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viernes, 14 de agosto de 2015

Medicamentos de venta bajo receta más comúnmente dispensados ​​entre las mujeres embarazadas inscritas en el programa de Medicaid de Estados Unidos.



Obstetrics & Gynecology, 31 de julio de 2015

Resumen
Objetivo: Caracterizar los 20 medicamentos más comunes y los 10 medicamentos de venta bajo receta más comunes clasificadas por las antiguas categorías D o X de la FDA de EE.UU., dispensadas a las mujeres embarazadas inscritas en el programa estadounidense de Medicaid.

Métodos: Se realizó un estudio de cohorte de 1.106.757 mujeres embarazadas con nacidos vivos utilizando Medicaid Analytic eXtract data 2000-2007. Utilizamos registros de farmacia ambulatoria para identificar dispensaciones de medicamentos y se informó la proporción de embarazos a los que se dispensa al menos un medicamento con receta. Estratificados por edad materna, raza y origen étnico, las estimaciones se compararon mediante razones de prevalencia e intervalos de confianza del 95% (IC).Resultados: Durante el embarazo, el 82,5% de la cohorte tuvó una dispensa para uno o más medicamentos de venta bajo receta. Los medicamentos más comúnmente dispensados durante el embarazo incluyeron nitrofurantoína (21,6%), metronidazol (19,4%), amoxicilina (18,0%), azitromicina (16,9%) y prometazina (13,5%). Para varios medicamentos, las proporciones fueron más altas entre las mujeres más jóvenes; por ejemplo, nitrofurantoína (23,9% frente a 15,4%; razón de prevalencia 1,55; IC 1,52 a 1,58), metronidazol (20,7% frente a 12,0%; razón de prevalencia 1,73; IC 1,69 a 1,77), y azitromicina (21,1% frente a 11,0%; razón de prevalencia 1,93; IC 1,89 a 1,97) fueron más frecuentes entre las mujeres menores de 20 años que entre las mujeres de 35 años o más. Las proporciones fueron más altas entre las mujeres blancas con algunas excepciones; por ejemplo, en comparación con las mujeres blancas, metronidazol fue más común entre las mujeres de raza negra (29,8% frente a 14,4%; razón de prevalencia 2,07; IC 2.5 a 2.9). Excluyendo los tratamientos de fertilidad, el 42,0% tenía al menos una dispensa para un medicamento clasificado como D o X para el embarazo. La codeína (11,9%) y la hidrocodona (10,2%) fueron los medicamentos D más comunes.Conclusión: Los medicamentos utilizados para tratar infecciones fueron los medicamentos de venta bajo receta más comúnmente dispensados. La dispensación de los medicamentos de venta bajo receta de uso común durante el embarazo varía según la edad materna y la raza-etnia.

el trabajo
Palmsten K, Hernández-Díaz S, Chambers CD, Mogun H, Lai S, Gilmer TP, Huybrechts KF.
The Most Commonly Dispensed Prescription Medications Among Pregnant Women Enrolled in the U.S. Medicaid Program.
Obstet Gynecol. 2015 Jul 31. [Epub ahead of print]

martes, 16 de septiembre de 2014

Se recetan antibióticos a los niños con el doble de frecuencia que la necesaria en infecciones respiratorias agudas


Pediatrics. 15 de septiembre 2014


Unos investigadores señalan que más de once millones de recetas podrían ser innecesarias
Nota al articulo y entrevista a los autores de
HealthDay, 16 de septiembre, 2014

Los pediatras recetan antibióticos más o menos con el doble de frecuencia que la realmente necesaria para los niños con infecciones de oído y garganta, indica un estudio reciente.
Más de once millones de las recetas de antibióticos emitidas cada año para niños y adolescentes podrían ser innecesarias, según investigadores de la Universidad de Washington y del Hospital Pediátrico de Seattle. Ese uso excesivo de antibióticos no solo no logra erradicar las enfermedades virales de los niños, advirtieron los investigadores, sino que respalda la peligrosa evolución de las bacterias hacia la resistencia a los antibióticos.

"Creo que es bien sabido que los médicos recetamos los antibióticos en exceso, y nuestra intención era ponerle una cifra a la frecuencia con que lo hacemos", señaló el autor del estudio, el Dr. Matthew Kronman, profesor asistente de enfermedades infecciosas del Hospital Pediátrico de Seattle.
"Pero tal y como hallamos, en realidad no ha habido un cambio en esta [situación] en la última década", añadió Kronman. "Y no tenemos herramientas fácilmente disponibles en el mundo real para discriminar entre las infecciones provocadas por bacterias o virus".

El estudio aparece en la edición en línea del 15 de septiembre de la revista Pediatrics.
Los antibióticos, unos fármacos que matan a las bacterias o evitan que se reproduzcan, solo son efectivas para las infecciones bacterianas, no para las virales. Pero dado que los médicos tienen pocas formas de distinguir entre las infecciones virales o bacterianas, los antibióticos son con frecuencia el tratamiento por defecto.

Para determinar las tasas de recetas de antibióticos, Kronman y sus colaboradores analizaron a un grupo de estudios en inglés publicados entre 2000 y 2011, y datos de niños menores de 18 años que fueron examinados en clínicas ambulatorias.

Según la prevalencia de bacterias en las infecciones de oído y garganta, y la introducción de una vacuna neumocócica que previene muchas infecciones bacterianas, los investigadores calcularon que alrededor del 27 por ciento de los niños de EE. UU. con infecciones en el oído, los senos nasales, la garganta o el tracto respiratorio superior tuvieron enfermedades provocadas por bacterias.
Pero se recetaron antibióticos en casi un 57 por ciento de las consultas a los médicos para esas infecciones, halló el estudio.
"Pienso que de verdad fue un estudio muy inteligente para obtener una idea de cuál es la carga de enfermedades bacterianas y el uso de antibióticos", comentó el Dr. Jason Newland, director médico de seguridad del paciente y fiabilidad del sistema, y profesor asociado de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri, en Kansas City.
Newland, ex director del Programa de Administración Antibacteriana del Hospital y Clínicas Pediátricas Mercy en Kansas City, citó el "informe de amenaza" de 2013 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., que indicó que cada año mueren 23,000 estadounidenses debido a infecciones resistentes a los antibióticos.
"Todos sabemos que cuando usamos antibióticos aumentamos las probabilidades de resistencia, porque las bacterias evolucionan", comentó. "Debemos usarlos bien y no en esas dosis excesivas. Tenemos que hacerlo mucho mejor".
Actualmente, hay una prueba rápida de estreptococos para distinguir entre las infecciones de garganta bacterianas o virales. Pero aparte de ese análisis, los médicos no cuentan con otras herramientas clínicas para determinar la causa de la mayoría de infecciones respiratorias superiores, según la información de respaldo del estudio. Kronman dijo que espera que la nueva investigación no solo ayude a fomentar el desarrollo de más herramientas de este tipo, sino que también anime a los médicos a pensar de forma más crítica sobre no recetar antibióticos a menos que claramente se necesiten.
Kronman añadió que las investigaciones anteriores indican que los padres, que con frecuencia presionan a los pediatras para que receten antibióticos, responden a sugerencias alternativas para aliviar los síntomas respiratorios superiores de sus hijos, como el uso de acetaminofén y humidificadores, en lugar de que los médicos simplemente digan que no recetarán antibióticos.

"Debemos abordar este [problema] como sociedad", apuntó Newland. "La realidad es que el uso excesivo e innecesario de antibióticos de verdad nos pone en un gran riesgo de que estos antibióticos no [funcionen] en el futuro".



El trabajo de referencia
Kronman MP1, Zhou C2, Mangione-Smith R2.
Bacterial Prevalence and Antimicrobial Prescribing Trends for Acute Respiratory Tract Infections.
Pediatrics. 2014 Sep 15. pii: peds.2014-0605. [Epub ahead of print]

disponible en http://bit.ly/1wpZhXZ

martes, 10 de junio de 2014

Costa Rica: Encuentran interacciones entre medicamentos



Universitarios analizan recetas médicas de pacientes crónicos

Lidiette Guerrero Portilla, Universiada de Costa Rica , 7 Junio 2014

De 709 recetas médicas analizadas, 368 presentaron interacciones medicamentosas clínicamente importantes y 10 de ellas totalmente contraindicadas para su despacho, según revela una investigación realizada por dos profesores e investigadores del Departamento de Farmacología, Toxicología y Farmacodependencia de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica.
El estudio, titulado Identificación de interacciones medicamentosas clínicamente relevantes en prescripciones médicas de pacientes crónicos atendidos en la seguridad social en Costa Rica, lo realizaron los Doctores  Franklin Binns-Quirós y José Miguel Chaverri Fernández, en los servicios de Farmacia de Pavas y Escazú, entre diciembre del 2012 y octubre del 2013.
Del total de recetas analizadas, 397 fueron prescritas en los servicios del área de salud de Pavas y 312 en la de Escazú. En la selección de la muestra escogieron solamente las recetas de pacientes crónicos en las que se les prescribían más de cinco medicamentos, de los cuales dos se administraban por vía oral.
De la muestra total de recetas analizadas se despacharon 5515 medicamentos, con ocho medicinas en promedio por paciente.
Para los doctores Binns y Chaverri las interacciones medicamentosas son un problema serio que hay que tratar de evitar a toda costa, porque pueden generar mayores complicaciones en la salud de los pacientes. Consideran que los profesionales de Farmacia tienen como tarea revisar las prescripciones que hacen los médicos, pero el volumen de trabajo que enfrentan quienes laboran en las dos áreas de salud estudiadas es una de las razones por las cuales no pueden realizar un adecuado análisis de cada receta.
Las interacciones o consecuencias de la combinación de medicamentos pueden producir efectos adversos y la disminución de la respuesta clínica y por esta razón se pueden generar reconsultas, atención en urgencias u hospitalizaciones con las implicaciones económicas que esto puede tener para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

De lo leve a lo grave

En el análisis los universitarios emplearon un programa de la compañía Lexi-Comp en sus versiones móvil y web. Ese programa ofrece cinco categoría de calificación de las interacciones medicamentosas: la categoría A  incluye prescripciones en las cuales no hay datos de cómo elimina el cuerpo el medicamento ni de cómo el medicamento ejerce su efecto en el organismo, en la categoría B cuando los agentes podrían interaccionar entre sí, pero existe poca evidencia de la importancia clínica que esto tendría y en la categoría C se clasifican aquellos medicamentos en cuyas recetas pueden interaccionar entre sí de manera clínicamente importante, pero el beneficio supera el riesgo, de manera que lo que se recomienda es monitorear al paciente.
En las categorías D y X se incluyen las recetas cuyas mezclas de medicamentos son las que generan las interacciones de mayor riesgo entre medicamentos.  En la D se recomienda un análisis del paciente previamente para valorar el riesgo-beneficio de emplearlas y en la categoría X, precisamente porque se tiene comprobada y sustentadas bibliográficamente las interacciones que generan, se alerta para que no se prescriban.
Los resultados del estudio universitario indican que si se suman las interacciones que tienen mayor relevancia clínica como son las de la categoría C, D y X el número se eleva a 3110 interacciones medicamentosas en total; si se suman todas el número se eleva a 3689, es decir que en un 93,5% de las recetas revisadas encontraron una interacción entre medicamentos, con diferentes grados de riesgo.
En el área de salud de Escazú encontraron 105 interacciones calificadas en la categoría D y 2 en la categoría X, mientras que en Pavas se identificaron 253 interacciones en la categorías D y ocho en la categoría X.
El número más alto de interacciones medicamentosas se dio en la categoría C: 957 en medicinas despachadas en Escazú y 1785 en las de Pavas.


Los datos del estudio revelan la cantidad de interacciones entre medicamentos que fueron identificadas por áreas de salud, por nviel de relevancia clínica.


Entre las interacciones detectadas como de mayor peligro (categoría X) y que no deberían prescribirse están: Lovastatina y Gemfibrozilo; Lovastatina y Ketoconazol; Salbutamol y Propranolol; Hidróxido de Aluminio y Magnesio y Simeticona-Vitamina D; y Lovastatina y Claritromicina (Ver cuadro adjunto).
“Llama la atención que un porcentaje importante de las interacciones que detectamos debieron ser informadas al médico, para que él decida si debe o no continuar con el tratamiento o debe hacer una modificación o debería programar una reconsulta para valorar como va el paciente con el tratamiento”, expresó el Dr. Chaverri.
Para el profesor universitario los resultados obtenidos son preocupantes, porque revelan que el problema de interacciones medicamentosas se da en un alto número de casos y con similar frecuencia en las dos áreas de salud estudiadas, pese a que la investigación se centró en solo recetas emitidas para una población de pacientes específica.
En este sentido añadió que los pacientes crónicos son personas en edad avanzada, que pueden generar un cuadro más complejo por las enfermedades que padecen y cuyas consecuencias clínicas sanitarias y económicas serían potencialmente más importantes.
Al referirse al por qué los profesionales de Farmacia no realizan el control necesario para evitar las interacciones medicamentosas indicó que el estudio revela claramente que el volumen de trabajo es exagerado y que para cumplir con esa tarea deberían disponer de más tiempo y de las herramientas específicas adecuadas para hacer las revisiones y al menos poderle advertir al médico tratante, de manera que el paciente no tenga ningún efecto adverso. 
Informó que en el área de salud de Escazú se atienden más de 61 mil pacientes, con un despacho de recetas diario de 2000 y de 40.360 al mes, mientras que en Pavas la población atendida asciende a 75 mil, las recetas diarias son 4500 y 90 mil las mensuales. Toda esa labor la realizan únicamente cuatro profesionales en Farmacia en el área de Escazú y cinco en Pavas.
Además para cumplir con la revisión en forma más expedita requieren al menos de un programa que les facilite la valoración.
Para Chaverri la herramienta tecnológica que ellos emplearon para analizar las recetas es una posibilidad de las disponibles que la CCSS puede ofrecerles a los profesionales de la Farmacia, para que puedan cumplir mucho mejor su labor. También ayudaría si los profesionales (médico y farmacéutico) dispusieran de acceso a expedientes electrónicos.
Este problema que existe en los servicios farmacéuticos no se ha cuantificado en la seguridad social, pero tiene un impacto económico, dijo el investigador. “Tendríamos que ver cuántos pacientes llegan a la reconsulta o a urgencias porque tomaron un medicamentos que le generó efectos secundarios o que no es efectivo, porque uno de los medicamentos no deja que el otro actúe”, concluyó.

Interacciones medicametosas más comunes según relevancia clínica

Categoría A

ATENOLOL - ALOPURINOL ESPIRONOLACTONA - ASPIRINA INDOMETACINA - ALOPURINOL PROPRANOLOL - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO SULlNDACO - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO

Categoría B

ACETAMINOFEN - FENITOÍNA AMITRIPTILlNA - FAMOTIDINA

ASPIRINA - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO CON SIMETICONA ATENOLOL - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO CON SIMETICONA DIFENHIDRAMINA - FAMOTIDINA

FAMOTIDINA - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO GLlBENCLAMIDA - ENALAPRIL

Categoría C

AMITRIPTILlNA - HIOSCINA AMLODIPINO - FUROSEMIDA ERGOTAMINA CON CAFEíNA - S/\\LBUTAMOL ERGOTAMINA MAS CAFEíNA - GEMFIBROZILO FLUOXETINA - CLORFENIRAMINA

LOVASTATINA - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO CON SIMETICONA PROPRANOLOL - ETINILESTRADIOL y LEVONORGESTREL

Categoría D

AMITRIPTILlNA - FLUOXETINA AMITRIPTILlNA - METOCLOPRAMIDA AMLODIPINO - CARBAMACEPINA ENALAPRIL - ALOPURINOL

ENALAPRIL - HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO CON SIMETICONA FLUOXETINA - GEMFIBROZILO

GLlBENCLAMIDA - CARBAMACEPINA

IMIPRAMINA ~ GEMFIBROZILO

LOVASTATINA - CARBAMACEPINA

LOVASTATINA - FENITOINA

METILDOPA - AMITRIPTILlNA

SULlNDACO - FLUOXTINA

Categoría X

LOVASTATINA - GEMFIBROZILO LOVASTATINA – KETOCONAZOL

SALBUTAMOL-PROPRANOLOL

HIDRÓXIDO DE ALUMINIO Y MAGNESIO y SIMETICONA - VITAMINA D LOVASTATINA - CLARITROMICINA



Enlace a la nota original http://bit.ly/1n5RxVC

lunes, 22 de noviembre de 2010

Automedicación, abuso de sustancias y consumo de alcohol en estudiantes que asisten a la Universiudad Nacional de La Plata.

se acaba de publicar

Marín G.H., Cañás M., Carlson S., Silvestrini M.P., Corva S., Mestorino N., Errecalde J & GIS.

Self-Medication, Substance Abuse and Alcohol Consumption in Students Attending to La Plata National University, Argentina.

Lat. Am. J. Pharm. 2010; 29 (8): 1425-30.


http://bit.ly/18ZxLa7

 

RESUMEN

La Organización Mundial de la Salud plantea la estrategia de autocuidado como eje para la promoción de salud. La automedicación está incluida dentro de esta estrategia, pero a menudo se asocia al uso irracional de los medicamentos constituyéndose en un importante problema sanitario. Con el objetivo de establecer la prevalencia de automedicación en una población de estudiantes universitarios de Buenos Aires, se realizó el presente trabajo.

Metodología:
Se recolectaron datos mediante encuesta semiestructurada anónima, autoadministrada. Las variables evaluadas fueron edad, sexo, origen, convivientes, tipo y frecuencia de consumo, lugar de acceso y área de conocimiento del encuestado.

Resultados:

Se encuestaron 5170 alumnos. 46,64% consume regularmente algún medicamento y de ellos el 50,11% se automedica. Mayormente este consumo son analgésicos (88%), y antibióticos (45%). También existió ingesta de ansiolíticos en el 6.9% (39% por automedicación). El consumo de fármacos ilícitos fue del 38.1% (29% marihuana, 4% cocaína, 1,2% paco y 2,9% éxtasis) siendo la frecuencia de consumo diaria/semanal del 18,7%, 19,1%, 5% y 5,8% respectivamente. El consumo periódico de bebidas alcohólicas fue del 82% para cerveza, 56% fernet, 55% vino y 48% whisky. El 30,1% de los medicamentos se adquirieron en un mercado informal (kioscos). Los mayores consumos de cocaína se dieron entre los estudiantes de carreras sociales OR 2,3), y en aquellos que viven fuera del hogar familiar (OR 1,5).

Conclusión:

Los resultados indican que la automedicación elevada entre los estudiantes universitarios es del y un 30% de los medicamentos consumidos se adquieren por fuera del mercado formal.



Resumen original
http://bit.ly/18ZxLa7


SUMMARY.

The World Health Organization raises self-care as a strategy for health promotion. Although self-medication is included in self-care strategy, often it is associate to an irrational medicine’s usage. This factor associated with illicit drugs and alcohol consumption becomes in a public health problem. In orderto establish frequency of self-medication and the prevalence of illicit drugs and alcohol consumption among university students of La Plata, Argentina, was started the present project. Information was collected by anonymous survey, that evaluated age, sex, origin, cohabitants, type, frequency of consumption,and career. A total of 5170 students were polled. 46.64 % consumes regularly some medicine and 50.11 % of this consumption was self-medication. Mainly this consumption consisted in analgesics (88 %) and antibiotics (45 %). Benzodiazepines were also consumed in 6.9 % (39 % by self-medication). The consumption of illicit drugs was 38.1 % (29 % marihuana, 4 % cocaine, 1,2 % “paco” and 2.9 % “ecstasy”). The consumption of alcoholic drinks was 82 % for beer, 56 % fernet, 55 % wine and 48 % whiskey. Medicines were obtained outside pharmacies in 30.1 % of the cases. The major consumption of cocaine was given among students of Social Careers [Odds Ratio (OR) 2.3], and in those that lives without their families (1.5). The results indicate that self-medication is common among university students. Those students that live alone had a significant higher risk of being self-medicated than those that lives with their families.More than 30 % of the medicines were obtained at the informal market (other place that pharmacies)