europa, como Bulgaria, Rumanía, Polonia y Hungría, que ni siquiera pueden plantearse incorporar algunos de estos tratamientos a la lista de medicamentos de financiación publica.
AS.- ¿Qué soluciones propone?
FL.- En este sentido, planteaba también algunas soluciones. En mi presentación, hacía ver cómo la patente se diseñó por los países para que las empresas pudieran recuperar los costes de investigación, pero no para otra cosa y, por lo tanto, es importante que conozcamos, que sean públicos los costes de fabricación de medicamentos y los costes que se han invertido en la investigación y desarrollo, eso es lo que debería recuperarse por la vía de la patente, nada más. Y, si se quisiera ganar más, entonces tendría que renunciarse a la patente para que hubiera libre competencia, libre competencia, en un mercado de competencia eficiente, hace bajar los precios cercanos al coste. Si hay protección de patente, que es un punto clave en este argumento, solamente debe recuperarse el coste, que es lo para que se creó, el coste de fabricación, más el coste en I+D, y el precio tendría que estar ajustado en esos términos. Medicamentos que ahora se están pagando en España a 15.000, 20.000 y 25.000 euros por tratamiento, deberían estar pagándose a 300 euros por tratamiento, y esto es lo que hace que el sistema salud europeo tenga una tensión fuerte, no se pueda acceder a los medicamentos para muchos pacientes, y que los sistemas estén pasando por dificultades y poniendo en riesgo la estabilidad.
AS.- ¿Entonces qué?
FL.- Por eso decía: calcular los precios en función de los costes. Y, en segundo lugar, si esto no se pudiera, los Gobiernos deberían hacer uso de las licencias obligatorias, es decir, permitir fabricar a otras empresas a precio de genérico. Y, finalmente, la solución a medio o largo plazo, la solución más completa, es que la financiación de la investigación de los medicamentos se realice directamente a través de fondos de financiación publica controlados por investigadores independientes y que el coste del medicamento sea sólo el de fabricación. Por lo tanto, serían medicamentos accesibles a precios de genérico.
De no poderse calcular los precios en función de los costes, los Gobiernos deberían hacer uso de las licencias obligatorias
AS.- ¿Están abusando las compañías farmacéuticas a través de las patentes?
FL.- Esa es la evidencia que nos dicen los datos, que un sistema de patentes es para recuperar la investigación. Por ejemplo, el caso del Senado de los Estados Unidos, en un informe muy importante demuestra que el coste de la investigación de sofosbuvir, según los datos acreditados por la empresa, había sido de alrededor de 950 millones de dólares. Bien, el coste de esa investigación se habría recuperado en el primer mes de ventas de ese medicamento, pues fueron unas ventas de más de 1.000 millones de dólares. Por supuesto, se habría superado en el primer año, con cerca de 10.000 millones; en el segundo año, otros 15.000, ya se vio una recuperación de 25.000 millones de dólares. Es evidente que la investigación ya se recuperó. Estamos hablando de una patente a 20 años, la patente ya debería ser retirada o, en caso contrario, hacer una licencia obligatoria, hacer que se pudiera fabricar el medicamento a precio de genérico. Esta iniciativa de fabricar un medicamento a precio de genérico ya está también sobre la mesa por un instituto de investigación sin ánimo de lucro. Este instituto ha iniciado un proceso de fabricación de un medicamento de acción directa contra el virus de la hepatitis C con un precio por debajo de los 300 euros el tratamiento, de manera que no estamos hablando de una utopía, estamos hablando de realidades.
“No se fijan los precios en relación con los costes, sino que se fijan por lo que llaman las empresas el precio por valor”
AS.- ¿Entonces, qué?
Hay, por un lado, digamos, una situación de precios que exceden por mucho la recuperación de los costes; no se fijan los precios en relación con los costes, sino que se fijan por lo que llaman las empresas el precio por valor, lo máximo que pueden conseguir que pague un paciente o un mercado, un sistema de salud; lo que puede aguantar el mercado. Entonces, ese máximo precio es el sistema de funcionamiento de patentes, cuando uno pide lo máximo posible pero, luego, la competencia hace que bajen el precio hasta cerca del coste. Este es el problema que planteó el Consejo de Ministros de la Unión Europea el pasado 17 de junio, dedicado a este asunto, el desequilibrio en el sistema de los medicamentos. Exige una respuesta, no es fácil, esta propuesta que yo hago no es una propuesta que sea compartida mayoritariamente por distintos agentes. Se mueren diariamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.000 personas por no poder acceder al tratamiento de la hepatitis C, otras tantas por no poder acceder a los tratamientos del cáncer. Son propuestas a título personal.
AS.- ¿Qué posibilidades hay de que se tomen en consideración sus aportaciones?
FL.- Bajas, bajas. Hay una probabilidad no nula, pero son bajas. Bajas probabilidades porque hay un discurso dominante, desde hace años, y potente en el sentido contrario. No olvidemos que los países de la Unión Europea líderes en la Farmaindustria europea dedican 40.000 millones de euros anuales a marketing. Es mucho dinero.
lamata 
AS.- ¿La situación que se produjo en relación con la hepatitis C y los fármacos de última generación tuvo algo de positivo? Es decir, ¿sirvió para hacer aún más notorio el problema del alto precio de los medicamentos nuevos?
FL.-  Sí, sin duda. Es bueno, primero, porque hay un medicamento, o ya un grupo de medicamentos, que tienen eficacia y están teniendo muy buenos resultados, eso es muy importante para muchos pacientes. Se han tratado ya más de 600.000 pacientes en el mundo, pero son 180 millones, según la OMS, los que están sin tratar. Es bueno que ya se haya tratado a ese 0,5 por ciento de pacientes. En segundo lugar, es bueno también que haya hecho reflexionar a los llamados países desarrollados. La escalada de precios de los últimos 10 años en medicamentos para el cáncer, para la esclerosis múltiple y para la hepatitis es detacable, es que no se puede comprar tampoco en los países desarrollados. El medicamento para la hepatitis C fue de repente una solución posible para, en el caso de España, según las estimaciones, 700.000 pacientes, y en el caso de Europa, entre siete y ocho millones de pacientes. Entonces, en países desarrollados, como Francia, Alemania, Inglaterra, España, Italia y Portugal, han visto que no podían dar solución a ese problema. Este ha sido el choque, el mismo que tuvieron países no desarrollados antes. Este problema, que ya afectaba a países pobres, por primera vez, de forma global, de forma masiva, ha afectado a países desarrollados. Esto ha sido una llamada de atención. Creo que, efectivamente, marca un antes y un después en el debate sobre precios de medicamentos en Europa y, en este caso, todavía queda mucho por analizar y discutir. Hay que discutir, yo lo que pido es una lista de los precios de fabricación de los 50 medicamentos más caros en España, y el Ministerio debería de tenerlos. Y, a partir de ahí, discutimos el precio de venta, sobre esa base.
AS.- ¿Puede agravarse la situación si se aprueba el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP)?
FL.- El TTIP tiene para la industria farmacéutica un enorme valor, lo dicen en sus declaraciones. La asociación de Farmaindustria de Estados Unidos dice que el TTIP puede ayudar a sostener el modelo de patentes, es clave para las organizaciones el que se refuerce ese modelo de patentes y el Tratado lo reforzaría. Precisamente lo que interesa a los ciudadanos y a los pacientes es rebajar esas barreras de acceso y hacer que los precios sean asequibles y sostenibles. Por lo tanto, el TTIP, si consolida el modelo de patentes de medicamentos, estaría retrasando las posibles soluciones, alejándolas, porque sería otra barrera a superar. Barreras importantes, no menores, que consolidarían este modelo injusto de fijación de precios que está haciendo que en España haya muchas personas con hepatitis que, en este momento, no pueden tener su tratamiento. El caso de la hepatitis es imparable, pero estamos hablando de otros muchos grupos de pacientes. El otro gran grupo, el que más gasto está originando, con precios exagerados, es el del cáncer.
original en http://www.actasanitaria.com/fernando-lamata/

lunes, 27 de junio de 2016

España: Los laboratorios publican desde hoy por primera vez sus pagos a médicos

Alberto Vigario, El Economista, 27 de junio de 2016


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Hoy, lunes 27 de junio de 2016, es un día histórico para la transparencia de los laboratorios farmacéuticos presentes en España. Por primera vez -en una iniciativa que se lleva a cabo en toda Europa- las compañías del sector adscritas a la patronal Farmaindustria comenzarán a publicar en sus páginas web la información detallada de todas las relaciones económicas que hayan mantenido durante el pasado año con los profesionales médicos en nuestro país. Los laboratorios tienen desde hoy y hasta el jueves para hacerlo, según las normas de la patronal.
Esta información debe incluir, según las directrices impuestas, todas las colaboraciones que supongan una transferencia de valor, como los gastos por desplazamientos a congresos médicos, o los pagos por conferencias. En total, habrá cuatro grandes conceptos: donaciones; actividades formativas y reuniones profesionales; prestación de servicios; e investigación y desarrollo.
Eso sí, de momento, en los dos primeros años, esta información se puede publicar de manera agregada, es decir, sin dar los datos económicos de cada uno de los profesionales. De todas formas, esto cambiará radicalmente a partir de 2018, fecha en la cual todos las cifras publicadas serán ofrecidas de manera individual. Las compañías farmacéuticas consideraban hasta ahora que para sacar a la luz estas transferencias de valor debían preguntar primero a cada médico su opinión y pedirle por escrito su consentimiento informado para hacerlo. Y en caso de no dar este consentimiento, el laboratorio sólo podría publicar este gasto de manera agregada y nunca de forma individual. 

Sin embargo, una consulta de Farmaindustria, la patronal de los laboratorios, a la Agencia Española de Protección de Datos dio una vuelta a esta situación. El organismo ha considerado apropiado, según la legislación europea de protección de datos, la publicación de estos datos sin la necesidad de esta aprobación previa. Eso sí, la advertencia de su publicación debe ser recogida en los contratos que firmen los médicos con la industria, por lo que sólo a partir del año que viene se podrá tener la información completa de manera individual.

http://www.eleconomista.es/sanidad/noticias/7665620/06/16/Los-laboratorios-destapan-desde-hoy-por-primera-vez-sus-pagos-a-medicos.html

martes, 24 de mayo de 2016

Desarrollo sostenible, en riesgo por altos precios de medicamentos: Minsalud

El Espectador, 23 Mayo 2016 


El ministro Alejandro Gaviria pidió a la OMS apoyar a los gobiernos en la promoción de la competencia y el uso racional de medicamentos, refiriéndose al caso del medicamento Imatinib.




Desarrollo sostenible, en riesgo por altos precios de medicamentos: Minsalud
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria alertó, durante la Asamblea Mundial de la Salud que se lleva a cabo en Ginebra (Suiza), sobre el riesgo que corre el desarrollo sostenible en Colombia por los altos precios de los medicamentos que hacen insostenible el sistema de salud en el país. (Lea: Novartis perdería exclusividad para fabricar Imatinib, medicamento para tratar el cáncer)
Puso como ejemplo el caso del Imatinib, medicamento de alto costo para tratar el cáncer que se encuentra en proceso de ser declarado como de interés público, luego de que fracasara un acuerdo entre el Ministerio y la multinacional Novartis para una reducción del precio del Glivec - bajo este nombre es vendido el Imatinib - por él que todos pagamos cerca de $400.000 millones en seis años. (Lea: Imatinib, un dilema de 3.200 pacientes)
“Quiero plantear, a partir de nuestra experiencia que los altos precios de los medicamentos y la presión tecnológica pueden poner en riesgo el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible y la construcción de equidad”, indicó Gaviria.
Los objetivos de desarrollo sostenible señalan que los Estados deben avanzar hacia la cobertura universal en salud, la protección contra los riesgos financieros, y el acceso a servicios, medicamentos y vacunas.
Por esta razón hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud para que apoye a la Nación y demás estados miembros en su búsqueda de la sostenibilidad de los sistemas de salud mediante instrumentos técnicos como la promoción de la competencia y el uso racional de medicamentos “para Colombia este apoyo es fundamental para garantizar el desarrollo sostenible”.
La apuesta del Gobierno es lograr con la declaratoria, que este medicamento que trata el cáncer llamado leucemia mieloide crónica (LMC) y lo padecen al menos 3.200 pacientes en el país, sea genérico y así más personas puedan acceder a este, debido a que por el alto costo las EPS han impuesto barreras para ofrecerlo. Y lastimosamente su salud depende de que tomen esa pastilla todos los días.
“El proceso –comentó el ministro– ha estado acompañado de un gran debate internacional y también, quiero decirlo claramente, de algunas presiones. A la luz de nuestra experiencia resulta claro que las flexibilidades (a los acuerdos sobre propiedad intelectual) existen en la teoría de los tratados y los pronunciamientos multilaterales. Pero en la práctica son difíciles de aplicar”, puntualizó Gaviria.


http://www.elespectador.com/noticias/salud/desarrollo-sostenible-riesgo-altos-precios-de-medicamen-articulo-633939

miércoles, 11 de mayo de 2016

Los laboratorios publicarán los pagos a médicos en España el día 30 de junio



Alberto Vigario,
elEconomista.es,  9 de mayo de 2016
 

Las farmacéuticas no costearán la formación de quien no acepte esta medida



Mc anas




Los laboratorios farmacéuticos presentes en España han iniciado un apuesta por la transparencia económica que tendrá su punto fuerte el próximo 30 de junio. Ese día, todas las compañías del sector farmacéutico adscritas a la patronal Farmaindustria publicarán en sus páginas web todas las relaciones económicas que hayan mantenido durante el pasado año 2015 con los profesionales médicos con los que colaboran en nuestro país.

Esto incluye todas las colaboraciones que supongan una transferencia de valor, como los gastos por desplazamientos a congresos médicos, o los pagos por conferencias. En total habrá cuatro grandes conceptos: donaciones; actividades formativas y reuniones profesionales; prestación de servicios; e investigación y desarrollo.

La medida -adelantada por elEconomista el pasado 7 de julio- tiene aún un frente abierto con los profesionales médicos. Las normas aprobadas este año por Farmaindustria permitían hasta ahora a las compañías hacer públicos estos pagos de dos maneras: de forma individualizada o agregada.

Cada laboratorio tenía el poder de decidir si publicaba el montante total de lo que invierte en formación de los profesionales o si optaba por dar luz verde al gasto que le supone cada médico, con nombre y apellidos, y sus distintos conceptos.

Ahora, una mayoría de los laboratorios se decanta por la segunda opción y quiere que la próxima asamblea general de la patronal, el 26 de mayo, apruebe el cambio para obligar ya este 30 de junio a hacer públicos los datos de manera individualizada. La medida iría incluso más allá y los laboratorios están dispuestos a de jar de colaborar en la formación de los médicos que se nieguen a ver sus transferencias publicadas.

Los laboratorios han dado este paso al conocer por la Agencia Española de Protección de Datos (AGPD) que la publicación de los datos de los médicos que colaboren con los laboratorios así como las cantidades que perciban es un acto legal, ya que su prestación de servicios debe ser entendida como un bien de interés general y, por tanto, susceptible de ser sometida a conocimiento público.

Original en 

http://bit.ly/23NoVF3





lunes, 2 de mayo de 2016

“La verdadera investigación no la hace la industria farmacéutica, se hace desde lo público”

ELENA VILLANUEVA / PORTAVOZ DE NO ES SANO

Gerardo Tecé, CTXT. Revista Contexto, 30 de Abril de 2016 

<p>Elena Villanueva.</p>
Elena Villanueva.


nota original en  http://bit.ly/1NiBg1Y

La escena la explicaba con una imagen muy cruda un médico, consciente de la situación: “Un día iremos por la calle y veremos a un señor desplomarse delante de nosotros, porque una bacteria, rutinaria años atrás, ha logrado vencer a los antibióticos, ya que a la industria farmacéutica no le resultó interesante económicamente invertir en esto”. Con la industria farmacéutica nos pasa como con el alcantarillado, sabemos que ese subsuelo es una zona necesaria de la realidad que nos rodea, pero a veces salen malos olores e intuimos que algo no va bien por ahí, sin llegar a entender del todo qué es eso que no funciona, en qué consiste. ¿Cómo respira y se alimenta ese gigantesco, poderoso y desconocido mundo que se mueve bajo –o más bien sobre-- nuestros sistemas de salud?
Para responder esas preguntas CTXT se dirige a Elena Villanueva Olivo, coordinadora de políticas de ISGlobal y portavoz de No Es Sano, una campaña coral que nace de la preocupación de varias organizaciones por sanear el modelo de innovación de los medicamentos, un bien público y de salud, en manos actualmente de los intereses económicos de la farmaindustria.


¿Cuánto cuesta la pastilla que nos sana?
Los precios de los medicamentos se fijan con una completa arbitrariedad. No hay transparencia. En una negociación entre país y empresa farmacéutica, si la capacidad de compra que tiene España es más alta que la que tiene Egipto, el precio de un medicamento que pagará España será más alto que el que pague Egipto y el que pague EE.UU., por lo tanto, será todavía más alto.


¿Por qué no es transparente? Quiero decir, ahí hay unos presupuestos públicos...
No se llega a ese nivel de detalle, producto a producto. Y la industria farmacéutica juega a “te lo vendo más barato que a Francia, pero no digas por cuánto te lo vendo”. Y usando ese tipo de secretismo estamos donde estamos hoy.
Hace unos días, en Francia, se ha publicado una carta de los oncólogos franceses reclamándole al presidente que se tomen medidas para que los precios de los tratamientos oncológicos se bajen, porque están alcanzando precios escandalosos que van a poner al sistema de salud francés, como al resto de sistemas de salud europeos, en la situación de a quién tratar y a quién no tratar, porque los precios son altísimos.


En España lo vivimos hace no mucho con la hepatitis C…
El caso de la hepatitis C ha sido uno de los que más repercusión ha tenido en España, pero no es el único. Es un caso que al trascender ha mostrado por primera vez ante la opinión pública en España las escandalosas formas en que la industria farmacéutica fija los precios. Hemos pagado, mediante el sistema de salud pública, 25.000 euros por cada tratamiento. Es una barbaridad. Incluso con el precio que se le puso en Egipto, que fueron 900 euros, esto supondría el presupuesto que tiene el Ministerio de Sanidad para 5 años. Para ponerles ese tratamiento a todos los enfermos de hepatitis C que hay en Egipto, no podría atenderse durante 5 años ningún otro tema de salud. Y te hablo de 900 euros, no de 25.000 que es lo que España pagó por tratamiento. Pero es que 900 euros también es un precio muy caro para determinados sistemas de salud. No podemos fijar los precios sobre la base de la capacidad económica de un país.
La industria, una vez esto se ha mostrado públicamente, quiere hacer creer que es una excepción, pero no lo es. Nosotros queremos insistir en que estos altos precios fijados por la industria del tratamiento para la hepatitis C lo serán en breve para el cáncer y ya lo son para el VIH y otra serie de enfermedades neurológicas y cardiovasculares.


Alguien del sector farmacéutico le respondería ahora mismo lo costosa que es la investigación hasta llegar al medicamento...
El 80% de la investigación básica, que es la primera parte del proceso de investigación, la hacen los institutos de investigación públicos, lo que pasa es que la mayoría de los ensayos clínicos al final del proceso, los centros de investigación públicos no tienen la capacidad de hacerlos. Pero la investigación básica, que es la más larga y compleja, es la que supone muchas horas de laboratorio hasta que das con una molécula prometedora, y se hace desde lo público. Y una vez que llega la molécula prometedora, llegan las farmacéuticas, la compran y hacen los ensayos clínicos. Ellos lo que están pagando son los ensayos. La verdadera investigación e innovación se está haciendo desde lo público. Así que tenemos que cambiar el argumentario de que la innovación la está haciendo la industria farmacéutica.  Lo público, instituciones y ciudadanos, están a merced de la industria farmacéutica. Es el doble pago. Estamos financiando la investigación básica, la más compleja, y se la vendemos a la industria cediendo todos los derechos sobre ese producto, sin asegurarnos que luego se venderá a un precio accesible para el ciudadano. Eso es incomprensible.
Por lo tanto, no se justifican estos precios por el coste de investigación. Hay estudios que dicen que el tratamiento para la hepatitis C, por ejemplo, se puede conseguir por un precio tan bajo como 100 dólares. Y entendemos y respetamos que la empresa tiene que tener beneficios, pero deben ser unos márgenes de beneficio que sean asumibles. No puede ser que el sector farmacéutico sea el sector industrial con más márgenes de beneficios que existe y que no esté dando a la sociedad los productos que necesita. Esto es lo que no es asumible. Beneficios sí, pero beneficios que hagan que los sistemas de salud tengan que elegir qué personas pueden ser tratadas y cuáles no, es lo que no vemos lógico.


La salud operando bajo criterios comerciales…
En un mercado libre como el que tenemos pasa no solo con medicamentos, pero en este caso es que estamos hablando de bienes públicos de salud. No podemos hablar de esto como si fuese un producto cualquiera. Y además, es que ni siquiera en otros sectores la diferencia de precios es tan exageradamente brutal.
Necesitamos que esos precios sean transparentes, que la negociación sea pública. Que tú le preguntes a tu Gobierno y sepas el porqué de los acuerdos firmados y cuánto paga. Nos ha costado auténticos esfuerzos conocer lo que se paga en España y en el resto de países. Y por qué la Unión Europea no fija precios de forma conjunta y de forma transparente. No puede ser que Alemania pague una cosa, España otra, etc. Eso crea desigualdades dentro de la comunidad europea e incluso entre regiones dentro de España.


Y hablamos de Europa, pero más abajo lleva pasando un tiempo.
En los países en desarrollo lo llevan sufriendo de forma más alarmante desde la crisis del VIH-sida, desde finales de los 80, principios de los 90. Muere mucha gente por el VIH y cuando se consigue el tratamiento resulta que muchos siguen muriendo porque es un tratamiento excesivamente caro, que se podría producir de una forma muchísimo más barata, con genéricos. Entonces se producen movilizaciones internacionales para pedir esto, pero no se hace porque no interesa porque no hay niveles de mercado, son poblaciones sin capacidad económica, y porque enfermedades crónicas como el VIH son para la industria muy interesantes económicamente, porque son gente que va a estar en tratamiento el resto de su vida si quiere sobrevivir. Un tratamiento caro en una enfermedad crónica es un negocio asegurado. Esa es una de las cosas por las que nosotros, como otras organizaciones, hemos preguntado desde hace mucho tiempo por qué no hay una investigación por parte de la industria para la vacuna contra el sida. Pero no interesa mientras el negocio de las enfermedades crónicas esté asegurado.


Si enfermas, más te vale que tu enfermedad sea rentable para otros.
Esto es lo que se conoce como la brecha 90/10 que hace que muchas enfermedades queden totalmente desatendidas por falta de rentabilidad. Por eso demandamos que el poder de la negociación y el poder de la investigación pase del sector privado al sector público: que sea el sector público el que maneje las reglas del juego, que en los últimos años han perdido completamente.


¿De dónde viene esta falta de control por parte de lo público en un tema vital?
Es un proceso que viene de largo. No siempre fue así. Desde que se produjeron las fusiones entre grandes empresas farmacéuticas en los años 90 se produjo un conglomerado, quedan 5 o 6 farmacéuticas que monopolizan el mercado y la Bolsa, que se rigen por parámetros absolutamente comerciales. Su único interés es obtener beneficios con un gran margen, el interés sanitario queda totalmente aparcado. En 2002 la OMC aprueba el acuerdo de propiedad intelectual por el que se establecen patentes para productos farmacéuticos. En ese momento cambian absolutamente las reglas del juego y del mercado. Y a partir de ahí la cosa ha ido empeorando. Es algo único lo que pasa en la industria farmacéutica que no pasa en ninguna otra industria. Además de lo delicado del tema, porque estamos hablando de problemas de salud pública, comparándolo con otras industrias, como la automovilística, donde todos pelean por sacar un modelo nuevo al mercado, donde la innovación es muy importante, donde se busca un coche con más motor, más prestaciones, esto en la farmacéutica no se da. En los automóviles no sucede que saques un modelo de coche, lo patentes y digas, durante 20 años nadie me puede copiar este avance. Esto no pasa, existe una competencia, una continua mejora e innovación. En este sentido no se justifica esta protección al sistema farmacéutico. Y sobre todo, esa falta de transparencia en las conversaciones entre el sector privado y los gobiernos. Creemos que eso es lo más preocupante.


Las patentes son, imagino, el soporte legal que permite ciertas prácticas dañinas.
No creemos que las patentes sean el único problema y el gran demonio. Dar patentes de innovación a cosas que realmente sean innovación no sería un problema. El problema es que se están dando patentes a cosas que no son innovación. En los últimos 10 años, sólo el 25% de los productos que han salido bajo patente son realmente innovadores, es decir, sólo el 25% de los productos con esta licencia que los protege aportaba algo que no aportara ya un producto existente. Eso es lo verdaderamente peligroso. Si permitimos a la industria patentar durante 20 años productos que no aportan nada nuevo y tener unos beneficios y un monopolio en el mercado, ¿cuál es el incentivo para que la industria apueste por investigar productos innovadores que solucionen problemas de salud? Ninguno. La patente no sería un problema si fuera para un producto innovador que solucione un problema de salud pública. Y sucede que, cuando una patente caduca a los 20 años, cuando se podría liberar el producto con el abaratamiento que supondría, se les permite renovar la patente con pequeñas modificaciones que no aportan ningún valor añadido ni mejora y se alarga la patente otros 20, 10, 5 años, por lo cual, sin hacer apenas inversión se están renovando monopolios durante años y se desincentivan inversiones en la investigación que sí es necesaria, para las enfermedades crónicas, para las cardiovasculares, para el cáncer…  El mercado de patentes como tal no funciona.


Si desde lo público pueden hacerse cosas, ¿por qué no se hacen?
La industria farmacéutica es el lobby más poderoso que hay. En EEUU gastan más en lobby que la industria armamentística, que es bien conocida. Invierte grandes cantidades de dinero en tener bien representados sus intereses. Y nadie dice que no lo puedan hacer, lobby podemos hacer todos, pero ¿de qué manera? A qué técnicas se están recurriendo.


¿Hay experiencias de modelos alternativos fuera del gobernado por la industria farmacéutica?
Sí, las hay. Brasil es un caso. Cuando sucedió la crisis del sida, que les afectó fuertemente, allí se decidió que iban a producir sus propios medicamentos, no iban a importarlos. Tailandia también decidió hacerlo así. Y gobiernos que en ese momento se sintieron con fuerza decidieron que, o bien las farmacéuticas daban los tratamientos a un precio más bajo, o bien los producirían de forma nacional. Es una de las medidas que se pueden tomar. Los gobiernos tienen esa capacidad. Si hay voluntad política puede hacerse. Brasil lo hizo y obtuvo buenos resultados. Y no solo para el VIH, cuando decidieron hacer genéricos para asegurar el tratamiento para todos los enfermos del país, sino que ahora se está formando a médicos, se están distribuyendo antirretrovirales por África, y no solo esto, sino que su propio modelo de innovación es distinto al del resto de países europeos o EEUU. Y todo este modelo distinto y más sano, se basa en que hay voluntad política. También Argentina es algo diferente, la India es completamente diferente, la llaman la farmacia de África porque es donde están la mayoría de empresas de genéricos. Brasil y Argentina están incluso reformando sus directrices de patentes para definir de forma más restrictiva, entre otros, los conceptos de novedad y actividad inventive para asegurarse que solo se patenta la verdadera innovación.
El problema es que se están firmando acuerdos entre la Unión Europea y la India, entre EE.UU. y los países de la ribera del Pacífico, como es el caso del TTP, que va a limitar la capacidad de esos países para hacer lo que han estado haciendo hasta ahora por las reglas de propiedad intelectual. EE.UU. y Europa, que son las sedes de las grandes farmacéuticas están buscándole las vueltas a la situación para que estos países que tienen otro modelo, dejen de operar como están operando.


Entiendo entonces, por los casos de Brasil, Tailandia o la India que no es excusa para los gobiernos que todo esté globalizado y no se pueda hacer nada, que hay margen de maniobra en lo local.
Hay margen. Es cierto que hay limitaciones dentro de la OMC, pero a la hora de negociar individualmente con las farmacéuticas, existe ese margen para hacer las cosas de otra manera. Dentro de la Unión Europea, España tendría posibilidades de hacer cambios. Cada vez que se aprueba qué medicamentos te cubre la Seguridad Social, ahí no te lo marca nadie, tú puedes decidir qué medicamentos se cubren y cuáles no. Tú no tendrías que cubrir medicamentos patentados que no aporten valor añadido ninguno, si ya hay genéricos, libres de patentes. Eso no te lo marca nadie desde fuera. Pero los políticos se excusan en que es un modelo global, pero es eso, una excusa, porque realmente, como se ha visto en otros casos, hay posibilidad de cambio.


¿Qué puede hacer el ciudadano?
Nosotros vemos una oportunidad en el hecho de que el ciudadano europeo o norteamericano esté empezando a sufrir las consecuencias que hasta ahora solo sufrían los ciudadanos de países en desarrollo. Es una pena que tenga que sufrirse aquí, pero esperemos que eso nos haga despertar y decir, ojo, que hasta ahora nosotros como europeos teníamos aseguradas nuestras medicinas, y con el caso de la hepatitis C hemos visto que no es así. Y ese argumento tan extendido, esa justificación por parte del ciudadano, de que gracias a que las farmacéuticas gastan mucho en investigación tenemos estas posibilidades, empieza a caerse. Porque para empezar no gastan tanto en investigación, la mayor parte del gasto es marketing, y se empieza a percibir que las prácticas no son como deberían. Creemos que es un buen momento para que las cosas cambien. Incluso Hillary Clinton en la campaña de Estados Unidos está reclamando un cambio de modelo, cada vez está más claro que los precios tienen que bajar. Está habiendo una presión social cada vez mayor para que el modelo cambie.
Tenemos que pedir más cuentas al gobierno respecto a su relación con el sector privado y exigirle transparencia al sector farmacéutico. Tenemos que sospechar más, hacernos más preguntas. Si hay esa demanda social, que hasta ahora no la ha habido porque el argumentario ha sido muy bien controlado por la industria, realmente creemos que se pueden propiciar cambios.


Nos poníamos en situación para ilustrar el estado del asunto con el caso de los antibióticos...
Los antibióticos que tenemos vienen desde hace décadas. Y como son tratamientos que duran 3 o 4 días, las farmacéuticas no tienen prioridad en invertir en ellos, no son tan rentables, por ejemplo, como la diabetes, que es una enfermedad crónica en la que la persona va a tener que estar el resto de su vida en tratamiento, es decir, pagando, de su bolsillo o mediante los impuestos que financian el sistema público de salud, depende del país. Entonces, ante la falta de innovación en antibióticos, lo que nos encontramos es que estos medicamentos están generando resistencias, hacen falta nuevos antibióticos. Desde hace 20 años sólo han salido dos nuevos a la luz, porque a la industria no le parece interesante, pero la bacteria se va haciendo resistente a los tratamientos que tenemos. Hay un riesgo altísimo, hay informes de la OMS que dicen que de aquí a 30 años no tendremos antibióticos para tratarnos. Porque si lo seguimos dejando en manos de la industria, ellos no lo van a hacer, porque no les resulta interesante comercialmente. No podemos dejar que el sistema de innovación dependa de intereses comerciales, porque entonces, no va a funcionar. No basta con que subvencionemos la investigación, si no que haya investigación pública.

Todo esto da bastante miedo, la verdad.
No queremos alarmar, pero creemos que la gente debe ser consciente de a lo que se enfrenta. Los políticos, la ciudadanía y los medios han de ser conscientes del problema al que nos enfrentamos y de los riesgos que conlleva no cambiar este modelo. Es un tema desconocido porque es complejo y eso hace que los medios no lo traten, porque es difícil tratar algo tan complicado en poco espacio, pero es necesario.

No Es Sano está conformado por las organizaciones siguientes: Salud Por Derecho, Médicos del Mundo, Organización Médica Colegial, OCU, SESPAS, CECU, No Gracias, Oxfam Intermón e IS Global.

Autor

Gerardo Tecé

Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto.