lunes, 4 de mayo de 2015

Revisando la medicación en el anciano: ¿Qué necesito saber? Boletín INFAC


I nfac  Volumen 23,  No 2
4 de mayo de  2015

INTRODUCCIÓN
La medicación es la intervención médica más utilizada para mejorar la salud1.  Sin embargo, al mismo tiempo, la polifarmacia se asocia a un incremento del  riesgo de efectos adversos, interacciones, menor adherencia al tratamiento,  más hospitalizaciones, mayor mortalidad e incremento de los costes. La polimedicación adquiere especial relevancia en el paciente anciano, población  con un mayor riesgo de reacciones adversas, debido a cambios fisiológicos,  fragilidad y comorbilidad2.
Se estima que los efectos adversos asociados a los fármacos producen en  torno al 6,5% de los ingresos hospitalarios, de los cuales más de la mitad son  prevenibles3,4. Los medicamentos que con mayor frecuencia son responsables de las hospitalizaciones y de los efectos adversos graves o mortales son:  antiagregantes, diuréticos, AINE, anticoagulantes, beta bloqueantes, opioides, metotrexato, digoxina e IECA/ARA II3-5.
En el caso de los ancianos, es necesario añadir a la lista de «fármacos de  riesgo» otros que se señalan con menor frecuencia, posiblemente debido a  que sus efectos adversos tienden a confundirse con los síntomas de la propia  comorbilidad: benzodiazepinas, antidepresivos tricíclicos, fármacos con propiedades anticolinérgicas, antipsicóticos, antagonistas del calcio e insulinas5,6.
Existen diversas intervenciones dirigidas a optimizar la terapia farmacológica  y evitar los riesgos derivados del uso de fármacos7.
En pacientes ancianos  polimedicados, la atención farmacéutica, que incluye revisión de la medicación en colaboración con profesionales clínicos de distintos ámbitos (atención  primaria, centros socio-sanitarios, consultas externas, hospital) o los sistemas  electrónicos de ayuda a la toma de decisiones han demostrado reducir la prescripción inapropiada y los problemas relacionados con medicamentos8. En el  ámbito hospitalario, la revisión de la medicación puede disminuir las consultas  a urgencias7. No está claro si estas intervenciones mejoran otros resultados
clínicamente relevantes, como los ingresos hospitalarios o la mortalidad7,8.
Para facilitar la revisión de la medicación se han diseñado múltiples herramientas. En nuestro contexto, los criterios STOPP- START propuestos por la Sociedad Europea de Geriatría son los más utilizados para detectar prescripciones potencialmente  inapropiadas en personas mayores de 65 años. Incluyen 87 criterios de sobreutilización de fármacos (STOPP o fármacos/ indicaciones a evitar) y 34 criterios de infrautilización (START o fármacos/indicaciones a iniciar)6. Existen además otras herramientas para facilitar la revisión de fármacos en ancianos, como los criterios de Beers o los ACOVE, entre otros9.
En base a una selección de los criterios STOPP-START6 y guías sobre el manejo de la polimedicación 1,10,11, en este boletín  INFAC trataremos de proporcionar recomendaciones concretas sobre los fármacos que más problemas de seguridad generan  en los pacientes ancianos, de cara a facilitar la revisión de la medicación.

Sumario
•     introducción
•     criterios stopp generales
•     fármacos del área  cardiovascular
•     anticoagulantes y  antiagregantes
•     antidiabéticos
•     sistema nervioso central
•     sistema urogenital
•     sistema gastrointestinal
•     sistema respiratorio
•     analgésicos y aine
•     fármacos con efectos  anticolinérgicos
•     fármacos que aumentan  el riesgo de caídas


número  completo disponible en http://bit.ly/1KGOi3u

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