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martes, 20 de enero de 2015

La mejor vacuna: por un acceso sin barreras a vacunas asequibles y adaptadas



2ª edición
Médicos Sin Fronteras. 20 de enero de 2015
(informe completo en inglés , 124 págs, disponible en   http://www.msfaccess.org/sites/default/files/VAX_The_Right_Shot_Report_2ndEd_2015.pdf)

La vacunación es una de las formas más eficaces de reducir la mortalidad infantil. Sin embargo, cada año, uno de cada cinco niños no recibe todas las vacunas que necesita antes de cumplir su primer año de vida: esto le deja expuesto a enfermedades prevenibles pero que son mortales, como el sarampión, la neumonía o las enfermedades diarreicas.
En esta segunda edición del informe La mejor vacuna, la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras (MSF) recopila más de 1.500 datos procedentes de entidades relacionadas con el sistema internacional de inmunización, entre ellas Unicef, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), gobiernos, empresas fabricantes de vacunas y los propios centros de abastecimiento de MSF.
El objetivo es lograr una mejor comprensión de uno de los principales obstáculos para la inmunización: el elevado precio de las vacunas.
Esta es una de las publicaciones más completas hasta la fecha sobre precios comparativos, ya que recopila información sobre 16 vacunas clave en 13 países.

VACUNAS NUEVAS, PRECIOS CRECIENTES 
Durante la última década, el precio del paquete completo de vacunación de un niño se ha disparado.
Entre 2001 y 2014, la introducción de nuevas vacunas (incluyendo las vacunas contra el neumococo, el rotavirus y el virus del papiloma humano) ha multiplicado por 68 el costo del paquete completo, y eso con el menor precio disponible. 
El costo de las vacunas más nuevas es el principal responsable de este aumento de precio.

MUCHOS PAÍSES NO PUEDEN PAGAR LAS VACUNAS MÁS NUEVAS

La Alianza GAVI (Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización) ha reducido el enorme peso que suponen los precios para los gobiernos de bajos recursos, mediante el mecanismo de subvenciones de los donantes de fondos.
Gracias a ello, las vacunas nuevas han podido introducirse rápidamente en países de bajos ingresos. Pero estas medidas no han beneficiado a los países de renta media, donde vive el 75% de la población más pobre del planeta: regiones enteras del mundo no pueden pagar las nuevas vacunas. La mayoría de estos países de ingresos medios nunca han sido elegibles para beneficiarse de estas ayudas y han sido excluidos de los diversos mecanismos destinados a rebajar los precios.
Peor aún: varios países que actualmente se benefician de los precios subvencionados de GAVI pronto perderán este privilegio, y es posible que no sean capaces de pagar las vacunas si estas mantienen sus precios originales. Angola, por ejemplo, está a punto de perder el apoyo de GAVI, y en los próximos años se enfrentará a un brutal encarecimiento del precio de las nuevas vacunas: le resultarán un 1.523% más caras. Bolivia está en el mismo caso, y pagará un 703% más. Asimismo, es cada vez más difícil que muchas de las personas más vulnerables del mundo, las que malviven en campos de desplazados o en otros escenarios de crisis, reciban las vacunas más nuevas, ya que ni siquiera organizaciones humanitarias como MSF, proveedoras de servicios gratuitos de salud en estos escenarios, tienen acceso al menor precio disponible.

POR QUÉ SON TAN CARAS LAS VACUNAS
No hay información sobre los precios de las vacunas, ni transparencia sobre su costo real: de esta forma, los países no pueden saber a ciencia cierta lo que van a pagar.
El mercado de las vacunas es uno de los más opacos: la ocultación de precios es una práctica común que mantiene convenientemente desinformados a los países y a otros compradores a la hora de negociar con las farmacéuticas.
Los beneficios por delante de la salud pública: las farmacéuticas cobran precios distintos por el mismo producto según el mercado en el que lo estén vendiendo. En teoría, se establecen precios más altos para países con mayores ingresos y precios relativamente más bajos para los países con menor renta. Sin embargo, el estudio de los pocos datos disponibles confirma que los precios que las farmacéuticas cobran a cada país no siguen una lógica clara. Por ejemplo, Marruecos está pagando más por la vacuna neumocócica (63,74 dólares por dosis, 54,88 euros) que Francia (58,40 dólares, 50,33 euros).
Un mercado sin competencia: las vacunas más nuevas y caras (neumococo, rotavirus y virus del papiloma humano) están controladas, cada una de ellas, por dos multinacionales. En total, tres compañías (GlaxoSmithKline, Merck y Pfizer) dominan el mercado, dejando fuera a otros fabricantes: de esta forma, pueden mantener los precios altos. Las empresas necesitan recuperar su inversión en el desarrollo de productos nuevos, pero estos últimos les han generado ya ingresos tan masivos que hace mucho tiempo que los costos de investigación están recuperados.

NOVEDADES EN EL INFORME
Este informe rompe el secretismo que rodea a los precios de las vacunas, y reúne los niveles de precio de 16 vacunas para 13 países y 3 entidades compradoras.
Asimismo, expone algunas de las características del mercado que permiten el  mantenimiento de precios altos, y examina qué factores pueden ayudar a rebajarlos. Finalmente, proporciona soluciones y recomendaciones para asegurar que estas vacunas estén accesibles y para estimular el desarrollo de otras nuevas más adaptadas a entornos de bajos recursos.

ALGUNAS SOLUCIONES
Fabricantes y gobiernos deben publicar los precios que negocian. Al poder compararlos, los gobiernos estarán en una mejor posición para llegar al mejor acuerdo posible, haciendo un uso más inteligente del dinero de los contribuyentes en la compra de vacunas tanto para su uso doméstico como para sus programas de ayuda internacional.
Los gobiernos deben realizar pedidos conjuntos. La compra en grupo por parte de varios países se traduce en una mayor demanda de vacunas, lo que otorga un mayor poderde negociación.
Debe reforzarse el seguimiento de los precios de las vacunas, con el fin de detectar variaciones, y así permitir que los compradores dispongan de más opciones, puedan comparar y consigan precios más justos.
Debe acelerarse la entrada de fabricantes nuevos, en especial aquellos con costos de fabricación más reducidos, por medio de la transferencia de tecnología y el acceso a las licencias. Solo con una competencia real entre múltiples fabricantes podrá lograrse un abaratamiento significativo de las vacunas.

FONDO ROTATORIO DE LA OPS: UN MECANISMO REGIONAL DE COMPRA
Y FINANCIACIÓN CONJUNTA DE VACUNAS Y SUMINISTROS RELACIONADOS

La región de las Américas tiene una diversidad de países en diferentes niveles de desarrollo económico y evolución de sus sistemas de salud. Establecido en 1977 como parte del Programa Ampliado de Inmunización de las Américas (PAI), el Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es un mecanismo de compra y financiación conjunta de vacunas y suministros relacionados. Al Fondo Rotatorio se le atribuye en gran medida el éxito de las elevadas tasas de vacunación en América Latina y el Caribe, la erradicación y eliminación de enfermedades, la introducción de la vacunación temprana y el acceso a algunos de los precios más bajos del mundo.Esto último, junto con la previsibilidad de la oferta y la demanda, ha permitido a los países de la región una mejor planificación presupuestaria para sus programas de inmunización, y en consecuencia un elevado porcentaje de autonomía financiera: el 95% de los costos de las vacunas se financian con el erario público. En 2012, los 35 países y seis territorios miembros de la región de las Américas  compraron más de 180 millones de dosis (con un costo total de 512 millones de dólares, 440millones de euros).
El Fondo Rotatorio establece licitaciones anuales y plurianuales, y utiliza una línea de crédito financiada por los Estados miembros de la OPS. Históricamente, en sus negociaciones con las farmacéuticas, al realizar compras consolidadas el Fondo ha conseguido precios reducidos y únicos para toda la región, independientemente de la clasificación económica de cada país.
El Fondo Rotatorio también ha negociado con las farmacéuticas la obtención de estatus de nación más favorecida, según el cual las empresas ofrecen el menor precio disponible para cada vacuna. Sin embargo, esto está cambiando, ya que las farmacéuticas con políticas de precios diferenciados y algunos donantes  internacionales no están de acuerdo con esta cláusula: consideran que países de  renta media (como Brasil o Ecuador) deberían pagar precios más altos que los  ofrecidos a través de GAVI a los países más pobres de la zona.
Aunque originalmente había seis países elegibles para GAVI en la región OPS, cinco de ellos están perdiendo el apoyo de la Alianza: Bolivia, Cuba, Guyana, Honduras y Nicaragua, a través del proceso conocido como ‘graduación’.
Haití es el único que continuará siendo elegible para recibir el apoyo de GAVI.

HECHOS Y CIFRAS CLAVE
ELEVADO PRECIO DE LAS VACUNAS NUEVAS

El costo de vacunar completamente a un niño se ha multiplicado por 68 en los últimos 14 años: de 0,67 dólares ( 0,57 euros) en 2001 a 45,59 dólares (39,25 euros) en 20141.
El precio más bajo disponible para la vacuna antitetánica, del que se beneficia Unicef, ha aumentado un 127% en los últimos 15 años.

PRECIOS ALTOS PARA LOS PAÍSES DE INGRESOS MEDIOS1
El paquete completo de vacunación de un niño costaba 32,09 dólares (27,64 euros) en 2014; el de una niña, que incluye la vacuna contra el virus del papiloma humano, 45,59 dólares (39,27euros).
La vacuna neumocócica cuesta 63,74 dólares (54,88 euros) para Marruecos, y para Francia 58,43 dólares (50,33 euros). Túnez y Líbano también pagan más que Francia, a pesar de tener un Producto Interior Bruto (PIB) mucho menor.
La vacuna contra el virus del papiloma humano tiene un precio de 100 dólares (86,13 euros) para Macedonia, y de 4,50 dólares (3,87 euros) en los países de ingresos bajos: 22 veces más.
La vacuna contra el rotavirus le cuesta a Líbano 30 veces más que el menor precio disponible: 76,34 dólares (65,74 euros), a precio de Glaxo, frente a los 2,50 dólares (2,15 euros) que paga Unicef.
La vacuna del rotavirus cuesta aproximadamente lo mismo en Líbano que en Bélgica, cuyo PIB es cinco veces mayor.

ENCARECIMIENTO DE LAS VACUNAS CUANDO SE RETIRAN LAS SUBVENCIONES DE GAVI
Cuando pierda los subsidios de GAVI, Angola pagará un 1.523% más por algunas de sus vacunas; Indonesia , un 1.547% más; Congo, un 801%; Bolivia, un 703%; y Honduras , un 309% (al cambio 2012-2018).

COSTOS, INGRESOS Y BENEFICIOS DE LA INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
(I+D)
PCV, neumocócica conjugada (Pfizer): 15.900 millones de dólares (13.700 millones de euros) en ventas en 2010-2013.
Rotavirus (GSK): entre 150 y 466 millones dólares (130-400 millones de euros) en costos de I+D, frente a 3.000 millones de dólares (2.600 millones de euros) en ventas en 2010- 2013.
Rotavirus (Merck) : entre 167 y 508 millones dólares (144-438 millones de euros) en costos de I+D, frente a 4.300 millones de dólares (3.700 millones de euros) en ventas en 2010-2013.
Virus del papiloma humano (GSK): 4,60 dólares (3,96 euros) en costes de producción, frente a 2.000 millones de dólares (1.720 millones de euros) en ventas desde 2007 hasta el segundo trimestre de 2013.
Virus del papiloma humano (Merck) : 4,50 dólares (3,87euros) en costos de producción, frente a 8.000 millones de dólares (6.900 millones de
euros) de beneficios previstos a lo largo de siete años.
Virus del papiloma humano (GSK y Merck): el elevado precio ha generado a GSK y Merck enormes retornos de la inversión, estimados en entre 12 y 16 veces el costo de producción.

lunes, 6 de enero de 2014

Las enfermedades olvidadas empiezan a interesar a la industria'

ver también  sobre el artículo del Lancet
Sólo el 4% de los nuevos medicamentos es para las enfermedades de los más pobres








  • La acción de varias instituciones y gobiernos ha logrado reducir la incidencia de la malaria
  • Un informe constata que la elaboración de fármacos para estas enfermedades es rentable
  • Las empresas farmacéuticas empiezan a colaborar en el desarrollo de medicamentos
  •  Mohammed es un niño que vive en Somalia y tiene malaria
Mohammed es un niño que vive en Somalia y tiene malaria TOBIN JONES AFP

Entre 1974 y 1999, sólo el 1,1% de los nuevos fármacos aprobados lo fueron específicamente para enfermedades olvidadas a pesar de que estas patologías representaron en esos 25 años el 12% de la carga global

Aunque el panorama está cambiando lentamente -entre 2000 y 2011 los medicamentos para estos problemas supusieron el 4% del total-, un informe publicado por la Iniciativa Medicamentos para las Enfermedades Olvidadas (DNDi, según sus siglas en inglés) muestra los primeros indicios para aumentar la esperanza de millones de personas: los más pobres de los pobres.
Se encuentran ubicadas en países pobres o en desarrollo, enfermedades como la malaria, el Chagas, la leishmaniasis o la enfermedad del sueño, son endémicas en aquellos lugares donde el dinero ha sido el gran ausente durante muchos años. Además, los más afectados por ellas son aquellos que, en esos países, no tienen nada para protegerse frente a mosquitos o insectos varios, ni siquiera una mosquitera o una bicicleta para acudir al hospital más cercano.
La investigación y los fondos procedentes de múltiples donantes han crecido en los últimos años aunque, como reconoce Bernard Pécoul, director ejecutivo de DNDi, todavía hay un largo camino por recorrer: "Después de 30 años en este asunto (estuve 20 años en Médicos Sin Fronteras y llevo 10 en DNDi), si se compara con los años 90, hay un gran cambio, pero todavía falta mucho. Porque antes no existía el Fondo Mundial, no estaba la Alianza para las Vacunas, no había esfuerzos de i+d para estas enfermedades... Ahora, al menos, hay proyectos en el portafolio, las empresas farmacéuticas que habían abandonado totalmente este terreno han regresado con proyectos específicos para estas enfermedades". 

Gracias a instituciones como la suya, que ha implementado seis tratamientos (dos para malaria, dos para leishmaniasis, uno para la enfermedad del sueño y otro para el Chagas), así como el Fondo Mundial, que financia programas de lucha contra la malaria, el sida y la tuberculosis en unos 150 países, o a contribuciones específicas para el desarrollo de estrategias terapéuticas, como la del ISGlobal, ahora se están produciendo cambios. Uno de ellos es la reducción, desde el año 2000, de las tasa de mortalidad por malaria un 45% globalmente y un 49% en África. El aumento de la concienciación política en la lucha de esta enfermedad ha generado también una reducción de la incidencia de esta enfermedad: un 29% en todo el mundo y un 31% en el continente africano. 

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El otro gran cambio es la apuesta de las compañías de medicamentos. "Las enfermedades olvidadas empiezan a interesar a las farmacéuticas por varias razones: Porque quieren mejorar su imagen pública (la responsabilidad social), pero también por un motivo económico. En el futuro, la posibilidad de desarrollar mercado no estará en los países antiguos sino en los emergentes, los de hoy y los de mañana. Brasil, la India, pero también puede ser África. Muchas empresas piensan hoy que el mercado africano va a crecer. Aunque sea por ese tipo de interés, bienvenido sea. Hoy día tenemos relaciones con 20 empresas. Y es el gran cambio. Ésa era la mayor duda cuando empezamos, es decir, si íbamos a ser capaces de firmar contratos con esas empresas. Y hoy podemos decir que sí", afirma Pécoul.

Inversión

Porque, según el informe que ha publicado DNDi, la inversión en este tipo de enfermedades es más barata que la que se hace para "otras del mundo desarrollado", como las cardiovasculares, y también es más rentable. "Con nuestro modelo colaborativo, hemos comprobado que para desarrollar un tratamiento modificado de uno ya existente [pero poco eficaz y con efectos secundarios], hacen falta entre 10 y 40 millones de euros y en el caso de una terapia totalmente nueva, nuestra estimación está entre 50 y 100 millones de euros, que no es el coste que dicen las farmacéuticas donde se habla de un billón de euros para desarrollar una medicina.
Hace falta una explicación, porque estamos hablando de enfermedades donde no hay nada o hay muy poco. Es mucho más fácil desarrollar un tratamiento nuevo para una enfermedad que no tiene una terapia que desarrollar un tratamiento un poquito mejor para disminuir la hipertensión o algo así", señala Pécoul.
La experiencia de estos 10 años, durante los que han establecido más de 350 colaboraciones en 43 países, incluyendo 20 empresas farmacéuticas y de biotecnología y más de 50 universidades e institutos de investigación, ha hecho que esta institución mejore la eficiencia del proceso de elaboración de nuevos tratamientos. "Invertir en estas enfermedades es más barato y es una buena inversión, sobre todo si miramos las vidas que se pueden salvar, el coste-beneficio para la población", declara el director ejecutivo de DNDi. 

"MSF fue el impulsor del modelo innovador de DNDi y, hoy en día, los resultados de este experimento ya son concretos y palpables para pacientes en el terreno que han podido salvar o mejorar sus vidas", señalaba en un comunicado tras la presentación del informe de esta iniciativa Joanne Liu, presidente de MSF Internacional. "MSF está orgulloso de renovar su compromiso con la iniciativa, tanto en términos de financiación como de colaboración en el campo en los próximos años".

Desde su creación, DNDi ha conseguido recaudar, a partir de donantes públicos y privados, 277 millones de euros de los 400 millones que serán necesarios para entregar de 11 hasta 13 nuevos tratamientos para 2018. 

En este logro económico, Pecóul destaca el apoyo del gobierno de Reino Unido -"ha sido un gran líder y muy práctico"-, y de España, que "en los últimos 10 años ha ayudado de una forma importante", aunque en los dos últimos años haya frenado su apoyo.
"En general, los gobiernos de Europa han jugado un papel importante. Lo que hace falta en esto es la sostenibilidad de esa inversión y también involucrar a otros, los países emergentes. Estos últimos tienen muchos motivos para invertir porque, de un lado, tienen los problemas y del otro, las soluciones. Se habla de Brasil, de la India... hay un montón de enfermos en esos países y tienen capacidades financieras y técnicas para responder ante estas enfermedades. De momento, en 2013 hemos recibido el apoyo de Brasil, es sólo el principio de una colaboración más sostenible. Con la India hay un plan, que todavía no se ha traducido en recursos porque su administración es muy lenta, pero hay un plan".

original en   http://mun.do/1gC0ynq


martes, 21 de mayo de 2013

¿Por qué son tan caras las vacunas en los países pobres?


José Antonio Bastos , Presidente, Médicos Sin Fronteras España

The Huffingtonpost, 20/05/2013


Los líderes mundiales en el campo de la salud se reunieron recientemente en Abu Dhabi en una cumbre sobre Vacunas cuyo objetivo era analizar los últimos logros y encontrar la forma de extender el impacto de la vacunación infantil bajo la llamada
Década de las Vacunas, impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación Bill y Melinda Gates.

En los últimos años, ha habido importantes avances y la vacunación infantil salva, cada año,
entre 2 y 3 millones de vidas. Sin embargo, sigue habiendo enormes vacíos. En 2011, más de 22 millones de niños y niñas no recibieron el paquete completo de vacunas esenciales recomendadas por la OMS. Dicho de otra forma, es como si en España no se hubiera vacunado a ni uno solo de los nacidos en los últimos 35 años.

Nuestros equipos en el terreno ven estas lagunas a diario y las ven entre los niños que tratamos en las poblaciones refugiadas, en las personas atrapadas en medio de un conflicto o en entornos rutinarios como los centros de salud materno-infantil.

La creciente -pero esencial- lista de vacunas recomendadas por la OMS para todos los niños supone que los países tienen que asumir costes cada vez más altos para sus programas de vacunación. El coste total del paquete básico de vacunas se ha disparado en la última década, pasando de 1,04 euros que costaba en 2001 la vacunación contra seis enfermedades a casi 29 euros para once en 2011. Este incremento supone un aumento del 2.700 %, y el 70 % del precio se lo llevan las dos vacunas más nuevas: la antineumocócica conjugada (VNC) y la vacuna contra el rotavirus.

En la actualidad, los programas de vacunación se las ven y se las desean para adquirir el paquete básico de vacunación. Un funcionario del Ministerio de Salud de Kenia llegó a comparar de forma muy gráfica la inclusión de nuevas vacunas en su programa nacional de inmunización a "tener varias hipotecas".

Cabe preguntarnos por qué las nuevas vacunas son mucho más caras. Y la respuesta es sencilla: no lo sabemos. Bajo el actual modelo de negocio, los precios de las vacunas y de los medicamentos se basan en recuperar la inversión en I+D y los costes de fabricación. Algunas vacunas son más complejas que otras y eso repercutiría en su coste de investigación y producción. Sin embargo, los fabricantes de vacunas no hacen públicos estos importes, haciendo de esta industria una de las más opacas en el sector de la salud. Y sin esa información decisiva, los compradores carecen de una base objetiva para negociar precios justos.


La mejora de la transparencia sobre los precios de las vacunas, y más para aquellas adquiridas con fondos públicos, ha sido una carrera cuesta arriba. Uno de los primeros logros fue la publicación por parte de UNICEF de los datos sobre los
precios que había pagado por las vacunas (excepto los datos de las compañías que no dieron su autorización) durante diez años.

Sabemos que vacunas número uno en ventas como la
Prevnar 13 de Pfizer (una antineumocócica conjugada) constituyen uno de los grandes éxitos para la industria farmacéutica. La Prevnar 13 (la vacuna más vendida del mundo) tuvo unas ventas en 2012 de 2.831 millones de euros, y los analistas pronostican que sus ingresos superarán los 5.000 millones de euros en 2018.

En cuanto al coste de la I+D farmacéutica, Andrew Witty, director ejecutivo de GlaxoSmithKline (GSK), afirmó recientemente que la cifra que se cita habitualmente de 1.000 millones de dólares para desarrollar un nuevo medicamento es
"uno de los grandes mitos de la industria".


VACUNAS MÁS ADAPTADAS

La alianza GAVI, una asociación mundial de los sectores público y privado en salud, lanzó en 2009 una iniciativa para incentivar la I+D, responder a las necesidades de los países en desarrollo y acelerar la introducción de la VNC en los países pobres, creando un mercado subvencionado para los productores de esta vacuna. Hasta el momento, este programa ha ayudado a distribuir 82 millones de dosis, pero no ha logrado crear formulaciones adaptadas a entornos con recursos limitados.



Porque el reto en el ámbito de las vacunas no reside sólo en el precio. La adaptación a entornos con temperaturas extremas y con dificultades para mantener la cadena de frío es otro desafío al que, por el momento, no estamos encontrando solución. La mayoría de las vacunas deben conservarse a una temperatura de entre 2 y 8°C para que sean efectivas. El hecho de mantener las neveras en funcionamiento en lugares en los que la electricidad depende de generadores, y se alcanzan los 45ºC con asiduidad, supone una dificultad logística añadida.

El número de dosis, que supone que los niños tengan que acudir a las clínicas al menos cinco veces durante su primer año de vida para ser completamente inmunizados, y la forma de administración (la mayoría requiere inyecciones), que precisa de personal de salud tan escaso en los países en desarrollo, complican la ampliación de la cobertura vacunal.

Los altos precios no afectan sólo a los ministerios de Salud de los países. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras, que sólo en 2011 vacunó a 6 millones de niños de sarampión y meningitis, también tienen limitaciones para adquirir vacunas a causa de los precios. Hace poco, nuestros anhelos para emplear la vacuna antineumocócica conjugada en Sudán del Sur se vieron frustrados por las eternas negociaciones con Pfizer y GSK para adquirir la VNC a un precio asequible. Y aunque las compañías han ofrecido donaciones puntuales, ésta no es una solución sostenible.

Las vacunas ofrecen la promesa de una reducción de la enfermedad y la muerte para la infancia, pero esta promesa nunca se materializará si no conseguimos cambios importantes en la forma en la que se fijan los precios de las vacunas para los países con ingresos medios y bajos. Es hora de terminar con los precios prohibitivos y la opacidad sobre costes de investigación y producción.



http://huff.to/12hNhNG