Aidan Lewis, BBC, St Paul, Minnesota ,
21 de abril de 2014
Los regalos y pagos de las
farmacéuticas a los doctores son vistos por algunas personas como
una estrategia para alentar a los médicos a dar a los pacientes
recetas innecesarias. Pero, ¿realmente es efectiva esta cultura
creada en países desarrollados y exportada a todo el mundo?
Un médico podría acumular puntos con
la cantidad de recetas que haga que más tarde puede cambiar por una
gran variedad de productos, como televisores a color, relojes, hornos
microondas, corta césped o palos de golf. Esta afirmación forma
parte de una audiencia de 1974 del Senado de Estados Unidos.
Se trató de una campaña liderada por
el senador demócrata Edward Kennedy en la que se puso en evidencia
una cultura generalizada.
En las décadas siguientes, la
industria farmacéutica creció, con lo que también aumentó lo que
ofrecían a los médicos. En la medida que se facilitó el acceso a
la información sobre los hábitos de prescripción de los doctores,
mayor fue el dinero que se gastó para influenciarlos.
Los años 90 son considerados como una
década de medicamentos éxito de ventas, un período de auge por los
representantes de ventas que actuaron como intermediarios entre los
doctores y la industria, que regalaron muestras de los productos y
pusieron en práctica una variedad de tácticas estudiadas para
aumentar tanto las ganancias de la empresa como sus propios sueldos.
Se trató de estrategias que fueron
exportadas a muchos países, afianzando una cultura en la que para
que muchas veces un doctor recete un medicamento, la compañía debe
primero motivarlo de alguna forma.
Michael Oldani, quien trabajó como
vendedor para Pfizer antes de ser un antropólogo médico, explica
cómo ofrecer comida y bebida -almuerzos o cupones para el café- era
la estrategia favorita.
Los regalos podían variar desde
bolígrafos y botellas de vino a "becas educativas sin
restricciones".
"Hicimos todo tipo de cosas en la
industria", recuerda Oldani. "Las legislaciones no nos
habían alcanzado".
La exposición gradual al público de
este tipo de prácticas por informantes, fiscales y medios hizo que
eventualmente los profesionales y la industria crearan una serie de
directrices que eliminaran algunas de las transferencias financieras
más flagrantes. En algunos estados se prohibieron los incentivos en
efectivo, y a nivel federal se ilegalizó para prescripciones
cubiertas en programas Medicare y Medicaid de la seguridad social
estadounidense.
Las medidas, junto con lo que muchos
observadores consideran han hecho un cambio en la cultura, parecen
haber hecho alguna diferencia.
Fines educativos
Pero los doctores todavía pueden
recibir un dinero por dar charlas y asesorías, así como tener
financiamiento para iniciativas de educación o de investigación.
Un estudio realizado por Eric Cambell,
de la Escuela de Medicina de Harvard, determinó que de una muestra
aleatoria de doctores, los beneficios de aquellos que habían
recibido regalos de las farmacéuticas cayeron de 83% en 2004 a 71%
en 2009. La cuota de pagos por servicios como asesorías o charlas
bajó de 28% a 14% en el mismo período.
No obstante, incluso en 2009, casi el
84% de los encuestados dijo tener una relación con la industria.
"Todavía la gran, gran mayoría de los médicos están
recibiendo cosas de las farmacéuticas", dijo Campbell.
Algunas de esas relaciones han derivado
en comportamientos ilegales. Las principales farmacéuticas han
llegado a acuerdos con el Departamento de Justicia de decenas de
miles de millones de dólares sobre presunto mercadeo fraudulento de
fármacos, algunas veces a través de pagos a médicos.
Pero la mayoría de las transacciones
entran dentro de lo que es profesional y legalmente permitido. Y
quienes apoyan estas estrategias insisten en que ayudan a que los
mejores y más nuevos tratamientos lleguen a las personas que lo
necesitan.
Hay un "gran valor" a cambio
de información entre el sector de la salud y la industria, dice
Kendra Martello, vicepresidente de PhRMA, que representa a
farmacéuticas líderes. "En mi opinión, en la medida que los
doctores pueden dar una mejor educación, mejor será el cuidado de
los pacientes".
Tom Stossel, profesor de medicina en
Harvard, explica que la medicina "es incomparablemente mejor"
hoy en día que hace 50 años, y "ello es gracias a las
herramientas que los médicos han recibido de la industria".
Él no toma en cuenta las acusaciones
sobre cómo los pagos distorsionan la toma de decisiones, y las
califica de "especulaciones". Stossel considera que las
farmacéuticas sólo han llegado a acuerdos para evitar ser excluidas
de contratos del gobierno.
"Los doctores podrían ir a un
restaurante, aprender algo, tener una buena comida, ¿qué hay de
malo con eso? ¿Es mejor la educación en un monasterio que en un
restaurante?", agrega.
Es difícil hacer un seguimiento de los
pagos en el tiempo, o de medir su impacto.
Sin embargo, críticos insisten en que
hay evidencias de que tienen un efecto en los hábitos de recetar, lo
que hace que aumenten los costos y los riesgos para la salud.
Más propensos
Un reciente estudio de tres economistas
estadounidenses descubrió que un doctor que recibe pagos de una
farmacéutica era más del doble propenso a prescribir sus productos,
comparado con los médicos que no recibieron pagos.
A partir de los datos de más de
330.000 profesionales de la salud y 12 compañías, lograron
determinar que el 58% recibió pagos. Y que era poco probable que
esos beneficios representaran una oportunidad significativa para
educar a los doctores sobre fármacos nuevos y que las ganancias
financieras parecieron ser un importante motivo para los doctores.
Ilustración de pago a doctores
En los últimos años las farmacéuticas
han llegado a acuerdos multimillonarios sobre casos de presunta
corrupción.
Daniel Carlat, director de proyecto de
recetas médicos del grupo sin fines de lucro Pew Trusts, señala que
la investigación hasta la fecha muestra que los médicos que han
lidiado con visitadores "tienden a prescribir diferente".
"Recetan más medicamentos,
fármacos más caros, de marca (y no genéricos) y son menos
propensos a seguir las indicaciones basadas en la evidencia de los
productos".
Los pagos y regalos pueden resultar en
que un doctor cambie su "obligación" por el paciente a una
por la empresa farmacéutica, señala Oldani. A nivel general, el ex
vendedor de Pfizer explica que la industria ha fomentado "una
mentalidad de fármacos primero" en la que los doctores
prescriben con mucha facilidad a expensas de las terapias u otros
tratamientos.
Es en este contexto que las medicinas
"éxito de ventas" han florecido no sólo en EE.UU. sino en
muchas otras partes del mundo.
"La razón por la que hay un
mercadeo tan agresivo es que la gran mayoría de estas 'nuevas
medicinas' son bastante similares a las que ya existen en el
mercado", aclara Campbell.
"Si las compañías hacen fármacos
que en realidad funcionan, los doctores las usan. No tienen que pagar
para que un médico sepa de su existencia, no le tienen que pagar
para que los usen".
En términos de riesgos para la salud,
existe una preocupación de que los pagos puedan comprometer el
proceso de sacar un medicamento al mercado, y de que una vez que un
fármaco es aprobado, pueden alentar el uso excesivo.
Oldani escribió sobre un antibiótico
que su empresa comercializó agresivamente, pero que poco después
fue restringido por la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos
(FDA, por sus siglas en inglés) debido a su asociación con la
toxicidad del hígado y en casos graves, la muerte.
"Los regalos incluían bolígrafos,
relojes, cenas gratis, simposios con expertos, becas clínicas...
todo lo cual aceleró el aumento de las prescripciones y
-eventualmente- los graves efectos secundarios".
¿Premio al trabajo?
Pfizer dijo en un comunicado que para
cumplir con la ley hace entrenamientos y vigilancia, también se
asocia con doctores "para educar a otros profesionales de la
salud sobre importante información segura y efectiva".
"Pfizer está comprometido a
compensar justamente a profesionales de la salud, investigadores
clínicos e instituciones de investigación por el trabajo que hacen
para avanzar en los cuidados y la salud del paciente", se lee.
Una categoría de fármacos el cual la
prescripción excesiva se ha convertido en un problema reconocido son
los analgésicos opioides. Las cifras de adicción y muertes por
sobredosis de opioides han aumentado considerablemente, con algunos
consumidores cambiando a heroína cuando no pueden tener acceso a la
receta.
"Esta epidemia empezó a finales
de los 90 en respuesta a una campaña financiada por la industria
farmacéutica que llevó a la comunidad médica a creer que los
opioides eran efectivos y seguros para enfermedades comunes",
explica Andrew Kolodny, jefe médico de Phoenix House, que trabaja
para ayudar a los toxicómanos.
Médicos influyentes, pagados por la
industria, encabezaron "sociedades de profesionales que lanzaron
comunicados conjuntos haciendo un llamado a la prescripción
agresiva", agrega.
Si bien nadie ha cuantificado las
consecuencias económicas y de salud de los pagos, las preocupaciones
sobre conflicto de interés están haciendo presión en EE.UU.
Este año, bajo una reforma de salud
poco conocida del presidente Barack Obama llamado Sunshine Act, los
pagos a los doctores por parte de la industria deberán publicarse en
internet.
Es posible que la medida ya esté
teniendo impacto. Una investigación de la organización de
periodismo de investigación Pro Publica, mostró recientemente que
algunas de las firmas más importantes habían reducido
dramáticamente los pagos por charlas promocionales.
Y la firma británica GlaxoSmithKline
-cuyo esfuerzo para aumentar prescripciones le ha valido escándalos
en varios países- anunció en diciembre que dejaría de pagar a los
médicos por promover sus productos, entre otras medidas.
Pero a PhRMA le preocupa que el
Sunshine Act tenga un "efecto escalofriante" en el
intercambio de información, argumentando que algunos doctores se
están negando a tener copias de artículos de los representantes de
ventas porque se puede confundir como una "transferencia de
valor".
Pero los expertos consideran que las
farmacéuticas pueden estar gastando menos porque tienen menos
productos caros y patentados por salir al mercado.
Mientras que a críticos de la
industria les preocupa que esta reforma pueda simplemente legitimar
los pagos, que las empresas puedan gastar más dinero en mercadear
los productos directamente al consumidor, y que a pesar de las
directrices todavía puedan influir en la práctica médica con
fondos destinados para la educación y la investigación.
Además, los fondos pueden desplazarse
a mercados en el mundo en desarrollo.
Nota original http://bbc.in/QCFsgk
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