El Tribunal Supremo de EE UU evalúa si conseguir decodificar
el material genético da derecho a la exclusividad sobre el hallazgo
Carolina García, El
País 17 abril 2013
Es el ADN algo natural o, en cambio, es el resultado de un
experimento científico? Esta es la pregunta que ha pretendido contestar esta
semana el Tribunal Supremo de Estados Unidos, aunque la resolución definitiva
no se conocerá hasta junio. El caso a estudio, denominado Asociación Patológica
Molecular versus Myriad Genetics (12-398),
http://www.supremecourt.gov/Search.aspx?FileName=/docketfiles/12-398.htm plantea si el hecho de haber descubierto cómo decodificar material genético,
concretamente relacionado con la predisposición a padecer cáncer de ovarios y
de mama, da derecho a la compañía Myriad Genetics http://www.myriad.com/ a patentar su invento y quedarse con la
exclusividad de la técnica. Lo que deben resolver los nueve jueces es si “un
producto biológico y natural” puede ser
valorado de la misma manera que los inventos descubiertos por los científicos e
investigadores, y si, además, particulares y empresas pueden tener la propiedad
intelectual sobre ellos.
La Asociación de Patología Molecular, http://www.amp.org/ que llevó el caso a los
tribunales, es un grupo formado por médicos, asociaciones y pacientes que
interpusieron la demanda en 2009 contra siete patentes en propiedad de Myriad
vinculadas con este tipo de tumores malignos. Un juez federal de Nueva York les
dio la razón en 2010, cuando sentenció que estas "no eran válidas”. Meses
más tarde, y tras una apelación, otro magistrado decidió anular esta decisión,
y fue entonces cuando el caso fue derivado al Tribunal Supremo, que tras las deliberaciones
oportunas aceptó estudiar el caso.
Myriad Genetics es una empresa líder en el diagnóstico
molecular en EE UU y también la compañía que consiguió aislar en 1993 el ADN
que contienen los genes BCRA-1 y BCRA-2, relacionados con un mayor riesgo
hereditario a padecer cáncer de mama y de ovarios. La mayoría de las personas
cuentan con las versiones normales de estos genes, pero aquellas que muestran
algún tipo de mutación en los mismos tienen una predisposición a padecer dichas
enfermedades de entre el 85% y el 90%.
Lo que pretende esta compañía es tener la autoría exclusiva
de estas patentes, para que aquellos pacientes que quieran someterse a consejo
clínico para analizar estas mutaciones en sus genes, solo puedan hacerlo con
ellos. Esto significa que los médicos independientes no podrán analizar el ADN
de los genes BRCA, ya que con tan solo recoger una muestra y aislar el código
genético para examinarlo, estarían manipulando una propiedad de Myriad
Genetics.
La empresa cobra más de 3.000 dólares por una prueba de
detección de material genético, pero médicos independientes han sostenido enThe
Washington Post que se podría realizar por 200 dólares si la patente no fuera
exclusiva.
Por tales motivos, los denunciantes, que pertenecen
mayoritariamente a grupos que luchan por los derechos de los pacientes y las
libertades, afirman que la actitud de empresas como Myriad y su intención de
patentar genes humanos -o parte de ellos- frenará las investigaciones médicas
con el objetivo de salvar vidas. Algunos de ellos se han presentado esta semana
a las puertas del Tribunal Supremo en Washington con pancartas que rezaban
consignas como “su avaricia corporativa está matando a mis amigos” y “mis genes
no son sus bienes”, según informa Associated Press.
La Oficina de Patentes y Marcas de EE UU
http://www.uspto.gov/ lleva 30 años
concediendo patentes sobre genes humanos. En total, se han otorgado a por los
menos 4.000 compañías, universidades y otros
profesionales que han conseguido descubrir y codificar genes humanos. Lo
que siginifica que cerca de 20% de los 240.000 genes humanos totales son objeto
hoy de una patente, entre ellos algunos vinculados a la enfermedad de Alzheimer
o diversos tumores malignos.
Los nueve jueces del Tribunal Supremo, que escucharon esta
semana los argumentos de las dos partes implicadas en este caso, podrían
renunciar a emitir una amplia resolución, y alcanzar en cambio un compromiso
que les permita diferenciar entre tipos de material genético. La juez Elena
Kagan, mostró su preocupación por el impacto que pueda tener una resolución
amplia sobre compañías que invierten en este tipo de investigación. Además,
varios jueces, entre ellos Sonia Sotomayor, señalaron el lunes que no creen que
el simple proceso de aislar y retirar genes humanos deba ser patentado.
El defensor del Gobierno, Donald Verrilli, ha abogado por un
compromiso al estimar que el “material genético sintético” podía ser patentado
como producto de la creación del hombre, en oposición a los genes aislados del
cuerpo humano. Una opción intermedia que podría tentar a los jueces. “En
Alemania o en Francia, no se puede obtener una patente simplemente por haber
aislado un ADN” , ha declarado Verrilli durante la audiencia.
Dependiendo de la decisión que tomen los jueces, que llegará
el próximo mes de junio, se podría modificar de forma radical la investigación
médica actual, la lucha contra enfermedades graves como el cáncer de pecho y de
ovario y la industria médica y biotecnológica multimillonaria. “Sobre todo
puede tener consecuencias en otras patentes relacionadas con antibióticos, las
vacunas, hormonas, las células madre, etcétera”, ha manifestado en The New York
TimesRobert Cook Deegan, director de ética genética de la Universidad de Duke.
Además, según el experto, también tendría una repercusión
profunda en las empresas estadounidenses que han “arriesgado miles de millones
dólares en inversión durante muchos años”. La empresa denunciada, por ejemplo,
ha invertido unos 500 millones de dólares en la investigación de los genes de
cáncer de mama y de ovarios. “Sin la capacidad de recuperar este dinero, no se
producirán grandes descubrimientos científicos para combatir este tipo de
enfermedades y muchas otras. Los avances científicos, además, se han hecho bajo
el compromiso de una firme protección de las patentes”, ha asegurado en un
comunicado Peter Meldrum, presidente de Myriad Genetics.
Nota original en http://bit.ly/15mf13G
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