JAMA Intern Med. 9 mayo de 2016.
Importancia La sustitución terapéutica ofrece un potencial para disminuir el gasto farmacéutico y, potencialmente, mejorar la eficiencia del sistema de salud.
Objetivo Para estimar los ahorros potenciales a través de la sustitución terapéutica tanto en términos de gastos generales y como gasto del paciente en medicamentos de marca cuando estaba disponible un genérico de la misma clase con la misma indicación.
Diseño, ámbito y participantes estudio transversal de medidas repetidas utilizando 107.132 individuos incluidos en el Registro de Gastos Médicos (Medical Expenditure Panel Survey)(2010-2012) representativa a nivel nacional , junto con el informe del uso de medicamentos de prescripción. Para obtener información complementaria se utilizaron El Libro Naranja, declaraciones de las empresas financieras, los registros de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, y la investigación publicada.
Variables principales estimación del exceso de gastos debido al uso excesivo de medicamentos de marca cuando se contaba con un genérico de la misma clase con la misma indicación de menor costo.
Resultados El estudio incluyó a 107.132 personas entre 2010 y 2012, de los cuales el 62,1% (IC del 95%, 61,4% -62,8%) informaron el uso de algún medicamento de prescripción médica. Un total de 31,5% (IC del 95%, 30,7% -32,2%) utilizaba un fármaco de una de las clases de medicamentos incluidos, mientras que el 16,6% (IC del 95%, 16,0% -17,1%) de la población utiliza un fármaco de marca de las clases incluidas en comparación con el 24,0% (IC del 95%, 23,4% -24,7%), que utiliza un genérico (IC del 95%, 8,7% -9,4%) y el 9,1% que utiliza ambos. En las clases de fármacos incluidos, la mayoría de los medicamentos fueron genéricos, con un total de 93,5 mil millones de dosis estandarizadas en comparación con las 47,4 mil millones de dosis estandarizadas de medicamentos de marca. El gasto total de los medicamentos de marca representó $ 147 (IC del 95%, $ 137- $ 156) mil millones de dólares en comparación con $ 62,7 (IC del 95%, $ 58.9- $ a 66.5) mil millones de dólares para los medicamentos genéricos.
Entre 2010 y 2012, se estimó que $ 73,0 (IC del 95%, $ 67.6- $ 78.5) mil millones de exceso en el gasto total y $ 24,6 (IC del 95%, $ 22.6- $ 26.5) mil millones de dólares de exceso en el gasto directo del paciente fueron atribuibles al uso excesivo de medicamentos de marca. El exceso se presento en numerosas clases de fármacos y en muchos aspectos de la medicina y fueron equivalentes al 9,6% del gasto total y el 14,1% del gasto directo del paciente en medicamentos de prescripción. Las clases de fármacos con mayor gasto en exceso incluyeron estatinas ($ 10.9 [SE, $ 0,41] mil millones), antipsicóticos atípicos ($ 9.99 [SE, $ 1,03] mil millones), inhibidores de la bomba de protones ($ 6.12 [SE, $ 0,38] mil millones), inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ( $ 6.08 [SE, $ 0,49] mil millones), e inhibibidores de los receptores de la angiotensina ($ 5,53 [SE, $ 0,35] mil millones).
Conclusiones y Relevancia A pesar de la sustitución terapéutica es controvertida, ofrece un mecanismo potencial para reducir significativamente los costos de medicamentos si se puede implementar de una manera que no afecte negativamente a la calidad de la atención.
El trabajo
Johansen ME, Richardson C. Estimation of Potential Savings Through Therapeutic Substitution. JAMA Intern Med. Published online May 09, 2016. doi:10.1001/jamainternmed.2016.1704.
http://bit.ly/1T7uGxH
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martes, 10 de mayo de 2016
Estimación de los ahorros potenciales a través de la sustitución terapéutica
Etiquetas:
antipsicóticos atípicos,
estatinas,
genéricos,
inhibidores de la bomba de protones,
ISRS,
nombre de marca,
sustitución de medicamentos
martes, 22 de julio de 2014
Sólo una de cada cuatro recetas cumple con la ley de genéricos
Aunque es obligatorio desde 2002, sólo
entre el 20% y el 25% de las prescripciones de remedios se hace por
el nombre de la droga; en 2003, esa práctica llegaba al 71%
Fabiola Czubaj LA NACION, 21 de julio
2014
En la práctica, la obligación de
recetar un medicamento por el nombre de la droga (genérico) cayó en
desuso. Mientras que al año siguiente de la sanción de la ley de
prescripción por nombre genérico, en 2003, el 71% de las
prescripciones llegaba al mostrador de la farmacia con el nombre
genérico, hoy ese porcentaje no supera el 25 por ciento. La mayoría
de los médicos indica la marca que hay que comprar.
Ante la falta de un relevamiento
oficial, LA NACION consultó en una decena de farmacias de distintos
barrios porteños y localidades bonaerenses, donde el diagnóstico
resultó coincidente: una de cada cuatro recetas que presentan los
clientes incluye sólo el nombre del principio activo. Ya en 2011, el
porcentaje había descendido al 20%, según mostró entonces un
relevamiento hecho a pedido de la industria farmacéutica.
"Recetar por nombre genérico era
sólo el comienzo de una política para regular el mercado de
medicamentos. Además, había que fomentar un mercado de genéricos,
que la Argentina aún no tiene, excepto para muy pocos productos,
como los que se utilizan para tratar el VIH/sida", sostiene Aldo
Neri, ex ministro de Salud.
El Sindicato Argentino de Farmacéuticos
y Bioquímicos (Safyb) calcula que la sustitución por nombre
genérico no supera actualmente el 9% de las ventas, en comparación
con el 45% en los países desarrollados con una legislación similar.
"El mercado de medicamentos
necesita estar fuertemente regulado en todos los aspectos y eso aquí
no ocurre -asegura Neri-. Hay que avanzar con un conjunto de
criterios que el Gobierno de ninguna manera implementó,
probablemente por la resistencia de la industria farmacéutica y,
además, por algunos rasgos culturales de nuestro consumo que abarcan
a los médicos que los recetan y a los usuarios que los consumen."
Carlos Vassallo, profesor de economía
de la salud de la Universidad de San Andrés (Udesa), coincide. La
ley de genéricos "fue una medida de corto plazo no pensada como
una política estructural para cambiar un mercado de medicamentos muy
concentrado. Después de la crisis de 2001, el principal aliado era
la gente, que iba a la farmacia y tenía información suficiente para
pedir el medicamento más barato. Esto evitó que los precios se
dispararan. Pero cuando la población comenzó a recuperar su poder
adquisitivo, volvió a la marca".
Desde el Safyb explican que cuando la
farmacia entrega una receta con una sustitución, los prestadores
imponen lo que Marcelo Peretta -secretario general del sindicato-
considera "una penalidad", en referencia a la demora en la
auditoría de la receta para abonar la diferencia del copago, la
autorización recién a 120 días o la devolución de la receta
rechazada "porque está alterada".
La desconfianza en el producto similar
más económico, la falta de difusión de los controles de calidad y
la automedicación con productos de venta bajo receta son
característicos de nuestro consumo de medicamentos. Una encuesta
mostró el año pasado que más del 90% de los usuarios no cambiaría
la sugerencia del médico por una versión similar y hasta un 50% más
económica.
En las farmacias es común que los
clientes entreguen la receta y pregunten el precio. El empleado se
acerca a la computadora, responde y a veces ofrece opciones más
económicas. Las reacciones no varían demasiado: piden la marca que
indicó el médico o preguntan si las versiones más económicas
tienen el mismo efecto. Para enfermedades crónicas o si el usuario
es un chico, rara vez los clientes alteran la indicación médica.
Juan Manuel Gregorio ejerce la medicina
desde 1948 y es autor de La observación en la práctica médica
(Ediciones del Autor). Se formó en la UBA y aprendió que todos los
sentidos, bien entrenados y aplicados al estudio de un paciente,
contribuyen al diagnóstico. "Actualmente, la medicina nada
tiene que ver con la práctica de toda mi vida -cuenta-. El detalle y
la observación ya casi no se aplican. El paciente se va de la
consulta con una lista de estudios por hacer y alguna receta. Tiene
que esperar tres meses para saber qué tiene."
¿Cómo prescribe? Con el nombre
comercial. La pregunta le recuerda que el año pasado las prepagas le
exigían incluir el nombre de la droga, pero ahora, no. "Ya
prácticamente nadie escribe el nombre genérico -dice-. Hay
medicamentos que fabrican varios laboratorios. La diferencia es el
precio. Con esto en mente, trato de indicar un producto de un
fabricante responsable, con seguridad y eficacia respaldadas."
Pero enseguida aclara: "No sólo cura el medicamento, también
lo hace la palabra del médico.
martes, 22 de mayo de 2012
Evolución del consumo de medicamentos de alto costo en Colombia
Jorge Enrique Machado Alba y Juan Carlos Moncada Escobar
Machado Alba JE, Moncada Escobar JC. Evolución del consumo de medicamentos de alto costo en Colombia. Rev Panam Salud Publica. 2012;31(4):283–9.
disponible en : http://bit.ly/Kgjfx5
Objetivo. Determinar el comportamiento del consumo de medicamentos de alto costo (MAC) durante 2005–2010 en una población de pacientes colombianos afiliados al Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Métodos. Estudio descriptivo observacional; se analizaron datos de prescripción de fórmulas dispensadas desde 2005 a 2010 a todos los usuarios (1 674 517) de algún medicamento considerado de alto costo en 20 ciudades de Colombia. Se consideró la clasificación anatómica terapéutica y el número de pacientes, así como la facturación mensual por cada medicamento, la dosis diaria definida y el costo por 1 000 habitantes/día.
Resultados. En todo el período de estudio, el valor facturado por MAC creció 847,4%. Los antineoplásicos e inmunomoduladores constituyeron 46,3% del total facturado, antinfecciosos 15,2%, preparaciones hormonales sistémicas 9,5% y fármacos para el sistema nervioso 9,1%.
La mayoría de estos medicamentos fueron prescritos a las dosis diarias definidas recomendadas por la Organización Mundial de Salud, pero con altos costos por 1 000 habitantes y día.
Conclusiones. En Colombia durante los últimos años se ha presentado una crisis debida al elevado gasto generado por los medicamentos más costosos. El crecimiento progresivo del gasto farmacéutico es mayor que el aumento de la cobertura del sistema sanitario del país. El sistema sanitario colombiano debe evaluar cuánto está dispuesto a pagar por los medicamentos más costosos para algunas morbilidades y qué estrategias debe implementar para sufragar estos gastos y así garantizar el acceso a los asegurados.
Evolution of consumption of high-cost drugs in Colombia
Objective. Determine the patterns of consumption of high-cost drugs (HCD) during the 2005–2010 period in a population of Colombian patients enrolled in the General System of Social Security in Health.
Methods. An observational descriptive study was conducted. The prescription data of formulas of any drug considered to be high-cost dispensed to all users (1 674 517) in 20 cities of Colombia between 2005 and 2010 were analyzed. The anatomical therapeutic classification was considered, and the number of patients as well as monthly invoicing for each drug, the daily dose defined, and the cost per 1 000 inhabitants/day were defined.
Results. Over the entire study period, the amount invoiced for HCDs increased by 847.4%. Antineoplastic and immunomodulator drugs accounted for 46.3% of the total invoicing. The other drugs were anti-infectives (15.2%), systemic hormonal preparations (9.5%), and drugs for the nervous system (9.1%). Most of these drugs were prescribed at the daily doses defined as recommended by the World Health Organization, but with high costs per 1 000 inhabitants/day.
Conclusions. In Colombia a crisis has occurred in recent years due to the high spending generated by the most expensive drugs. The progressive growth of pharmaceutical spending is greater than the increased coverage by the country’s health system. The Colombian health system should evaluate how much it is willing to pay for the most expensive drugs for some diseases and what strategies should be implemented to cover these expenses and thus guarantee access to the insured.
Machado Alba JE, Moncada Escobar JC. Evolución del consumo de medicamentos de alto costo en Colombia. Rev Panam Salud Publica. 2012;31(4):283–9.
disponible en : http://bit.ly/Kgjfx5
Objetivo. Determinar el comportamiento del consumo de medicamentos de alto costo (MAC) durante 2005–2010 en una población de pacientes colombianos afiliados al Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Métodos. Estudio descriptivo observacional; se analizaron datos de prescripción de fórmulas dispensadas desde 2005 a 2010 a todos los usuarios (1 674 517) de algún medicamento considerado de alto costo en 20 ciudades de Colombia. Se consideró la clasificación anatómica terapéutica y el número de pacientes, así como la facturación mensual por cada medicamento, la dosis diaria definida y el costo por 1 000 habitantes/día.
Resultados. En todo el período de estudio, el valor facturado por MAC creció 847,4%. Los antineoplásicos e inmunomoduladores constituyeron 46,3% del total facturado, antinfecciosos 15,2%, preparaciones hormonales sistémicas 9,5% y fármacos para el sistema nervioso 9,1%.
La mayoría de estos medicamentos fueron prescritos a las dosis diarias definidas recomendadas por la Organización Mundial de Salud, pero con altos costos por 1 000 habitantes y día.
Conclusiones. En Colombia durante los últimos años se ha presentado una crisis debida al elevado gasto generado por los medicamentos más costosos. El crecimiento progresivo del gasto farmacéutico es mayor que el aumento de la cobertura del sistema sanitario del país. El sistema sanitario colombiano debe evaluar cuánto está dispuesto a pagar por los medicamentos más costosos para algunas morbilidades y qué estrategias debe implementar para sufragar estos gastos y así garantizar el acceso a los asegurados.
Evolution of consumption of high-cost drugs in Colombia
Objective. Determine the patterns of consumption of high-cost drugs (HCD) during the 2005–2010 period in a population of Colombian patients enrolled in the General System of Social Security in Health.
Methods. An observational descriptive study was conducted. The prescription data of formulas of any drug considered to be high-cost dispensed to all users (1 674 517) in 20 cities of Colombia between 2005 and 2010 were analyzed. The anatomical therapeutic classification was considered, and the number of patients as well as monthly invoicing for each drug, the daily dose defined, and the cost per 1 000 inhabitants/day were defined.
Results. Over the entire study period, the amount invoiced for HCDs increased by 847.4%. Antineoplastic and immunomodulator drugs accounted for 46.3% of the total invoicing. The other drugs were anti-infectives (15.2%), systemic hormonal preparations (9.5%), and drugs for the nervous system (9.1%). Most of these drugs were prescribed at the daily doses defined as recommended by the World Health Organization, but with high costs per 1 000 inhabitants/day.
Conclusions. In Colombia a crisis has occurred in recent years due to the high spending generated by the most expensive drugs. The progressive growth of pharmaceutical spending is greater than the increased coverage by the country’s health system. The Colombian health system should evaluate how much it is willing to pay for the most expensive drugs for some diseases and what strategies should be implemented to cover these expenses and thus guarantee access to the insured.
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utilización de medicamentos