José A. Plaza, Diario Médico, 27/01/2014
La Organización Mundial de la Salud
celebró la semana pasada, tal y como informó DM, la 134 reunión de
su Consejo Ejecutivo, una cita en la que, durante seis días (de
lunes a sábado), representantes de los países miembros y dirigentes
de la OMS debatieron sobre el presente y futuro del organismo, y
estudiaron diversos informes sobre distintos ámbitos sanitarios.
Uno de ellos, referido al acceso a
medicinas esenciales, establece un claro objetivo para 2020: alcanzar
en el mundo un 80 por ciento de acceso a medicamentos esenciales para
el tratamiento de enfermedades no transmisibles, tanto en el ámbito
público como en el privado.
El documento señala que la sanidad
privada goza de mayor accesibilidad a los fármacos, aunque también
limitada por precios más caros que en la pública
Transparencia
La OMS denuncia barreras en el uso de
este tipo de fármacos, que son más importantes en países en
desarrollo y con ingresos bajos y medios, pero que también afectan
en menor medida a países desarrollados. En España, por ejemplo, el
debate se centra en el acceso a fármacos innovadores, destinados a
patologías como cáncer, hepatitis y enfermedades autoinmunes.
El organismo presidido por Margaret
Chan cree que el acceso a fármacos de calidad se ve comprometido
“por procesos no transparentes y evaluación institucional
insuficiente en un sistema vulnerable a la corrupción”, aunque
observa mejoras en los últimos años en el acceso a fármacos para
el VIH, la malaria y la tuberculosis (patologías poco prevalentes en
España, que no tiene problemas de acceso al respecto).
La prioridad actual son los
medicamentos destinados a la salud neonatal, infantil y materna, “que
a veces no se incluyen en los listados de fármacos esenciales”. En
el caso de patologías infecciosas, graves y no transmisibles, la OMS
denuncia “desigualdades entre países desarrollados y no
desarrollados, y entre zonas con altos, medios y bajos ingresos,
inequidades que también se dan dentro de los propios países”. En
su opinión, muchos fármacos para enfermedades no transmisibles “ya
no tienen patente y son baratas de producir”, lo que debería
mejorar la situación.
La selección de fármacos
coste-efectivos y su financiación pública (debate que sí está de
actualidad en España) y las diferencias entre el origen público y
privado de las terapias (este último ámbito tiene más
accesibilidad de entrada, pero precios más caros “que limitan el
acceso”) se suman a las críticas del texto presentado en la
reunión.
Además, el documento señala que “en
los últimos años aumenta la preocupación por la falta y
desabastecimiento” de medicamentos, tanto en países desarrollados
como en desarrollo, debido a la “concentración de la producción y
a la reducción del precio de genéricos, lo que no incentiva a las
compañías a producirlos”.
La OMS lamenta que no existe en torno a
este problema “un análisis global, lo que no permite abordar cómo
los profesionales sanitarios pueden mantener y mejorar los cuidados”.
¿Cómo se prescribe?
Finalmente, el texto pide estudiar “por
qué profesionales y usuarios eligen ciertos medicamentos, analizando
la concordancia de la prescripción “con la indicada en guías
clínicas nacionales e internacionales”.
Sobre este punto no falta el debate en
España, donde algunas autonomías tratan de dirigir las
prescripciones de los médicos, vigilar sus hábitos y moderarlos si
están ligados a la hiperprescripción.
Como broche, el documento propone áreas
vitales para mejorar el acceso a fármacos esenciales: fomentar la
universalidad sanitaria (otro punto que está causando fricciones en
el SNS), mejorar el uso y evaluación de los datos, impulsar el uso
racional de fármacos (en España, todos los años se hace especial
hincapié en los antibióticos, se habla de posibles monodosis y de
evitar el almacenamiento de fármacos en los hogares), innovar en la
producción de medicamentos y vigilar las resistencias a
antimicrobianos.
Palabra de Margaret Chan.
La directora general de la OMS repasó,
en su informe sobre la reunión, varios indicadores y factores
sanitarios, entre ellos precios, equidad y accesibilidad: “Los
costes se están disparando; algunos medicamentos y dispositivos
médicos nuevos son inasequibles, incluso para los países más ricos
del mundo”. Según explicó, las desigualdades persisten: “Millones
de personas están quedando al margen [de la sanidad] en este mundo
tan poco equitativo”.
Salud neonatal, infantil y materna,
prioritarias
Tal y como ya señaló este periódico
la semana pasada, los Objetivos del Milenio en salud neonatal,
infantil y materna corren peligro de no cumplirse, pese a las
importantes mejoras en mortalidad en los últimos años. El informe
presentado la semana pasada viene a decir que se progresa, pero no lo
suficiente. Hay varios ejemplos de cifras en las que hacer una doble
lectura optimista-pesimista: la malnutrición es la causa subyacente
del 45 por ciento de todas las muertes de niños menores de cinco
años, la mortalidad de menores de cinco años cayó entre 1990 y
2012 un 47 por ciento, el número de muertes maternas descendió
desde las 543.000 de 1990 a las 287.000 de 2010, y la mortalidad
neonatal (en número de muertes por cada 1.000 nacidos vivos) se
redujo un 37 por ciento. Es mucho, pero poco al mismo tiempo.
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