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jueves, 31 de agosto de 2017

“No hay ninguna política nacional de medicamentos en marcha” señaló Ginés González García


Silvina Iturralde, Comunicar Salud, 31 de agosto de 2017




Con motivo de desarrollarse en la Universidad ISALUD, del 6 al 8 de septiembre, las 27º Jornadas Nacionales y las 26º Jornadas Internacionales de Economía de la Salud, organizadas por la Asociación de Economía de la Salud, conversamos con su presidente, Ginés González García.
Durante la entrevista con Comunicar Salud, Ginés Gonzáles García habló sobre el futuro global y nacional en materia de innovación y financiamiento; la Cobertura Universal de Salud; la creación de una Agencia de Evaluación de Tecnología en Salud; el precio de los medicamentos; las patentes; y cuáles deberían ser los ejes de una política nacional de medicamentos. 
– La charla que abre las 27º Jornadas Nacionales y la 26º Internacional de AES 2017 será una ponencia suya bajo el título “Medicamentos e Innovación Tecnológica, ¿quién pagará la cuenta?”. ¿Qué pasará con la financiación de la innovación?Son dos cosas, primero el ritmo innovativo tiene hoy una velocidad mayor que la que tuvo siempre en la historia. Heráclito decía que nada es permanente más que el cambio, o sea que 500 años antes de Cristo ya se hablaba de esto, aunque nunca se pensó que ocurría con la velocidad de ahora.
Es decir, la innovación hoy en tecnología es mucho más rápida que en cualquier otro sector, un año innovativo significa una cantidad de nuevos conocimientos que se traducen en procedimiento y sobre todo en flamantes moléculas o medicamentos. Esto en realidad es muy útil, porque es un beneficio para la humanidad.
Pero la privatización del conocimiento, que significa nuevas patentes, genera monopolios en cuanto a las tecnologías y los medicamentos, cuyos precios son impagables. No solo para los individuos sino ya para los sistemas en todo el mundo. Un reciente caso es la heptaitis C, donde evidentemente surge una erosión de cualquier financiación y genera una crisis. El tema de la financiación es un problema en el mundo entero.
La industria de la salud a nivel global es la más importante. Desde el punto de vista sectorial, se lleva el 10% del PBI mundial, lo cual podría no ser malo, ya que el mundo en los últimos 50 años ha sido muy exitoso económicamente, no solo en los países desarrollados. El PBI mundial creció seis veces en el último medio siglo.
Pero dentro de eso, el gasto en salud se incrementó más rápido. Pasó de ser el 3% del PBI al 10% y el pedazo que más rápido crece es la innovación y la tecnología. Entonces, los medicamentos como parte sustancial vienen creciendo más rápido que nada, sobre todo los biológicos. Este tipo presenta dificultades mayores respecto a su estabilidad, en cuanto a procesos y fabricación.
Pero lo que decía antes, de ninguna manera eso justifica los costos, que pueden resolverse de dos maneras. Una es conseguir más dinero, cosa que ha tratado de hacer el mundo entero; o trabajar de una manera distinta para que el precio no sea tan caro.
Ese es el dilema y el centro de toda la discusión que vamos a tener, escuchando las voces en este congreso, que hace tantos años llevamos a cabo. En este marco, darán su opinión los financiadores, la propia industria, los usuarios, etc. Siempre buscando que a partir del intercambio se genere una alternativa de solución. Ese es el objeto de la convocatoria, del titulo y de la intensión.
Nosotros como país claramente tenemos un espíritu altruista para financiar  todo para todos, pero no se dice claramente de dónde va a salir la plata. Entonces, de ahí las leyes, luego las decisiones de la justicia, que son: provéanse, páguese y nunca tenemos la mirada del otro lado sobre la financiación. Es complicado.
– ¿Cómo ve el panorama de innovación a nivel local?Argentina está en un momento delicado pero además ante un riesgo muy grave, que todavía no ha tenido una reacción. Y es lo que está planteando el Gobierno nacional con respecto a la disminución de los aportes patronales para salud y para el sistema previsional. En este último no me meto, pero en salud sí sé lo que significaría.
Hoy se financia con lo que pone tanto el empleado como el empleador. El sistema de obras sociales argentino, hoy es la columna vertebral de la salud. Representa el 70%, considerando a las obras sociales provinciales, las gremiales, PAMI, las universidades y los pre pago. Porque el 90% de la población de las pre paga proviene de las obras sociales a las que le sacaron el aporte.
Entonces, imagínese que van a tomar una medida que complica al 70% de los argentinos en el tema quizás más crítico. Me parece que no se puede hacer sin una discusión muy profunda o sin decir cómo seguimos, qué vamos a dejar de hacer en salud, cómo seguir, cómo proveer o limitamos, en el marco de una cuenta que ya en sí misma esta muy exigida.
Sobre todo porque uno no tiene los reaseguros que hay en otros países, donde el sector público pueda cubrir esto, sino que está pasando uno de los peores momentos de su historia, quizá el peor. Yo hablo con directores de hospitales, son alumnos nuestros, a las crisis fiscales de las provincias, se le suma el abandono de los planes nacionales como el Remediar o el Nacer.
Todos esos programas que están tan castigados, significan una cuestión adicional de falta sobre sectores que ya venían golpeados. El Estado nacional se ha retirado a través de los programas con los cuales convergían a ayudar a las provincias.
– Pero existe la Cobertura de Salud Universal (CUS), lanzada por el Ministro en agosto de 2016…¿Qué es el CUS? Nadie lo puede explicar, no hay un documento aún después de habérselo  hecho anunciar, varias veces, al Presidente y después haberle cambiado el nombre a programas que andaban bien como el Remediar y ponerle CUS.
Esto como mínimo es una grosería. Es una cosa ignota, que no figura en el presupuesto; considerando también que este año el presupuesto para salud es menor que el de 2016; la plata que le sacaron al fondo de las obras sociales, los famosos 8.000 millones que nunca dijeron dónde los pondrían y cuándo lo van a poner, tampoco figuran en el presupuesto.
En verdad la Cobertura Universal no pasa de ser un nombre vacío de contenido, que además no es original porque lo viene usando la OMS. Por eso no puedo hablar del CUS, porque en realidad es la nada.
– Retomando el tema de la innovación, ¿cuán importante es, en función de eso, que se cree rápidamente una Agencia de Evaluación de Tecnología en Salud?Creo que es una necesidad del país, la tienen muchos países, esto estaba planteado en algunos documentos. Me acuerdo que nosotros antes de irnos ya también lo planteamos, pero no tuvimos apoyo. Después viene la pregunta sobre qué tipo de agencia y cómo construye consenso.
Muchas de ellas no pueden ser vinculantes, es difícil por la división de poderes que tiene la Argentina. En Inglaterra, si algo es aprobado por NICE, cualquiera de los trust que atienden el grupo de poblaciones tienen que incorporar esa innovación. Pero si no la aprueba, no se incorpora y además la población no tiene derecho a reclamar.
Vuelvo a decir, la agencia de evaluación es un instrumento necesario y útil pero con esto no solucionamos el problema. Lamentablemente, el proyecto no ha sido sostenido con fuerza por el Ejecutivo y ahora está dormido.
– ¿Cree que saldrá por decreto?¿Por qué saldría por decreto? Si estamos en democracia, cómo no pueden ir a explicarlo y convencer en el marco del organismo pertinente. Esta es una especie de coartada, como si alguien les hubiera dicho “no” a la agencia. El Ejecutivo dejó de ir a las audiencias en el Senado, de mantener el interés,  esto tiene que tener una cierta legitimación y consenso. No me parece que por decreto sea la manera de parir una institución que tiene que regular nada menos que cosas tan difíciles.
– En el panel habrá financiadores hablando del tema medicamento, entre ellos el titular del PAMI, que impulsa la compra conjunta de ese organismo con otros del Estado nacional y provincial, ¿la medida servirá para frenar los precios?Usar el poder de compra del Estado y la seguridad social siempre es bueno para mejorar los precios. Pero hay que ver cómo se hace, porque por un lado tienen una política muy débil del Ministerio central con respecto a la compra de medicamentos. Con lo cual no solo es una licitación conjunta, una política de medicamentos es mucho más que una licitación conjunta. Pero yo creo que el poder de compra conjunto, como en todos lados, da mejores resultados desde el punto de vista económico. Pero no es fácil, la idea me parece buena.
– El cierre del encuentro se titula “Hacia la conformación de una política nacional de medicamentos”, ¿cree que ese proceso está en marcha o debe iniciarse de cero? ¿Sobre qué ejes debería fundarse?No, no hay ninguna política nacional de medicamentos en marcha. Si el ministerio nacional deja dinero sin usar como pasó el año pasado y no compra medicamentos para la tuberculosis o el SIDA, yo no veo ninguna acción política en la cosa mínima.
Porque una política en ese sentido es mucho más que una compra de medicamento. Pero, por ejemplo, yo no sé, ni escucho una palabra, de que Argentina esté negociando 5 tratados internaciones en la Unión Europea. Todos sabemos que la propiedad intelectual es la columna vertebral de eso, entonces no es solo lo que haga la seguridad social, el Ministerio o la Cancillería, son muchas cosas que uno tiene que considerar conjuntamente en esto.
Fíjese el drama que significa el precio de los medicamentos para el sistema y prácticamente toda la operación tiene una configuración anterior: la Ley de Prescripción por Genéricos; el listado terapéutico; la sustitución; y el precio de referencia.
Si aplicaran el precio de referencia estoy seguro que bajaría rapidísimo el valor de los medicamentos, pero no lo aplican, ni lo exigen, me parece que es desidia como mínimo.
– ¿Cuáles deberían ser los ejes que funden una política nacional de medicamentos?Son dos: más competencia en precio, que está toda la configuración con las cuatro cosas que le dije antes, si se aplicara eso. Y la segunda: con los nuevo productos y su costos habría que trabajar en aspectos que van desde el poder de compra conjunto hasta presencia en los foros internacionales, tratando de buscar alternativas al tema patentes, que es absolutamente hegemónico hoy, a favor de los fabricantes.  Por ejemplo, una co financiación cuando al país le interesa una investigación en cierto producto.
– Entonces, ¿es fundamental el tema patentes?En el caso de la salud es fundamental, de supervivencia. Como se están planteando los precios, en una especie de  gigantesca extorsión sobre los gobiernos, ya no es sobre los particulares o los seguros públicos.
Europa con el tema de la hepatitis C ha vivido escenarios muy complejos y un pedazo grande de la financiación de los sistemas europeos se esta yendo solo para pagar esa patología. Cuando por patología hay un medicamento, o dos, imagínese  lo que puede suceder a este ritmo innovativo.
Hoy hay mas de 200 monoclonales que están en fase final para ser aprobados, una vez que así sea, van a irrumpir en el mercado a un precio enorme. De hecho, Argentina esta gastando alrededor de 700 millones de dólares al año.
– Argentina ha llevado este tema al Mercosur, ¿con qué resultados?Sí, en el Mercosur se viene hablando, desde hace muchos años, de hacer una cuestión conjunta. En algún momento hicimos mucha política con Brasil, como los países miembros más grandes y con características parecidas. Hoy es posible y necesario. Lo hace la Unión Europea y el Mercosur, los dos bloques.
– En la última edición del newsletter de Comunicar Salud publicamos una entrevista a Sánchez de León, presidente de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, quien habló sobre su objetivo de consolidar una red de laboratorios públicos. ¿Qué opina de esta iniciativa en función de regular el mercado?Con eso no estoy de acuerdo. Un país con 170 empresas farmacéuticas de primera calidad en el mundo, lo que debe hacer es comprar bien. No fabricar. Entiendo que hay pasión y alguna experiencia, en ciertas provincias. Pero de ahí a hacer fabricar y ponerse a producir medicamentos para cubrir un programa que tiene 15 millones de pacientes y que está descubierto, no me parece que sea una buena política.
Podrá ser positiva para alguno de los que está sentado arriba de esos programas. Insisto, si tenemos 170 fabricas lo que tenemos que hacer es comprar bien. Las licitaciones que hacia Remediar, que ahora son por compras directas, eran a precios extraordinariamente bajos.
Muchas empresas no se presentaban porque, si lo hacían a precios tan bajos, desnudaban el que tenían en el mercado de las farmacias. No les gustaba dejar un testimonio de precios  tan bajos. Pero eso funcionó, entonces de ahí a suplantar una cosa que uno ya tiene, que es una inversión del país y hacer fábrica, gastar, poner empleados…
– Son laboratorios que ya existen…Con ningún valor agregado y ninguna innovación, pero de todas maneras entiendo que hay una cosa pasional, que tampoco la podés destruir, pero decir que van a proveer a todo el sistema público me parece una irracionalidad. No me parece que sea un hecho trascendente.
– Para concluir y volviendo a las 27º Jornadas AES 2017, ¿cuál es la mayor expectativa?Yo creo que en este sentido la presencia de todas las partes, financiadores, pacientes, fabricantes, etc., establece el debate en un país que tiene muy poca discusión y propicia la búsqueda de alternativas.
Nosotros estamos construyendo un escenario donde hablan todas las partes y eso me parece importante. No es solo lo nuestro. Lamentablemente, en la Argentina y, sobre todo en el área de la salud, hoy no hay ningún debate.
enlace original
https://www.comunicar-salud.com.ar/2017/08/31/gines-gonzalez-garcia-no-hay-politica-de-medicamentos-en-marcha/



Silvina Iturralde

Silvina Iturralde
Licenciada en comunicación social, especialista en asuntos corporativos y periodista con amplia trayectoria en medios nacionales.



jueves, 18 de mayo de 2017

Argentina: Preocupación de los parlamentarios por el aumento de precios de medicamentos y falta de control estatal


Parlamentario.com, 17 de mayo de 2017







Carolina Gaillard (centro) y Ginés González (der.)

Con la presencia del exministro Ginés González García, un plenario de las comisiones de Salud y de Comercio abordó el tema de aumento de precios de medicamentos. “El Estado tiene que garantizar a la población el acceso a los medicamentos, que son un bien social y no de mercado”, señaló Carolina Gaillard.


La diputada nacional Carolina Gaillard (FpV – Entre Ríos), presidenta de la Comisión de Salud, abrió el plenario de las comisiones de Salud y Comercio de la Cámara de Diputados señalando que “tenemos grandes preocupaciones que nos planteamos en la comisión sobre este tema: por dónde pasa el aumento desproporcionado de los precios de los medicamentos, y cuáles son las políticas de control que se llevan adelante desde el Poder Ejecutivo Nacional, ya sea desde la Secretaría de Comercio u otras áreas”. En este sentido, la diputada resaltó que “lamentamos que la Secretaría de Comercio haya respondido por nota que no corresponde a su competencia el control de precios. Nos ha sorprendido esta respuesta”.
Gaillard agregó que “los medicamentos no son un bien de mercado, sino un bien social y por eso el Estado tiene la obligación de garantizarle a la población el acceso a los mismos”. Y agregó que “la obligación del Estado es tal, que es quien debe garantizar una política adecuada para el control de los precios para que los medicamentos sean seguros y accesibles a la población”. 


“Esta reunión tiene como objetivo plantear cuáles son las diferentes estrategias para el control de precios por parte del Ejecutivo pero también otras alternativas que se plasmen en iniciativas parlamentarias que hoy podremos tomar a través de la opinión de los especialistas para avanzar en legislación concreta, que puede ser a través de establecer precios de referencia o precios testigos, teniendo la visión de Ginés González García, de representantes de las obras sociales, la ANMAT, e INDEC. Lamentamos la ausencia de responsables de PAMI, que en tema precios de medicamentos tienen un rol preponderante”, continuó la entrerriana Gaillard.
La titular de la Comisión de Comercio, la diputada nacional Liliana Mazure (FpV – CABA), expresó que “sorprende la respuesta de la Secretaría de Comercio a nuestra invitación, porque hay resoluciones que hacen que el control de precios de los medicamentos esté dentro de su ámbito. Deseamos que de aquí salga alguna estrategia para el control de precios de los medicamentos que han sufrido la inflación, pero sus precios la han superado”.
Por su parte, el exministro de Salud de la Nación, Ginés González García, afirmó que “el medicamento es el instrumento terapéutico que más usan los médicos”, y señaló que tiene “un gran respeto por la industria farmacéutica, pero debe haber un Estado que regule, porque el medicamento no tiene precio”.
“Considero que se necesita más y mejor regulación estatal, y el PAMI es determinante para contener los precios”, continuó Ginés. Y agregó: “es útil la política de establecer un precio de referencia atado al sistema de seguridad social, y a la vez, reconstituir los sistemas de provisión pública de medicamentos a todo el país con políticas como el Remediar que hoy lamentablemente está bastante desarticulado, ya que pasó de 45 millones de tratamientos repartidos a diciembre de 2015, a 26 millones de tratamientos en 2016. Este es un tema muy serio porque afecta a unos 15 millones de argentinos que, cualquiera sea el precio de los medicamentos, no pueden acceder a ellos”.
La responsable del área del IPC del INDEC, Alejandra Clemente, realizó una muy breve intervención en la que señaló que no hay herramientas en el IPC para realizar control de precios, sino que desde allí se mide la evolución de precios de algunos medicamentos que forman parte de la canasta. De este modo, señaló que de abril de 2016 a abril de 2017 hay un incremento del 32,4% de los medicamentos medidos, mientras que el de la canasta fue del 27,5%.
La farmacéutica Gabriela Bes, del Observatorio de precios de medicamentos, miembro de ADEF y la agrupación Ricardo Laguzzi, denunció desmedidos aumentos de precios que superaron ampliamente la inflación, los aumentos salariales, las jubilaciones y pensiones o asignación, y dio ejemplos concretos de aumentos de noviembre de 2015 a mayo de 2017: Actron 67%, Tafirol 130%, Pervinox 86%, Aspirineta 224%, Bayaspirina 153%, Anapril 86% y T4 106%. “Con la situación económica actual en la que los aumentos están muy por encima de las paritarias y los salarios, mucha más gente se vuelca al sistema público con la gravedad de que hay falta de insumos”, concluyó.
El titular del Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper), Fernando Cañete, señaló que “nosotros atendemos a 7 millones 200 mil afiliados, financiados con recursos que son los aportes de los trabajadores y los aportes patronales, financiamiento que no se compara con el sistema privado ni tenemos reintegros del sistema nacional de salud ni de sistemas provinciales. Nosotros creemos que es muy importante la intervención del Estado Nacional para regular el mercado y garantizar a las obras sociales provinciales la posibilidad del financiamiento de los medicamentos de alto costo que ya no tenemos más posibilidades de seguir solventando, y esta situación nos lleva indudablemente a la imposibilidad de brindar la cobertura que necesitan nuestros afiliados. Apoyo también el avance que se pueda dar en la Agencia de Tecnologías Sanitarias porque esto sería además de gran ayuda”.


http://www.parlamentario.com/noticia-101147.html

miércoles, 25 de mayo de 2016

Es difícil controlar precios de remedios si ejecutivos farmacéuticos son parte del Gobierno"


ambito.com, 24 de mayo de 2016


Ginés González García

El exministro de Salud y exembajador en Chile Ginés González García se refirió a los aumentos de precios en medicamentos y cuestionó que empresarios de la industria farmacéutica sean parte del Gobierno. Consultado por el control de la suba de precios en remedios, en diálogo con Radio 10, dijo: "Los ejecutivos del negocio farmacéutico son parte del Gobierno, así que no va a ser fácil".

González García añadió: "Todos los controles del Gobierno, durante mucho tiempo fallaron, fueron simplemente un artilugio para contener a la opinión pública cada vez que hubo un incremento". En ese marco, destacó la ley de genéricos, impulsada por él años atrás: "La política que mejor resultados dio fue la de genéricos, porque establece competencia en un mercado donde no hay competencia. No es que los medicamentos tengan precio, se los ponen. Lamentablemente esa política de genéricos no fue suficientemente utilizada por el Gobierno anterior tampoco".

Para el exministro "el acuerdo que hizo Ocaña con la industria desbarató mucho, porque el principal prescriptor de Argentina es PAMI". Y concluyó: "El Gobierno tiene la ley y tiene la conciencia ciudadana para obligar a que se cumpla" (la ley de genéricos).

En cuanto a la Gripe A, sostuvo: "Es una situación mucho menos grave que en 2009. Primero, porque hay vacunas. Segundo porque hay una cantidad importante de un medicamento que ahora hay mucha disponibilidad, el oseltamivir".

Por su parte, cuestionó el tratamiento que se le da a la epidemia a nivel nacional: "En la epidemia de dengue dejaron solas a las provincias, anularon la Dirección de control de vectores. No compraron insecticidas ni larvicidas. Las provincias hicieron lo que pudieron. Me parece que ahora están haciendo lo mismo. En una epidemia nacional, es una actitud política. El viernes pasado disolvieron la Dirección Nacional de inmunoprevenibles, que es la que maneja las vacunas. Yo no lo entiendo, no quiero ser crítico ni ensañarme pero me sorprende".

miércoles, 11 de mayo de 2016

Dengue: GGG y Spinelli “Es una vergüenza lo que están haciendo”


Mariana Carbajal, Página 12, 9 de mayo de 2016

DOS SANITARISTAS DENUNCIAN LA FALTA DE PREVISION Y LA INACCION DEL GOBIERNO NACIONAL EN TORNO AL DENGUE


Ginés González García y Hugo Spinelli coincidieron en criticar la falta de respuesta integral. Objetan que se haya delegado en las personas la prevención, que se minimizara el problema, que no se atacara los focos y que no se hiciera suficiente campaña.


Mientras ya son 11 los muertos por el dengue desde que comenzó la epidemia, se multiplican los casos en el país aunque no entren en la estadística oficial: solo le aplican el reactivo para confirmar si se trata de la enfermedad a 1 de cada 10 pacientes que llegan a los hospitales con la sintomatología típica, lo que demuestra que el número oficial de 35 mil casos confirmados constituye un subregistro enorme. Así lo admitió ante Página/12 el propio viceministro de Salud de la Nación, Néstor Pérez Baliño: “El número total de afectados ya no tiene valor”, se desentendió el funcionario. ¿Cómo se llegó a la peor epidemia de dengue en la historia del país? Dos reconocidos especialistas consultados por este diario coincidieron en señalar que el origen está relacionado con lo que el gobierno nacional hizo y lo que dejó de hacer. “Es una vergüenza lo que están haciendo. No es incompetencia, es desidia”, criticó el sanitarista y ex ministro de Salud Ginés González García sobre la falta de una respuesta integral para enfrentar el problema. “El Estado está delegando en cada persona la responsabilidad de la prevención, al pedir que cada uno descacharrice y se ponga repelente. Los estilos de vida sirven para culpabilizar a la víctima”, cuestionó Hugo Spinelli, director del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Lanús, quien consideró además que las muertes registradas hasta el momento “podrían haberse evitado”.

“Cada paciente con dengue es un reservorio del virus. Se deben atacar los focos para mitigar la epidemia. Porque si un mosquito Aedes aegypti lo pica va a convertirse en transmisor del virus al picar a otra persona. Pero el Estado nacional se desentendió del problema. Declararon la epidemia de dengue y ningunearon el problema. El gobierno hizo una publicidad muy simple. Y concibe como si fuera responsabilidad de cada uno que no haya mosquitos en su casa. No fumigaron ni distribuyeron insecticidas en las provincias. El Ministerio de Salud tuvo una actitud indiferente y no se hizo cargo de una epidemia nacional. Debería haber mantenido la fumigación de los focos, especialmente en los espacios públicos y los barrios carenciados. Brasil incorporó al Ejército para controlar la epidemia”, objetó el ex ministro de Salud del gobierno kirchnerista.

Para Spinelli, el Estado no puede delegar la responsabilidad de prevención en los individuos, con mensajes de descacharrar y ponerse repelente. “La medicina dominante transforma las vulnerabilidades sociales en riesgos individuales”, objetó. También cuestionó que cada persona afectada no tenga conocimiento de cuál cepa la afectó. El problema es que si la gente desconoce qué cepa la afectó en esta oportunidad, y vuelve a tener dengue en el futuro con una cepa distinta, podría desarrollar dengue hemorrágico, una versión más virulenta de la enfermedad, que puede llegar a ser mortal, advirtió Spinelli. “Se le debería informar a la población que no se le va a realizar el test que determine la cepa. El gobierno debería aclarar a quién le aplican el reactivo y a quién no”, consideró Spinelli.

La denuncia de un gremio docente en la ciudad de Buenos Aires es un ejemplo de la falta de iniciativa oficial. Desde Ademys, que agrupa a profesores de escuelas medias y superiores, reclaman desde marzo que el gobierno porteño realice fumigaciones “sistemáticas” en los colegios, sobre todo aquellos rodeados de parques, y que además entregue repelente tanto a docentes como al alumnado. “Estamos viendo casos de dengue en casi todas las escuelas, en docentes y en alumnos. El 31 de marzo se murió una maestra de Barracas, Laura López. Fue diagnosticada en el Hospital Muñiz y luego derivada al Méndez, donde fue mal atendida. Tenía diabetes, pero el dengue la mató”, contó a este diario María Isabel Grau, secretaria de prensa del sindicato. El reclamo por fumigaciones y repelente no tuvo eco en el gobierno del PRO.

Desde la cartera de Salud, Pérez Baliño adjudicó a la gestión kirchnerista la falta de acciones de prevención durante 2015, consideró que “el índice de mortalidad es muy bajo” y afirmó que la epidemia ya está “en la rama descendente”, debido a la llegada del frío.
Sin reactivo

Jorge vive en el conurbano, es enfermero y trabaja desde hace más de tres décadas en un hospital porteño. Tres semanas atrás empezó a tener un cuadro febril, típico del inicio del dengue: tuvo entre 38,5 y 39 grados varios días. Y se le sumaron dolores articulares, sin ningún otro foco agregado. Seis días después de caer enfermo fue al Hospital Santojanni a consultar. Le realizaron análisis de sangre, pero no de serología para confirmar cuál cepa lo había afectado. Le explicaron que solo le aplican el reactivo a 1 de cada 10 pacientes con síntomas de dengue. Lo mismo ocurre en otros hospitales en el país. Salvo que la persona afectada tenga alguna otra patología asociada, como por ejemplo, diabetes. Jorge no sabe cuándo fue picado por el mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus. Pero se enteró de que un vecino, que tiene un vivero, también tuvo los mismos síntomas unos días antes que él. Le preocupa no saber qué cepa lo afectó. Se sabe, por el momento, que en el país está circulando la 1, que es la más benigna, igual que en el resto de la región. Después de que cayera enfermo con dengue, Jorge no recibió ninguna visita en su domicilio, en el conurbano, para fumigar su casa y las áreas aledañas.
Subregistro

Según informó el Ministerio de Salud, desde el 3 de enero y hasta el 30 de abril -último registro disponible- se notificaron 63.952 casos con sospecha de dengue (incluyendo probables, confirmados, descartados y en estudio). De ellos, 32.441 corresponden a casos confirmados o probables autóctonos distribuidos en 15 jurisdicciones del país, mientras que 2.551 corresponden a casos confirmados y probables importados, distribuidos en 23 provincias. Se descartaron 14.035 casos y permanecen en estudio 14.925. Los datos indican que en las primeras 17 semanas de 2016, desde que se declaró la epidemia, los casos acumulados superan casi en un 32 por ciento a los registrados en el 2009 para el mismo período. La diferencia entre ambos años para el mismo período es menor a la registrada en las pasadas semanas -que daban cuenta que superaban el 70 por ciento a los del 2009- a expensas del menor número de notificaciones observadas desde la semana del 13 al 19 de marzo. Hasta el momento, indica el parte oficial, “se reportaron 11 pacientes fallecidos con dengue que están siendo evaluados para su clasificación final”. Esta es la peor epidemia de dengue de la historia argentina. Pero el subregistro de casos, en realidad, sería altísimo.

-Si no le aplican el reactivo a todos los pacientes con síntomas de dengue, ¿esa cifra no es mentirosa? -observó este diario en diálogo con el viceministro de Salud.

-Las epidemias tienen tres etapas: la de prevención, la segunda, cuando ya llegó, de contención, y la tercera, de mitigación, tratar de que la gente no se muera. Estamos en esa etapa. El número de casos pierde valor. No es necesario aplicarles el reactivo a todos los pacientes para conocer la serología -respondió el funcionario.

Se realiza el análisis cada diez casos, para confirmar qué cepa sigue circulando. Las provincias más afectadas, señaló Pérez Baliño, son Formosa y Misiones. Pero la transmisión sostenida del virus se mantiene, de acuerdo con el reporte semanal del Ministerio, en las provincias de Buenos Aires, CABA, Córdoba, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe y Santiago del Estero. Por otra parte, se verifica transmisión circunscripta a localidades, barrios o conglomerados con casos autóctonos y probables en Catamarca y Tucumán, y casos aislados autóctonos en La Rioja.

Por debajo de los 12 grados de temperatura el mosquito adulto ya muere, pero las larvas, no, (pueden sobrevivir hasta un año sin agua y resisten temperaturas bajas), con lo cual, indicó Pérez Baliño, entre julio y agosto deberían comenzar las tareas de prevención, eliminando los reservorios donde puedan permanecer. Será tarea para cada hogar.