Butlletí groc, Vol.
26, n.º 3 julio - septiembre 2013
18 de junio 2014
Conclusiones
El efecto preventivo de
las estatinas no depende de las concentraciones de colesterol o de
colesterol LDL, sino del riesgo cardiovascular (RCV) global de cada
paciente: cuanto más elevado es el
RCV, más favorable es
la relación beneficio/riesgo de la estatina. El calculador de RCV
más ajustado a la población de Cataluña es el del REGICOR.
Nos parece muy positivo
que para decidir si hay que prescribir una estatina, la nueva guía
sobre dislipemia y RCV abandone el criterio de la cifra de colesterol
en sangre y recomiende basarse en
el RCV global de cada
paciente. Sin embargo, recomienda prescribir una estatina cuando el
RCV
a 10 años es de 5% o
más, y esto amplía considerablemente la población diana que
teóricamente debe recibir tratamiento.
Hay que tener en cuenta
que en personas de bajo riesgo (prevención primaria) se debería
tratar a 1.111 pacientes durante 5 años para evitar una muerte y a
370 para evitar un IAM. En prevención secundaria la relación es más
favorable: hay que tratar a 385 pacientes durante 5 años para
evitar una muerte, y a 196 para evitar un caso de IAM.
En conjunto, los
grandes ensayos clínicos con estatinas fueron realizados en
poblaciones seleccionadas y no representativas de los pacientes
habituales. Esto explica que la incidencia de
efectos indeseados haya
sido más alta en estudios observacionales que en ensayos clínicos.
En Cataluña hay unas
150.000 personas con RCV a 10 años de más de 15% y unas
400.000personas con RCV a 10 años de 10 a 15%. Como ejemplo, hay
800.000 personas que reciben tratamiento crónico con una estatina:
desde antes de la publicación de la nueva guía, ya hay más gente
tratada que la que proponen las nuevas y controvertidas
recomendaciones.
En resumen, en personas
con bajo RCV una estatina no reduce la mortalidad por todas las
causas ni la morbididad cardiovascular grave.
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