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sábado, 27 de diciembre de 2014

El negocio detrás de las recetas



El oscuro circuito de la prescripción de medicamentos

Por
Pablo Tomino y Fabiola Czubaj | LA NACION, 27 de diciembre de 2014


En la Argentina, la venta de medicamentos mueve un negocio de más de 50.000 millones de pesos al año, según cifras oficiales. Foto: Archivo


Todos los días, la profesora Ana María D.G. debía tomar media pastilla para la presión. Pero ella lo hacía sólo si se sentía mal. Un día de problemas inmanejables, el médico del colegio donde trabaja le midió la presión. Los valores estaban fuera de control. Cuando se recuperó, le sugirió ver a un neurólogo y "ajustar el tratamiento" con su médico.

Pero ella prefirió una segunda opinión y le recomendaron un especialista que debía ser bueno porque viajaba mucho por trabajo. "Está bien lo que toma -le dijo el profesional, mientras escribía una receta-, pero vamos a probar con esta otra pastilla, que está funcionando mucho mejor. Eso sí, tómela todos los días." Al salir del consultorio, Ana María no sabía por qué le habían cambiado la pastilla. También desconocía las prácticas con las que la industria farmacéutica incentiva a los médicos a prescribir sus productos.

Muestras gratis, vouchers de grandes tiendas y de casas de electrodomésticos, viajes y hasta dinero en efectivo figuran entre las estrategias que algunos laboratorios utilizan para fidelizar a los médicos. Y así lograr que los "lapiceras", apodo de los doctores en este mundillo, receten los productos que producen y comercializan.

En la Argentina, la venta de medicamentos mueve un negocio de más de 50.000 millones de pesos al año, según cifras oficiales. Sin embargo, consultores independientes especializados en el mercado de fármacos aseguran que la cifra es mayor. La facturación alcanzaría 43.000 millones de pesos, sin incluir los fármacos de alto costo, como los oncológicos, las licitaciones y las ventas directas a los hospitales. En el país, cada año se venden 670 millones de "cajitas" de remedios (el 30% son productos de venta libre), según consigna una conocida consultora internacional.

El lado oscuro de la receta médica esconde un verdadero trabajo de inteligencia. Es que ese preciado "papel" representa el principal ingreso para muchos en esta poderosa industria, como lo expresó el titular de un importante laboratorio nacional. Quizás no toda la responsabilidad recae en los médicos: un sistema descontrolado y los bajos salarios en el área de la salud impiden costearse la participación en congresos o suscribirse a una publicación para estar al día con las novedades en la medicina. Y algunos caen en la tentación.

En este sistema, los agentes de propaganda médica (APM) o "valijas", como se los apoda a los 6000 visitadores que registra la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), operan como engranajes perfectos: ellos hacen que las "lapiceras" firmen recetas con uno y no con otro fármaco que se traducen en ganancias millonarias. Aunque existe una ley por la que los médicos deben indicar un producto por su nombre genérico, sólo un 13% lo hace. La mayoría incluye la marca. Esto responde también a una falta de confianza en la calidad de los genéricos que el Estado no erradica y que la industria aprovecha.


A los médicos considerados referentes se los conoce como "lapiceras gordas". Según pudo recabar LA NACION de 22 fuentes que actúan en este engranaje, un laboratorio con capacidad de investigación y desarrollo puede invertir un 20% de su presupuesto en la fidelización de los médicos y la promoción de sus productos. Un visitador con diez años de experiencia gana entre 12.000 y 70.000 pesos por mes. El que mejor paga es un laboratorio nacional, cuyo nombre suele verse en pequeños carteles de pasillos de muchos hospitales.

"La seducción, la fidelización y una relación estrecha que perdure en el tiempo, y que puede incluir dosis de intimidación, son las tres etapas básicas para lograr que un médico indique una marca de manera sistemática", confió un capacitador de los cursos de formación de APM. Para eso, los laboratorios necesitan detectar a los médicos que más recetan un fármaco. Si el producto es de la competencia, se activa la etapa de seducción.

La estrategia más común para obtener esos datos es la compra de informes de las auditorías a las farmacias. Esos documentos revelan quiénes son los médicos más "útiles" en cada especialidad. Otra opción está en manos de los visitadores, un ejército de traje y corbata en el que cada vez se ven más faldas. Repletos de bolsas con muestras, obsequios o insumos de oficina, cada mañana recorren los pasillos de los hospitales. Por la tarde, se ocupan de los consultorios privados. Visitan no menos de 15 o 20 médicos por día.

También tienen la tarea de acercarse a las farmacias vecinas de los consultorios privados. Algunos intentan un trueque: información sobre las recetas a cambio de muestras de productos, en los casos menos groseros.

Esa estrategia le permitió a un laboratorio nacional detectar que un oftalmólogo muy reconocido que trabaja sobre una coqueta calle del barrio porteño de Recoleta recetaba un fármaco "de la competencia". LA NACION pudo conocer que lo tentaron con cursos en el exterior: la mayoría de los destinos eran ciudades puramente turísticas y su familia podía acompañarlo esos 15 días all inclusive.

Tal es la importancia de relevar la información de las farmacias que están surgiendo los agentes de propaganda farmacéutica o APF. Muchos son visitadores desempleados que se reciclan en esta nueva tarea. Esta práctica incluye distintas etapas y niveles de premios, de acuerdo con los dividendos que deje una buena "lapicera".



Una inversión en el largo plazo son los médicos residentes




Pero las estrategias se refinan. Son cada vez más sutiles, encriptadas. Un laboratorio, por ejemplo, alienta la prescripción de uno de sus productos inyectables para tratar el cáncer de próstata con un código numérico por cada unidad recetada. Eso equivale a un puntaje. A mayor cantidad, más lejos es el viaje en juego (con 100 puntos, el destino es Cancún). Cada unidad de ese remedio cuesta 5100 pesos y, vaya paradoja, esa empresa posee un código de ética que expresamente define esa promoción como "práctica ilícita". Hasta 2011, el laboratorio ofrecía electrodomésticos, pero su casa matriz en Europa decidió "cambiar un estilo de promoción tan grosero", según consta en una denuncia de un empleado.





Una inversión en el largo plazo son los médicos residentes. Como cazadores de talentos deportivos, las "valijas" recorren los hospitales para captarlos. Los tientan con muestras y acceso a bibliografía a cambio de recetas. Si un laboratorio despierta el interés de una de estas "lapiceras" en potencia, probablemente logre su lealtad. "Cuando a los médicos los ayudan de jóvenes, son fieles a quienes les dan una mano", confió una fuente de la industria que pidió reserva de su nombre, como la mayoría de los consultados.

A los más jóvenes les siguen en importancia los médicos con por lo menos diez años de antigüedad. La oferta incluye viajes al exterior y vouchers de compras. Computadoras, televisores y equipos de audio están entre los objetos más demandados.

Pero existe otro blanco de seducción: las secretarias. No sólo manejan la agenda de los médicos, sino que muchas están autorizadas por los profesionales para hacer y firmar recetas. Los APM les regalan muestras a cambio de información sobre la cantidad de prescripciones, los horarios y el tiempo libre de sus jefes para personalizar las invitaciones.

En un ranking elaborado de acuerdo con fuentes de los laboratorios, las especialidades más vulnerables son la dermatología, la traumatología, la reumatología, la oncología y la urología. El intercambio de "servicios" puede incluir dinero que se deposita en una cuenta personal o se entrega con un cheque. En 2012, un laboratorio de primera línea destinó mensualmente 20.000 pesos a un médico de una institución privada bonaerense, según confió a LA NACION el visitador, ya retirado, que participó de la operación.
Médicos que recibieron estos ofrecimientos detallaron, a cambio de no ser identificados, que ese portafolios de compensaciones también incluye fiestas privadas en yates, despedidas de año (con o sin servicio de acompañantes), el armado de una fundación para disimular la transferencia de cuantiosos fondos o el ofrecimiento de convertirse en "investigador" de un ensayo clínico con sólo reclutar pacientes para ese estudio.

Frente a este escenario, el Código de Ética para el Equipo de Salud de la Asociación Médica Argentina (AMA) y la Sociedad de Ética en Medicina establece que "los miembros del equipo de salud deberán abstenerse (...) de recibir privilegios o dádivas por el asesoramiento en la compra de material de uso médico o por recetar determinados productos médicos". Antes, aclara que es "una falta grave a la conducta ética la inducción, por parte de empresas y/o laboratorios, al uso de ciertos medicamentos o equipos biotecnológicos médicos con la promesa de dádivas o recompensas". LA NACION intentó hasta ayer sin suerte comunicarse con las autoridades de la AMA.

Las tres cámaras que agrupan a los laboratorios que operan en el país se limitaron a responder que los incentivos médicos son prácticas contrarias a la ética. Cilfa, que reúne a 45 laboratorios nacionales, envió su Código de Ética Empresarial. Destacó que "la promoción y la comercialización de productos debe ajustarse a las normas legales vigentes y a las buenas prácticas del sector", y remitió a una resolución de 2007 del Ministerio de Salud sobre la promoción de medicamentos de venta bajo receta. Allí se les prohíbe a los laboratorios "otorgar, ofrecer, prometer" a los médicos y su entorno algún beneficio, pero se les permite conceder becas de perfeccionamiento profesional. "Se prohíbe expresamente el condicionamiento a prescribir determinado producto", se aclara.

La cámara que representa a los laboratorios extranjeros respondió: "Las empresas que forman parte de Caeme cumplen con un estricto código de buenas prácticas que prohíbe expresamente los incentivos y que establece, entre otros aspectos, normas de transparencia en el relacionamiento con los profesionales de la salud. Cada una de las empresas en Caeme tienen sus propias y exigentes normas en la materia". En tanto, Cooperala, cuyas empresas representan el 20% del mercado de fármacos, aseguró: "No se pueden ofrecer incentivos porque hay una cuestión ética de por medio. Nunca la cámara recibió una denuncia".

Entonces, ¿los laboratorios no incentivan a los médicos? José Charreau, secretario de Acción Social de la AAPM, no dudó: "La respuesta es sí, los incentivan". Y agregó: "La industria manifiesta que se autocontrola con códigos de ética propios que incumple sistemáticamente. En realidad, es un argumento político para evitar leyes que regulen el mercado y la promoción de fármacos. Los visitadores médicos rechazamos estas prácticas corruptas. En todas las provincias se elaboraron leyes de profesionalidad, en las que la AAPM estuvo desde su génesis, y establecen que la promoción de los medicamentos debe regirse por pautas éticas y científicas, sin inducciones económicas, viajes, prebendas o regalías. En general, quienes realizan estas acciones no son APM".

La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados está analizando un código de ética en el que participó la AAPM. Es el mismo texto que, aprobado por unanimidad en la Cámara baja, perdió estado parlamentario en un cajón del Senado. La misma resistencia encontró un proyecto de ley de la legisladora porteña Graciela Ocaña (Confianza Pública) para hacer públicos los incentivos que reciban los profesionales de la salud.


En Estados Unidos, la reforma del sistema de salud incluye por ley una iniciativa similar llamada Programa de Pagos Abiertos, que rige desde este año. Eso permitió conocer que la industria farmacéutica destinó el año pasado 3500 millones de dólares para 546.000 médicos y 1360 hospitales escuela. "El dinero o incentivo que reciben los profesionales en Estados Unidos es enorme e involucra todo tipo de intereses y formas. La Argentina no es ajena a eso", sostuvo Ocaña.

Para intentar resolver estos crecientes conflictos de intereses, promovió primero en Diputados y, ahora, en la Legislatura porteña, un proyecto para que estos incentivos sean públicos. "El proyecto encontró resistencia en los bloques, que se negaron sistemáticamente a darle tratamiento", dijo.

Para Constantino Touloupas, consultor independiente en políticas de medicamentos, hay que reconfigurar un sistema de prácticas tan naturalizadas que ya resultan atractivas hasta para los estudiantes de medicina. "Si la pregunta es si hay incentivos para que los médicos prescriban, la respuesta es sí. Y hay muchos que están convencidos de que eso no está mal, lo que es aún más grave", dijo Touloupas, que también es docente de farmacología y terapéutica de la UBA y la UNLP.

"Con un Estado en mal estado, sin funcionarios relevantes que puedan difundir normas éticas que debieran respetar los APM, los médicos y las empresas, y la industria que declara en el exterior que no va a sobornar más médicos, acá parece ser que no hay sobornos -señaló-. ¿Hay médicos que trabajan honestamente? Sí. ¿Hay médicos que quieren y tienen otra ética? Sí. El problema es que ya son minoría."

Ocaña consideró "imprescindible" transparentar los incentivos para proteger un bien aún mayor: la relación médico-paciente. "Es un vínculo muy especial, que si bien debe resguardarse, debe presentarse de la manera más transparente posible -indicó-. Los dineros que se pierden o se malgastan, ya sea por falta de políticas o por hechos de corrupción, afectan las prestaciones que reciben los pacientes. Las empresas y los laboratorios incentivan a los médicos a utilizar sus productos, aun cuando los sistemas de cobertura contemplan la provisión de insumos de iguales características que cumplen con todos los protocolos clínicos."

¿Bastaría con modificar la ley de prescripción por nombre genérico como se debate en el Congreso? Aparentemente, no. "Estamos basando toda una política en la hipotética exigencia de no sugerir una marca, lo que es una ficción -sostuvo Touloupas-. Un país que permite vales comerciales con un sticker o donde el recetario solidario sólo incluye la marca que tiene la promoción del laboratorio que ofrece esa receta está violentando la ley de prescripción por genérico. Acá se necesita la regulación del sistema. Si la industria puede tomar la información de mi receta en la farmacia e ir a visitar médicos para fortalecer la prescripción a cambio de dinero, el sistema está contribuyendo con el productor, no con el paciente. Y esa lógica colocó a la industria en la fabricación, la distribución, la gestión de convenios y la fijación de normas de reconocimiento de tratamientos de alto costo. ¿Y estamos esperando que se modifique una ley?"

Tres fuentes, una de ellas de alto rango en un ministerio, coincidieron en que la industria también es un fuerte promotor para ocupar cargos científicos, académicos y políticos en niveles de regulación y gerenciamiento.

"Todo esto lo saben las autoridades -aseguró Touloupas-. Quienes formamos médicos y farmacéuticos estamos muy preocupados porque hay que hacerlo en este sistema, que naturaliza esta práctica del incentivo o soborno. Y eso ya es de tal magnitud que parece que la noticia es que está mal. En realidad, el problema es que ocurre.


nota original en
http://bit.ly/1xukJzA

lunes, 10 de febrero de 2014

Muestras Gratis?. No, Gracias



Alfredo Zurita
*, DataChaco 10/02/2014

El aumento del precio de los medicamentos, a consecuencia de la devaluación, es una buena oportunidad para tocar el tema, y los mecanismos comerciales de la industria para inducir su uso, a través de la publicidad sobre los profesionales, y para algunos directamente a la población mediante “chivos” en programas de alto rating.


El profesional egresa con un cierto conocimiento de los medicamentos, basado sobre todo en los que se usan en los hospitales, que vé durante su entrenamiento clínico, usados con criterios más o menos racionales, y se le insiste en usar monodrogas genéricas, combinadas en cada caso si necesario, pero no mezclas de drogas ya preparadas comercialmente, pero como aprende esto en los hospitales públicos puede quedar con la idea de que es así como se trata a los pobres, para ahorrar, sospecha que siempre tiene el ciudadano al juzgar la acción de gobierno, a veces sin razón, pero que puede quedar reforzada al compararlos con los que usan sus familiares atendidos privadamente.

A inicios de los 70 se convino un programa tipo Precios Cuidados, con la industria, y las cajas comerciales de esos productos llevaban cruzada la leyenda “Medicamentos Básicos Sociales”. Eso bastaba para que mucha gente los dejara de lado en las farmacias, y pidieran algo bueno, no para los pobres.

Al comenzar a ejercer será asediado por el visitador médico, un personaje que valija en mano, compite en la sala de espera con los pacientes, y reparte muestras gratis, un poco al estilo de las degustadoras de los super que le dan a uno un trocito de salame, o queso, para animarle a uno a comprar el producto, aunque en este caso no será el médico quien pruebe la muestra gratis, sino sus pacientes, y si parece funcionar el médico comenzará a recetarla. Solía pedir a los visitadores los papers adicionales a sus cartulinas de publicidad, de tipografía muy cuidada, y en general me los traían en visitas posteriores, aunque con algo de sorpresa, pues son largos documentos en inglés, con pruebas estadísticas complejas, que la cartulina publicitaria sintetiza en pocas frases, y con mucha foto artística de apoyo, que muestra ancianos felices, niños sonrientes, etc., como resultado de tomar el medicamento en cuestión.

La muestra gratis es pues el mecanismo de publicidad primario de la industria sobre la profesión, y la iniciativa “NO, GRACIAS”, de médicos de países desarrollados tiende a contrarrestarla, pues estos médicos no aceptan muestras gratis, y muchos tampoco al visitador médico, y prefieren consultar directamente la literatura científica supuestamente más neutra, donde al menos los que han ensayado un medicamento deben declarar si recibieron pagos por ello de la empresa productora o son empleados de la misma. El movimiento NO GRACIAS no tiene aún inserción en Argentina y demás países del tercer mundo, y aunque cuenta con el aval de algunos prestigiosos farmacólogos, es una gota de agua frente a la enorme presión publicitaria de la industria farmacéutica, que puede incluir, además de muestras gratis, apoyo a congresos médicos, viajes y pagos por colaborar en la prueba de nuevos medicamentos, así como su difusión publicitaria posterior.

Es difícil saber cuánto se gasta en medicamentos en Argentina por la enorme variación de cifras de las diferentes fuentes, y porque al menos la mitad de los medicamentos los compra por cantidad el estado, algunas obras sociales y el PAMI, a precios que pueden ser muy inferiores a los de venta al público por unidad, que es donde está el negocio realmente pues a diferencia de la compra por licitación, el paciente individual ya esta cautivo de un nombre comercial, salvo que alguien piense que un lego puede decidir entre varias marcas de una droga, cuando además está en juego su salud. El jefe de gabinete dijo días pasados que estas compras estatales son unos 20.000 millones de pesos por año y si fueran un tercio de las ventas totales, ello representaría un mercado de 60.000 millones de pesos, unos 7.500 millones de dólares, el 15 % del gasto total en salud del país, que es más o menos la proporción de los países desarrollados, aunque muchas veces se ha repetido que Argentina supera esta proporción. Argentina exporta e importa medicamentos, con una balanza desfavorable.

De todos modos nada asegura que el gasto en los países desarrollados sea racional, pues estos países son grandes productores de medicamentos, y lógicamente al contar con poblaciones de alto poder adquisitivo, las empresas ponen toda su imaginación publicitaria para que consuman medicamentos. Los países más pobres somos la parte marginal del negocio, aunque si tienen poblaciones enormes, como Brasil, China y la India hay que tomarlos en cuenta, y quizás por esta razón estos países tienen continuamente problemas con la industria farmacéutica multinacional, que compite con la suya propia en el país, y en terceros mercados.

En forma general podría decirse que muchas personas toman medicamentos que no necesitan, o muy poco, y muchas personas no toman medicamentos que necesitan bastante, y cómo mejorar esto es un problema difícil de resolver en casi todo el mundo al tratarse de un negocio de empresas, cuyos accionistas esperan ganancias, y no mejoras de la salud de la población mundial. Como puede verse al inicio de la película crítica hacia el sistema de salud de Estados Unidos, Sicko, las empresas farmacéuticas son generosas con los legisladores, y la prensa dice que lo mismo ocurre aquí con los partidos políticos, para gastos de campaña, donde por las dudas les dan a todos.

Se asume que el organismo de control del mercado de medicamentos y alimentos en Estados Unidos, la FDA, es el más eficaz del mundo, pero es claro que no puede ensayar por sí mismo los medicamentos, todo depende de la veracidad de los estudios hechos por las mismas empresas farmacéuticas, que le son presentados, pidiendo autorización para vender tal o cual medicamento, y ellas dependen a su vez de los clínicos que prueban los medicamentos en sus pacientes, contra pago, y de la credibilidad de sus nombres en el ámbito científico, y como vemos en la TV, cuando la industria lo puede pagar, se hace hablar a algún medico conocido en aval del medicamento, o alimento en cuestión.

Los grandes problemas de los organismos de control son que les traigan investigaciones truchas, o exageradas, o que les traigan como novedades mezclas de medicamentos ya conocidos, que se venderán con el agregado de PLUS al nombre original, o algo así, mucho más caros.

El equivalente de la FDA en Argentina es la ANMAT, si uno entra a su página Web encontrará que se han autorizado ensayos clínicos de unos 1.800 medicamentos, casi todos mezclas, y casi todos presentados por empresas multinacionales, que se desarrollan en hospitales públicos y clínicas privadas, con el aval de los comités de ética de estas instituciones. Puede verse por ejemplo que 168 de estos estudios han sido autorizados en el Hospital Italiano de Buenos Aires, en tanto que ninguno se realiza en el Hospital Perrando, lo cual contradice una creencia corriente de que solo los pobres son utilizados para estos estudios.

La directora de la OMS dijo días pasados, que solo el 20 % de los países cuentan con mecanismos eficaces de control de sus medicamentos. Esperemos estar en ese 20 %, y que el movimiento “No, Gracias”, comience a difundirse en el país.

*Profesor Titular de Salud Pública
Facultad de Medicina
UNNE 

 Nota original http://bit.ly/1dg1YEq



www.nogracias.eu
www.nograzie.eu
http://www.healthyskepticism.org/global
http://www.aislac.org/
www.isdbweb.org 
www.gapurmed.org.ar

 www.medicossinmarca.cl

sábado, 27 de julio de 2013

Plazos para la transparencia: La Ley Sunshine de pagos a médicos


este comentario editorial  a propósito de un artículo de Ed Silverman (Everything you need to know about the Sunshine Act)  es un perfecto resumen del articulo que reseñaramos del NEJM en mayo, La Ley de Transparencia Sunshine y su impacto en los médicos 
con el agregado de algunos interrogantes a definir



The Physician Payment Sunshine Act
BMJ, 26 de julio 2013
 
Jose G Merino, jmerino@bmj.com


Las regulaciones finales de la Ley Sunshine de Pago Médico requieren que el 1 de agosto, las compañías farmacéuticas y de dispositivos médicos empiezan a informar al Centro de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) cualquier pago a los médicos con licencia o a hospitales de enseñanza, así como la participaciones en propiedad e inversiones en la industria , ya sea por los propios médicos o su familia inmediata. Estos datos estarán disponibles en una base de datos pública a partir del 30 de septiembre de 2014.


Tanto pacientes, aseguradores, como otros interesados, podrán buscar información sobre los pagos o donaciones (en efectivo o en especie) más de $ 10 dólares (£ 6.50; [{euros}] 7,50) a médicos y hospitales, incluyendo los pagos por consultorías, honorarios, contribuciones benéficas individuales (aparte de las muestras gratis), regalías, compensaciones por ser conferencista para eventos de educación médica continua(CME), becas de investigación, regalos, comida, viajes, reservas y fondos para gastos de educación continua. Los pagos para investigación estarán disponibles en una plataforma independiente. Las muestras gratis de productos, los préstamos de equipamiento a corto plazo antes de la compra, descuentos o rebajas, materiales educativos para su uso con o por los pacientes, y dividendos de fondos de inversión que cotizan en bolsa están excluidos de los requerimientos de estos informes.1


Algunos pagos a médicos e industria son de consultoría o por actividades de investigación de valor científico que podría conducir a nuevos medicamentos, pero más frecuentemente las donaciones en efectivo y en especias se ofrecen para cambiar los patrones de prescripción de los médicos. Los estudios muestran que incluso los pequeños regalos pueden dar lugar a cambios en el comportamiento sutiles entre los médicos, es por eso que muchos de nosotros recibimos invitaciones para participar en actividades educativas o grupos de asesoramiento que se centran en trastornos y medicamentos específicos. Una encuesta nacional médica encontró que el 71% de los médicos ha recibido donaciones de la industria en 2009.2 Un estudio realizado en Massachusetts, un estado que requiere que la industria haga públicos los pagos de más de $ 50 a los médicos, encontró que entre julio de 2009 y diciembre de 2011, la industria hizo 32.227 pagos a 11.734 médicos por valor de $ 76.7 millones.3 La mayoría de los pagos (88%) fueron los servicios, que incluyen consultoría y participación como oradores. El número y el importe de los pagos disminuyeron ligeramente durante los 30 meses del estudio, y no está claro si esto se debe a esta obligación de notificarlos.

El objetivo de la Ley de Transparencia Sunshine es promover una mayor transparencia sobre estas relaciones financieras. Se espera que la ley influya en el comportamiento de los médicos, las compañías farmacéuticas y de dispositivos médicos, y tal vez en pacientes y aseguradores. Pero el impacto de la obligación de información todavía no está claro, y la aplicación de la ley plantea muchas preguntas. ¿Los pacientes buscarán en la base de datos antes de conocer a su médico? ¿Los médicos cambiaran su comportamiento para evitar aparecer en la base de datos? ¿La identificación en la base de datos afectará la reputación de los médicos? ¿Existe un umbral de relación aceptable con la industria? ¿Los médicos cambiarán su percepción de los consejos de los líderes de opinión y de los oradores en eventos CME si conocen los pagos que reciben del patrocinador? ¿La ley obstaculizara colaboraciones constructivas entre médicos e industria, impactando negativamente el desarrollo de fármacos? ¿Los aseguradores usarán la información de la hora de establecer redes de proveedores? ¿Los cambios en el comportamiento de médicos o de la industria suponen un ahorro en salud?

En un artículo publicado en el BMJ de esta semana, Ed Silverman explica las implicaciones de la Ley de Transparencia para los médicos (doi: 10.1136/bmj.f4704 ). Destaca la necesidad de que los médicos identifiquen relaciones que desencadenarán informes, aclara la importancia de supervisar la precisión de la base de datos, y se explican los pasos para corregir cualquier información errónea. Leyendo el artículo me di cuenta de que cada uno de nosotros tendrá que decidir cómo nos sentimos acerca de estar identificado en la base de datos de notificación y actuar en consecuencia.


Referencias

01. Agrawal Shantanu, Brennan N, Budetti P. The Sunshine Act—effects on physicians. N Engl J Med2013;368:2054-7. 

02. Campbell EG, Rao SR, DesRoches CM, Iezzoni LI, Vogeli C, Bolcic-Jankovic D, et al. Physician professionalism and changes in physician-industry relationships from 2004 to 2009. Arch Intern Med2010;170:1820-6.

03. Kesselheim AS, Robertson Jr CT, Siri K, Batra P, Franlin JM. Distribution of industry payments to Massachusetts physicians. N Engl J Med2013;368:2049-52.


el articulo original
The Physician Payment Sunshine Act. BMJ 2013;347:f4764
http://bit.ly/11okrIx

y el enlace al articulo
Ed Silverman
Everything you need to know about the Sunshine Act
BMJ 2013;347:f4704
http://bit.ly/1byyJNr

viernes, 31 de mayo de 2013

La Ley de Transparencia Sunshine y su impacto en los médicos



NEJM, 30 mayo de 2013

La nueva Ley de pagos a los médicos Sunshine, requiere la notificación pública de los pagos a los médicos y hospitales docentes por parte de las compañías farmacéuticas y de dispositivos médicos, así como los informes de determinadas participaciones. La ley auspiciada por los senadores Charles Grassley (republicano) y Herb Kohl (demócrata) y apoyada por las asociaciones de consumidores, incluye las comidas, honorarios, gastos de viaje, y becas de los fabricantes, así como la participación o inversiones en las compañías, por parte de los médicos o de sus familiares directos. La información, desde agosto de 2013, que identificará a los médicos, será publicada en un sitio web público desde 2014, en el marco del Programa Nacional de Transparencia de Pago Médico (NPPTP) de los Centros para Servicios de Medicare y Medicaid (CMS).




El interés en la divulgación pública fue estimulado por la intensidad de las relaciones financieras entre médicos e industria. Un estudio de 2007 reveló que el 94% de los médicos de Estados Unidos tuvo alguna relación con la industria, un 83% recibieron regalos, y el 28% recibió pagos por servicios profesionales, como consultorías o participación en una investigación. De los médicos que informan relaciones con la industria, 60% estuvo involucrado en educación médica, y 40% en la elaboración de guías de práctica clínica. En 2001, la industria se había convertido en la principal fuente de fondos para investigación y desarrollo, lo que representa 55 a 60% de los cerca de US $ 100 mil millones anuales. La financiación comercial de la educación médica continua (CME) también ha aumentado, la industria paga ahora por más de un tercio de todas las ofertas de CME.



Los esfuerzos previos para aumentar la divulgación de las relaciones financieras médico-industria, incluyen un informe del año 2009 del Instituto de Medicina (IOM). Las recomendaciones desarrolladas por la IOM fueron "identificar, limitar y gestionar [potenciales conflictos de interés] sin afectar colaboraciones constructivas con la industria", y hizo un llamado para ampliar transparencia pública. La Comisión Asesora de Pagos de Medicare (MedPAC) también ha publicado informes que examinan las relaciones industria-médico y propuso un programa nacional de presentación de informes. 4,5 Las organizaciones médicas y de la industria, incluyendo la Asociación Americana de Colegios Médicos, la Asociación Médica Americana, el Colegio Americano de Médicos , la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, la Asociación de Tecnología Médica Avanzada, y la Investigación Farmacéutica y Fabricantes de América, han producido códigos voluntarios de ética para la gestión de las relaciones médico-industria.

 
Una cantidad considerable de datos ya son de dominio público. Varios estados – Maine, Massachusetts, Minnesota y Vermont – solicitan informes públicos de las relaciones financieras. Y por lo menos 13 compañías farmacéuticas deben publicar información acerca de los lazos con médicos en "acuerdos de integridad corporativa" que resultan de acuerdos con la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Adicionalmente otras compañías han difundido voluntariamente los pagos a médicos en los sitios web públicos.

 Los dos grupos afectados por el nuevo programa son las entidades que deben notificar - Fabricantes y Organizaciones de compras grupales (GPO) – y del otro lado quienes reciben los pagos: médicos y hospitales de enseñanza. 

Hay tres tipos de transferencias serán notificadas y seguidas: pagos generales, propiedad y los intereses de inversión, y pagos para la investigación

En primer lugar, todas las empresas de medicamentos o dispositivos que operan en los Estados Unidos, están obligadas a declarar (ya sean empresas matrices, filiales, auxiliares…) las “transferencias de valor” a los médicos y hospitales de enseñanza relacionadas con todos sus productos. En segundo lugar, la ley abarca a todos los doctores en medicina, osteopatía, odontología, podología, optometría y medicina quiropráctica. Los pagos o intereses de inversión incluyen a los médicos y a los miembros de su familia inmediata. Y, en tercer lugar, la ley prevé la notificación de los pagos o transferencias de valor de por lo menos $ 10, y las transacciones de menos de $ 10 si se suman un total de $ 100 o más en un año calendario. En efectivo o en equivalente de efectivo.

 La Ley de Transparencia está diseñada para proporcionar información objetiva sobre los tipos de relaciones financieras existentes entre: fabricantes o GPO, médicos y hospitales docentes.

Esta permitirá a los consumidores con necesidades de salud más informados y comprometidos, para elegir médicos que usan esta información junto con datos de utilización de recursos y de calidad disponibles para el público.

El programa busca el equilibrio entre el valor de la transparencia de los datos y sus posibles efectos sobre la innovación o la educación médica continua. Por ejemplo, la información sobre los pagos en relación a los productos que se encuentran en desarrollo no serán publicados hasta después de 4 años o hasta que se haya otorgado la aprobación de la FDA, o lo que ocurra primero. El programa reconoce el papel esencial de la financiación de la investigación en el desarrollo de nuevos diagnósticos y terapéuticos, por lo que los pagos de investigación tendrán un flujo de información aparte, que aclarará a los consumidores que las becas de investigación no son beneficios para uso personal de los investigadores.



El articulo completo
 

Agrawal S, Brennan N, Budetti P.

The Sunshine Act--effects on physicians.
N Engl J Med. 2013 May 30;368(22):2054-7.
 
en

martes, 8 de enero de 2013

Prescripción por marca a demanda del paciente: Los almuerzos gratis y las muestras aún funcionan


Un trabajo  y el editorial acompañante publicados el 7 de enero en forma adelantada abordan  algunas razones por la cual los profesionales ceden a las presiones de los paciantes en la prescripción de medicamentos de marca,


el trabajo
Campbell EG, et al "Physician acquiescence to patient demands for brand-name drugs: Results of a national survey of physicians" JAMA Intern Med 2013; DOI: 10.1001/jamainternmed.2013.1539.

y el editorial
O'Malley PG "Systems-level interventions to improve value in prescription medication use" JAMA Intern Med online, Jan. 7, 2013.

Jama Intern Med January 07, 2013

De acuerdo a una encuesta nacional, cuando un paciente solicita un medicamento de marca, muchos médicos se lo dan, en lugar de prescribir un genérico, y la aceptación de promociones en el consultorio de los médicos aumenta esta probabilidad.

Eric Campbell, PhD, del Instituto de Políticas de Salud Mongan en el Massachusetts General Hospital de Boston, y colegas encontraron que alrededor de cuatro de cada 10 médicos dijeron que al menos alguna vez satisfacen el pedido de un medicamento de marca, aún cuando hay un genérico disponible.

Según el informe del grupo publicado como carat de investigación en la revista JAMA Internal Medicine (que reempaza a Archives of Internal Medicine), la aceptación de muestras de medicamentos y de reuniones con representantes de las empresas farmacéuticas parece aumentar esa tasa.

"Estas cifras sugieren que podrían ser sustanciales los costos innecesarios para el sistema de salud asociados con estas prácticas", escribió el equipo.

En el editorial acompañante Patrick O'Malley, MD, MPH, de la Uniformed Services University of the Health Sciences en Bethesda, Maryland, estuvo de acuerdo en el "inmenso costo excesivo" .

"Estas situaciones requieren intervenciones a nivel de sistemas para superar estas prácticas culturales irracionales", argumentó.

O'Malley señala que por ejemplo , en grandes sistemas de salud cerrados con cobertura de farmacia y formularios gerenciados, la farmacia puede tomar la decisión sobre la marca versus genéricos, una vez que el médico decidió sobre la relación beneficio/riesgo de un principio activo.



El grupo de Campbell señaló como un ejemplo al sistema médico de Veterans Affairs (VA) , que permiten a los médicos reemplazar la prescripción cuando lo consideran necesario.

Para centros fuera de estos sistemas cerrados de salud, algunas intervenciones podrían ser el establecimiento de políticas que restrinjan las muestras de medicamentos para la farmacia u otra oficina correspondiente en el hospital o sistema de salud.

"Finalmente, los pagadores, tales como Medicare o compañías de seguros comerciales que están interesados ​​en aumentar el uso de los medicamentos genéricos puede considerar la prohibición de la aceptación de alimentos y bebidas en el lugar de trabajo por parte de los médicos", agregaron.

Los dos factores de relación con la industria estaban asociados a una mayor probabilidad de prescripción de medicamentos de marca en la encuesta nacional con 1.891 encuestados tomados de una muestra aleatoria de médicos de siete especialidades (una tasa de respuesta del 64%). Después de ajustar por otros factores, recibir muestras de medicamentos aumentó la probabilidad de ceder a las peticiones de medicamentos de marca de "a veces" para "frecuentemente" (40% versus 31%, P = 0,005).

Recibir en el trabajo, comida gratis y bebidas proporcionados por la industria, también se asoció con un riesgo moderadamente alto de prescribir un medicamento de marca, a petición del paciente "a veces" o " frecuentemente" , en comparación con no recibir alimentos y bebidas (39% versus 33%, P = 0,003 ).

Reunirse con representantes de la industria "a veces" o "a menudo" para estar al día tenían un efecto similar en el hábito de prescripción (40% versus 34%, P = 0,007).

"Estos hallazgos son probablemente el resultado del hecho de que la industria de regale comida y bebidas coincide con 'las reuniones de actualización" con representantes de drogas ", remarcaron los investigadores,"así, estos factores trabajan sinergicamente para aumentar la probabilidad de que los médicos prescriban una marca determinada y claramente cumplen una función de marketing. "

Otros factores independientes en la proporción de médicos quienes por lo menos algunas veces cedieron a la demanda de medicamentos de marca son:
-  Duración de la práctica, en un 43% con más de 30 años de práctica frente al 31% con 10 años o menos (P = 0,001)
-  Tipo de práctica, con una menor probabilidad entre pediatras, anestesiólogos, cardiólogos y cirujanos generales frente a internistas (P <0>
-   Ámbito de la práctica, el 46% en prácticas individuales o de dos personas frente a un 35% en un hospital o escuela de medicina (P = 0,04)

Los investigadores advirtieron que sus resultados pueden haber subestimado lo frecuente de este fenómeno, debido a un posible sesgo de deseabilidad social en las encuestas autoadministradas por los médico.
Otras limitaciones incluyen la incapacidad para ajustar la frecuencia con que se les pidió la prescripción de un determinado medicamento de marca o la frecuencia del medicamento de marca prescrito se dispensó en realidad por la farmacia debido a que algunos estados permiten que el farmacéutico realice la sustitución por un genérico.

La investigación fue apoyada por una beca el Institute on Medical Professionalism at Columbia University.
Los investigadores declararon no tener ningún conflicto de interés.