Macarena
Leal Liy, El
País,
19 de septiembre de 2014
Los
tribunales de China impusieron hoy la mayor multa de su historia,
€379 millones, a la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline
(GSK), tras encontrarla culpable de organizar una red gigantesca de
sobornos en hospitales y centros médicos de todo el país. Asimismo,
condenaron al director ejecutivo de la multinacional británica en
China, Mark Reilly, y otros cuatro altos cargos de la compañía a
penas de cárcel que oscilan entre los dos y los tres años por
propiciar sobornos para que médicos, enfermeras y clínicas
utilizaran los medicamentos de la compañía.
El
caso contra GSK se inscribe dentro de la campaña contra la
corrupción que lleva a cabo el Gobierno chino, cuyo presidente, Xi
Jinping, ha prometido castigar tanto a “moscas” de bajo nivel
como “tigres” en las posiciones más altas. Y ha dejado claro que
las grandes empresas extranjeras no están exentas.
Reilly,
al que se han impuesto tres años de prisión, no tendrá que cumplir
en principio su condena en China. En el juicio a puerta cerrada, la
corte encargada del caso, el Tribunal Intermedio Número 1 de la
ciudad de Changsha, en el sur de China, dictaminó su libertad
condicional durante cuatro años y que sea deportado, informó la
agencia oficial china, Xinhua.
De
acuerdo con los cargos, Reilly había presionado desde 2009 a sus
equipos de ventas para que incentivaran mediante sobornos la venta de
fármacos fabricados por GSK. Los sobornos, que alcanzaron los €379
millones –la cantidad que se ha utilizado como referencia para la
multa– se escondían como pagos por viajes y para impartir
conferencias. No se limitaron solo a personal médico, también se
extendieron a funcionarios en Pekín y Shanghái. Esos pagos, según
había afirmado la acusación, contribuyeron a disparar los precios
de los medicamentos de la compañía, que llegaron a ser siete veces
más altos que en otros países.
Los
colaboradores de Reilly Zhang Guowei, ex director de Recursos Humanos
de GSK en China; el ex director de operaciones, Liang Hong, y el ex
director de Asuntos Jurídicos Zhao Hongyan recibieron penas entre
dos y tres años de prisión, también aplazadas. Un quinto alto
ejecutivo, el encargado de Desarrollo de Negocio, Huang Hong, también
recibió una pena de tres años, aunque en su caso no sólo por
sobornar sino también por recibir sobornos.
La
multinacional ha admitido los cargos y el veredicto. En un comunicado
en el que pide disculpas, su subsidiaria china, GSKCI, promete
convertirse en “un modelo” y reconoce que “las actividades
ilegales de GSKCI son una clara violación de las normas y
procedimientos internos de GSK”. La multinacional cuenta con cinco
fábricas, un centro científico y 7.000 empleados en China.
La
compañía ha asegurado desde Londres que satisfará la multa con
fondos en efectivo con los que ya cuenta y este montante, y los
costes legales asociados, se incluirá en una actualización de sus
resultados del tercer trimestre.
El
consejero delegado de la compañía, Andrew Witty, indicó que el
caso “ha sido una cuestión profundamente decepcionante para GSK.
Hemos aprendido, y seguiremos aprendiendo, de este asunto. GSK ha
estado presente en China durante cerca de un siglo y seguimos
completamente comprometidos con su gente y su pueblo. Seguiremos
expandiendo el acceso a medicinas y vacunas innovadoras para mejorar
su salud y bienestar. También seguiremos invirtiendo directamente en
el país para apoyar la agenda del Gobierno de reforma del sistema
sanitario y los planes a largo plazo de crecimiento económico”.
Las
comisiones ilegales suponen el 20% del coste de los medicamentos
Las
vehementes disculpas de GSK parecen haber surtido cierto efecto y no
da la impresión de que la compañía se vaya a ver perjudicada en el
futuro en sus operaciones en un mercado farmacéutico que, según la
firma de inversión Edison Investment Research, será el mayor del
mundo para 2020. Un editorial de Xinhua, que normalmente transmite
fielmente la opinión del Gobierno, puntualiza que “si GSK China
puede aprender una buena lección y gestionar su negocio de acuerdo
con el mandato de la ley, podrá recuperar la confianza del Gobierno
y el pueblo chino”.
La
corrupción en el sector sanitario y el alto precio de las medicinas
y los tratamientos médicos están entre las principales quejas de
los ciudadanos. El trato deficiente en los hospitales, real o
percibido, ha llegado a generar incidentes de violencia. Según ha
apuntado la Asociación de Compañías Farmacéuticas de China, los
sobornos suponen el 20% del coste de un medicamento típico en el
país.
nota original http://bit.ly/1qVV6EW
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