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miércoles, 6 de diciembre de 2017

HAI, Médicos Sin Fronteras, OXFAM y otras ONGs alertan que el acuerdo con la UE limitará el acceso a medicamentos en la región

por  MARTÍN TORINO Y EZEQUIEL M. CHABAY

 Observatorio Sudamericano de Patentes, 6 de diciembre de 2017












Mientras el Mercosur y la Unión Europea (UE) avanzan hacia un acuerdo de libre comercio, varias organizaciones internacionales, entre ellos Médicos Sin Fronteras, alertaron que el tratado "restringirá" el acceso a medicamentos esenciales para millones de ciudadanos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. 



La preocupación se basa en que la UE reclama medidas de protección de propiedad intelectual que van más allá del Acuerdo de Aspectos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, lo que limitaría la provisión de genéricos y encarecería el valor de los medicamentos en la región.

En una carta a los negociadores de la UE, Sandra Gallina y Daniel Pinto, más de 20 ONGs como Oxfam, MSF, HAI, Misión Salud, Salud por derecho, Commons Network, IFARMA y otras advierten sobre el "impacto" que pueden tener las propuestas europeas "en el acceso a medicamentos" en el Mercosur y reclaman que el convenio "no incluya medidas que vayan más allá" del Adpic.
Esta exigencia se debe a que la UE está reclamando la exclusividad de los datos de prueba que se hacen para homologar nuevas drogas, y una extensión en los plazos para la protección de patentes. Hoy, un medicamento debe pasar por estudios de seguridad y eficacia antes de ser autorizados para la venta, pero los medicamentos genéricos o subsiguientes, en cambio, van a un régimen de similaridad, que abrevia plazos.
Contra esta normativa apunta UE, que reclaman que el primer medicamento esté protegido contra otros análogos, en plazos que pueden llegar hasta los diez años. De ser así, los laboratorios nacionales quedarían sin chances de competencia, y los consumidores de medicamentos oncológicos o antirretrovirales, a merced de un solo oferente con poder para fijar precio. A su vez, la UE pretende que se extiendan los plazos de protección de las patentes de medicamentos, en casos en que la autoridad regulatoria (Anmat) demore los plazos de aprobación para salida al mercado.
Desde Médicos Sin Fronteras alertaron que "si se incluyen estas normas en el acuerdo final, el acceso a medicamentos esenciales será restringido para millones de personas en el Mercosur". Y sostienen que estos países tendrán menos capacidad de bajar los precios.
Las pretensiones de la UE van a contramano del informe del Panel de Alto Nivel para el acceso a Medicamentos de la ONU, que adoptaron 193 países en septiembre de 2015. Ese organismo advirtió que "la proliferación de acuerdos comerciales que amplían la protección de patentes y datos de prueba podrían impedir el acceso a tecnologías en salud", lo que conllevaría "una aplicación desigual de políticas en salud y comercio en los estados".
En septiembre, los académicos Gabriela Costa Chaves, Walter Britto Gaspar y Marcela Fogaça Vieira investigaron como impactará en Brasil el acuerdo Mercosur-UE en las compras públicas y producción doméstica de medicamentos, y estimaron que la modificación regulatoria podría costarle a su país u$s 444 millones más de lo que hoy se gasta en cinco medicamentos para el SIDA, la hepatitis C y el cáncer.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales y jefe del equipo negociador argentino, Horacio Reyser, sostuvo días atrás que el Mercosur tiene una postura inclaudicable y no modificará su legislación. No obstante, admitió que "se podría flexibilizar en algunos casos cuando hay demoras injustificadas para la registración de patentes". Sin embargo, hoy las posiciones están distanciadas en este plano, por lo que la resolución pasaría a un nivel superior, para discusión de los ministros de Comercio, que se reunirán desde el domingo en Buenos Aires con motivo de la conferencia de la OMC.

lunes, 25 de abril de 2016

La industria más rentable del mundo, la farmacéutica, al descubierto en un documental

ver Investigación Médica: Houston, tenemos un problema

Médicos Sin Fronteras, Salud por Derecho, y la asociación Polimedicado, trajeron a Extremadura su campaña ‘Investigación médica: Houston tenemos un problema’

José L. Aroca; Eldiario.es , 24 de abril de 2016






El nuevo tratamiento contra la hepatitis C, altamente eficaz, es la última prueba a la que de momento ha tenido que enfrentarse la sanidad pública española, incluida la extremeña, ante una multinacional farmacéutica que al final llegó a un acuerdo con Gobierno nacional y comunidades para suministrar esta medicina en medio de una fuerte presión social.

El tratamiento para unas semanas exige pagar 61.000 euros, aunque realmente según algunos expertos producirlo solo cuesta 250. No se sabe cuánto está pagando el Ministerio de Sanidad, y en su conjunto el sistema nacional de salud, tras ese acuerdo al que llegaron responsables políticos y fabricante.


Es solo una muestra del “caos” en que ha degenerado el sistema mundial de investigación, creación, desarrollo y suministro de medicamentos, que según organizaciones como Médicos Sin Fronteras, o la española Salud por Derecho, junto a muchos expertos internacionales, es un fracaso total.

Ese mecanismo está siendo incapaz de ofrecer soluciones a las enfermedades de la humanidad, y se ha convertido en la industria más rentable del mundo pidiendo a los sistemas públicos de salud unas cantidades fabulosas por nuevos fármacos, que amenazan con llevar a la quiebra a esos sistemas y no solo en países de segunda fila sino a los adinerados estados del bienestar europeos.

De todo eso se habló en las charla-coloquio celebradas días atrás en Mérida, promovidas por Médicos Sin Fronteras (Carmen Escalante), Salud por Derecho (Vanessa López) y Polimedicado (una asociación sin ánimo de lucro formada por farmacéuticos, sanitarios y ciudadanos extremeños) representada por Antonio Villafaina.

Una primera charla en la Asamblea de Extremadura, a la que asistieron algunos diputados, y una segunda pública por la tarde, en las cuales se proyectó en primer lugar el documental ‘Investigación médica: Houston tenemos un problema’ , que plantea la pregunta de si estamos en manos de las empresas farmacéuticas.


El sistema de patentes, clave


Según ese documental, efectivamente en manos de esa industria está el sistema de patentes, clave para otorgar los 20 años de exclusividad a cualquier innovación, una industria que además se estaría beneficiando de los presupuestos estatales públicos de investigación, que comparten sus descubrimientos, y con los cuales posteriormente las farmacéuticas desarrollan el producto que llega al mercado.

“Pagamos los ciudadanos dos veces, por la investigación en centros públicos, y luego volvemos a pagar un coste de innovación que la industria esgrime pero que realmente desconocemos”. El sistema, según todas estas denuncias, es además totalmente opaco: las empresas no abren sus cuentas, y sólo reclaman sobre la mesa, ante los sistemas públicos de salud, unas cantidades que los políticos únicamente pueden aspirar a negociar y rebajar en lo posible.

Extremadura y su servicio de salud para nada es ajeno. Amparo Botejara, diputada nacional por Badajoz de Podemos, denunció cómo medicinas que antes recetaban los médicos y eran de precio asequible, ya no se fabrican en España y tienen que ser importadas a un precio muy superior.

La espiral de crecimiento que tiene el gasto farmacéutico regional, no tiene según sanitarios extremeños parangón en el resto de España.
 

“Si de los más de 300 millones que paga al año el SES cogiera 50 y contratara a 1.000 personas, a todos, incluido el presupuesto público, nos iría mejor”, añadió Remigio Cordero, médico y portavoz en el Ayuntamiento de Badajoz de Podemos Recuperar Badajoz presente en la sala.

No obstante el documental plantea soluciones, algunas en marcha, como la puesta en marcha público-privada de una entidad para fabricar medicinas destinadas a enfermedades minoritarias y además implantadas en comunidades pobres que no interesan a la industria; también un sistema público y transparente de remuneración de la innovación y desarrollo, y principalmente un Tratado Internacional sobre Investigación Biomédica.


original en http://bit.ly/1VzMaTu

viernes, 18 de marzo de 2016

No Es Sano exige un nuevo modelo de innovación farmacéutico para asegurar el acceso universal a los medicamentos

ver "Los intereses comerciales de las farmacéuticas se imponen a las necesidades sanitarias"

 ISGlobal, 16 de marzo de 2016


No Es Sano exige un nuevo modelo de innovación farmacéutico para asegurar el acceso universal a los medicamentos
La campaña, en la que participan diversas organizaciones, ha sido presentada en Barcelona con el apoyo de ISGlobal

“La I+D farmacéutica es un modelo complejo y opaco que genera grandes desigualdades en el acceso de la población mundial a los medicamentos”. Así introducía Gonzalo Fanjul, director de Análisis del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), la mesa redonda  “El precio de los medicamentos No Es Sano: alternativas a un modelo de I+D roto”.

Con este debate se presentaba en Barcelona la campaña No Es Sano, una alianza de más de una decena de organizaciones del ámbito de la salud -entre las que se encuentra ISGlobal-, que busca una reforma del actual sistema de investigación biomédica que asegure el acceso universal a los medicamentos.
Uno de cada tres pacientes no accede a los medicamentos necesarios para poder llevar una vida digna. Así, Gonzalo Fanjul pidió a los miembros de la mesa redonda que eligieran el principal cambio que necesita el sistema de I+D farmacéutico para reducir esta brecha.

Vanessa López, directora de Salud por Derecho, manifestó que el problema esencial es “el sistema de patentes de la industria, que genera monopolios”. El Acuerdo sobre Propiedad Intelectual (ADPIC) contempla la exclusividad de derechos sobre cada patente durante 20 años y de al menos ocho para los datos. “Sólo se busca el beneficio económico, hay que reconocer la innovación pero, a la vez, los medicamentos han de ser un bien público”, explicó la directora de Salud por Derecho. Además, López indicó que la mayoría de los medicamentos que se consideran “nuevos” en realidad no lo son: “Solo el 7% de los medicamentos desarrollados entre 2000 y 2007 tenían una ventaja terapéutica añadida”.

Por su lado, Joan Bigorra, director adjunto de Estrategia e Innovación de ISGlobal, apuntó que el problema no sólo está en la industria sino que el Estado debería jugar un rol más importante: “La industria se comporta en función de los incentivos del mercado, el comprador tiene que reformular el sistema". Según Bigorra, el Gobierno es responsable de la salud de su población y, por tanto, “debería ejercer su poder de compra”. Para el representante de ISGlobal, hay que romper con el mito de que sólo las farmacéuticas invierten en I+D, ya que “más del 60% de las innovaciones vienen del sector público pero luego es la industria quien se queda con ellas y su respectivo beneficio”.

Rodrigo Barahona, responsable de la Unidad de Planificación, Monitoreo y Aprendizaje de Oxfam Intermón, identificó la problemática de la opacidad de la industria y abogó por mas transparencia. Barahona recordó el argumento de la “brecha 90-10”, que subraya que solo el 10% del gasto farmacéutico en I+D se destina a las enfermedades que afectan al 90% de la población. El representante de Oxfam Intermón destacó que "cada año 100 millones de personas caen en la pobreza por tener que pagar sus tratamientos y medicamentos”.

Por último, Olaf Valverde, gerente médico de Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi), destacó que el modelo actual no detecta las necesidades reales de la población: “Los problemas de salud más importantes son los más desatendidos”. Valverde explicó que el precio que se ha llegado a pagar por algunos medicamentos es demasiado alto y, concretamente, calificó de “aberración” el del tratamiento de la hepatitis C, que en Estados Unidos ha alcanzado los 84.000 dólares por paciente.


Nueva serie de publicaciones sobre innovación
Durante el acto, ISGlobal presentó su nueva serie de publicaciones sobre innovación y acceso a medicamentos. El primero de estos informes, “Innovación biomédica y acceso a medicamentos esenciales: alternativas a un modelo roto”, analiza el actual sistema de investigación y abre el debate entre los actores implicados con el objetivo de encontrar un equilibrio entre la innovación farmacéutica, el interés público y el acceso de todos a los tratamientos necesarios.

martes, 28 de abril de 2015

Investigación Médica: Houston, tenemos un problema



- Directora de Salud por Derecho, publicado en eldiario.es, 15 de abril de 2015

La forma en la que se organiza la I+D médica es completamente errónea porque no está siendo capaz de generar los medicamentos que la población mundial necesita.


Es difícil encontrar a alguien en España que no haya estado al corriente de la dramática situación a la que se enfrentan los pacientes con Hepatitis C. Afortunadamente, después de meses de lucha, han conseguido que el nuevo plan nacional para la Hepatitis C establezca que pueden ser tratados con nuevos fármacos muchas personas que, en contra de las recomendaciones clínicas, no eran elegibles. Ahora 52.000 pacientes se suman a los 5.000 que tenían acceso a los medicamentos. Sin duda es un avance vital para los enfermos, pero el problema de fondo permanece: el precio del medicamento ha bajado hasta los 13.500 euros por persona, pero sigue siendo desorbitado.

Este caso es solo la punta del iceberg de un serio problema que tiene la sociedad.  
La forma en la que se organiza la I+D médica es completamente errónea porque no está siendo capaz de generar los medicamentos que la población mundial necesita y, cuando lo hace, los precios de los fármacos son tan elevados que los pacientes y los gobiernos no pueden costearlos, o ponen en riesgo la sostenibilidad de los sistemas públicos de salud. Se trata de un problema gravísimo que nos afecta a todos: que no tengamos una vacuna o tratamientos eficaces contra el Ébola y otras enfermedades tropicales porque afectan a países y personas que no podrían pagarlos; que se invierta mucho más en el tratamiento del Sida que en una vacuna porque la cronificación de la enfermedad es más rentable; que la industria no tenga interés en desarrollar nuevos antibióticos; o  que se fomente la I+D de productos en lugar de otras intervenciones de salud, son solo algunas de las consecuencias de un modelo de investigación completamente roto en el que los beneficios empresariales están por encima del derecho a la salud y del interés público.

Estamos ante un modelo de investigación y desarrollo de medicamentos obsoleto, ineficiente e injusto, que funciona a través de monopolios y leyes que lo perpetua con las patentes. Además, hay una total falta de transparencia, tanto en las inversiones en I+D como en los resultados de los ensayos clínicos y priman los intereses comerciales por encima de la salud. Por si fuera poco, una gran parte de la inversión en investigación para desarrollar medicamentos es dinero público.

¿Por qué todo sigue igual si está situación solo beneficia a unos pocos? En parte porque el relato que escuchamos una y otra vez es que “así son las cosas y no pueden funcionar de otra manera”. Pero hay soluciones y alternativas. Tenemos la oportunidad de cambiar las reglas del juego empezando por nuestro país y por Europa. Estamos en ambiente electoral, donde muchos representantes políticos anuncian que  incrementarán el presupuesto en investigación. Sería una fantástica noticia; pero no solo importa que haya más dinero, también cómo se invierte. Podemos empezar introduciendo condiciones a las inversiones públicas en I+D para que los precios de los fármacos sean asequibles y para que se fomente la competencia en lugar de otorgar monopolios. España también podría promover la creación de iniciativas de I+D que funcionen con modelos de colaboración abierta e incentivos para impulsarla y financiarla, modelos alejados de las patentes y la exclusividad de comercialización. Existen ejemplos de iniciativas muy interesantes para enfermedades tropicales que podrían aplicarse a dolencias como el cáncer.
2000 millones de personas en todo el mundo, pero sobre todo en los países empobrecidos, no tienen acceso a medicamentos esenciales. Se desconoce cuántas personas ven denegado su derecho en España, pero el problema del acceso a los medicamentos ha dejado de ser exclusivo de los países más pobres. Requiere de la implicación de todos nosotros para solucionarlo.

Investigación médica: Houston, tenemos un problema es, además del título de esta entrada, el título de un documental que la Fundación Salud por Derecho ha producido con el objetivo de hacer visible este tema y movilizar la voluntad política de quienes tienen la capacidad de solucionarlo. Toda la ciudadanía está invitada gratuitamente al estreno el 21 y 22 de abril en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Entra en #ElDocumentalQueNoQuierenQueVeas. Ven y verás.

http://www.eldocumentalquenoquierenqueveas.com/