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lunes, 18 de julio de 2016

Hipotiroidismo


Infac , Información farmacoterapéutica de la comarca, Volumen 24 Nº 04


CEVIME, 18 de julio de 2016


Introducción


El hipotiroidismo (HT) es la condición clínica en la que la cantidad de hormona tiroidea producida por el tiroides es insuficiente para satisfacer las necesidades de los tejidos periféricos. Puede ser primario (manifiesto o subclínico), cuando falla la propia glándula tiroidea, o central (secundarioo terciario), cuando el problema radica en la hipófisis o en el hipotálamo1.


La mayoría de los casos (en torno al 95%) se deben a alteraciones de la glándula tiroidea (HT primario), lo cual da lugar a un incremento compensador de la secreción de TSH por parte de la hipófisis. De este modo, el HT manifiesto se caracteriza por una TSH muy elevada (por lo generalpor encima de 10 mUI/L), junto con una tiroxina libre baja, en tanto que en el HT subclínico la TSH está, asimismo, elevada, pero la tiroxina libre es normal2.


Si bien la causa más frecuente de HT es el déficit de yodo, en las regiones no deficitarias de yodo es la tiroiditis autoinmune (tiroiditis de Hashimoto)2.


En EEUU, en el estudio NHANES III, que marcaba como punto de corte un nivel de TSH >4,5 mUI/L), se observó una prevalencia del 0,3% para el HT manifiesto y del 4,3% para el subclínico2. En la CAPV, actualmente el 3,3% de la población está en tratamiento con tiroxina (5,65% de las mujeres, en las que este trastorno es más prevalente, y 0,90% de los hombres). La distribución por edades es: 0,14% en menores de 15 años; 3,03% entre 15 y 64 años, y 6,28% en los de 65 años o más.


Los pacientes con TSH >10 mUI/L tienen riesgo incrementado de insuficiencia cardíaca y mortalidad cardiovascular, por lo que debe considerarse el tratamiento con levotiroxina

La clínica del HT es mucho más sutil que la del hipertiroidismo: sequedad y engrosamiento de la piel, sensibilidad al frío, estreñimiento, aumento de peso, bradicardia, lentitud mental, enlentecimiento en la relajación de los reflejos osteotendinosos…

Menos comunes, y con más frecuencia asociados al HT grave, son el síndrome del túnel carpiano, la apnea del sueño y la hiponatremia, entre otros2,3.

En general se desaconseja el cribado poblacional del HT, si bien algunos organismos lo aconsejan a partir de los 60 años. Se ha demostrado la utilidad del cribado selectivo, en los siguientes casos2:


• Enfermedades autoinmunes, como la diabetes mellitus (DM) tipo 1.
• Anemia perniciosa.
• Familiar de primer grado con enfermedad tiroidea autoinmune.
• Historia de radiación de la glándula tiroides, incluyendo la terapia con yodo radiactivo para el hipertiroidismo, y la radioterapia para tumores de cabeza y cuello.
• Historia previa de cirugía o disfunción tiroidea.
• Ante un examen anormal de la tiroides.
• Trastornos psiquiátricos.
• Tratamiento con amiodarona o litio.
• En pacientes con diagnóstico de insuficiencia suprarrenal, anemia no filiada, insuficiencia cardiaca congestiva, deterioro cognitivo, hiperlipidemia, miopatía, prolongación del intervalo QT o aumento de peso, entre otros.

Sumario

• Hipotiroidismo


· Introducción


· Tratamiento


· Hipotiroidismo subclínico






• Hipotiroidismo y embarazo


· ¿Cuándo tratar?


· ¿Cómo tratar?


· Embarazo y yodo






• Hipotiroidismo en pediatría

· Introducción

· Tratamiento

· Hipotiroidismo subclínico


• Fármacos que pueden interaccionar con la levotiroxina sódica y recomendaciones de manejo



Número completo en http://bit.ly/29Jxe4y

martes, 10 de junio de 2014

Los chequeos generales no funcionan: la detección de rutina para los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca isquémica no mejora los resultados clínicos




BMJ. 9 de junio 2014


Un gran ensayo aleatorizado en el British Medical Journal (BMJ) pone en duda los beneficios de la detección de rutina para la cardiopatía isquémica en la población general.

Cerca de 60.000 adultos daneses fueron asignados al azar a un grupo de intervención o control. A los participantes del grupode intervención se les ofreció la detección (por ejemplo, cuestionarios, exámenes físicos, perfiles de lípidos), evaluación de riesgos, y asesoramiento del estilo de vida de hasta cuatro veces en 5 años. Aquellos con hábitos poco saludables (por ejemplo, fumar) se sometieron a consejería de estilo de vida individual en todas las visitas; los que están en alto riesgo de enfermedad isquémica del corazón también podría recibir terapia de grupo. Los controles no tenían conocimiento de la intervención en curso.

Aunque los participantes de la intervención tuvieron mejoras significativas en el estilo de vida después de 5 años, la incidencia a los 10 años de la enfermedad isquémica del corazón, accidente cereborvascular, o la mortalidad total no difirió significativamente entre los grupos.

Los autores concluyen: "El cribado sistemático de la población en general ... en este gran estudio poblacional aleatorizado y en todos los estudios similares anteriores, no ha sido capaz de reducir la incidencia de cardiopatía isquémica. Por lo tanto, los controles de salud con detección sistemática y asesoramiento no pueden recomendarse. La consejería de estilo de vida debe continuar en la práctica diaria, pero no debe ser implementado como un programa sistemático en la población general".



el trabajo

Jørgensen T, Jacobsen RK, Toft U, Aadahl M, Glümer C, Pisinger C.

Effect of screening and lifestyle counselling on incidence of ischaemic heart disease in general population: Inter99 randomised trial.


BMJ. 2014 Jun 9;348:g3617. doi: 10.1136/bmj.g3617.


disponible en  http://bit.ly/UtBt8w



del editorial acompañante  del inefable Peter
Gøtzsche solo esta disponible el extracto
 

Gøtzsche PC, Jørgensen KJ, Krogsbøll LT. General health checks don't work.  BMJ. 2014 Jun 9;348:g3680. doi: 10.1136/bmj.g3680.

martes, 8 de enero de 2013

¿Cómo decidir si una guía de práctica clínica es confiable?


como señala el articulo, de obligada lectura en esta época de controversia

David F. Ransohoff, MD; Michael Pignone, MD, MPH; Harold C. How to Decide Whether a Clinical Practice Guideline Is Trustworthy JAMA. 2013;309(2):139-140. doi:10.1001/jama.2012.156703.

Por un lado la proliferación de guías de práctica clínica (GPC)   y por otro las  recientes  controversias  sobre las  pautas de detección del cáncer de mama   ponen de relieve la necesidad de decidir qué GPC  son dignas de confianza.  Las guías de detección de cáncer ejemplifican el desafío de la confianza del público en las directrices. Una tormenta de controversias (creada en parte por los medios de comunicación, organizaciones profesionales, grupos de pacientes,  y políticos) rodea las discusiones sobre la detección de cáncer de próstata (¿el cribado se debe recomendar de manera rutinaria, ser discutido con el paciente, o desaconsejarse?),  cáncer de mama (el screening del cáncer  debería comenzar  a los 40 años o 50 de edad?), y el cáncer de colon (debe prefirse la colonoscopia o existen varias estrategias de detección  aceptables?).

La confianza es importante porque las GPC  establecen el estándar de hecho para la práctica médica y por lo tanto pueden  influir en las decisiones clínicas sobre pacientes individuales, medidas prácticas, cobertura de seguros, y reembolsos.
disponible en http://bit.ly/SiLAe3