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martes, 23 de febrero de 2016

Por qué todas las farmacéuticas suben los precios de forma injustificada?

Miguel Ayuso, El Confidencial, 22 de febrero de 2016
¿Se trata de un coste justificado?

Un informe estadounidense asegura que todas las farmacéuticas elevan los precios de viejos medicamentos año a año, en subidas muy por encima de la inflación general


La forma de fijar el precio de los medicamentos tiene poco que ver con la de otros productos. (iStock)





El fundador y director ejecutivo de Turing Pharmaceuticals, Martin Shkreli, se convirtió en una de las personas más odiadas del mundo tras comprar los derechos del Daraprim, el único fármaco autorizado para combatir una infección que afecta a personas con sistemas inmunológicos débiles, como enfermos de cáncer y sida, y subir su precio de 13,50 dólares (12 euros) la caja a 750 dólares (672 euros). Un aumento del 5.555%.

Shkreli defendió su decisión asegurando que no era una cuestión de avaricia, sino una medida necesaria para que el negocio fuera sostenible y que, además, no era el único que estaba acometiendo grandes subidas de precios. Al menos en esto último tiene razón.

Las tácticas de subidas de precios no están limitadas a unas cuantas 'manzanas podridas', sino que son bien conocidas en toda la industria

DRX, una compañía que compara precios de medicamentos para los seguros de salud, ha analizado la evolución en el coste en Estados Unidos de 3.000 fármacos de marca desde diciembre de 2014 hasta enero de 2015 y ha constatado que se dobló el precio de 60 de ellos y se cuadriplicó en 20 casos. Unos 1.100 fármacos sufrieron un incremento del 10%. Sólo 50 rebajaron su coste.

Aunque en España no rigen los mismos precios, que según un estudio de Wharton son por norma general consistentes con las diferencias de renta entre los países, nuestro país no se libra de este tipo de subidas. Aquí las farmacéuticas no tienen libertad para elevar a su antojo el precio de los medicamentos que están financiados por la Seguridad Social, y renegociar los precios con el Gobierno es muy complejo, pero lo hacen en cuanto tienen vía libre.

Sirva como ejemplo lo que ocurrió con los 400 medicamentos que el Gobierno decidió sacar de la financiación del Sistema Nacional de Salud en 2012. Al quedar excluidos de la financiación pública, los laboratorios responsables de estos productos tenían libertad para comunicar al Ministerio su intención de comercializar los mismos a un precio superior. Medicamentos populares como el Mucibron, el Mucosan, el Romilar o el Fortasec aumentaron su precio por encima del 100% en sólo un año. De los 400 fármacos sólo uno bajó de precio.

La forma en que las farmacéuticas fijan el coste de los medicamentos está siendo muy discutida en EEUU. Como aseguró el diputado demócrata Elijah Cummings, que preside un comité del Congreso estadounidense para estudiar la cuestión, “las tácticas de subidas de precios no están limitadas a unas cuantas 'manzanas podridas', sino que son bien conocidas en toda la industria” y “muchas empresas farmacéuticas se están llenando los bolsillos a costa de los sectores más necesitados de la población”.

De la misma opinión es Jim Yocum, vicepresidente ejecutivo de DRX, que apunta que las grandes subidas de precio “son una parte integral del modelo de negocio” de las farmacéuticas.
Los precios de los medicamentos pueden provocar dolor de cabeza. (iStock)
Subidas escandalosas

Entre las mayores subidas de precio acontecidas en EEUU, por detrás del Daraprim, se encuentran el Novacort, una crema mezcla de hidrocortisona y pramoxina cuyo precio se incrementó casi un 3.000% y el Alcortin A, una combinación de esteroides y antibióticos para tratar los eczema y las infecciones de piel: el preció subió un 1.860% durante el periodo analizado.

Entre las subidas de precio que afectarán a más pacientes se encuentra la del Crestor, un popular (y polémico) medicamento para tratar el colesterol cuyo precio se ha elevado un 15% para compensar la llegada de su versión genérica en mayo –algo que no ha ocurrido en España–. O la del Viagra que cuesta un 13% más que el año pasado, pese a que ya cuenta con competidores genéricos.

La compañía que ha efectuado, de largo, las mayores subidas ha sido Valeant, conocida por comprar los derechos para comercializar viejos fármacos

Según explica Yocum, en EEUU todas las compañías farmacéuticas suelen cambiar sus precios de venta a finales o principios de año, pero en los dos últimos meses la subida ha sido mayor que en pasadas temporadas. Pfizer, por ejemplo, ha incrementado el precio de 24 fármacos en un 12%. Un portavoz de la compañía ha explicado a 'Bloomberg' que los precios de catálogo no reflejan los descuentos ofrecidos a los gobiernos y aseguradoras, pero como explica Yocum, estos son por lo general el punto de partida en las negociaciones. “Aunque no consiguen obtener el incremento total del precio, consiguen una parte”, asegura.

La compañía que ha efectuado, de largo, las mayores subidas ha sido Valeant Pharmaceuticals International, conocida por centrarse en comprar los derechos para comercializar viejos fármacos genéricos y elevar sus precios. El precio de trece de sus medicamentos se ha doblado desde diciembre de 2014. Especialmente escandaloso es el caso del Isuprel, un fármaco que se usa para tratar las arritmias, cuyo precio subió en un 525% en cuanto la compañía se hizo con los derechos para comercializarlo y se ha elevado un 720% en todo el periodo analizado.

Las farmacéuticas siempre defienden estas subidas de precio (muy por encima de la inflación general) por los altos costes de investigación y producción que conlleva el desarrollo de nuevos medicamentos, pero es un argumento difícil de sostener, más aún cuando muchos de estos fármacos llevan décadas en el mercado. AstraZeneca vendió el derecho a comercializar en EEUU dos viejos medicamentos para controlar la presión arterial, Zestril y Tenormin, a Alvogen en enero de 2015. Tras esto, tal como constata el informe de DRX, sus nuevos propietarios incrementaron el precio en un 800 y un 600 por ciento, respectivamente.



El doctor Joan Ramon Laporte asegura que "El precio de los medicamentos es puramente arbitrario".


Una vieja historia

El incremento exagerado del precio de algunos medicamentos es un asunto de largo recorrido, que ha provocado grandes tensiones entre empresas, gobiernos y ciudadanos. En España todos recordamos la polémica en torno al Sofosbuvir, el medicamento para tratar la hepatitis C cuyo coste ascendía a 84.000 dólares por 12 semanas de tratamiento, un precio inasumible para el Gobierno español, que tardó meses en negociar una rebaja con la farmacéutica Gilead, propietaria de la patente.

¿Cómo se justifican precios tan elevados? Como reconoció Raymond Gilmartin, exdirector ejecutivo de Merck, a Marcia Angell, exredactora jefa del 'New England Journal of Medicine', “el precio de los medicamentos no está determinado por los costes de investigación. Lo que lo determina, en su lugar, es el valor que tienen en cuanto a su capacidad de evitar y tratar una concreta enfermedad o dolencia”. En definitiva, si tu fármaco es el único que puede ayudar a un grupo de pacientes puedes elevar el precio hasta (casi) donde quieras.

El precio de un nuevo fármaco no tiene nada que ver con sus costes de desarrollo, depende por completo de cuánto estemos dispuestos a pagar

Como explicó a El Confidencial Peter C. Gøtzsche, el médico danés autor de 'Medicamentos que matan y crimen organizado' (Los libros del lince), “gran parte de la investigación que permite el desarrollo de nuevos fármacos ha sido financiada por el dinero de los ciudadanos, que pagan las nóminas de los investigadores públicos. Si un medicamento es considerado un gran avance, la norma es que la compañía farmacéutica que se hace cargo del desarrollo de ésta cobre un precio obsceno, abusando de ese modo el monopolio que la sociedad le ha otorgado. El precio de un nuevo fármaco no tiene nada que ver con sus costes de desarrollo, pero depende por completo de cuánto estemos dispuestos a pagar por él”.

En 2010, un grupo de investigadores italianos analizó el mercado de lo que se conoce como “medicamentos huérfanos”, aquellos fármacos que se destinan a tratar enfermedades graves que afectan a muy poca gente y, por tanto, su comercialización resulta poco probable sin medidas de estímulo. Pero el precio es por sí sólo un incentivo suficiente. Según la investigación, publicada en el 'British Medical Journal', el coste anual de estas medicinas está inversamente relacionado con la prevalencia de la enfermedad.

En definitiva, nada justifica el precio de los fármacos más allá de la ley de la oferta y la demanda. ¿Y los costes de desarrollo? Según un informe del Congreso de EEUU redactado en 2000, “quince de los veintiún medicamentos más importantes aparecidos entre 1965 y 1992 se desarrollaron gracias al conocimiento y a las técnicas de la investigación financiada públicamente”.

domingo, 9 de agosto de 2015

¿El precio de los medicamentos no tiene techo? NYT




Contra el secreto ¿Cómo se fija el precio?

Los precios estrafalarios de ciertos medicamentos descalabran los presupuestos de los sistemas de salud y las aseguradoras. En Estados Unidos y otros países hay reclamos para que los laboratorios revelen de qué modo se establecen esos precios.


iEco, 09 de agosto de 2015

Traducción: Susana Manghi - THE NEW YORK TIMES

Las quejas sobre los precios exorbitantes de medicamentos crecen, y hay presión sobre las farmacéuticas para que den a conocer las razones por las que cobran lo que cobran.

En el último año, en seis legislaturas de EE.UU. se han presentado proyectos para que las firmas justifiquen sus precios, que por lo general son atribuidos a los altos costos de investigación y desarrollo.

Si un medicamento requiere un precio tan estrafalario, el público, las aseguradoras y los gobiernos deberían tener acceso a la información que supuestamente justifica los costos, dice el preámbulo de un proyecto presentado en mayo en el senado del estado de Nueva York.

A fines de julio, más de cien prominentes oncólogos llamaron en un artículo a apoyar los movimientos que buscan frenar los aumentos de precios de drogas oncológicas (y que piden medidas como que Medicare negocie precios con los laboratorios o que los pacientes puedan importar remedios de Canadá).

“No hay alivio a la vista porque las farmacéuticas siguen desafiando al mercado con precios cada vez más altos”, escribieron los médicos en el Mayo Clinic Proceedings.

“Esto plantea la cuestión de si la actual determinación de precios de medicamentos oncológicos se basa en expectativas racionales de retorno sobre lo invertido o en los precios que el mercado aguante”.

La presión crece también desde otros frentes. Republicanos y demócratas del Comité de Finanzas del Senado el año pasado le reclamaron detalles sobre costos a la firma Gilead Sciences, cuyos remedios para la hepatitis C, de US$1.000 la píldora (ver recuadro), tensan los presupuestos de los sistemas de salud.

El trust de beneficios para jubilados del sindicato automotriz UAW reclamó que Gilead, Vertex, Celgene y otras firmas informen más a sus accionistas cómo determinan los precios. Mencionó el precio, de más de US$300.000 al año, del Kalydeco, un fármaco de Vertex para la fibrosis quística. Y los cerca de US$150.000 que cuesta el Revlimid, oncológico de Celgene.

Hasta el ex presidente Bill Clinton, en un discurso a ejecutivos farmacéuticos en Filadelfia en junio, dijo que redundaría en interés de la industria decir más sobre la forma en que establecen los precios.

La industria farmacéutica ya da detalles sobre varias prácticas. Deben decir lo que les pagan a los médicos –en concepto de comida, agasajos y otros– por tareas de investigación, consultoría y conferencias. Además, deben revelar más resultados de sus ensayos clínicos.

No está claro que los costos y la determinación de precios vayan a seguir el mismo camino. Los proyectos de ley, respaldados por algunas aseguradoras y ONG, no están avanzando. Y accionistas de Gilead, Vertex y Celgene votaron en contra de las propuestas del Trust de UAW, aunque éste dice que llegó a acuerdos con Eli Lilly y otros dos laboratorios que no identificó.

Las cámaras farmacéuticas y biotecnológicas sostienen que los proyectos de transparencia serían costosos de cumplir y que aportarían información engañosa.

Incluso algunos de quienes abogan por precios más bajos dicen que el costo de desarrollar una droga tiene poco que ver con el precio de esa droga y que saberlo no mantendrá bajos los precios. “El costo de antes en investigación y desarrollo es una especie de pista falsa”, dijo Len Nichols, economista especializado en salud de la George Mason University. “Los ingresos actuales no solventan la I&D de antes, sino la de ahora”.

Los precios de los oncológicos, algunos de los cuales alargan vidas un par de meses, suelen superar los US$100.000 anuales, y algunos nuevos, US$150.000. Y es usual que los precios de lista de los medicamentos aumenten 10% al año, mucho más que la inflación. Los precios de remedios más viejos para esclerosis múltiple subieron de unos US$10.000 anuales a fines de los 90 a más de US$60.000 hoy, según un estudio, aun cuando la competencia en el mercado se ha intensificado con la aparición de nuevos productos.

Lori Reilly, vicepresidenta ejecutiva en la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, la mayor cámara del sector, afirma que es engañoso mirar sólo el costo de desarrollar determinado medicamento porque eso no contempla el dinero gastado en los que fracasan durante el desarrollo. Sólo un 12% de las drogas testeadas en humanos llegan al mercado, dice.

Los laboratorios no suelen atar el precio de una droga al costo de desarrollo. Sí dejan en claro que su venta tiene que recuperar la inversión en investigación y desarrollo. En muchos casos, el precio de los fármacos nuevos se establece en función de los que ya están en el mercado, por lo general un poco más alto. Eso permite subir el precio de las drogas más antiguas.

“Todos nos estamos mirando todo el tiempo y no nos perdemos pisada”, dijo uno de los directores de una firma que elabora un medicamento para la esclerosis múltiple, quien no quiso divulgar su nombre. “Honestamente, no hay ninguna ciencia en esto”.


 original http://clar.in/1J5TKA9

original en inglés

Drug Prices Soar, Prompting Calls for Justification



 

martes, 7 de abril de 2015

Precios de los medicamentos: cómo se establecen y cuáles son sus sistemas de control.


Salud colectiva, 7 de abril de 2015.


El precio es una de las principales barreras de acceso a los medicamentos. Por ello es importante conocer cómo se forman los precios y qué factores determinan su cuantía y también qué formas de intervención y regulación son las más adecuadas teniendo en cuenta sus efectos, tanto sobre el acceso, como sobre la innovación, la producción local y otros posibles objetivos de la política de medicamentos. El análisis económico ha desarrollado un conjunto de modelos de mercado que permiten explicar el comportamiento de los precios, aunque los mercados reales divergen sustancialmente de los modelos teóricos. La regulación de precios está justificada por los llamados "fallos de mercado"; la regulación de precios basada en el costo de producción, la modalidad de control de precios más tradicional, ha caído en desuso a favor de los sistemas de precios de referencia internacionales y por la fijación del precio basada en el valor.

El trabajo


ROVIRA FORNS, Joan. Precios de los medicamentos: cómo se establecen y cuáles son sus sistemas de control. Salud colect. [online]. 2015, vol.11, n.1, pp. 35-48. ISSN 1851-8265.


Disponible en http://bit.ly/1aiQHo6