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sábado, 1 de febrero de 2014

Las batallas de los medicamentos



El Mundo (Colombia) 1 de Febrero de 2014
La retractación no modifica la trascendental batalla que libran algunos gobiernos, académicos y ONG frente a poderosas multinacionales que pretenden convertir la justa retribución a sus investigaciones científicas en tributo impagable.
La petición de disculpas al pueblo indio presentada por Marijn Dekkers, presidente ejecutivo de la multinacional Bayer, luego de su muy publicitada frase “no producimos medicamentos para los indios sino para quienes puedan pagarlos”, no logró borrar la ofensa a los pacientes a los que impone pagar altísimos costos por medicamentos, a productores agrícolas sometidos a los precios de sus insumos, a los desarrolladores tecnológicos que deben someterse a sus tasas de cobro por materiales. Con su retractación tampoco modifica la trascendental batalla que libran algunos gobiernos, académicos y ONG frente a poderosas multinacionales que pretenden convertir la justa retribución a sus investigaciones científicas en tributo impagable.


Los escenarios de la batalla hoy son múltiples y complejos y van desde la discusión trasnacional, a los acuerdos comerciales que incluyen fuertes restricciones protectoras de la “propiedad intelectual” en general, hasta las guerras particulares que hoy libran gobiernos como los de India y Kenia, para restringir la concesión de patentes a aquellos desarrollos y productos que verdaderamente impliquen una innovación científica y deriven en un producto totalmente distinto a los que lo precedieron.


La batalla de Bayer y el gobierno indio tiene origen en la determinación de liberar la patente para la producción y comercialización de la molécula Nexavar, usada medicinalmente contra el cáncer de riñón e hígado, y que Bayer comercializaba con el nombre de sorafenib. La decisión de la Oficina de Patentes hizo que el precio mensual de un tratamiento con el medicamento pasara de US $5.400 a US $180 y que Bayer perdiera un rentable monopolio. En abril de 2013, el Estado de la India había ganado una batalla similar contra la suiza Novartis. En este debate, el Tribunal Supremo concedió la razón al Gobierno, que había declarado que la molécula básica de su medicamento anticancerígeno llamado Gleevec o Glivec no era original, sino que se trataba de una modificación parcial de una molécula que existía con anterioridad.


Uno de los más interesantes debates en los países que se han decidido a fortalecer la producción de medicamentos genéricos, más baratos, es sobre el carácter original o no de las moléculas que patentan las productoras, en decisiones razonables en tanto representan el pago justo a inversiones considerables que hacen esas compañías o las universidades a ellas asociadas para el descubrimiento, ensayo y consolidación de las moléculas que sí transforman la acción curativa, paliativa o preventiva. Un ejemplo de nuevo producto, entre los medicamentos sencillos, fue la aspirina: un desarrollo de Bayer que hoy es propiedad de la humanidad. 


Pero no todos los nuevos productos farmacológicos, o en el terreno de la producción agrícola los insumos del campo, son resultado de investigaciones desarrolladas por compañías médicas. Algunas de ellas, y esta es la razón del conflicto de Novartis y Bayer con India, son moléculas perfeccionadas, que exigen algunas pequeñas inversiones pero que no imponen modificaciones a los efectos del producto original. En otros casos, el conflicto surge porque los laboratorios proponen nuevos usos para las moléculas que ya tienen en el mercado y por las cuales ya han obtenido las patentes como compensación. En estos casos, gobiernos como el de Kenia y el de India libran duras batallas para establecer legislaciones que ofrezcan tratamientos diferenciados a productos originales en todos sus componentes y a productos derivados de moléculas ya desarrolladas. En su esfuerzo han perdido la ayuda que en décadas anteriores recibieron de la OMS. 


Colombia hoy libra una batalla igualmente importante en la defensa de la salud frente al excesivo afán de rentabilidad sobre los medicamentos. En ella confluyen el Ministerio de Salud y la Superintendencia de Industria y Comercio, que han avanzado en un esquema de regulación de precios que limita especialmente a los distribuidores y comercializadores finales, razón por la cual no ha generado aun serias discusiones con los productores farmacéuticos. Este empeño nacional va quedando por ahora en hombros del ministro de salud, Alejandro Gaviria, y del superintendente, Luis Guillermo Vélez, pues el Congreso no ha avanzado en la definición de una norma que garantice precios justos para los medicamentos. Pero al menos se ha dado un paso hacia la regulación de costos que hacen, como lo demuestra el ejemplo indio, cada vez más gravoso el acceso a la salud.

jueves, 23 de enero de 2014

MSF critica duramente la declaración de Marijn Dekkers, Director Ejecutivo de Bayer


El doctor Manica Balasegaram, director de la Campaña de Acceso a los Medicamentos (CAME) de MSF responde a la declaración del directivo de esta farmacéutica internacional.

MSF, 23/01/2014



"Las declaraciones del consejero delegado de Bayer Marijn Dekkers acerca de que la compañía para la que trabaja no desarrolló un medicamento contra el cáncer para los indios, sino para los pacientes occidentales que puedan permitírselo" resume las verdaderas intenciones de la industria farmacéutica multinacional. Bayer está admitiendo a las claras que los fármacos que desarrollan van a ser deliberadamente repartidos
entre sus pacientes más ricos”.

Esto es un reflejo de la manera perversa en la que se desarrollan hoy en día los medicamentos. Las compañías farmacéuticas están claramente enfocadas en multiplicar las
ganancias y para ello presionan de una manera enormemente agresiva con el objetivo de lograr patentes y elevar los precios. Las enfermedades que no les reportan beneficios no entran en sus planes, y los pacientes que no tienen dinero para pagar los medicamentos se quedan una y otra vez fuera de la foto. Las grandes compañías farmacéuticas afirman que se preocupan por las necesidades sanitarias mundiales, pero tienen un largo historial a sus espaldas que demuestra lo contrario.

Las cosas no tienen por qué ser así. La innovación médica puede ser incentivada de una manera diferente, y la inversión en investigación puede ser recuperada siempre que se pongan los fármacos a disposición de todo el mundo, y que esto se haga a unos precios que no excluyan a millones de personas de la posibilidad de acceder a un tratamiento. En
lugar de seguir siendo una parte del problema, las grandes compañías deberían trabajar para ser una parte de la solución y cambiar así el rumbo de la I+D farmacéutica".

Doctor Manica Balasegaram, director de la Campaña de Acceso a los Medicamentos (CAME) de Médicos Sin Fronteras.

https://www.msf.es/noticia/2014/msf-critica-duramente-declaracion-marijn-dekkers-director-ejecutivo-bayer

“No creamos medicamentos para indios, sino para los que pueden pagarlo”



Emilio De Benito, El País , 23 enero 2014

El consejero delegado de Bayer pierde los nervios en una discusión sobre patentes
Dekkers se disculpa y afirma que su objetivo es tratar a todo tipo de personas

La discusión con las autoridades indias consiguió sacar de sus casillas al consejero delegado de Bayer. En juego estaba la patente de su anticanceroso Nexavar, un fármaco de última generación para tratar cánceres de hígado y riñón. “No creamos este medicamento para los indios, sino para los occidentales que pueden pagarlo”, saltó el consejero delegado de Bayer, Marijn Dekkers. Y varios medios lo han recogido después.


Un excolega de Dekkers, John LaMattina, le dio ocasión de disculparse después. En un artículo publicado en Forbes, el exdirectivo de Pfizer le recrimina sus palabras. Y así dio pie a que Dekkers se explicara. Bayer remite a esas declaraciones.

“Lamento que lo que una rápida respuesta en el marco de una discusión haya salido a la luz de una manera que yo no pretendía. No puede ser más contrario a lo que yo quiero y lo que hacemos en Bayer”, dice Dekkers. Como compañía “queremos mejorar la salud y calidad de vida de la personas, independientemente de su origen o ingresos”. “En cualquier caso, estaba especialmente frustrado por la decisión del Gobierno indio de no proteger la patente del Nexavar que nos había concedido la autoridad en patentes del país. Estoy convencido de nuestra capacidad para innovar y en una abierta discusión en la reunión, mientras expresaba mi frustración fundamental, tenía que haber aclarado esto”.


“En cualquier caso, me reafirmo en que hay ningún motivo para que un país debilite la protección de la propiedad intelectual. Sin nuevos medicamentos, tanto las personas de los países en desarrollo como las de otros más prósperos sufrirán”, añade. Y concluye con una mención a que si bien los fabricantes de genéricos tienen “un papel crucial que desempeñar”, “no invierten en investigación y no producen nuevas curas o tratamientos, ni para los mercados en desarrollo ni los desarrollados”.

El enfrentamiento con India es uno más de un gran laboratorio con un país que aplica rigurosamente una ley de patentes que les lleva a rechazar la protección de algunos productos punteros (la mayoría de los casos porque no permiten modificaciones en la patente original según avanzan las investigaciones en los medicamentos, por ejemplo buscando sales diferentes). Fue lo que llevó al conflicto con Novartis por otro anticancerígeno (el Glívec). Con esa política, el Gobierno indio no solo consigue que la patente dure menos (lo que obliga a los laboratorios a bajar sus precios para competir), sino que protege a su pujante industria de genéricos.


nota original
http://bit.ly/1d0Bxhd