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martes, 15 de diciembre de 2015

Dolor crónico no oncológico: Tratamiento farmacológico.



BTA, Año 2015 - Número 4
CADIME, 14 de diciembre de 2015

Resumen:

- En el tratamiento del dolor crónico no oncológico (DCNO) los medicamentos son una parte de un tratamiento multidisciplinar

- El objetivo del tratamiento farmacológico del DCNO es mejorar el dolor y la funcionalidad y debe incluir un dialogo con el paciente basado en expectativas de alivio realistas.

- Los pacientes deben ser revaluados regularmente y siempre que se produzcan cambios de la medicación, en el dolor y/o en las comorbilidades subyacentes.

- Los opioides deberían reservarse para determinados pacientes con dolor moderado o intenso con alteración significativa de su funcionalidad o calidad de vida.

- La morfina oral continúa siendo el tratamiento de referencia cuando se requiere incorporar un opioide mayor en el tratamiento del DCNO.

- El dolor irruptivo en DCNO es controvertido. El uso de medicación de rescate con fentanilo de liberación rápida, carece de evidencia suficiente y se asocia con riesgo de tolerancia, escalada de dosis y uso inadecuado o adictivo.

- Cuando se requiere una dosis elevada de opioide, se debería solicitar asesoramiento o referir al paciente a la unidad del dolor.

- Cuando no hay mejora significativa o los efectos adversos son intolerables habría que considerar la retirada del tratamiento opioide.

Número completo en  http://bit.ly/1UqPAo9

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Como y cuando hay que hacer una reducción gradual de la dosis los medicamentos?



Butlletí d'Informació Terapèutica, Vol. 26, núm. 7, 2015.
9 de diciembre de 2015

En ocasiones la suspensión brusca de un fármaco puede ocasionar un síndrome de rebote, un síndrome de abstinencia o la recurrencia de la enfermedad que originó la prescripción del medicamento. Una de las estrategias para minimizar la aparición de estos fenómenos es reducir la dosis progresivamente hasta llegar a la suspensión del fármaco.
Hay determinados grupos terapéuticos que clásicamente se han asociado a estos efectos, de los que se dispone de información que permite hacer recomendaciones de como disminuir las dosis. Estos son los siguientes:
los inhibidores de la bomba de protones, los antihiperintensivos, los corticosteroides, los opioides, las benzodiazepinas, los antidepresivos, los antipsicóticos, los antiparkinsonianos y los antiepilépticos. Aunque para estos fármacos existen datos de cómo se debe realizar esta retirada, existe muy poco consenso y / o los estudios que avalan las recomendaciones tienen muchas limitaciones metodológicas.
Existen otros grupos terapéuticos donde también se aconseja hacer una disminución progresiva de la dosis hasta la retirada, pero tenemos menos datos de cómo hacerlo en el caso de los nitratos, el metilfenidato, la atomoxetina o los fármacos para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
En cualquier caso, el ritmo de retirada debe venir marcado por la respuesta del propio paciente y se debe monitorizar la posible aparición de efectos adversos asociados a la retirada del medicamento


Número completo de la edición en catalán del Butlletí d'Informació Terapèutica

lunes, 4 de mayo de 2015

Revisando la medicación en el anciano: ¿Qué necesito saber? Boletín INFAC


I nfac  Volumen 23,  No 2
4 de mayo de  2015

INTRODUCCIÓN
La medicación es la intervención médica más utilizada para mejorar la salud1.  Sin embargo, al mismo tiempo, la polifarmacia se asocia a un incremento del  riesgo de efectos adversos, interacciones, menor adherencia al tratamiento,  más hospitalizaciones, mayor mortalidad e incremento de los costes. La polimedicación adquiere especial relevancia en el paciente anciano, población  con un mayor riesgo de reacciones adversas, debido a cambios fisiológicos,  fragilidad y comorbilidad2.
Se estima que los efectos adversos asociados a los fármacos producen en  torno al 6,5% de los ingresos hospitalarios, de los cuales más de la mitad son  prevenibles3,4. Los medicamentos que con mayor frecuencia son responsables de las hospitalizaciones y de los efectos adversos graves o mortales son:  antiagregantes, diuréticos, AINE, anticoagulantes, beta bloqueantes, opioides, metotrexato, digoxina e IECA/ARA II3-5.
En el caso de los ancianos, es necesario añadir a la lista de «fármacos de  riesgo» otros que se señalan con menor frecuencia, posiblemente debido a  que sus efectos adversos tienden a confundirse con los síntomas de la propia  comorbilidad: benzodiazepinas, antidepresivos tricíclicos, fármacos con propiedades anticolinérgicas, antipsicóticos, antagonistas del calcio e insulinas5,6.
Existen diversas intervenciones dirigidas a optimizar la terapia farmacológica  y evitar los riesgos derivados del uso de fármacos7.
En pacientes ancianos  polimedicados, la atención farmacéutica, que incluye revisión de la medicación en colaboración con profesionales clínicos de distintos ámbitos (atención  primaria, centros socio-sanitarios, consultas externas, hospital) o los sistemas  electrónicos de ayuda a la toma de decisiones han demostrado reducir la prescripción inapropiada y los problemas relacionados con medicamentos8. En el  ámbito hospitalario, la revisión de la medicación puede disminuir las consultas  a urgencias7. No está claro si estas intervenciones mejoran otros resultados
clínicamente relevantes, como los ingresos hospitalarios o la mortalidad7,8.
Para facilitar la revisión de la medicación se han diseñado múltiples herramientas. En nuestro contexto, los criterios STOPP- START propuestos por la Sociedad Europea de Geriatría son los más utilizados para detectar prescripciones potencialmente  inapropiadas en personas mayores de 65 años. Incluyen 87 criterios de sobreutilización de fármacos (STOPP o fármacos/ indicaciones a evitar) y 34 criterios de infrautilización (START o fármacos/indicaciones a iniciar)6. Existen además otras herramientas para facilitar la revisión de fármacos en ancianos, como los criterios de Beers o los ACOVE, entre otros9.
En base a una selección de los criterios STOPP-START6 y guías sobre el manejo de la polimedicación 1,10,11, en este boletín  INFAC trataremos de proporcionar recomendaciones concretas sobre los fármacos que más problemas de seguridad generan  en los pacientes ancianos, de cara a facilitar la revisión de la medicación.

Sumario
•     introducción
•     criterios stopp generales
•     fármacos del área  cardiovascular
•     anticoagulantes y  antiagregantes
•     antidiabéticos
•     sistema nervioso central
•     sistema urogenital
•     sistema gastrointestinal
•     sistema respiratorio
•     analgésicos y aine
•     fármacos con efectos  anticolinérgicos
•     fármacos que aumentan  el riesgo de caídas


número  completo disponible en http://bit.ly/1KGOi3u

lunes, 12 de enero de 2015

FDA: Revisión de los posibles riesgos del uso de analgésicos durante el embarazo




FDA, 9 de enero 2015
La Agencia de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. ((FDA, por su sigla en inglés) difundió un comunicado donde manifiesta que reconoce las preocupaciones que surgieron a partie de recientes informes que cuestionaban la seguridad de los analgésicos de venta libre y de venta con receta médica, utilizados en el control del dolor durante el embarazo. Por ello se procedió a evaluar los estudios de investigación publicados en la literatura médica y se determinó que dichos estudios eran muy limitados para permitir realizar recomendaciones. Debido a esta incertidumbre, el uso de analgésicos durante el embarazo debe ser considerado con mucha precaución. Se recomienda a las mujeres embarazadas que, antes de usarlos, siempre discutan todos los medicamentos con sus profesionales de la salud.

El dolor intenso y persistente que no se trata de manera efectiva durante el embarazo puede causar depresión, la ansiedad y la presión arterial alta en la madre.1 Los medicamentos incluyendo antiinflamatorios no esteroideos (AINE), opiáceos, y el paracetamol puede ayudar a tratar el dolor intenso y persistente. Sin embargo, es importante sopesar cuidadosamente los beneficios y riesgos del uso de medicamentos con y sin receta para el dolor durante el embarazo.

Los estudios publicados que hemos evaluado informaban de los riesgos potenciales relacionados con los siguientes tres tipos de medicamentos analgésicos utilizados durante el embarazo (consulte la sección Resumen de los datos para obtener más información sobre estos estudios):
  • Los antiinflamatorios no esteroideos y el riesgo de aborto espontáneo durante la primera mitad del embarazo.2-6 Algunos ejemplos de antiinflamatorios no esteroideos de venta con receta son el ibuprofeno, el naproxeno, el diclofenaco y el celecoxib.
  • Los opioides, disponibles sólo con receta, y el riesgo de sufrir anomalías congénitas del cerebro, la columna vertebral o la médula espinal en los hijos de mujeres que han tomado estos productos durante el primer trimestre de embarazo.7, 8 Algunos ejemplos de opioides son la oxicodona, la hidrocodona, la hidromorfona, la morfina y la codeína.
  • El paracetamol, en sus formulaciones de venta tanto con receta como sin ella, y el riesgo de sufrir el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los hijos de mujeres que han tomado este medicamento en alguna ocasión durante el embarazo.9 El paracetamol es un antipirético de uso común que está presente en cientos de medicamentos, entre ellos los que se utilizan para tratar los resfriados, la influenza, las alergias y los problemas para conciliar el sueño.
Hemos hallado que todos los estudios que hemos revisado presentan limitaciones potenciales en su diseño; algunas veces, los estudios acumulados sobre un mismo tema presentaban resultados contradictorios que nos impedían llegar a conclusiones confiables. Como resultado de ello, nuestra recomendación sobre la utilización de los analgésicos durante el embarazo seguirá siendo la misma en este momento.
Las mujeres embarazadas siempre deben consultar con su médico antes de tomar un medicamento, ya sea de venta libre o con receta. Las mujeres que estén tomando analgésicos y que estén pensando en quedar embarazadas también deben consultar con su médico para conocer los riesgos y los beneficios del uso de estos medicamentos. Los profesionales de la salud deben continuar siguiendo las recomendaciones en las etiquetas de los fármacos al recetar analgésicos a las pacientes embarazadas.
Continuaremos haciendo un seguimiento y evaluando el uso de analgésicos durante el embarazo, e informaremos al público cuando dispongamos de nueva información.

Información sobre el uso de analgésicos durante el embarazo

  • Para tratar el dolor, incluido el dolor intenso y persistente que sufren las mujeres durante el embarazo, se recetan distintos medicamentos. Algunos de estos medicamentos son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los opioides y el paracetamol.
  • Los antiinflamatorios no esteroideos pueden obtenerse con o sin receta. Se utilizan para bajar la fiebre y aliviar el dolor relacionado con los resfriados, la influenza y la artritis, así como los dolores de cabeza. Algunos ejemplos de antiinflamatorios no esteroideos que deben obtenerse con receta son el ibuprofeno, el diclofenaco y el celecoxib. El ibuprofeno y el naproxeno también pueden obtenerse libremente, sin receta, en concentraciones menores.
  • Los resultados obtenidos en dos estudios realizados en los Estados Unidos indican que aproximadamente entre el 18 y el 25% de los embarazos se ven expuestos a ibuprofeno de venta sin receta, y un 4% a naproxeno, también de venta sin receta.10
  • Los opioides pertenecen a una clase de medicamentos analgésicos que sólo pueden obtenerse con receta. Durante cada trimestre del embarazo, aproximadamente el 6% de las mujeres embarazadas en los Estados Unidos se ven expuestas a los opioides.11 Algunos ejemplos de opioides son la oxicodona, la hidrocodona, la hidromorfona, la morfina y la codeína.
  • El paracetamol se utiliza en productos combinados de venta con receta para reducir el dolor, y en productos de venta sin ella para reducir el dolor y la fiebre. El paracetamol se puede encontrar en cientos de medicamentos, entre ellos los que se utilizan para tratar los resfriados, la influenza, las alergias y los problemas para conciliar el sueño.
  • Los resultados obtenidos en dos estudios realizados en los Estados Unidos indican que entre el 65 y el 70% de las mujeres embarazadas en los Estados Unidos admiten haber tomado paracetamol en algún momento durante el embarazo.10

Información adicional para las mujeres embarazadas


Consulte siempre con su médico acerca del uso de todos los medicamentos de venta ya sea con o sin receta durante el embarazo.

  • Evite utilizar antiinflamatorios no esteroideos en el tercer trimestre del embarazo, ya que estos fármacos pueden provocar el cierre prematuro de un vaso sanguíneo en el feto.
  • No deje de tomar ningún medicamento que le hayan recetado sin hablar antes con su médico.
  • Hable con su médico si tiene alguna pregunta o inquietud sobre los medicamentos que esté tomando.

Información adicional para los profesionales de la salud


  • Como resultado de algunos informes recientes que expresan preocupación sobre la seguridad de los medicamentos analgésicos de venta con y sin receta, la FDA ha evaluado los estudios de investigación que se han dado a conocer en las publicaciones médicas y ha determinado que son demasiado limitados como para hacer recomendaciones basadas en ellos en este momento.
  • Hable con cada paciente sobre los beneficios y los riesgos del uso de los analgésicos durante el embarazo, los cuales pueden variar entre pacientes e indicaciones terapéuticas.
  • Continúe siguiendo las recomendaciones actuales de las etiquetas de los fármacos sobre el uso de los analgésicos durante el embarazo.
  • Las etiquetas actuales de los fármacos indican que las mujeres embarazadas no deben tomar antiinflamatorios no esteroideos en el tercer trimestre del embarazo debido al riesgo de cierre prematuro del conducto arterial persistente en el feto.


Resumen de los datos


Los antiinflamatorios no esteroideos y el riesgo de aborto espontáneo durante la primera mitad del embarazo
La FDA ha revisado cinco estudios de observación que evaluaron el riesgo de sufrir un aborto espontáneo antes de la 20.ª semana de embarazo debido al uso de antiinflamatorios no esteroideos.2-6 La frecuencia de estos abortos entre el público general es de una ocurrencia cada seis embarazos. Tres estudios de casos y controles retrospectivos2-4 con más de 100,000 sujetos arrojaron una relación positiva entre la exposición a antiinflamatorios no esteroideos sin aspirina y el aborto espontáneo (razón de posibilidades ajustada [aOR]=7.0, intervalo de confianza al 95% [CI]=2.8-17.7; aOR=3.4, 95% CI=0.9-12.8; y aOR=2.4, 95% CI=2.1-2.8). Estos hallazgos son difíciles de interpretar debido a las limitaciones metodológicas en el diseño de los estudios. Por ejemplo, estos estudios no identificaron el motivo del uso de los antiinflamatorios no esteroideos; las mujeres en estos estudios podrían haberlos utilizado para tratar los síntomas del aborto espontáneo (por ejemplo, cólicos), por lo que no es posible determinar si estos fármacos se utilizaron antes o después de que se produjera un aborto. Además, estos estudios excluyeron a las mujeres que pudieron haber utilizado antiinflamatorios no esteroideos y cuyos embarazos se interrumpieron mediante abortos con fines terapéuticos (inducidos), lo cual probablemente ocasionó que el uso de estos fármacos entre los controles fuera menor que en las mujeres que sufrieron un aborto espontáneo. Por último, los estudios no tuvieron en cuenta el momento de incorporación de los sujetos al estudio (es decir, el momento de la gestación cuando se seleccionó a los sujetos para el estudio). Éste es un aspecto importante, ya que el riesgo de sufrir un aborto espontáneo difiere considerablemente en función de la edad gestacional y, por definición, no puede producirse después de las 20 semanas de embarazo. Dada la ausencia de criterios específicos, no puede determinarse si el momento de incorporación al estudio —y, por lo tanto, el riesgo de sufrir un aborto espontáneo al incorporarse― difiere intrínsecamente con el uso de antiinflamatorios no esteroideos.

También se llevaron a cabo otros dos estudios de observación que incluyeron un total de 3,835 sujetos de forma prospectiva que no estuvieron sujetos a las mismas limitaciones en su diseño que los de casos y controles retrospectivos mencionados previamente. Sin embargo, en estos estudios no se obtuvieron resultados congruentes. Uno de los estudios prospectivos de cohorte identificó una asociación positiva entre la exposición a los antiinflamatorios no esteroideos sin aspirina con receta y el aborto espontáneo, con un cociente de riesgos instantáneos ajustado (aHR) de 1.8 (95% CI=1.0-3.2).5 El otro estudio prospectivo evaluó la relación entre los antiinflamatorios no esteroideos sin aspirina de venta sin receta y el aborto, y no identificó un riesgo más elevado (aHR=0.9, 95% CI=0.7-1.1).6
Apoyados en estos estudios de observación, creemos que los resultados no son concluyentes en lo que respecta a una posible relación entre los antiinflamatorios no esteroideos y el aborto.

Los opioides y las anomalías congénitas del tubo neural
Hemos revisado dos estudios de casos y controles retrospectivos que analizaban la exposición a los opioides durante las primeras etapas del embarazo y el riesgo de padecer anomalías congénitas del tubo neural.7, 8 Para realizar los estudios se entrevistó a 28,000 mujeres a fin de obtener información sobre el uso de opioides durante el embarazo. Ambos estudios concluyeron que el uso de opioides por parte de las madres de bebés con anomalías congénitas del tubo neural era mayor en las primeras etapas del embarazo que entre aquellas con bebés que no las padecían (aOR=2.2, 95% CI=1.2-4.2; aOR=2.0, 95% CI=1.3-3.2). Si bien los dos estudios estaban bien diseñados a grandes rasgos para evaluar la relación entre el uso de los opioides y el aborto, ambos eran susceptibles de sufrir limitaciones parecidas. En particular, la realización de las entrevistas a las madres podría haber afectado la validez de sus hallazgos. Por ejemplo, las madres de bebés que padecen anomalías congénitas del tubo neural pueden recordar más claramente haber utilizado opioides durante el embarazo que las madres de bebés sin estas anomalías. Además, la participación de las madres de bebés que padecen anomalías congénitas del tubo neural y que pudieran haberse visto expuestas a estos fármacos podría ser mayor.

Es necesario realizar más investigaciones sobre este asunto antes de que podamos determinar si las pruebas corroboran la existencia de un riesgo mayor de padecer anomalías congénitas del tubo neural en relación con la exposición a los opioides durante las primeras etapas del embarazo. El riesgo absoluto de padecer anomalías congénitas del tubo neural es bajo en los Estados Unidos, con una incidencia de entre cuatro y seis casos por cada 10,000 nacimientos vivos.12, 13 Por lo tanto, de ser cierto, un riesgo dos veces mayor sólo representaría un pequeño aumento en el riesgo absoluto de padecer anomalías congénitas del tubo neural.

El paracetamol y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Evaluamos un estudio prospectivo de cohorte que indicaba una relación mayor entre el uso de paracetamol durante el embarazo y la ocurrencia del TDAH en los niños.9 Las variables estudiadas incluyeron el diagnóstico de síndrome hipercinético (HKD, por sus siglas en inglés) y el uso de medicamentos para el tratamiento del TDAH a partir de los 5 años de edad, así como conductas similares a las relacionadas con el TDAH con base en entrevistas realizadas a las madres de los niños a partir de los 7 años de edad. La población estadística incluyó 64,322 embarazos con información para evaluar el diagnóstico de síndrome hipercinético y el uso de medicamentos para el tratamiento del TDAH, y 40,916 embarazos con información para evaluar la conducta de los niños.

En el estudio, las madres que admitieron haber usado paracetamol en algún momento durante el embarazo mostraron una conducta similar a la relacionada con el TDAH con más frecuencia que las que no estuvieron expuestas a este fármaco (cociente de riesgos ajustado [aRR]=1.13, 95% CI=1.01-1.27). Las mujeres que reportaron el uso de paracetamol en algún momento del embarazo también tenían más posibilidades de tener un hijo con un diagnóstico de síndrome hipercinético (aRR=1.37, 95% CI=1.19-1.59) o un hijo que utilizara medicamentos para el tratamiento del TDAH (aHR=1.29, 95% CI=1.15-1.44), en comparación con las mujeres que estuvieron expuestas a este fármaco. La relación para todas las variables era mayor con el uso del paracetamol en varios trimestres y por más de 20 semanas durante el embarazo.
Este estudio presentaba varias limitaciones metodológicas que dificultaron la interpretación de los hallazgos. Los autores no tuvieron en cuenta los indicadores generales del estado de salud, entre ellos la utilización de servicios médicos o medicamentos durante el año previo al embarazo estudiado y durante éste, lo cual podría hacer que las relaciones observadas sean incorrectas. No se proporcionó ninguna información sobre la concentración del paracetamol utilizado ni acerca del número de dosis; por lo tanto, no puede llegarse a ninguna conclusión sobre la relación entre la dosis y el resultado. Los autores tampoco evaluaron los diagnósticos clínicos de TDAH. Los hallazgos de otros dos estudios de observación del desarrollo neurológico en niños expuestos al paracetamol durante la gestación son contradictorios; no obstante, ninguno de estos estudios evaluó específicamente el TDAH como una variable.14, 15
Basándonos en estos estudios, creemos que los resultados no son concluyentes en lo que respecta a una posible relación entre el uso de paracetamol durante el embarazo y el TDAH en los niños.

Referencias
  1. Babb M, Koren G, Einarson A. Treating pain during pregnancy (Tratamiento del dolor durante el embarazo). Can Fam Physician 2010;56:25, 27.
  2. Nakhai-Pour HR, Broy P, Sheehy O, Bérard A. Use of nonaspirin nonsteroidal anti-inflammatory drugs during pregnancy and the risk of spontaneous abortion (Uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos sin aspirina durante el embarazo y riesgo de aborto espontáneo). CMAJ 2011;183:1713-20.
  3. Nielsen GL, Sørensen HT, Larsen H, Pedersen L. Risk of adverse birth outcome and miscarriage in pregnant users of non-steroidal anti-inflammatory drugs: population based observational study and case-control study (Riesgo de desenlace adverso del embarazo en mujeres embarazadas tratadas con fármacos antiinflamatorios no esteroideos: estudio de observación basado en la población y estudio de casos y controles). BMJ 2001;322:266-70.
  4. Nielsen GL, Skriver MV, Pedersen L, Sørensen HT. Danish group reanalyses miscarriage in NSAID users (Grupo danés vuelve a analizar la ocurrencia de los abortos espontáneos entre las mujeres tratadas con AINE). BMJ 2004;328:109.
  5. Li DK, Liu L, Odouli R. Exposure to non-steroidal anti-inflammatory drugs during pregnancy and risk of miscarriage: population based cohort study (Exposición a fármacos antiinflamatorios no esteroideos durante el embarazo y riesgo de aborto espontáneo: estudio de cohorte basado en la población). BMJ 2003;327:368.
  6. Edwards DR, Aldridge T, Baird DD, Funk MJ, Savitz DA, Hartmann KE. Periconceptional over-the-counter nonsteroidal anti-inflammatory drug exposure and risk for spontaneous abortion (Exposición periconcepcional a fármacos antiinflamatorios no esteroideos de venta sin receta y riesgo de aborto espontáneo). Obstet Gynecol 2012;120:113-22.
  7. Yazdy MM1, Mitchell AA, Tinker SC, Parker SE, Werler MM. Periconceptional use of opioids and the risk of neural tube defects (Uso periconcepcional de opioides y riesgo de sufrir anomalías congénitas del tubo neural). Obstet Gynecol 2013;122:838-44.
  8. Broussard CS, Rasmussen SA, Reefhuis J, Friedman JM, Jann MW, Riehle-Colarusso T, et al. Maternal treatment with opioid analgesics and risk for birth defects (Tratamiento materno con analgésicos opioides y riesgo de sufrir anomalías congénitas). Am J Obstet Gynecol. 2011;204:314.e1-11.
  9. Liew Z, Ritz B, Rebordosa C, Lee PC, Olsen J. Acetaminophen use during pregnancy, behavioral problems, and hyperkinetic disorders (Uso de paracetamol durante el embarazo, problemas conductuales y síndromes hipercinéticos). JAMA Pediatr 2014;168:313-20.
  10. Werler MM, Mitchell AA, Hernández-Díaz S, Honein MA. Use of over-the-counter medications during pregnancy (Uso de medicamentos de venta sin receta durante el embarazo). Am J Obstet Gynecol 2005;193(3 Pt 1):771-7.
  11. Bateman BT, Hernández-Díaz S, Rathmell JP, Seeger JD, Doherty MS, Fischer MA, et al. Patterns of opioid utilization in pregnancy in a large cohort of commercial insurance beneficiaries in the United States (Pautas de uso de opioides durante el embarazo en una gran muestra de personas con seguro médico en los Estados Unidos). Anesthesiology 2014;120:1216-24.
  12. Wallingford JB1, Niswander LA, Shaw GM, Finnell RH. The continuing challenge of understanding, preventing, and treating neural tube defects (El desafío continuo de la comprensión, la prevención y el tratamiento de las anomalías congénitas del tubo neural). Science 2013;339:1222002.
  13. Parker SE, Mai CT, Canfield MA, Rickard R, Wang Y, Meyer RE, et al. Updated National Birth Prevalence estimates for selected birth defects in the United States, 2004-2006 (Estimaciones actualizadas de la prevalencia nacional de las anomalías congénitas en los Estados Unidos). Birth Defects Res A Clin Mol Teratol 2010;88:1008-16.
  14. Streissguth AP, Treder RP, Barr HM, Shepard TH, Bleyer WA, Sampson PD, et al. Aspirin and acetaminophen use by pregnant women and subsequent child IQ and attention decrements (Uso de aspirina y paracetamol en las mujeres embarazadas y reducciones posteriores del CI y la capacidad de atención). Teratology 1987;35:211-9.
  15. Brandlistuen RE, Ystrom E, Nulman I, Koren G, Nordeng H. Prenatal paracetamol exposure and child neurodevelopment: a sibling-controlled cohort study (Exposición prenatal al paracetamol y desarrollo neurológico infantil: un estudio de cohorte controlado con hermanos). Int J Epidemiol 2013;42:1702-13.
La Nota de seguridad completa
FDA Drug Safety Communication: FDA has reviewed possi ble risks of pain medicine use during pregnancy. 09 January 2015 . Disponible en: 1.usa.gov/1ukgDDn

viernes, 12 de septiembre de 2014

Opiodes en el manejo del dolor. El difícil equilibrio entre la opiofobia y la opiofilia


Boletín INFAC , Volumen22, Nº 5 2014
12 de septiembre 2014

La OMS considera que el consumo de analgésicos opioides en un país es un indicador adecuado de la forma en que se trata el dolor. En paises como España, durante mucho tiempo, este parámetro ha mostrado valores no demasiado favorables. Sin embargo, en las últimas décadas, los datos han mejorado claramente debido, entre otros factores, a la mayor sensibilización de los profesionales sanitarios frente al problema del dolor, la creación de unidades de cuidados paliativos y la eliminación de ciertas trabas administrativas que complicaban la prescripción de estos fármacos. Por otra parte, hemos asistido a la progresiva aparición en el mercado de nuevos opioides y a una creciente utilización de los mismos en el dolor crónico no oncológico (DCNO), en parte debida a la gran presión comercial, lo que aumenta el riesgo de un mal uso y abuso de estas sustancias, y ha llevado a algunos autores a hablar de «epidemia de opioides».
El objetivo de este boletín es revisar el lugar en terapéutica de los distintos opioides mayores y la evidencia de su utilidad en dolor crónico no oncológico.
Número completo disponible en http://bit.ly/1y6HedM

jueves, 29 de mayo de 2014

Identificando medicación de alto riesgo: revisión sistemática de la literatura


Eur J Clin Pharmacol. 29 de mayo 2014


Propósito: Un error de medicación (EM ) es un error que causa daño o una amenaza de daño a un paciente. Varios estudios han demostrado que sólo una minoría de los EM en realidad hace daño, y esto podría explicar por qué las revisiones de medicación al ingreso hospitalario reducen el número EM sin mostrar un efecto sobre la duración de la estancia hospitalaria, los reingresos, o la muerte. El propósito de este estudio fue definir los fármacos que causan realmente EM graves. Se realizó una búsqueda bibliográfica de revisiones de la medicación y otros esfuerzos de prevención.

Métodos Se realizó una búsqueda sistemática en PubMed , Embase, Cochrane Reviews , PsycINFO y Swemed + . También se realizaron búsquedas en bases de datos danesas que contienen publicadas quejas de los pacientes, compensaciones a los paciente , y reportes de s errores de medicación.
Se incluyeron artículos e informes de casos, si contenían información de un EM que haya causado una reacción adversa grave (RAM ) en un paciente. Para su inclusión se requirio que incluyera información relativa a la gravedad de la RAM, causalidad y evitabilidad.

Resultados

Esta revisión sistemática reveló que el 47 % de todos los EM graves se deben a siete fármacos o clases de fármacos : metotrexato , warfarina , fármacos anti- inflamatorios no esteroideos (AINES) , digoxina, opioides, ácido acetilsalicílico, y beta- bloqueantes ; 30 fármacos o clases de fármacos causaron el 82% de todos los EM graves. Los diez principales fármacos implicados en los eventos fatales representaron el 73 % de todos los medicamentos identificados.

Conclusión
Centrar la atención en siete medicamentos /clases de fármacos posiblemente pueda reducir las hospitalizaciones, prolongación de las hospitalizaciones , discapacidad, situaciones que ponen en riesgo la vida y la muerte en casi un 50 %.

Saedder EA1, Brock B, Nielsen LP, Bonnerup DK, Lisby M.
Identifying high-risk medication: a systematic literature review.
Eur J Clin Pharmacol. 2014 Jun;70(6):637-45. doi: 10.1007/s00228-014-1668-z.