Uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones (IBP) y riesgo de
fracturas
Butlletí groc Vol. 25, n.º 2 abril - junio 2012
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son ampliamente prescritos,
y muchos pacientes los reciben de manera crónica. En Cataluña
aproximadamente
un 10% de la población general recibe estos fármacos (vease la fig. 1).
Aunque los IBP son bien tolerados a corto plazo, en los últimos años algunos
estudios han revelado varios efectos adversos graves asociados a su uso
prologado (véase el Cuadro). Estos resultados obligan a replantear su relación
beneficio-riesgo a largo plazo.
En los ensayos clínicos controlados con placebo, no se registró aumento del
riesgo de fractura de cadera, de muñeca o vertebral asociado al uso de estos
fármacos. Generalmente, estos ensayos duraron seis meses como máximo. Por otra
parte, varios estudios observacionales han mostrado que estos fármacos tomados
durante períodos prolongados incrementan el riesgo de fractura osteoporótica.
Dado que el uso de IBP ha aumentado enormemente en los últimos años, que se
concentra en las personas de edad avanzada, que es generalmente de larga
duración (a menu do de por vida) y que se asocia con frecuencia al uso de otros
fármacos (AINE, anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, bisfosfonatos),
los ensayos clínicos no nos aportan suficiente
información, y es preciso examinar datos observacionales sobre exposiciones
más prolongadas obtenidas en las condiciones habituales de uso de estos
fármacos.
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