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martes, 23 de agosto de 2016

Argentina: Avanza un proyecto para prohibir que se pongan marcas en las recetas

Acuerdo en el Congreso
Diputados de las principales fuerzas consensuaron promover el consumo de drogas genéricas, que salen hasta 60% menos. La industria se opone.

El aumento en los medicamentos pega fuerte en el bolsillo. (Fotos Diego Waldmann)
El aumento en los medicamentos pega fuerte en el bolsillo. (Fotos Diego Waldmann)
En la farmacia, cambiar a “segundas marcas” tiene para el bolsillo un efecto más potente que en el súper. La misma droga, en iguales dosis, puede costar hasta 60% menos si es genérica. Por eso, esta tarde, las principales fuerzas políticas acordaron en el Congreso impulsar el uso de estos medicamentos más baratos. ¿Cómo? Prohibiendo la mención de marcas en las recetas.
La ley 25.649, de 2002, había ordenado que toda prescripción médica incluyera el nombre genérico del remedio y había permitido que los médicos sugirieran un nombre comercial.
Pero el cumplimiento fue escaso. “Cerca del 40% de las recetas vienen con una marca únicamente y varias coberturas médicas no aceptan que se hagan cambios”, contó Claudio Ucchino, titular del Colegio de Farmacéuticos porteño.
Según datos de la Cámara de Productores de Genéricos, en Argentina hoy estas opciones representan menos del 10% del mercado, contra más de un 60% en Estados Unidos, Canadá y Francia.
Frente a esto, la diputada Ana Carolina Gaillard (FPV) presentó en marzo un proyecto de ley para impulsar el consumo de los genéricos. Y hoy, en la comisión de Salud, Cambiemos y el Frente Renovador comprometieron su apoyo, como parte de una futura reforma integral para el sector.
Aumento medicamentos. fotos Diego Waldmann
Aumento medicamentos. fotos Diego Waldmann

¿Qué propone la iniciativa en debate? 
Principalmente, que las recetas sólo puedan contener el nombre genérico. Y que, en caso de tener una marca, queden de inmediato invalidadas “para realizar el expendio” y para ser pagadas por las obras sociales, prepagas y organismos estatales.

Llegamos a un acuerdo y vamos a apoyar porque nos parece buena idea”, confirmó Sergio Wisky, diputado del PRO. “Pero queremos que integre una política de medicamentos más amplia”, agregó.

Por lo pronto, quedaron en convocar a expertos médicos y de la industria a una audiencia que se celebrará, según estiman, en dos o tres semanas.
“Vemos bien que se dé más opciones a la gente, y al farmacéutico la potestad de mostrarle distintas opciones”, indicó Ucchino.

Del otro lado, en la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), plantearon que la ley actual ya “permite la libre elección” y que “la marca es información valiosa para los pacientes”, que así “pueden saber quién respalda un medicamento”. Afirmaron además que en la Argentina “no se han instrumentado mecanismos que aseguren la intercambiabilidad”. Es decir, que los genéricos tengan “los mismos efectos terapéuticos” que los de primeras marcas.
original en
http://www.clarin.com/sociedad/Avanza-proyecto-prohibir-pongan-recetas_0_1637236434.html

lunes, 4 de julio de 2016

Argentina: Venta de genéricos, una actividad sin control y con abusos


El Tribuno (Salta, Argentina) 04 de julio 2016



El desconocimiento de la ley hace que muchos no accedan a ellos y deban pagar más. La poca costumbre de consultar y asesorar al respecto deja a los consumidores en desventaja.



Comprar monodrogas cuando se necesita realizar un tratamiento es una práctica poco habitual para los consumidores salteños. La falta de conocimiento origina las más variadas experiencias, desde pagar el costo más elevado por un producto medicinal hasta no contar con los denominados medicamentos genéricos.
El desconocimiento sobre la obligación de prescribir medicamentos por su nombre genérico deriva en ciertos abusos en algunos casos.
"Como no sabemos, por apuro y porque lo necesitamos terminamos comprando lo más caro", dijo a El Tribuno Ivana Castro, quien es una de las tantas personas que desconocen la Ley 25.649. Si bien la norma lleva más de diez años de haber sido sancionada en Argentina, son pocos los que están al tanto de su contenido y especificaciones.
La adquisición de un remedio genérico puede significar una aventura en la que solo la ética de algunos profesionales ayuda a cuidar el bolsillo de los consumidores. Como para citar un ejemplo, si se trata de antibióticos una marca comercial puede tener un costo de casi el 30% por encima del valor al que se comercializa el medicamento genérico.
La variedad
Un mismo medicamento genérico es ofrecido con diferentes nombres comerciales y a distintos precios. Esta variación depende de factores vinculados con la publicidad y el envase utilizado, entre otros. Sin embargo, la droga, es decir el componente genérico de ese remedio, es siempre la misma. Por lo tanto, no debería existir desconfianza en cuanto a la calidad. Además, son productos autorizados por la ANMAT (Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica).
La legislación contempla la obligación del médico de prescribir las recetas con el nombre genérico. "El profesional farmaceútico debe dispensar el producto con el mismo principio activo, igual concentración y menor precio que el prescrito", versa parte del artículo 2 de la mencionada Ley 25.649.
Sin control
Si bien las recetas cuentan con la indicación de la monodroga, no existe supervisión sobre el stock que poseen las farmacias de estas medicinas.
"No hay control sobre el stock de medicamentos genéricos con que cuentan las farmacias. No están obligadas a tenerlos tampoco. En este punto los pacientes son libres de concurrir a otras farmacias si no encuentran el remedio que están buscando", expresó a El Tribuno la jefa del Programa de Farmacias del Ministerio de Salud Pública de la Provincia, Carolina Julian. La repartición se encarga de controlar la actividad pero solo en lo concerniente a la habilitación de los locales comerciales y la existencia de un profesional farmaceútico en cada uno.
"Sé que mi médico me pone en la receta la monodroga pero, la verdad, a la hora de comprar los remedios no me explican que existen genéricos y que puedo optar por uno de ellos, uno siempre tiene la desconfianza de que esos remedios son de baja calidad ", expresó a El Tribuno María del Socorro Fernández.
Desinformación, prejuicios y la falta de control forman parte de una realidad que afecta a gran parte de los que tienen la necesidad, momentánea o no, de combatir una determinada patología.



Lo que dice la Ley Nº 25.649
(Artículo 2, anexo1)
*Los médicos y odontólogos están obligados a respetar el principio de la prescripción por nombre genérico, quedando facultados para expresar en la receta el nombre comercial o marca del medicamento, a continuación del nombre genérico.
*El profesional farmacéutico, para una debida dispensa de los medicamentos debe asesorar y facilitar al adquirente la información que le requiera sobre todas las especialidades medicinales que contengan el mismo principio activo o combinación de ellos y sus distintos precios.
*En los casos en que la receta consigne exclusivamente el nombre genérico de los medicamentos, o en los que se consigne el nombre genérico seguido de la marca, y no se justifique la selección de esa marca, el farmacéutico debe dispensar, a pedido del consumidor, el medicamento con el mismo principio activo, la misma cantidad de unidades por envase, igual concentración y menor precio que el prescrito.
*En el supuesto en que el médico u odontólogo considere indispensable prescribir una marca, con razón fundada, podrá realizarlo, debiendo consignar primero el nombre genérico del medicamento y agregar, de su puño y letra, a continuación de la firma correspondiente, la prescripción de la marca y la justificación que avale tal decisión.
*Si en la receta el médico u odontólogo hubiera omitido la indicación de la cantidad de unidades por envase, el farmacéutico podrá entregar el medicamento que reúna las demás condiciones que exige la ley y que contenga la menor cantidad de unidades.

Una responsabilidad que no le corresponde a nadie
Para el sector, los genéricos se venden, pero dependen de la honestidad profesional. "No son nuestro fuerte, hay otras farmacias que los comercializan", dijo la empleada de una reconocida farmacia capitalina al ser consultada sobre la existencia de medicamentos genéricos. Vigilar que los consumidores encuentren las opciones más baratas entre los productos medicinales y que las recetas con solo la indicación de la monodroga sirvan para comprar fácilmente en un comercio del rubro por estas horas no es responsabilidad de nadie.
Con más de 350 farmacias en toda la provincia, el sector no es ajeno a la provisión de los medicamentos genéricos ni al desconocimiento que existe al respecto.
Acceder a este tipo de medicamentos implica una tarea que puede demandar más tiempo de lo esperado.
"Si la gente no se encuentra con profesionales honestos puede sufrir abusos constantemente. Esto tiene que ver con la ética de cada uno", dijo a El Tribuno el presidente del Colegio de Farmaceúticos de Salta, Ricardo Gaffet.
El vacío de control en la prescripción y disposición de productos económicos es parte de la realidad con la que se encuentran periódicamente quienes se dedican a la actividad farmacéutica. El rol de los profesionales que se desempeñan en el área resulta de suma importancia para el asesoramiento sobre las opciones existentes en el mercado y la diferencia de precios existente.
Para algunos referentes, los pacientes del sector privado sufren más frecuentemente el incumplimiento en la provisión y asesoramiento, ya que en el público la mayoría de indicaciones son en base a monodrogas.
Es necesario destacar que para algunas patologías, como la artrosis, no existen medicamentos no comerciales. Según especialistas, estos remedios cubren casi el 90% de las enfermedades.
Contra lo que se cree
La creencia de que la limitación de la venta de medicamentos genéricos radica en la escasa ganancia que dejan a los negocios fue disipada desde la Cámara de Propietarios de Farmacias de Salta.
"No es verdad que las farmacias no venden genéricos porque no dejan ganancias. En esta época de crisis, en algunas de ellas radican gran parte de las ventas diarias", aseguró a El Tribuno el presidente de la entidad, Francisco Puló. El margen bruto de ganancias para los medicamentos de marca comercial sería del 30%, mientras que en el caso de los genéricos sería del 50%.

Negocio millonario con polémica
La venta de medicamentos constituye en Argentina una actividad comercial que implica más de 50.000 millones de pesos por año. Gran parte de la facturación se relaciona con la presencia de distintos laboratorios, que copan la mayoría del mercado. La existencia de medicamentos genéricos es objeto de las más variadas polémicas. A principios de junio de este año, la Federación Farmaceútica Argentina dio a conocer una denuncia realizada por la Corporación Nacional de Consumidores y la Asociación Nacional de Usuarios sobre la existencia de laboratorios de fármacos que realizarían un doble registro de medicamentos bioequivalentes en el Instituto de Salud Pública, que poseen el mismo principio activo pero con una diferencia de precio de hasta un 1.000%.
En este sentido se señaló que esta situación se da a causa de que no existe una ley que obligue a los laboratorios a tener medicamentos genéricos y bioequivalentes para evitar confundir a los usuarios.



jueves, 10 de septiembre de 2015

Argentina, La ley de genéricos: Una norma que cumple poco


Una norma que cumple poco

La ley de genéricos

Santiago Rodríguez, Página 12, 10 de septiembre de 2015


–¿Cuál es el nivel de aplicación actual de la ley que obliga a los profesionales de la salud a prescribir las recetas priorizando la denominación genérica de los medicamentos, relegando a un segundo plano a las marcas comerciales, como una forma de abaratar los costos?
–La ley sobre prescripción de genéricos se aprobó durante la gestión del doctor Ginés González García. Primero se estableció que debía prescribirse el nombre genérico del medicamento y no la marca comercial, pero luego la ley se modificó para permitir que se agregara la marca. Hoy el cumplimiento de esa ley no es alto, es muy bajo. Los médicos no cumplen mayoritariamente con la ley, al punto que en algunos casos ponen la marca comercial con letras más grandes que el nombre genérico del medicamente, y en algunos casos ni mencionan el nombre genérico. Los que debemos hacer cumplir la ley en la Capital Federal somos nosotros. Estamos haciendo inspecciones para verificar las recetas que estén mal confeccionadas y les estamos enviando cartas a los médicos que la están confeccionando en forma ilegal. El acto siguiente será entrar en un sistema punitivo porque las leyes deben cumplirse. Los que no las cumplan tendrán que verse con la Justicia. En el resto del país, los que deben hacer cumplir la ley son los gobiernos provinciales. Muchas provincias han delegado esta actuación en los colegios de profesionales, que deberían hacer cumplir la ley porque es parte de la ética profesional, pero no lo hacen. Hay muchos actores que miran para otro lado.
–Es muy delicado el paso de hacer cumplir esta ley –comentó el secretario de Promoción y Programas Sanitarios del Ministerio de Salud, Federico Kask–, porque una de las estrategias sería la de prohibirle a los farmacéuticos que reciban una receta con esas características, pero esto sería impedir que una persona tenga acceso al medicamento que necesita; por eso estamos auditando al legalmente obligado, que es el médico.
–Ministro, usted había mencionado una situación que se había producido, en Santiago del Estero, con un farmacéutico.
–Hace unos días, en el diario El Liberal, un representante de los farmacéuticos aparece en una nota titulada “Faltante de medicamentos en Santiago del Estero; grave situación”. Lo que dice, en realidad, es que faltan tres marcas y él mismo dice que hay provisión del mismo medicamento, genérico y de marca, en la misma farmacia, lo que significa que ni siquiera conoce la ley. En el tema de los genéricos hay un error frecuente, porque muchos laboratorios dicen que los remedios de marca son mejor que los genéricos, pero todos los medicamentos son genéricos. Hay un medicamento que es el original y los otros son todos genéricos, de manera que es un falso concepto el que se trata de instalar en la gente.
–¿Cómo está la balanza entre los medicamentos que se producen en el país y los que son importados?
–En Argentina se consumen más medicamentos hechos acá que importados. En una época estábamos mitad y mitad, pero hoy la industria farmacéutica nacional ha superado el 50 por ciento del mercado, siendo que algunas empresas internacionales tienen planta de producción en el país. Lo que ocurre es que los medicamentos importados son mucho más caros. Por eso es que la balanza comercial farmacéutica, por más que producimos más en el país e incluso exportamos, sigue siendo desfavorable para nosotros. La balanza comercial farmacéutica viene aumentando el déficit año a año a un ritmo de 150 a 200 millones de dólares anuales. Ya estamos cerca de los dos mil millones de dólares. Hay que tener en cuenta que los medicamentos importados son los de más alto costo y que el 99 por ciento de la droga base para los medicamentos también es importada.

Original en http://bit.ly/1QqtLCZ

jueves, 12 de marzo de 2015

Campaña informativa para fomentar la prescripción por nombre genérico


Mirada profesional, 12 marzo 2015


 A través de un spot que se emitió en Fútbol para Todos, se recordó la obligación de que las recetas lleven el nombre genérico de los fármacos, y no el comercial. Es para poder elegir la opción más barata. Además, se instó a comprar todos los medicamentos en farmacias.

Durante el 2014, el gobierno volvió a poner sobre el tapate la prescripción por nombre genérico, incluyendo una jornada de debate en el Congreso sobre los alcances de la normativa, puesta en marcha en plena crisis del 2002. Para este año, en el marco de la política de medicamentos con algunos cuestionamientos, decidió redoblar la idea. El último fin de semana, durante la fecha oficial de fútbol, se emitió un spot donde se informaba sobre la normativa, y se instaba a las personas a hacer valer sus derechos. “Exigí siempre que te receten los medicamentos por su nombre genérico”, reclama la publicidad.

La campaña “Tus derechos. Medicamentos” fue elaborada por la Presidencia de la Nación, y su aviso emitido durante la última fecha de Fútbol para todos. Según informaron desde el gobierno, la misma “promueve la prescripción de medicamentos por su nombre genérico y el derecho a elegir entre las distintas opciones, de acuerdo a su precio”.

“Aunque los medicamentos tengan distinta caja, distinto color y precios muy diferentes, todos están aprobados por el ministerio de salud, garantizando su calidad, eficacia y seguridad”, reza el texto del aviso. Además, se sostuvo que las personas pueden exigir “que te receten los medicamentos por su nombre genérico, no por su marca comercial, para poder elegir entre las distintas opciones lo que querés pagar”.

El aviso finaliza con una frase sugestiva: “porque lo importante es lo de adentro”. Además, recuerda que “si tenés dudas, o tuviste algún problema con tu receta o en tu farmacia, llamá al 0-800-666-1518 y te vamos a ayudar”.

La ley de prescripción por nombre genérico fue aprobada en agosto de 2002, un proyecto que contó con un amplio respaldo del justicialismo, el ARI, el radicalismo, Polo Social, Frente para el Cambio, los partidos provinciales, y sólo anunciaron su voto negativo Marta Alarcia y se abstuvieron los legisladores de Autodeterminación y Libertad. Según cálculos extraoficiales del Ministerio de Salud en esos días, con la sanción de esta ley “se podría ahorrar un 60 por ciento los costos en medicamentos de la población, que representarían una cifra cercana a los 4.000 millones de pesos anuales”.

“Recetar por nombre genérico era sólo el comienzo de una política para regular el mercado de medicamentos. Además, había que fomentar un mercado de genéricos, que la Argentina aún no tiene, excepto para muy pocos productos, como los que se utilizan para tratar el VIH/sida”, sostiene Aldo Neri, ex ministro de Salud.

Carlos Vassallo, profesor de economía de la salud de la Universidad de San Andrés (Udesa), coincide. La ley de genéricos “fue una medida de corto plazo no pensada como una política estructural para cambiar un mercado de medicamentos muy concentrado. Después de la crisis de 2001, el principal aliado era la gente, que iba a la farmacia y tenía información suficiente para pedir el medicamento más barato. Esto evitó que los precios se dispararan. Pero cuando la población comenzó a recuperar su poder adquisitivo, volvió a la marca”.

El año pasado el gobierno intentó redoblar la apuesta para la aplicación total de la ley. A través de la jornada “Genéricos, salud para todos. El acceso al medicamento como bien social” dirigentes farmacéuticos, universitarios, legisladores y otros especialistas en la materia discutieron el cumplimiento de la ley 25.649, y su impacto en el mundo de los medicamentos. Junto a la diputada Gloria Bidegain estuvieron sus colegas Andrea García, Carolina Gaillard, Gastón Harispe (los tres del FPV) y Carlos Raimundi (Nuevo Encuentro), quienes apoyan la iniciativa de reformar la normativa. 









“Hay que modificar la ley de medicamentos para terminar con la facultad de los médicos de sugerir marcas comerciales, y limitar la prescripción de los fármacos sólo a su nombre genérico, y así el paciente elegirá libremente de acuerdo a sus preferencias y poder adquisitivo, explicó la legisladora en su exposición. El eje del debate fue el proyecto de ley Bidegain para “fomentar la libertad de elección”, evitar especulaciones “distorsionantes del mercado y promover el acceso al medicamento como bien social”. 




enlace a la nota original  bit.ly/1FvH9Sn

martes, 10 de marzo de 2015

Connivencia de industria, médicos y obras sociales frena el despegue de genéricos



Tiempo Argentino  9 de Marzo de 2014

Sin remedios económicos para las familias

Pese a que la ley se sancionó en 2002, los laboratorios lograron limitarla. Se paga hasta un 85% más por la marca.

M. B. e I. C.





Comprar en una farmacia un medicamento de marca puede resultar entre un 20% y un 85% más caro que adquirir la misma droga de un genérico o un similar de un laboratorio menos conocido. Pero en el caso de las vacunas esta diferencia se amplía hasta diez veces. Este margen de precios podría quedar en el bolsillo del consumidor. Sin embargo, en la Argentina la connivencia entre los grandes laboratorios y algunos médicos le puso un límite al crecimiento del mercado de los genéricos.


Las obras sociales también juegan un rol fundamental porque mantienen acuerdos con la industria y empujan a sus médicos a recetar medicamentos de los laboratorios con los que arreglaron. Por consiguiente esa diferencia entre lo que cuesta un remedio de marca y un genérico o similar se la apropia la industria farmacéutica y, en mucha menor medida, los visitadores que realizan un trabajo incisivo para persuadir al médico con el fin de que prescriba la receta con el nombre comercial.


Claudio Capuano, coordinador de la cátedra de Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, explicó la razón de los altos precios de los medicamentos comerciales: "La materia prima proviene en su mayor parte de India o China y tiene costos muy bajos. La amoxicilina cuesta cuatro veces más que el genérico y la diferencia de precio está en que pagás la marca."


La brecha entre unos y otros remedios, que tienen la misma droga, la sufren los pacientes o consumidores en su bolsillo.

Por ejemplo, el Ventolín (por su nombre comercial), un aerosol que utilizan los asmáticos para salir de las crisis leves, cuesta en las farmacias $ 68,50 mientras que un genérico con la misma droga, (también en puff) vale en la farmacia del Dr Ahorro $ 32, lo que representa menos de la mitad. Otro caso similar es el de la Buscapina Compositum (20 unidades) que se paga en la farmacia $ 41,95 mientras que su genérico vale casi la tercera parte, $ 15. El mismo fenómeno se repite con el Rivotril (0,5mg), un ansiolítico cuya droga es el clonazepam: la caja de 30 unidades se compra en las farmacias a $ 78 pero si el médico psiquiatra recetara una variante génerica el paciente sólo debería pagar $ 20, casi la cuarta parte del precio.
La Ley 25.649, que apuntaba a impulsar la producción y consumo de genéricos y similares y reducir, por ende, el costo de los medicamentos en la canasta familiar de la salud, nació muerta. La norma fue ideada por el entonces ministro de Salud, Ginés González García, quien en diciembre de 2007 fue acreditado como embajador argentino en Chile, y ahora mantiene buenos vínculos con el diputado del Frente Renovador Sergio Massa a través de los históricos nexos del sanitarista con Eduardo Duhalde. El proyecto denominado Ley de Especialidades Medicinales y conocido bajo el nombre de ley de genéricos, se sancionó el 28 de agosto de 2002 pero sufrió un golpe certero que desvirtuó la idea original y casi la sepultó. La norma indica en el primer párrafo del artículo 2 que "toda receta o prescripción médica deberá efectuarse en forma obligatoria expresando el nombre genérico…". Sin embargo, acto seguido, en su segundo párrafo puntualiza que "la receta podrá indicar además del nombre genérico el nombre o marca comercial, pero en dicho supuesto el profesional farmacéutico, a pedido del consumidor, tendrá la obligación de sustituir la misma por una especialidad medicinal de menor precio". ¿Se imagina usted al paciente discutiendo la receta con el médico? La ley de genéricos nació herida de muerte porque abrió las puertas a la relación económica enfermiza entre visitadores de laboratorios, médicos, obras sociales y prepagas. Nadie comenta a viva voz quien fue el responsable de lavar la ley, aunque algunos, en estricto off de record, le atribuyen la picardía al propio Ginés. Pese a ello, la normativa tuvo una corta primavera.
Según Marcelo Peretta, secretario General del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFyB), la prescripción "de medicamentos por su nombre genérico funcionó bien hasta 2005" y en los años sucesivos se licuó a un ritmo acelerado. El negocio de los genéricos alcanzó el 40% del mercado a principios de 2006 pero los últimos datos de 2013 de la cámara de los genéricos lo sitúan en el mejor de los casos entre el 9 y el 10%, aunque Peretta cree que apenas araña el 2% de la facturación total del negocio farmacéutico. En este sentido, parece haber uniformidad de criterios entre los dos números porque la comercialización puede alcanzar el 9% del mercado en unidades y el 2% en facturación, pues, justamente, los precios resultan mucho más económicos que los comerciales.

En cualquier caso, el crecimiento del genérico en Argentina sabe a poco si se lo compara con otros casos del mundo. En México las cifras de auditoría del mercado farmacéutico indican que a fines de 2012 el negocio de los genéricos representaba el 17,4% en la facturación pero medido en unidades superaba el 55% del total. En los países desarrollados la tendencia al uso de los genéricos también es creciente. En el Reino Unido, su venta en unidades trepa al 78%, en Estados Unidos al 68%, en Francia al 63% mientras que en España y Canadá se encuentra en el 54% y 67%, respectivamente.
Una notable diferencia con la Argentina que refleja las dificultades que tiene el mercado local para asimilar una normativa que ya se encuentra vigente desde hace casi 12 años.
"Es exactamente como dicen, la ley no se cumple. Las recetas salen con nombres comerciales y en el mejor de los casos con sugerencias de marcas", admitió Nicolás Santander, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Medicamentos Genéricos.

Santander señaló que "la farmacia se ve obligada a expender los medicamentos que indica la receta porque las obras sociales así lo aceptan". Peretta, por su parte, remarcó que "la obra social presiona para que sus médicos prescriban cierta cantidad de medicamentos porque "si están incluidos en lo que a la industria le interesa reciben un 10% de reintegro económico".
Sin embargo, los visitadores no sólo operan sobre las obras sociales sino que también establecen nexos muy fuertes con los médicos de las prepagas y los particulares. En este sentido, Peretta sostuvo que "desde 2005, el mercado volvió a estar dominado por premios, lobbies, y el imperio del negocio".
En tanto, el secretario adjunto de la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales, Carlos Nemesio, dejó a entrever la posibilidad de que haya "propinas negras, como viajes a Miami" a modo de mecanismo de seducción. Se trata de un negocio poco transparente, turbio, con mucho poder de los laboratorios y escaso control por parte del Estado, que prácticamente ha delegado este rol en manos de un mercado concentrado. «


Una red pública demorada
El debate sobre los medicamentos genéricos también pone sobre el tapete un tema tan o más importante que este. La Argentina tiene en todo el país una red nacional de 39 laboratorios públicos que están en condiciones de proveer una buena porción de los remedios que consume la población. La cadena está funcionando al mínimo de sus posibilidades pues aún no se reglamentó la normativa que la regula.
La Ley Nacional 26.688 que declara de interés nacional a la investigación y producción pública de medicamentos y de materias primas para la producción, principalmente, de vacunas, aún no ha entrado en vigencia porque el Ministerio de Salud, a cargo de Juan Luis Manzur, no se terminó de redactar el proyecto de reglamentación.
Claudio Capuano, coordinador de la cátedra de Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, asegura que "si los 39 laboratorios trabajan a través de una red articulada, podés generar precios testigo para toda la industria, pues estás en condiciones de fabricar medicamentos de altísima calidad a bajo costo".
Un solo caso alcanza para entender las diferencias que marca Capuano. En la Patagonia es muy común la hidatidosis, una enfermedad parasitaria grave que puede causar la muerte. Uno de los laboratorios de la red pública está en condiciones de producir el medicamento para todos los afectados por $ 50 mil mientras que comprarlo a un laboratorio privado le cuesta al Estado $ 200 mil, cuatro veces más.


nota original
http://bit.ly/1bsuvII

lunes, 15 de diciembre de 2014

Amplio acuerdo en la Provincia de Bs As a favor de la prescripción de medicamentos por nombre genérico



Prensa Ministerio de Salud Provincial, 15 diciembre, 2014

Amplio acuerdo en la Provincia a favor de la prescripción de medicamentos por nombre genérico

Convocatoria del ministerio de Salud
Lo impulsó el ministerio de Salud para garantizar el acceso universal a los tratamientos. Hoy, entre el medicamento más barato y el más caro de una misma droga existen diferencias de precio de hasta el 200 por ciento. Solo el 20 por ciento de los profesionales prescribe por nombre genérico.
Todos los actores de relevancia e instituciones vinculados a la salud pública firmaron esta tarde, en la Casa de Gobierno de la Provincia, un acuerdo para reimpulsar en territorio bonaerense la ley que obliga a prescribir medicamentos por el nombre genérico, sin sugerir marca comercial. La idea, coincidieron, es mejorar el acceso a los fármacos de toda la población, en especial, de los sectores más desfavorecidos económicamente.
La jornada estuvo encabezada por el ministro de Salud de Scioli, Alejandro Collia y el embajador en Chile, Ginés González García, quien fue el impulsor de las leyes nacional y provincial. Esas leyes obligan a prescribir medicación por nombre genérico, para favorecer a los pacientes, a quienes el farmacéutico les deberá ofrecer todas las opciones posibles para que tengan la posibilidad de elegir el fármaco según sus posibilidades.
“Si bien la ley de genéricos tiene vigencia en la Provincia desde hace 25 años, los usos habituales redundaron en la prescripción de los medicamentos por el nombre comercial y hoy solo un 20 por ciento de los profesionales prescribe por nombre genérico”, explicó Collia y agregó que “esta situación no se adecúa a la ley y coloca en desventaja a los sectores más desfavorecidos”.
Es que en el mercado de los medicamentos existe para una misma droga un amplio abanico de precios según el laboratorio productor, “al punto que un mismo fármaco puede presentar una diferencia de entre el 125 y el 200 por ciento entre el más barato y el más caro”, explicó el subsecretario de Políticas de Salud, Sergio del Prete.
Por eso, esta tarde se reunió con los referentes de los Colegios de Médicos y Farmacéuticos, agremiaciones médicas y odontológicas, federaciones que nuclean a clínicas y sanatorios del sector privado, como Fecliba y Femecon, directores de hospitales, autoridades de las facultades de Ciencias Exactas y Medicina, el Defensor del Pueblo y diputados y senadores de las comisiones de Salud de la Legislatura.
“Hemos firmado un compromiso particular con cada uno de estos sectores para que realicen acciones concretas a favor de la prescripción por genéricos porque entendemos al medicamento como bien social, como un elemento vital y constituyente del derecho a la salud”, explicó Collia.
Por su parte, Ginés González García expresó que es clave que “el médico elija el medicamento pero que el paciente pueda elegir el precio, es una política que no requiere dinero sino construcción de consenso y fuerza y esto es lo que hoy está haciendo la provincia de Buenos Aires”.

A QUÉ SE COMPROMETIERON
Las partes involucradas en la prescripción y expendio de medicamentos que participaron hoy de la jornada provincial “Los medicamentos y la gente”, firmaron un compromiso para promover el cumplimiento de los Artículos 16 y 17 de la Ley Provincial 11.405/93 y su modificatoria 12.895, relacionados con la prescripción del medicamento por nombre genérico respetando principio activo, concentración, forma farmacéutica y dosificación prescripta.

Las entidades que representan a los médicos, odontólogos y clínicas, por ejemplo, firmaron que impulsarán, entre sus representados, la obligatoriedad de la prescripción por nombre genérico. Entre ellas figuran el Consejo Superior del Colegio de Médicos, FEMEBA, FEMECON, Agremiación Medica Platense (AMP) y Federación Odontológica de la Provincia de Buenos Aires (FOPBA), entre otras.
El Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, en tanto, asesorará a sus clientes sobre los beneficios de adquirir genéricos. Y la Defensoría del Pueblo de la Provincia recibirá y tramitará toda demanda de los pacientes o personas en referencia a la no prescripción del medicamento por su nombre genérico.
Finalmente, las autoridades de las comisiones legislativas de salud expresaron que impulsarán normas que garanticen el pleno cumplimiento de esta forma de prescripción
LISTADO DE ENTIDADES QUE PARTICIPARON DE LA JORNADA
-Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires
-Consejo Superior del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires
-Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires
-Instituto de Obra Medico Asistencial – IOMA
-Federación Medica de la Provincia de Buenos Aires – FEMEBA
-Federación Medica del Conurbano – FEMECON
-Asociación de Médicos Generalistas de la Provincia de Buenos Aires
-Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata – Farmacia
-Facultad de Ciencias Medicas de la Universidad Nacional de La Plata – Cátedra de Farmacología
-Sociedad Odontológica de La Plata – SOLP
-Agremiación Medica Platense – AMP
-Federación de Clínicas, Sanatorios, Hospitales y otros Establecimientos de Buenos Aires – FECLIBA
-Asociación de Clínicas y Sanatorios de la Provincia de Buenos Aires Federadas – ACLIFE
-Comisión de Salud de la Honorable Cámara de Senadores Provincia de Buenos Aires
-Comisión de Salud de la Honorable Cámara de Diputados Provincia de Buenos Aires
-Embajador Dr. Ginés González García

martes, 5 de agosto de 2014

Jornada de debate sobre el acceso a medicamentos y la ley de Genéricos en el Congreso

Télam, 4 de agosto

La diputada nacional Gloria Bidegain (Frente para la Victoria) encabezó hoy en la Cámara baja la jornada de debate sobre prescripción y comercialización de remedios "Genéricos, salud para todos. El acceso al medicamento como bien social".

El eje del debate fue el proyecto de ley Bidegain para "fomentar la libertad de elección", evitar especulaciones "distorsionantes del mercado y promover el acceso al medicamento como bien social".

La diputada propuso modificar la ley de medicamentos "para terminar con la facultad de los médicos de sugerir marcas comerciales, y limitar la prescripción de los fármacos sólo a su nombre genérico, y así el paciente elegirá libremente de acuerdo a sus preferencias y poder adquisitivo".

El "desafío pendiente" es "poner en práctica la ejecución de la Ley de Genéricos por todos los integrantes de la cadena de salud (médicos, pacientes, farmacéuticos)" para impulsar "la competencia entre los laboratorios" y que sea "una herramienta eficaz para el control de precios" que oficie como su "regulador natural".

"La falta de cumplimiento estricto de la Ley 25.649 perjudica la capacidad de elección y sustitución de medicamentos por los consumidores, y agravia el derecho de acceder a ellos por amplias capas de la población", aseguró Bidegain al abrir las jornadas.

"Los medicamentos no son una mercancía", agregó, para afirmar finalmente que "este proyecto no es contra nadie, sino que es a favor del bien común".

Tras la exposición de Bidegaín sus colegas Andrea García, Carolina Gaillard, Gastón Harispe (los tres del FPV) y Carlos Raimundi (Nuevo Encuentro) apoyaron la iniciativa y bregaron por una sanción del proyecto.

García, titular de la comisión de Acción Social y Salud Pública, dijo que "con este proyecto se está hablando de garantizar el acceso a la salud de toda la población".

Entre los restantes expositores, Nicolás Santander, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Medicamentos Genéricos, destacó que "lo que cura al paciente es el producto activo del medicamento y no la marca", y explicó que "lo que muchas veces encarece el precio del medicamento de `marca` es el marketing y la publicidad".

Para el rector de la Universidad ISALUD, Rubén Torres, "hay que fortalecer la prescripción de medicamentos por nombre genérico", para lo que "hay suficiente confianza" de la población.

Raúl Mascaró, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), remarcó que para esa entidad "los medicamentos son un bien social que se dispensa, no que se vende" y que "el farmaceútico da el valor agregado con su consejo al paciente". (Télam)



lf-aem-jja 04/08/2014 21:05

martes, 22 de julio de 2014

Sólo una de cada cuatro recetas cumple con la ley de genéricos




Aunque es obligatorio desde 2002, sólo entre el 20% y el 25% de las prescripciones de remedios se hace por el nombre de la droga; en 2003, esa práctica llegaba al 71%

Fabiola Czubaj LA NACION, 21 de julio 2014


En la práctica, la obligación de recetar un medicamento por el nombre de la droga (genérico) cayó en desuso. Mientras que al año siguiente de la sanción de la ley de prescripción por nombre genérico, en 2003, el 71% de las prescripciones llegaba al mostrador de la farmacia con el nombre genérico, hoy ese porcentaje no supera el 25 por ciento. La mayoría de los médicos indica la marca que hay que comprar.

Ante la falta de un relevamiento oficial, LA NACION consultó en una decena de farmacias de distintos barrios porteños y localidades bonaerenses, donde el diagnóstico resultó coincidente: una de cada cuatro recetas que presentan los clientes incluye sólo el nombre del principio activo. Ya en 2011, el porcentaje había descendido al 20%, según mostró entonces un relevamiento hecho a pedido de la industria farmacéutica.

"Recetar por nombre genérico era sólo el comienzo de una política para regular el mercado de medicamentos. Además, había que fomentar un mercado de genéricos, que la Argentina aún no tiene, excepto para muy pocos productos, como los que se utilizan para tratar el VIH/sida", sostiene Aldo Neri, ex ministro de Salud.

El Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb) calcula que la sustitución por nombre genérico no supera actualmente el 9% de las ventas, en comparación con el 45% en los países desarrollados con una legislación similar.

"El mercado de medicamentos necesita estar fuertemente regulado en todos los aspectos y eso aquí no ocurre -asegura Neri-. Hay que avanzar con un conjunto de criterios que el Gobierno de ninguna manera implementó, probablemente por la resistencia de la industria farmacéutica y, además, por algunos rasgos culturales de nuestro consumo que abarcan a los médicos que los recetan y a los usuarios que los consumen."

Carlos Vassallo, profesor de economía de la salud de la Universidad de San Andrés (Udesa), coincide. La ley de genéricos "fue una medida de corto plazo no pensada como una política estructural para cambiar un mercado de medicamentos muy concentrado. Después de la crisis de 2001, el principal aliado era la gente, que iba a la farmacia y tenía información suficiente para pedir el medicamento más barato. Esto evitó que los precios se dispararan. Pero cuando la población comenzó a recuperar su poder adquisitivo, volvió a la marca".

Desde el Safyb explican que cuando la farmacia entrega una receta con una sustitución, los prestadores imponen lo que Marcelo Peretta -secretario general del sindicato- considera "una penalidad", en referencia a la demora en la auditoría de la receta para abonar la diferencia del copago, la autorización recién a 120 días o la devolución de la receta rechazada "porque está alterada".

La desconfianza en el producto similar más económico, la falta de difusión de los controles de calidad y la automedicación con productos de venta bajo receta son característicos de nuestro consumo de medicamentos. Una encuesta mostró el año pasado que más del 90% de los usuarios no cambiaría la sugerencia del médico por una versión similar y hasta un 50% más económica.

En las farmacias es común que los clientes entreguen la receta y pregunten el precio. El empleado se acerca a la computadora, responde y a veces ofrece opciones más económicas. Las reacciones no varían demasiado: piden la marca que indicó el médico o preguntan si las versiones más económicas tienen el mismo efecto. Para enfermedades crónicas o si el usuario es un chico, rara vez los clientes alteran la indicación médica.

Juan Manuel Gregorio ejerce la medicina desde 1948 y es autor de La observación en la práctica médica (Ediciones del Autor). Se formó en la UBA y aprendió que todos los sentidos, bien entrenados y aplicados al estudio de un paciente, contribuyen al diagnóstico. "Actualmente, la medicina nada tiene que ver con la práctica de toda mi vida -cuenta-. El detalle y la observación ya casi no se aplican. El paciente se va de la consulta con una lista de estudios por hacer y alguna receta. Tiene que esperar tres meses para saber qué tiene."

¿Cómo prescribe? Con el nombre comercial. La pregunta le recuerda que el año pasado las prepagas le exigían incluir el nombre de la droga, pero ahora, no. "Ya prácticamente nadie escribe el nombre genérico -dice-. Hay medicamentos que fabrican varios laboratorios. La diferencia es el precio. Con esto en mente, trato de indicar un producto de un fabricante responsable, con seguridad y eficacia respaldadas." Pero enseguida aclara: "No sólo cura el medicamento, también lo hace la palabra del médico.