Carlos B. Rodríguez, ElGlobalNet, 22 de abril de 2016
Decenas de organizaciones solicitan un modelo "coherente" con el principio de acceso universal
A menudo excluídas del debate que se produce
en los foros internacionales en los que se discuten la financiación y el
acceso a las innovaciones, las organizaciones de la sociedad civil han
aprovechado la consulta abierta por el panel de expertos de la ONU para
plasmar su punto de vista. Sus proponentes plantean a Naciones Unidas
que lidere dos grandes iniciativas: una para expandir la transparencia
en el sector farmacéutico y otra para iniciar un proceso que permita
llegar a un nuevo modelo de I+D biomédica, ligado a los conceptos de
salud pública global, calidad, universalidad y accesibilidad.
La
primera, firmada por un total de 17 organizaciones, nace de la
convicción de que los gobiernos deben poner límites a las reclamaciones
que consideran que se debe denegar el acceso a determinadas
informaciones de carácter económico o científico sobre la base de que
representan información confidencial. Su objetivo es, por tanto,
"redefinir" el carácter de la información que hoy se guarda bajo llave, y
que abarca casi todas las fases de producción de un medicamento: desde
la financiación (pública o privada) de su I+D a los costes de
comercialización, pasando por los ensayos clínicos, los costes de
producción o los precios. "No se trata de si la empresa quiere que la
información sea confidencial, sino de si su divulgación, va en beneficio
del interés público", señala la propuesta.
Implementando la transparencia
Para
ello plantean dos posibles vías de implementación. La primera solicita
el liderazgo de Naciones Unidas para expandir progresivamente, y desde
el punto de vista legislativo, la transparencia en el mercado de
medicamentos, vacunas y test diagnósticos, en línea con algunas
iniciativas ya existentes, como son el Medicines Patent Pool o
los informes anuales que evalúan el Plan de Acción Mundial sobre la
Vacunación de la OMS; o los precios dentro del Fondo Global para la
lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria.
Si
se optara por esta primera vía, Naciones Unidas tendría que escoger
entre dos caminos. Por un lado podría desarrollar un "modelo de
legislación" que introdujera las medidas de transparencia que los
gobiernos pueden implementar en áreas específicas. Esta normativa
estándar se presentaría y discutiría posteriormente a nivel nacional.
Pero en lugar de redactar una propuesta, Naciones Unidas podría
decantarse por iniciar el proceso normativo desde un nivel estrictamente
político, en diálogo directo con los Jefes de Estado.
Una tercera
propuesta de la sociedad civil se alza como complementaria ante este
escenario: la creación de un Fórum de Transparencia, anual o bianual,
que evalúe los progresos en la materia.
Al
margen del enfoque legislativo, también está la posibilidad de que la
ONU lidere "una iniciativa de transparencia global para el sector
farmacéutico", en colaboración con los gobiernos, la industria, la
sociedad civil y otros agentes. Si fuese aceptada, tomaría como
referente la Iniciativa para la Transparencia en las Industrias
Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés), un programa que desde su
implantación, en 2004, ha aumentado la transparencia de los pagos e
ingresos de las empresas de los sectores minero o petrolero.
En
línea con esta recomendación, las organizaciones de la sociedad civil
denuncian, como ya hicieron las patronales de la industria de
medicamentos genéricos y biosimilares, los límites a la transparencia
que puede suponer la aplicación de algunas medidas incluidas en los
tratados comerciales.
Un nuevo modelo de I+D
"Los
altos precios son la enfermedad y desvincularlos de la I+D es la cura".
Bajo esta frase se presenta una propuesta firmada por 13 organizaciones
en defensa de la Salud Pública. No es la única. Junto a ella, los
expertos de la ONU han recibido otra muy similar, ésta refrendada por 17
organizaciones. Ambas critican un marco de investigación que no
prioriza todas las necesidades de salud pública por igual. Citan como
ejemplo los dos nuevos tratamientos que han visto la luz en los últimos
40 años para la tuberculosis, una enfermedad que mata a más de un millón
y medio de personas al año; o el caso de las enfermedades tropicales,
que pese a representar el 14 por ciento de la carga global de
enfermedad, solo reciben el 1,3 por ciento de la financiación global.
La
sociedad civil considera que el panel de expertos de las Naciones
Unidas tiene una oportunidad sin precedentes y le otorga también la
batuta del cambio.
El objetivo de ambas propuestas es iniciar un
proceso de diálogo entre los estados para negociar uno o varios acuerdos
globales en el campo de la financiación, la coordinación y la ejecución
de la I+D biomédica, coherentes con los principios de acceso universal a
los medicamentos.
La primera
contribución es flexible en relación a cómo ejecutar ese acuerdo,
mientras se dirija de manera progresiva a implementar los mecanismos
necesarios para desvincular los precios de la investigación y el
desarrollo, ya que ésta es, a juicio de los autores, "la única política
consistente con el objetivo del acceso universal y la eliminación de una
política basada en los precios". Se trata éste de un asunto que lleva
15 años en estudio dentro de la OMS, pero las discusiones se han
producido básicamente entre los ministros de Salud. Las organizaciones
firmantes creen que impulsar el debate entre los jefes de Estado
generaría compromiso político y aumentaría los recursos necesarios para
ello.
La segunda propuesta
presenta un camino más marcado. Promover un nuevo acuerdo global de I+D
biomédica que considere los medicamentos como un "bien público" debería
incluir el compromiso de incrementar los fondos públicos en la
investigación; la financiación de iniciativas de investigación que
desvinculen el coste real de las labores de investigación y desarrollo
del precio final y la creación de un Observatorio Global de la I+D, que
permita identificar las necesidades sanitarias y animar la coordinación
de los esfuerzos de investigación en áreas prioritarias. A corto plazo,
esta iniciativa implicaría aumentar la transparencia en el sector
farmacéutico.
A largo plazo, requeriría el compromiso de los gobiernos
de tener en cuenta factores como el nivel de desarrollo de cada país, el
tamaño de cada economía y su capacidad de pagar, como premisa básica
para adoptar un modelo como el que Bernie Sanders propuso en Estados
Unidos: un Fondo para la Innovación Médica que reestructure el sistema
actual de financiación de la I+D como vía para reducir sus precios.
original http://bit.ly/1Ze6NTk
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