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miércoles, 5 de junio de 2013

Evergreening Una turbia táctica de las farmacéuticas aumenta el coste de la sanidad pública


Una turbia táctica de las farmacéuticas aumenta el coste de la sanidad pública
Manuel Ansede , Esmateria.es  04/06/2013


La industria alarga el monopolio sobre sus medicamentos innovadores blindándolos con patentes sobre cambios mínimos que no mejoran su eficacia. Un estudio en Suiza sostiene que esta estrategia se lleva un 8,4% del total del gasto farmacéutico

Dice la suiza Nathalie Vernaz que no está en contra de la industria farmacéutica, pero acaba de meterle una buena bofetada a su imagen pública. Su equipo acaba de demostrar que las farmacéuticas aumentan el coste de la sanidad pública mediante el evergreening, una estrategia presuntamente tramposa que funciona pese a su turbidez.
Una gran empresa farmacéutica invierte unos 700 millones de euros y una docena de años en desarrollar un fármaco innovador, según las cifras que suele airear la propia industria. Por ello, esa compañía puede disfrutar de la patente en exclusiva durante un determinado número de años. Sin embargo, las farmacéuticas intentan por todos los medios perpetuar ese monopolio, blindando su producto cuando expira la patente madre con nuevas patentes basadas en cambios mínimos y normalmente poco innovadores, como nuevas indicaciones o aditivos.Su objetivo es bloquear la entrada en el mercado de los medicamentos genéricos, con menor precio y la misma eficacia.


El equipo de Vernaz, en una de las primeras investigaciones serias sobre el asunto, ha estudiado el coste del evergreening en el sistema hospitalario de la región suiza de Ginebra. Analizando sólo ocho de estos fármacos blindados con patentes menores, calculan que el sistema nacional de salud se habría ahorrado 14,4 millones de euros entre 2000 y 2008 si se hubieran sustituido por medicamentos genéricos. Esta cifra supone un 8,4% del total gastado en la región sólo en estos ocho fármacos, que incluyen la levocetirizina (un antihistamínico contra la alergia), el escitalopram (un antidepresivo), el esomeprazol (un protector del estómago) y la pregabalina (un anticonvulsivo).

Sólo han estudiado ocho casos, pero en revistas como el British Medical Journal se pueden consultar listas que incluyen medicamentos de todas las grandes farmacéuticas, como Pfizer, Merck, Sanofi Aventis, Lilly, Novartis, Astrazeneca y GSK. La estrategia es exitosa. Pese al auge de los medicamentos genéricos, el número de pacientes de la región de Ginebra que recibió un medicamento de marca o modificado mediante elevergreening aumentó desde casi 57.000 en 2001 a 131.000 en 2008.


El coste del ‘evergreening’

“Patentan productos nuevos que son ligeramente diferentes a los originales. En la patente sólo se dice que son nuevos, no necesitan demostrar que son más eficaces que los originales, que sí tienen equivalentes genéricos”, explica Vernaz por teléfono en un excelente español aprendido durante años de veraneo en las playas de Dénia (Comunitat Valenciana).

“El estudio proporciona una prueba más de que las políticas de reducción de costes a base de alentar la prescripción de medicamentos genéricos, que suponen importantes ahorros, pueden ser anuladas por el aumento de los costes de los medicamentos sometidos a evergreening”, alerta el trabajo, publicado hoy en la revista PLoS Medicine.

“Yo no digo que sean prácticas abusivas, digo que esto está ocurriendo. Las autoridades y los hospitales deben saberlo para actuar en consecuencia”, afirma Vernaz, farmacéutica especializada en la economía de la salud que trabaja desde hace 10 años en el Hospital Universitario de Ginebra. “Necesitamos la innovación de la industria, pero una innovación que realmente beneficie a los ciudadanos. Con el gasto que supone el evergreening se podría tratar a más pacientes”, recalca.

“El grueso del gasto farmacéutico se debe a los medicamentos de marca, que actualmente suponen el 20% de todas las prescripciones en EEUU, pero el 80% de los costes”, recuerda el médico Aaron Kesselheim en un comentario también publicado enPLoS Medicine. Kesselheim, investigador de la Escuela Médica de Harvard en Boston (EEUU), estudió en 2006 el caso de tres medicamentos de marca: el protector de estómago omeprazol, el antibiótico amoxicilina y la metformina, indicada para la diabetes tipo 2. En los tres casos, sostiene Kesselheim, sus monopolios del mercado se alargaron gracias a una táctica que incluía llevar a los tribunales a sus competidores genéricos y patentar cambios mínimos en los productos.

“Nosotros identificamos 1.500 millones de dólares en ingresos que Medicaid, el programa de seguros de salud de EEUU para pacientes con bajos ingresos, podría haberse ahorrado si las alternativas genéricas a estos tres medicamentos hubiesen estado disponibles y hubieran sido ampliamente utilizadas cuando expiró la patente del ingrediente activo”, detalla.

Los investigadores suizos proponen que se invierta más en comparar la eficacia de los medicamentos originales con la de los sometidos a evergreening, para informar mejor a médicos y pacientes. Kesselheim también plantea que estos productos patentados sin apenas innovaciones puedan disfrutar de periodos de exclusividad en el mercado más cortos que los de los medicamentos originales, como ya ocurre en India.




Manuel Ansede

Manuel Ansede
Periodista y veterinario. Ha cubierto las tres últimas cumbres del clima de la ONU e informado sobre ciencia y medio ambiente desde Asia, África, América y Europa.


Noticia original en http://bit.ly/19yOAai

viernes, 14 de septiembre de 2012

Tergiversación en los comunicados de prensa y cobertura de noticias de los ensayos controlados aleatorizados: un estudio de cohorte.

informe de la prensa sobre el trabajo

Yavchitz A, Boutron I, Bafeta A, Marroun I, Charles P, Mantz J, Ravaud P. Misrepresentation of randomized controlled trials in press releases and news coverage: a cohort study. PLoS Med. 2012 Sep;9(9):e1001308. Epub 2012 Sep 11.
http://bit.ly/PnEK1E

breve comentario a otro que merecera un post luego, pero  tambien puede revisarse otro trabajo reciente

Schwartz LM, Woloshin S, Andrews A, Stukel TA. Influence of medical journal press releases on the quality of associated newspaper coverage: retrospective cohort study. BMJ. 2012 Jan 27;344:d8164. doi: 10.1136/bmj.d8164.
http://bit.ly/MediaBmj





Mi reino por un titular
José Luis de la Serna  Madrid, Diario el Mundo 13/09/2012

Los medios no están, no estamos, siendo demasiado finos a la hora de publicar -a veces sólo publicitar- los estudios biomédicos que a su vez publican los científicos en revistas de su entorno. Pasa en España con frecuencia pero está ocurriendo en el resto del mundo.

Entre ruedas de prensa, notas de agencias de comunicación y declaraciones personales, los periodistas informan muchas veces de avances biomédicos geniales, descubrimientos fantásticos o talones de Aquiles de enfermedades temibles.

Los científicos saben ya lo que a los medios les gusta un titular. Y están aprendiendo a facilitar a la prensa síntesis llamativas de su investigación que convenzan a los redactores jefes proclives a cierta espectacularidad. Los medios, con escasez de recursos y de especialistas -sabiendo que las noticias de salud enganchan mucho- filtran poco.

Leerse un trabajo complejo, entenderlo, contextualizarlo y contrastarlo con varias fuentes independientes es difícil. Relativizar la pasión que ponen los autores hablando de sus éxitos requiere experiencia e independencia.

En biomedicina pocas veces hay blancos y negros. Lo que pasa es que los matices del gris -que es donde se mueve la ciencia- venden poco y provocan rechazo en muchos editores. Es un problema serio porque con el aluvión de noticias sobre avances sustanciales al final no cumplidos, el lector llegará a dudar de tanta información prometedora y la despreciará con el paso del tiempo.

Acaban de publicarse dos trabajos en EEUU en los que se evalúa precisamente la información biomédica que tiene eco en los medios. En uno de esos estudios, la revista 'PLOS Medicine' concluye que muchas de las notas de prensa y los resúmenes de los ensayos clínicos retuercen los resultados recalcando partes muy positivas -no siempre trascendentes- y obviando las dudas razonables que los datos aportan.

En la revista 'PLOS One' se llega más allá. Allí se certifica que un porcentaje alto de estudios científicos que llegaron a los medios de comunicación con el sello de muy prometedores se quedaron en nada. Fracasaron.

Corren tiempos difíciles para el periodismo de calidad. La necesidad de inmediatez, la irreflexión, la poca preparación y la precariedad en las redacciones están dañando la excelencia de una información que es muy necesaria al ciudadano.

Ya hemos dicho otras veces que uno de los mayores riesgos para la salud de la sociedad es la ignorancia. Disminuir este pésimo dato requiere información y consecuentemente formación, pero de calidad probada.