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viernes, 26 de agosto de 2016

Martin Khor: Resumen 69ª Asamblea Mundial de la Salud y las crisis inminentes.

La 69ª Asamblea Mundial de la Salud abordó las crisis inminentes para las que el mundo no está preparado


Martin Khor, 26 de agosto de 2016 - No. 274 - Año 2016

 
El mundo enfrenta graves problemas de salud pública: desde el surgimiento y resurgimiento de enfermedades infecciosas y el alto costo de los nuevos medicamentos hasta la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos. Estas cuestiones se abordaron en la 69ª Asamblea Mundial de la Salud.

La situación sanitaria mundial se enfrenta a una serie de desafíos críticos y deben emprenderse con urgencia medidas para evitar que se nos salga de las manos.
Esta es la impresión que ha dejado la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebrada en Ginebra del 23 al 28 de mayo de 2016.
La Asamblea Mundial de la Salud es el acontecimiento mundial más importante en el ámbito de la salud pública.  Este año, participaron en la Asamblea 3.500 delegados de 194 países entre los que se encontraban los ministros de salud de la mayoría de estos países.   Esta reunión de una semana de duración mostró el panorama de los problemas de salud más importantes y las acciones emprendidas o propuestas para abordarlos.
En su discurso inaugural, Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentó una visión general de los logros y los desafíos en materia de salud mundial.
Primero, la directora general presentó las buenas noticias: 19.000 niños menos mueren cada día, la mortalidad materna ha descendido en un 44 %, el 85 % de los casos de tuberculosis se ha tratado con éxito, y se ha producido el aumento más rápido en la historia de un tratamiento para salvar vidas, con más de 15 millones de personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que ahora reciben terapia en comparación con las 690.000 personas que recibían tratamiento en 2000.
Según Margaret Chan, la ayuda para la salud ahora es más eficaz  y  la salud se percibe como una inversión para  promover sociedades estables y justas en lugar de como un drenaje de recursos.
Chan indicó asimismo cómo la salud ha pasado de ser un problema local a convertirse en un problema mundial, con la contaminación del aire convertida en una amenaza transfronteriza para la salud que contribuye al calentamiento global, y los patógenos farmacorresistentes propagándose internacionalmente a través de las personas y el comercio de alimentos.
La directora general de la OMS afirmó que los recientes brotes de ébola y zika muestran cómo las emergencias de salud mundial pueden extenderse rápidamente y habló del espectacular surgimiento y resurgimiento de enfermedades infecciosas que el mundo no está preparado para afrontar.
Chan señaló que el panorama de la salud mundial se conforma bajo la influencia de tres desastres de efecto retardado: el cambio climático, la resistencia a los antimicrobianos, y el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles, que son las principales causas de mortalidad en todo el mundo.
Según Chan, estos son desastres provocados por el hombre, generados por políticas que sitúan los intereses económicos por encima de las preocupaciones en materia de salud y medio ambiente. Los combustibles fósiles sostienen las economías, las medicinas para el tratamiento de enfermedades crónicas son más rentables que un tratamiento corto con antibióticos y los alimentos procesados alcanzan unas mayores cuotas de mercado que las verduras y frutas frescas, señaló.
La directora general sostuvo que si no se controlan, con el tiempo estos desastres de efecto retardado alcanzarán el punto de inflexión a partir del cual el daño será irreversible.  En lo que respecta a la resistencia a los antimicrobianos, sostiene que «estamos al borde de una era posterior a los antibióticos, en la que enfermedades por infecciones comunes volverán a ser mortíferas».
Con respecto a la manera de avanzar, Chan definió la cobertura sanitaria universal como la meta que apuntala a todas las demás metas en materia de salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este tipo de cobertura es la máxima expresión de justicia que deja a nadie rezagado y que puede satisfacer las expectativas de las personas sobre una asistencia sanitaria integral, afirmó.
El discurso de la directora general sirvió de marco para los diferentes debates y resoluciones que surgieron a continuación.

En la Asamblea se acordó que la OMS creara un nuevo Programa de Emergencias Sanitarias para permitir a la organización aborde de una forma más eficaz los brotes de enfermedades y las emergencias humanitarias desde un punto de vista operativo.  El objetivo del programa consiste en dotar a la OMS de la capacidad para proporcionar un apoyo rápido, previsible e integral a los países y comunidades y abarca actividades de preparación, respuesta y recuperación para hacer frente a las emergencias y sus consecuencias provocadas por cualquier tipo de amenaza para la salud humana como el brote de una enfermedad y los desastres o conflictos, ya sean naturales o causados por el hombre.

En lo que respecta a la resistencia a los antimicrobianos, muchos países han informado sobre las medidas que han tomado a la luz del Plan Mundial de Acción que se adoptó en la anterior Asamblea Mundial de la Salud de 2015. Varios países en desarrollo han solicitado financiación y tecnología como por ejemplo, equipos de laboratorio, con el fin de identificar cepas resistentes de patógenos y así cumplir el plazo para la elaboración de planes de acción nacionales para 2017.
La OMS elaboró un documento nuevo sobre las opciones para crear un marco mundial de desarrollo y rectoría a fin de respaldar el desarrollo, el control y el uso adecuado de los nuevos medicamentos antimicrobianos y de los instrumentos de diagnóstico. En el mismo documento se informa sobre las medidas que se tomaron el año pasado.
Aunque la Secretaría ha hecho muchos progresos, la implantación de las medidas en el terreno todavía toma mucho tiempo. Por ejemplo, en la región de Asia y el Pacífico solo seis países han finalizado sus planes nacionales y otros cinco aún los están desarrollando.
Al final del debate, Keiji Fukuda, Representante Especial para la Resistencia a los Antimicrobianos en la Oficina de la Directora General de la OMS OMS, afirmó que el próximo año las actividades de la OMS se centrarán en tres elementos: conseguir avances en el Plan de Acción Mundial, desarrollar el marco mundial de rectoría, y fomentar la participación de los líderes políticos para abordar el problema mediante una reunión con los jefes de Estado en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en septiembre.
La Asamblea destacó dos problemas relacionados con la nutrición infantil que confirman la necesidad de que los problemas de salud prevalezcan sobre los intereses empresariales. 
El primero de estos problemas es la obesidad en la infancia y la adolescencia. En 2014 unos 41 millones de niños menores de cinco años presentaban sobrepeso u obesidad, de los cuales el 48 % vivían en Asia y el 25 %, en África.
La Comisión para acabar con la obesidad infantil de la OMS determinó que la promoción de los alimentos malsanos entre los niños era uno de los principales factores para el aumento de la obesidad infantil.
La Comisión recomendó la promoción de alimentos sanos y la que niños y adolescentes reduzcan el consumo de alimentos malsanos y bebidas azucaradas. Además, propuso gravar las bebidas azucaradas y limitar la promoción de alimentos malsanos.
La Asamblea Mundial de la Salud acogió con beneplácito las seis recomendaciones de la Comisión y pidió a la Secretaría de la OMS que elabore un plan de aplicación para orientar las medidas futuras. Además, recomendó a los Estados miembros que elaboren respuestas nacionales para acabar con la obesidad en la infancia y la adolescencia.

Asimismo, la Asamblea aplaudió las directrices de la OMS orientadas a acabar con el segundo de los problemas que hemos presentado: la promoción inadecuada de alimentos para lactantes y niños pequeños.   Según estas directrices, para promover el apoyo a la lactancia materna habría que regular el fomento de la «fórmula de seguimiento» y las «leches de crecimiento» destinadas a niños de seis meses a tres años de la misma forma en que se regula la fórmula para lactantes de 0 a 6 meses.
Además, las directrices de la OMS sostienen que los alimentos para lactantes y niños pequeños solo deberían promocionarse en caso de que cumplan con los requisitos de composición, seguridad, calidad y niveles de nutrientes y siempre y cuando estén en consonancia con las directrices nacionales en materia de alimentación.  También recomiendan que el personal sanitario no acepte regalos o muestras gratis de empresas que promocionen esta clase de alimentos y que las empresas no patrocinen reuniones de personal sanitario.

En relación con la cuestión del acceso a medicamentos y vacunas, la Asamblea Mundial de la Salud acordó unas medidas para hacer frente a la escasez mundial de medicamentos y vacunas como el seguimiento de la oferta y la demanda, la mejora de los sistemas de adquisición y el fomento de la accesibilidad a través de la concesión de licencias voluntarias u obligatorias para los fármacos costosos.
En nombre del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la India organizó una interesante actividad paralela que gozó de una buena acogida, sobre las repercusiones de los acuerdos de libre comercio en el acceso a los medicamentos.
Tras las observaciones de los ministros de salud de los países del grupo BRICS, Frederick Abbott, profesor de derecho norteamericano y orador principal, compartió las razones por las que las disposiciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (AAT) son más estrictas que  las normas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y dificultan el acceso de los miembros del AAT a medicamentos accesibles.
Michel Sidibé, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), apoyó las declaraciones de Abbott y estimó que los 2.000 millones de dólares anuales que ahora se emplean para tratar a 15 millones de pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) podrían aumentar a 150.000 millones de dólares si no existieran medicamentos genéricos y los pacientes tuviesen que utilizar medicamentos originadores a un costo de 10.000 dólares al año por persona.   El ministro de salud de Sudáfrica coincidió con los otros participantes en que las patentes constituyen una barrera para el acceso a los medicamentos.

La contaminación del aire fue otro de los problemas medioambientales destacados. Cada año se producen ocho millones de defunciones debido a la contaminación del aire; concretamente 4,3 millones a causa de la contaminación en interiores y 3,7 millones a la contaminación del aire exterior.
La Asamblea acogió con satisfacción una nueva hoja de ruta de la OMS para responder a los efectos adversos de la contaminación del aire en la salud. Esta hoja de ruta describe algunas medidas que deben tomarse en el período de 2016 a 2019, como la difusión de conocimientos mundiales en relación con las repercusiones sanitarias de la contaminación del aire y la eficacia de las políticas e intervenciones para hacer frente a la contaminación del aire. También tiene como objetivo reforzar los sistemas de seguimiento y presentación de informes sobre las tendencias sanitarias y los progresos realizados hacia el cumplimiento de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionadas con la contaminación del aire, la promoción del liderazgo y la acción coordinada del sector de la salud para aumentar la concienciación sobre la contaminación del aire. Por último, la hoja de ruta pretende fortalecer la capacidad del sector de la salud para responder a los efectos sanitarios adversos de la contaminación del aire mediante capacitación, directrices y planes nacionales de acción.

Las sustancias químicas también tienen que gestionarse de forma adecuada, ya que 1,3 millones de defunciones en todo el mundo se producen a causa de la exposición a sustancias químicas como el plomo y los plaguicidas. La Asamblea Mundial de la Salud se comprometió a garantizar que, para 2020, los productos químicos se utilicen y produzcan en formas que reduzcan al mínimo los efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente.

Entre otras cosas, se acordó que los países mejoren la cooperación internacional mediante la transferencia de conocimientos especializados, tecnologías y datos científicos e intercambien buenas prácticas de gestión de los productos químicos y los desechos. La OMS desarrollará una hoja de ruta con medidas orientadas a alcanzar el objetivo para 2020 y las metas conexas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Una cuestión controvertida que ha llevado dos años de negociaciones es la de la colaboración de la OMS con agentes no estatales.  La Asamblea Mundial de la Salud finalmente adoptó el Marco para la colaboración con agentes no estatales (FENSA) de la OMS, que dota a la OMS de las políticas y los procedimientos para colaborar con organizaciones no gubernamentales (ONG), entidades del sector privado, fundaciones filantrópicas e instituciones académicas.
Por un lado, existe el objetivo de reforzar la colaboración de la OMS con agentes no estatales.   Por otro lado, la OMS debe evitar conflictos de interés que pudieran surgir de una colaboración estrecha con las corporaciones y sus fundaciones, asociaciones y grupos de presión si estos influyen notablemente y de manera indebida en la organización. A las organizaciones de la sociedad civil y a varios países en desarrollo les preocupa la manera como esta influencia de las empresas debilita ya la autoridad de la OMS en materia de salud pública y temen que el FENSA no ayude a revertir sino más bien a reforzar esta tendencia.

Los ODS son un tema de actualidad y la Asamblea acordó los pasos para alcanzar las metas relacionadas con la salud.
En la Asamblea se abordaron las cuestiones para priorizar la cobertura sanitaria universal; trabajar con actores externos al sector de la salud para hacer frente a las causas sociales, económicas y medioambientales de los problemas de salud como la resistencia a los antimicrobianos; aumentar los esfuerzos para combatir el mal estado de salud de madres y niños y las enfermedades infecciosas en países en desarrollo; y centrarse en la equidad dentro de los países y entre ellos sin que nadie quede rezagado.
Se ha solicitado a la OMS que tome las medidas para garantizar que cuenta con los recursos necesarios para alcanzar los ODS y para trabajar con los países y reforzar su capacidad de supervisar el progreso hacia el logro de  las metas.
La Asamblea Mundial de la Salud también adoptó muchas otras resoluciones relacionadas con el Reglamento Sanitario Internacional; el control del tabaco; las muertes y heridas producidas por accidentes de tráfico; el VIH, la hepatitis y las enfermedades de transmisión sexual; el micetoma; los servicios de salud integrados; el personal de salud; el plan de acción mundial sobre la violencia; la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles; la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente; y el envejecimiento saludable.

Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado en South Bulletin Nº 92, 4 de agosto de 2016.

Publicado: 26 de agosto de 2016 - No. 274 - Año 2016 

viernes, 25 de abril de 2014

Obama, el TPP y los países manipuladores de moneda



Martin Khor*
25 de abril de 2014 - No. 160 - Año 2014


*fundador de TWN y director ejecutivo del Centro del Sur.

El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) es un tema central de la agenda del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su visita de esta semana a cuatro países asiáticos: Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas. Es una oportunidad para aclarar las dudas de si el TPP será aprobado por el Congreso, una vez que se alcance un acuerdo.

Una preocupación radica en que el Congreso solo aprobará el TPP si contiene una cláusula que discipline a los países que hacen “manipulación de moneda”. El tema preocupa en Malasia, donde Obama llegará este sábado 26 de abril, uno de los dos países del TPP –junto con Singapur- a los que Estados Unidos califica de “manipuladores de divisas”.

Las diferencias entre Estados Unidos y Japón han bloqueado el avance del TPP. Tokio no quiere abrir del todo cinco productos agrícolas “sagrados”: arroz, trigo, azúcar, carne de cerdo y productos lácteos. Que se llegue a un acuerdo bilateral para que un cierto volumen de productos estadounidenses ingrese con arancel cero o aranceles más bajos a expensas de los demás miembros del TPP, según se informó la semana pasada en un periódico japonés, es motivo de preocupación.

Si Estados Unidos y Japón llegan a un acuerdo, las negociaciones del TPP podrían “desbloquearse”. Y Obama podría entonces empujar a Malasia a avanzar en el TPP, lo cual despierta dudas e inquietudes en el país asiático.

La semana pasada, el gobierno malasio informó a organizaciones de la sociedad civil que se mantiene firme en su posición sobre el control del tabaco, la propiedad intelectual y los medicamentos, las disciplinas relativas a las empresas estatales y la contratación pública, el sistema de solución de controversias inversionistas-Estado y los derechos Bumiputra (grupos étnicos considerados como los pueblos indígenas).

Hay otra cuestión importante. Si Estados Unidos se compromete a un acuerdo final en las negociaciones del TPP, ¿podrá mantenerlo, teniendo en cuenta que es el Congreso el que tiene jurisdicción sobre la política comercial?

Obama está tratando de conseguir la autoridad de vía rápida (fast track) del Congreso, pero enfrenta la oposición de muchos senadores y representantes. Si finalmente no la obtiene, esto significa que el Congreso podría modificar partes del TPP, desarmando lo acordado tras años de dificultosas negociación.

¿Por qué entonces los demás países deberían presentar sus posiciones finales en el TPP cuando lo acordado puede ser estudiado nuevamente por el Congreso de Estados Unidos? Altos funcionarios de algunos países que negocian el TPP han adelantado que están dispuestos a firmarlo solo si el presidente estadounidense obtiene la autoridad de vía rápida.

Poderosos miembros del Congreso también propusieron que, como parte del TPP, Estados Unidos pueda castigar a los países que manipulan sus monedas para obtener una ventaja comercial. Pretendiendo tener el respaldado de una clara mayoría, insisten en que el acuerdo contenga acciones disciplinarias contra los “manipuladores de moneda” e incluso que se puedan aplicar aranceles a los productos de los países infractores.

El senador republicano Lindsey Graham y el representante demócrata Sander Levin advirtieron que votarían en contra del TPP a menos que contenga disposiciones coactivas para combatir la “manipulación de moneda” por parte de gobiernos extranjeros.

Un problema importante en esta propuesta consiste en cómo se define a los “manipuladores de moneda”.

Varios países en desarrollo consideran que Estados Unidos es un manipulador porque los billones de dólares que ha colocado en el sistema bancario a través de su política de dinero fácil han depreciado el valor del dólar para mantenerlo en niveles bajos y aumentar de esta manera la competitividad de sus exportaciones. Pero no es así como los estadounidenses definen la manipulación.

Fred Bergsten, director emérito del Instituto Peterson para la Economía Internacional de Washington, una importante fuerza intelectual detrás de la iniciativa en el Congreso, propone tres pruebas para determinar que un país es “manipulador de moneda”: posee excesivos activos oficiales en moneda extranjera (más de seis meses de valor de las importaciones ); ha adquirido importantes cantidades adicionales de activos oficiales de divisas, lo que implica una intervención considerable, durante un reciente período de seis meses; y tiene un importante superávit en cuenta corriente.

Sobre la base de estos criterios, Bergsten concluye, en un artículo publicado en el Financial Times, que “solo dos países que participan ahora en las negociaciones del pacto comercial, Malasia y Singapur, han sido manipuladores recientes”. Y propone que los países manipuladores enfrenten sanciones severas, como perder el acceso más amplio a los mercados obtenido a través del TPP y permitir derechos compensatorios en contra de las exportaciones subvencionadas por una infravaloración deliberada. También podrían autorizarse “extensos recargos sobre las importaciones” de estos países.

Además, sostiene que el TPP también debería autorizar “una intervención monetaria compensatoria”, a través de la cual Estados Unidos pueda compensar el impacto de las compras de moneda de los países manipuladores comprando las mismas cantidades de divisas.

Las ideas de Bergsten son extremas, pero fueron citadas por Levin cuando hizo su propuesta en el Congreso.

¿Pueden los países del TPP acordar un capítulo sobre “manipulación de moneda”? Si es así, el TPP contendría un elemento muy peligroso y también establecería un peligroso precedente para otros futuros acuerdos.




viernes, 7 de marzo de 2014

El cáncer y el precio de los medicamentos



Martin Khor ,
7 de marzo de 2014 - 

No. 153 - Año 2014


Mi artículo de la semana pasada sobre los efectos del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) en el acceso a los medicamentos para el tratamiento del cáncer se publicó casi al mismo tiempo que el informe de prensa sobre la declaración del ministro de Salud de Malasia, S. Subramaniam, reafirmando la posición oficial del gobierno de este país de excluir el tabaco del TPP.

En la apertura de la Conferencia sobre el Día Mundial contra el Cáncer, S. Subramaniam destacó que la posición de Malasia “no era negociable” en la medida que “el tabaquismo es una clara amenaza a la salud” que está relacionado con el veinte por ciento de los veintiún mil setecientos casos de muerte por cáncer ocurridos en este país en 2012.

Según un artículo publicado en el New York Times, durante 2012 hubo en todo el mundo 14.1 millones de casos nuevos de cáncer, 8.2 millones de muertes por cáncer y 6.3 millones de mujeres que viven con cáncer de mama.

En respuesta a mi artículo de la semana pasada recibí una carta por correo electrónico del doctor Lim Teck Onn, consultor en investigación clínica y exfuncionario del Ministerio de Salud de Malasia, en la que manifiesta que aprecia mucho mis esfuerzos “por llevar ante la atención pública el asunto crucial de la asequibilidad de los medicamentos que salvan vidas”.

“Mi propia investigación ha demostrado que la mayor parte de las muertes por cáncer son evitables en Malasia y de estos casos, la mitad es atribuible a la falta de acceso al tratamiento”, afirma Lim. “Usted mencionó que las empresas indias están liderando la lucha para hacer que los medicamentos sean más asequibles. También hay empresas malasias que participan en una batalla similar”, asegura el especialista.

En un artículo escrito por Lim con otros cuatro investigadores malasios se estimó el número de muertes por cáncer de mama que serían evitables si todos los pacientes de Malasia tuvieran acceso a la atención proporcionada por los principales centros de salud del país. Los autores encontraron que la mitad de las dos mil quinientas setenta y dos muertes por cáncer de mama reportadas eran evitables. De estas muertes evitables, el cincuenta por ciento se debió a que fueron tratadas en etapa tardía, mientras que el otro cincuenta por ciento se debió a la falta de acceso al tratamiento óptimo. Otras muertes evitables también fueron atribuibles a la falta de detección temprana y a la falta de acceso al tratamiento.

La conclusión que puede sacarse de este estudio es que una cuarta parte de las personas que murieron de cáncer de mama en Malasia podrían haber salvado sus vidas -o al menos prolongarlas- de haber tenido acceso a un mejor tratamiento.

Esto nos lleva de nuevo al alto precio de los medicamentos para el cáncer y las negociaciones del TPP. Hay un creciente número de denuncias de que varios de los nuevos medicamentos para el cáncer son demasiado caros. Se estima que el tratamiento tiene un costo de más de 100,000 dólares por paciente.

En abril del año pasado, más de cien especialistas en cáncer de quince países realizaron un comentario conjunto en la revista médica Blood denunciando los altos precios de los medicamentos para el cáncer y pidiendo a las compañías farmacéuticas que redujeran los precios, según se reseñó en otro artículo publicado en el New York Times.

Los médicos, especializados en la leucemia mieloide crónica, un tipo de cáncer de sangre mortal, expresan en el comentario publicado en Blood que los precios de los medicamentos utilizados para tratar esta enfermedad son astronómicos, insostenibles e incluso inmorales. Cobrar precios tan altos por medicamentos que son necesarios para mantener con vida a alguien es especulación, semejante a aumentar los precios de productos esenciales después de un desastre natural.

“Para salvar las vidas de los pacientes es necesario abogar para que bajen los precios de los medicamentos”, expresaron los especialistas y agregaron que los precios de los medicamentos para muchos otros tipos de cáncer son igualmente altos. Como ejemplo pusieron el del Gleevec, utilizado para tratar la leucemia mieloide crónica. El New York Times destacó que entre los críticos figura el doctor Brian Druker, quien fue el principal investigador académico del Gleevec.

Los especialistas describieron que el Gleevec entró en el mercado de Estados Unidos en 2001 a un precio de alrededor de 30,000 dólares al año. Desde entonces, su precio se ha triplicado, aun cuando se ha enfrentado a la competencia de cinco medicamentos más nuevos, que son incluso más caros. “Si usted está haciendo 3,000 millones de dólares al año con el Gleevec, ¿podría arreglarse con 2,000 millones? ¿Cuándo se cruza la línea entre ganar y especular con lo esencial?”, se interrogó Druker en una entrevista.

El Gleevec también se hizo muy conocido porque el gobierno de India decidió no concederle una patente debido a que no era lo suficientemente “nuevo”. La decisión, confirmada por el Tribunal Supremo indio, abrió el camino para la producción de medicamentos genéricos, cuyos precios son mucho más bajos que los de los productos originales de marca.

De hecho, en India hay actualmente varios medicamentos genéricos para el tratamiento de varios tipos de cáncer, ya sea porque no obtuvieron una patente o porque se emitió una licencia obligatoria en un medicamento patentado.

Martin Khor, fundador de TWN y director ejecutivo del Centro del Sur.

viernes, 21 de febrero de 2014

Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) la hora de la verdad en Singapur


TPP: la hora de la verdad
Martin Khor*, 21 de febrero de 2014

* Martin Khor, fundador de TWN y director ejecutivo del Centro del Sur.

Esta semana puede ser la hora de la verdad para el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). Los ministros de Comercio de los doce países que lo integran se reunirán en Singapur del sábado 22 al martes 25 de febrero.
La última reunión, en diciembre también en Singapur, buscaba concretar el TPP, pero quedó en evidencia que aún persistían numerosas diferencias importantes en varios temas.
La reunión de esta semana procura revivir el impulso perdido. Pero el TPP vive momentos críticos y existen dudas de que se logre llegar a un acuerdo en 2014.

El primer problema es Estados Unidos. Aunque su gobierno es el principal impulsor del TPP, la opinión pública y el Congreso se muestran escépticos -o incluso en franca oposición- a acuerdos de libre comercio como éste, porque se cree que quitan puestos de trabajo y traen perjuicios al medio ambiente y la salud.
Otro problema es Japón. El primer ministro Shizo Abe se comprometió a eliminar sus elevados aranceles agrícolas, pero la realidad hizo que su gobierno procurara ahora la exención de seis productos, una medida rechazada por Estados Unidos y los demás países del TPP, lo que ha atascado las negociaciones.

Por otra parte, varios países asiáticos en desarrollo temen que el TPP les quite espacio para la aplicación de sus políticas internas. La opinión pública tiene claro ahora que las propuestas predominantes del TPP sobre las empresas estatales y la contratación pública afectarán negativamente sus políticas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas.
Las propuestas de propiedad intelectual afectarían drásticamente el acceso a los medicamentos, así como las medidas de control del tabaquismo. La UNITAID, la agencia relacionada con el suministro de medicamentos a los países en desarrollo con sede en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, publicó la semana pasada un informe detallado criticando el TPP por socavar el acceso de los pacientes a los medicamentos genéricos baratos.

Malasia propuso que el control del tabaquismo sea excluido de todas las disciplinas del TPP. Sin embargo, recientemente se acordó que esta exclusión no se aplica a los aranceles. El ministro de Comercio e Industria, Mustapa Mohamed, declaró que la exención del tabaco es una “línea roja” establecida por el gobierno, por lo que este país no puede firmar el TPP a menos que se acepte esa exención.
Según informes de prensa, Malasia tiene otras “líneas rojas” referidas a las empresas estatales, la contratación pública, la propiedad intelectual. Y también tiene dificultades con el sistema de solución de diferencias inversionista-Estado del TPP, por el cual los inversores extranjeros pueden demandar al gobierno en un tribunal internacional, aun cuando la medida esté en consonancia con las leyes nacionales.

Teniendo en cuenta todos estos problemas, ¿vale la pena sumarse al TPP?

Es de suponer que estos aspectos negativos deben ser más que compensados por los elementos positivos, que podrían provenir de mayores exportaciones, debido a un mayor acceso a los mercados de mercancías. El problema es que quienes adhieran al TPP también deben abrir su mercado interno, ya que los países miembros deben llevar sus aranceles a cero, con la posible excepción de uno o dos productos. Por lo tanto, cualquier beneficio por el aumento de las exportaciones debe ser comparado con el aumento de las importaciones y el daño causado a la industria nacional y a la agricultura.

En el caso de Malasia, por ejemplo, gran parte de las exportaciones ya están dentro del régimen de aranceles bajos o cero de Estados Unidos, mientras que las exportaciones de Estados Unidos a Malasia tienen aranceles más altos, por lo que puede esperar más pérdidas que ganancias del capítulo de bienes del TPP.
Un estudio de la Asociación de Consumidores de Penang publicado la semana pasada revela que, incluso sin el TPP, Malasia tiene un superávit comercial considerable con Estados Unidos. En 2012, las exportaciones superaron a las importaciones: 26,700 millones frente a 15,900 millones de dólares.

En 2012, los aranceles de Estados Unidos a las exportaciones malasias ascendieron a 207,000 dólares, mientras que los de Malasia a las estadounidenses fueron de 720,000 dólares. De manera que si ambos eliminan todos los aranceles en el TPP, Malasia perderá muchos más ingresos de lo que ahorrarán sus exportadores. De hecho, liberalizaría 3.5 veces más y perdería 3.5 veces más ingresos arancelarios que Estados Unidos.
Por otra parte, una de las exigencias del TPP es prohibir los impuestos a las exportaciones, cuyo objetivo consiste en permitir que las materias primas permanezcan en el país para crear empleo y obtener mayores ganancias por su posterior procesamiento y manufactura.

A menudo se argumenta que los consumidores se beneficiarán de la eliminación de aranceles. Pero esto debe ser sopesado con la pérdida de puestos de trabajo o de actividad económica local si las importaciones desplazan a los productos nacionales.
Y, no menos importante, si se considera que algunos aranceles deben reducirse para mejorar el bienestar del consumidor, esto puede hacerse de forma unilateral y sin tener que adherirse a un acuerdo de libre comercio, evitando así los aspectos negativos del TPP.

La inquietante conclusión es que el aspecto del comercio de mercancías requiere ser tan beneficioso que pueda compensar los muy altos costos asociados con los aspectos no comerciales (derechos de propiedad intelectual, compras del sector público, empresas de propiedad estatal, solución de diferencias inversionista-Estado, etc). Pero todo indica que podría, en cambio, sumarse a los costos.