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lunes, 8 de agosto de 2016

Identifican una molécula eficaz en ratones contra el Chagas, la leishmaniasis y la enfermedad del sueño

Un solo compuesto contra tres enfermedades olvidadas

Clara Marín, El Mundo (España)@claramarin, 8 de agosto de 2016

Niño centroafricano afectado por la enfermedad del sueño. RAQUEL VILLAÉCIJA / EL MUNDO


Por el momento sólo se ha probado en ratones


El Chagas, laleishmaniasis y laenfermedad del sueño son tres de las conocidas como enfermedades de los pobres. A pesar de que afectan a más de 20 millones de personas en el mundo y causan más de 50.000 muertes cada año, quienes las sufren viven en los países más desfavorecidos del planeta -principalmente en Latinoamérica, África y Asia-, por lo que no son precisamente unas dolencias rentables para las grandes compañías farmacéuticas.
Así las cosas, los tratamientos que existen, si es que los hay, están obsoletos, no son lo suficientemente eficaces o tienen demasiados efectos secundarios. Muchas veces, ni siquiera llegan a los pacientes. Las cifras del Chagas, por ejemplo, son impresionantes, y reflejan la marginalidad a la que se ven abocados quienes sufren esta enfermedad causada por el parásito Trypanosoma cruzi: en la actualidad, sólo el 1% de los infectados recibe la medicación que necesita. A este ritmo, se tardarían unos 300 años en tratar a todos los afectados.
La leishmaniasis, por su parte, es otra de las patologías más asociadas a la pobreza, ya que suele darse en personas malnutridas, con malas condiciones de vida y un sistema inmunitario débil. La leishmaniasis visceral, su forma más grave -también conocida como kala azar- es mortal si no se trata. En cuanto a la enfermedad del sueño, su diagnóstico y tratamiento son complejos, y los medicamentos que se usan "son tóxicos y difíciles de administrar", en palabras de la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, hoy podría decirse, aunque con cautela, que los golpeados por estas tres enfermedades están de enhorabuena, ya que el hallazgo presentado en Nature contra estas dolencias, aunque es preliminar, también es prometedor. La revista recoge en sus páginas un nuevo compuesto identificado por un grupo de científicos estadounidenses que ha conseguido matar al parásito responsable de las tres dolencias. Por el momento, sólo lo han probado en ratones, y aunque todavía es demasiado pronto para aventurar si funcionaría en humanos, se trata, sin duda, de una buena noticia para unas enfermedades sobre las que la investigación es más bien escasa.

Más de tres millones de compuestos

El Chagas, la leishmaniasis y la enfermedad del sueño están causados, respectivamente, por el Trypanosoma cruzi, la Leishmania spp. y el Trypanosoma brucei spp. Los tres tienen en común que son kinetoplástidos, unos organismos unicelulares con una secuenciación genómica y biológica similar.
Aprovechando esta circunstancia, un equipo de investigadores del Instituto de Genómica de la Fundación de Investigación Novartis (San Diego, California) probaron más de tres millones de compuestos hasta dar con el que han venido a llamar GNF6702. Éste demostró ser efectivo contra los tres parásitos, al tiempo que no dañaba las células humanas.
"Es la primera vez que se ha logrado identificar un fármaco preclínico que puede curar las tres infecciones en modelos con ratones", explica a EL MUNDO Frantisek Supek, autor del trabajo. "GNF6702 es una pequeña molécula orgánica que tiene propiedades curativas y que, potencialmente, podría ser administrada en forma de píldora, aunque hace falta más investigación para comprobar si esto es posible", continúa.
"Lo interesante de este trabajo es ver cómo se pueden inhibir de la misma manera estos tres parásitos, que están muy relacionados evolutivamente", explica a EL MUNDO Luis Izquierdo, investigador de ISGlobal, al hablar sobre el compuesto descrito en Nature, que ha logrado bloquear la actividad de la proteasoma (una estructura encargada de la degradación de proteínas) de los parásitos con los que se había infectado a los ratones.

'Un estudio impresionante'

Dolores Bargues, bióloga molecular de parásitos y vectores en la Universidad de Valencia, se muestra entusiasmada con la investigación: "Han hecho un estudio impresionante, es un trabajo muy muy serio, utilizando distintos tipos de ratones y analizando distintos tipos de cepas", dice.
Y es que en las tres dolencias se han obtenido resultados esperanzadores: en la leishmaniasis visceral, la terapia oral con GNF6702 produjo un efecto más pronunciado en la reducción de la carga parasitaria que la milfetosina, el único tratamiento disponible actualmente contra esta enfermedad. En la leishmaniasis cutánea, su forma más frecuente, que deja cicatrices de por vida y afecta a un millón de personas al año, la reducción fue todavía más pronunciada.
En cuanto a la enfermedad del sueño, a los ratones a los que se le administró el compuesto no se les detectó parásitos en el cerebro al terminar el experimento, mientras que éstos sí se detectaron en aquellos a los que se había tratado con la terapia estándar. En este caso, para que el fármaco penetrara en el cerebro, "tuvimos que usar una dosis más alta de GNF6702", cuenta Supek, que admite que es posible que, con la concentración que usaron -100 mg/kg-, el fármaco "podría ser tóxico para otro órgano del cuerpo". "Si éste fuera el caso, puede que necesitemos encontrar otra molécula que pueda entrar fácilmente en el cerebro y curar la infección sin ser tóxica para el resto de órganos", aclara.
El hecho de haber podido frenar el parásito en el cerebro, explica Bargues, es muy importante, "porque un medicamento que sea capaz de atravesar la barrera hematoencefálica es algo brutal".
Es en el Chagas donde estos investigadores han obtenido los resultados más modestos. Y no porque hayan sido malos, sino porque, en este caso, la administración de GNF6702 a los ratones se ha limitado a igualar el efecto del benznidazol, el medicamento más extendido contra el Chagas, que tiene, sin embargo, varios e importantes efectos secundarios en quienes lo reciben.

Evaluar su toxicidad para las pruebas en humanos

Así las cosas, y aunque por el momento los resultados sean sólo en ratones, se trata sin duda de un buen primer punto de partida contra tres de las enfermedades que afectan a las personas más pobres del planeta. El hecho de que un solo compuesto pudiera actuar como diana terapéutica de tres enfermedades distintas sería sin duda una excelente noticia. Pero todavía es pronto para saber si esto será posible.
"Ellos son muy conscientes de que de los ratones a los humanos hay un trecho, pero todo lo que sea un paso más en la investigación es una puerta abierta, una nueva esperanza", señala Bargues en conversación con EL MUNDO. Esta experta enfatiza la complejidad de encontrar una cura para este tipo de enfermedades parasitarias, ya que existen "muchísimas cepas y subespecies distintas".

El próximo paso es probar GNF6702 en humanos, aunque todavía no hay fecha para el comienzo de los ensayos clínicos. Por el momento, explican a este periódico los autores del estudio, "se está evaluando la toxicidad del compuesto", y en función de la información obtenida, se darán los siguientes pasos. "Es una apuesta nueva para un nuevo modelo de tratamiento que ojalá dé buenos resultados, porque algunas de las terapias que tenemos ahora para estas enfermedades tienen una efectividad muy reducida", señala Bargues.

Habrá que esperar, por tanto, para ver si los próximos datos siguen siendo positivos y se puede seguir adelante en este nuevo camino que requerirá, también, de una entidad que ponga sobre la mesa el dinero necesario para apostar por una terapia cuyo retorno económico no será tan evidente como con otras enfermedades.

http://www.elmundo.es/salud/2016/08/08/57a8a1b646163f166b8b45f9.html

lunes, 6 de enero de 2014

Las enfermedades olvidadas empiezan a interesar a la industria'

ver también  sobre el artículo del Lancet
Sólo el 4% de los nuevos medicamentos es para las enfermedades de los más pobres








  • La acción de varias instituciones y gobiernos ha logrado reducir la incidencia de la malaria
  • Un informe constata que la elaboración de fármacos para estas enfermedades es rentable
  • Las empresas farmacéuticas empiezan a colaborar en el desarrollo de medicamentos
  •  Mohammed es un niño que vive en Somalia y tiene malaria
Mohammed es un niño que vive en Somalia y tiene malaria TOBIN JONES AFP

Entre 1974 y 1999, sólo el 1,1% de los nuevos fármacos aprobados lo fueron específicamente para enfermedades olvidadas a pesar de que estas patologías representaron en esos 25 años el 12% de la carga global

Aunque el panorama está cambiando lentamente -entre 2000 y 2011 los medicamentos para estos problemas supusieron el 4% del total-, un informe publicado por la Iniciativa Medicamentos para las Enfermedades Olvidadas (DNDi, según sus siglas en inglés) muestra los primeros indicios para aumentar la esperanza de millones de personas: los más pobres de los pobres.
Se encuentran ubicadas en países pobres o en desarrollo, enfermedades como la malaria, el Chagas, la leishmaniasis o la enfermedad del sueño, son endémicas en aquellos lugares donde el dinero ha sido el gran ausente durante muchos años. Además, los más afectados por ellas son aquellos que, en esos países, no tienen nada para protegerse frente a mosquitos o insectos varios, ni siquiera una mosquitera o una bicicleta para acudir al hospital más cercano.
La investigación y los fondos procedentes de múltiples donantes han crecido en los últimos años aunque, como reconoce Bernard Pécoul, director ejecutivo de DNDi, todavía hay un largo camino por recorrer: "Después de 30 años en este asunto (estuve 20 años en Médicos Sin Fronteras y llevo 10 en DNDi), si se compara con los años 90, hay un gran cambio, pero todavía falta mucho. Porque antes no existía el Fondo Mundial, no estaba la Alianza para las Vacunas, no había esfuerzos de i+d para estas enfermedades... Ahora, al menos, hay proyectos en el portafolio, las empresas farmacéuticas que habían abandonado totalmente este terreno han regresado con proyectos específicos para estas enfermedades". 

Gracias a instituciones como la suya, que ha implementado seis tratamientos (dos para malaria, dos para leishmaniasis, uno para la enfermedad del sueño y otro para el Chagas), así como el Fondo Mundial, que financia programas de lucha contra la malaria, el sida y la tuberculosis en unos 150 países, o a contribuciones específicas para el desarrollo de estrategias terapéuticas, como la del ISGlobal, ahora se están produciendo cambios. Uno de ellos es la reducción, desde el año 2000, de las tasa de mortalidad por malaria un 45% globalmente y un 49% en África. El aumento de la concienciación política en la lucha de esta enfermedad ha generado también una reducción de la incidencia de esta enfermedad: un 29% en todo el mundo y un 31% en el continente africano. 

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El otro gran cambio es la apuesta de las compañías de medicamentos. "Las enfermedades olvidadas empiezan a interesar a las farmacéuticas por varias razones: Porque quieren mejorar su imagen pública (la responsabilidad social), pero también por un motivo económico. En el futuro, la posibilidad de desarrollar mercado no estará en los países antiguos sino en los emergentes, los de hoy y los de mañana. Brasil, la India, pero también puede ser África. Muchas empresas piensan hoy que el mercado africano va a crecer. Aunque sea por ese tipo de interés, bienvenido sea. Hoy día tenemos relaciones con 20 empresas. Y es el gran cambio. Ésa era la mayor duda cuando empezamos, es decir, si íbamos a ser capaces de firmar contratos con esas empresas. Y hoy podemos decir que sí", afirma Pécoul.

Inversión

Porque, según el informe que ha publicado DNDi, la inversión en este tipo de enfermedades es más barata que la que se hace para "otras del mundo desarrollado", como las cardiovasculares, y también es más rentable. "Con nuestro modelo colaborativo, hemos comprobado que para desarrollar un tratamiento modificado de uno ya existente [pero poco eficaz y con efectos secundarios], hacen falta entre 10 y 40 millones de euros y en el caso de una terapia totalmente nueva, nuestra estimación está entre 50 y 100 millones de euros, que no es el coste que dicen las farmacéuticas donde se habla de un billón de euros para desarrollar una medicina.
Hace falta una explicación, porque estamos hablando de enfermedades donde no hay nada o hay muy poco. Es mucho más fácil desarrollar un tratamiento nuevo para una enfermedad que no tiene una terapia que desarrollar un tratamiento un poquito mejor para disminuir la hipertensión o algo así", señala Pécoul.
La experiencia de estos 10 años, durante los que han establecido más de 350 colaboraciones en 43 países, incluyendo 20 empresas farmacéuticas y de biotecnología y más de 50 universidades e institutos de investigación, ha hecho que esta institución mejore la eficiencia del proceso de elaboración de nuevos tratamientos. "Invertir en estas enfermedades es más barato y es una buena inversión, sobre todo si miramos las vidas que se pueden salvar, el coste-beneficio para la población", declara el director ejecutivo de DNDi. 

"MSF fue el impulsor del modelo innovador de DNDi y, hoy en día, los resultados de este experimento ya son concretos y palpables para pacientes en el terreno que han podido salvar o mejorar sus vidas", señalaba en un comunicado tras la presentación del informe de esta iniciativa Joanne Liu, presidente de MSF Internacional. "MSF está orgulloso de renovar su compromiso con la iniciativa, tanto en términos de financiación como de colaboración en el campo en los próximos años".

Desde su creación, DNDi ha conseguido recaudar, a partir de donantes públicos y privados, 277 millones de euros de los 400 millones que serán necesarios para entregar de 11 hasta 13 nuevos tratamientos para 2018. 

En este logro económico, Pecóul destaca el apoyo del gobierno de Reino Unido -"ha sido un gran líder y muy práctico"-, y de España, que "en los últimos 10 años ha ayudado de una forma importante", aunque en los dos últimos años haya frenado su apoyo.
"En general, los gobiernos de Europa han jugado un papel importante. Lo que hace falta en esto es la sostenibilidad de esa inversión y también involucrar a otros, los países emergentes. Estos últimos tienen muchos motivos para invertir porque, de un lado, tienen los problemas y del otro, las soluciones. Se habla de Brasil, de la India... hay un montón de enfermos en esos países y tienen capacidades financieras y técnicas para responder ante estas enfermedades. De momento, en 2013 hemos recibido el apoyo de Brasil, es sólo el principio de una colaboración más sostenible. Con la India hay un plan, que todavía no se ha traducido en recursos porque su administración es muy lenta, pero hay un plan".

original en   http://mun.do/1gC0ynq