Boletín
farmacoterapéutico de Castilla La Mancha
Introducción
El dolor crónico no
oncológico (DCNO) se ha definido como el que “dura al menos 3-6
meses o que persiste más allá del tiempo esperado para la
cicatrización de los tejidos o la resolución de la enfermedad
subyacente”1. Afecta al 10-25% de la población, tiene una marcada
repercusión en la calidad de vida física, psíquica y social, y
supone una pesada carga para los servicios sanitarios. En la Tabla 1
se detallan los aspectos a tener en cuenta a la hora de diferenciar
el dolor crónico del agudo.
El principal objetivo
de su tratamiento es mantener la funcionalidad física y mental del
paciente, mejorando su calidad de vida. Ello requiere a veces un
abordaje multimodal, incluyendo además de la medicación otras
intervenciones (terapia psicológica, fisioterapia activa, terapia de
movimiento, electroestimulación percutánea).
En el dolor crónico, a
menudo se precisa la combinación de fármacos que actúan sobre los
componentes nociceptivo y neuropático, logrando una sinergia
farmacológica. De esta manera, por ejemplo, el uso de opioides con
antidepresivos o anticonvulsivantes permite el uso de dosis menores,
con el fin de disminuir los efectos secundarios.
En los últimos años
se ha incrementado el uso de opiodes en el DCNO.
Es fundamental
establecer qué pacientes son candidatos a recibir estos tratamientos
y conocer las señales de alerta para detectar problemas relacionados
con su uso.
Boletín completo
http://bit.ly/1ikECvw
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