3 diciembre 2013
El acceso a los fármacos es amplio pero hay deficiencias en la calidad
Justo cuando el Ministerio de Salud Pública (MSP) se encuentra trabajando en una ley que regule todo lo relativo a medicamentos, y al tiempo que la oposición advierte que el gobierno no tiene suficientes herramientas para controlar la venta de marihuana, surge un dato que deja en evidencia otro problema de la autoridad sanitaria en este sentido: uno de cada cuatro medicamentos que requerirían receta médica para su comercialización se consiguen en las farmacias sin necesidad de presentar esa receta.
El dato es parte de un estudio que coordinó la Organización Panamericana de la Salud y que se concentró en el “acceso, uso racional y dispensación de medicamentos en Uruguay”.
Ayer, durante la presentación de la investigación, la titular de la Dirección General de Salud (Digesa), Marlene Sica, admitió una “preocupación personal” e institucional ante esa cifra y aseguró que servirá de “insumo” para seguir en la línea de “avanzar, mejorar, perfeccionar y disminuir los vacíos que existen”.
Además de revelar que se accede libremente a medicamentos que deberían ser restringidos, el informe avdierte que “no hay un programa nacional o comité, en el que participe el gobierno, la sociedad civil o los organismos profesionales, para vigilar y fomentar el uso racional de medicamentos”. Si bien reconoce que se han hecho “campañas de educación pública” al respecto, el estudio señala que no hay “una estrategia nacional escrita para contener la resistencia a los antimicrobianos” o antibióticos.
De la investigación también se desprende que solamente el 35 % de las recetas médicas se refieren a la denominación genérica del medicamento, a pesar de que hay un decreto del MSP de 2002 que exige que sea así.
Si bien destaca que el 93,5 % de las indicaciones se ajustan al Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM), el informe de OPS alerta respecto a la falta de capacitación de los médicos en el uso racional de medicamentos. De hecho, ninguno de los profesionales encuestados para el estudio había hecho algún curso al respecto en el último año.
A su vez, se evidencia la falta de químicos en las farmacias, algo que la presidenta de la Asociación de Químicos Farmacéuticos, Virginia Olmos, consideró “muy preocupante”. “Es algo que estamos intentando revertir y precisaremos apoyo de autoridades”, dijo.
Acceso sí, ¿pero calidad?
Uno de los resultados más positivos del estudio es que el acceso a los medicamentos es amplio en Uruguay. Si se tienen en cuenta 15 medicamentos básicos, sea en farmacias comunitarias u hospitalarias, el acceso supera el 90 %.
Además, nueve de cada 10 usuarios invierten menos de 30 minutos en trasladarse para acceder al medicamento, lo cual habla de una “buena accesibilidad geográfica”, según OPS.
Tampoco se encontraron barreras económicas para acceder a los medicamentos clave. En todos los casos menos uno, el costo diario de realizar un tratamiento con estos fármacos es menor al jornal de un trabajador que cobra el salario mínimo nacional. El único medicamento que requiere 1,8 días de trabajo es la claritrocimina, con la que se trata la neumonia en niños menores a cinco años sin hospitalización.
Sin embargo, durante la presentación se puso en duda la calidad de los medicamentos. “Me preocupa a mí y al comité de química que hablemos de accesibilidad a medicamentos pero no sabemos a qué calidad de medicamentos. Será otra etapa en la que OPS debera trabajar”, consideró el decano de la Facultad de Químico, Eduardo Manta. Sica, del MSP, admitió la misma preocupación.
Según el informe, “los indicadores vinculados con la calidad en las áreas de depósito y de dispensación de los medicamentos son susceptibles de mejora”, al punto que “es necesario una intervención” en las “condiciones de almacenamiento”, sobre todo en las farmacias privadas. Las principales deficiencias detectadas son la ausencia de un sistema de refrigeración exclusivo para mantener los medicamentos que requieren cadena de frío; la falta de condiciones locativas y equipos para controlar la temperatura, humedad o luz de aquellos fármacos que lo requieren; la ausencia de instrumentos para medir estos indicadores; y la falta de registros de los controles que se realizan sobre los fármacos.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/266627/uno-de-cada-cuatro-medicamentos-restringidos-se-vende-sin-receta/?referer=noticias-al-mediodia
Ayer, durante la presentación de la investigación, la titular de la Dirección General de Salud (Digesa), Marlene Sica, admitió una “preocupación personal” e institucional ante esa cifra y aseguró que servirá de “insumo” para seguir en la línea de “avanzar, mejorar, perfeccionar y disminuir los vacíos que existen”.
Además de revelar que se accede libremente a medicamentos que deberían ser restringidos, el informe avdierte que “no hay un programa nacional o comité, en el que participe el gobierno, la sociedad civil o los organismos profesionales, para vigilar y fomentar el uso racional de medicamentos”. Si bien reconoce que se han hecho “campañas de educación pública” al respecto, el estudio señala que no hay “una estrategia nacional escrita para contener la resistencia a los antimicrobianos” o antibióticos.
De la investigación también se desprende que solamente el 35 % de las recetas médicas se refieren a la denominación genérica del medicamento, a pesar de que hay un decreto del MSP de 2002 que exige que sea así.
Si bien destaca que el 93,5 % de las indicaciones se ajustan al Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM), el informe de OPS alerta respecto a la falta de capacitación de los médicos en el uso racional de medicamentos. De hecho, ninguno de los profesionales encuestados para el estudio había hecho algún curso al respecto en el último año.
A su vez, se evidencia la falta de químicos en las farmacias, algo que la presidenta de la Asociación de Químicos Farmacéuticos, Virginia Olmos, consideró “muy preocupante”. “Es algo que estamos intentando revertir y precisaremos apoyo de autoridades”, dijo.
Acceso sí, ¿pero calidad?
Uno de los resultados más positivos del estudio es que el acceso a los medicamentos es amplio en Uruguay. Si se tienen en cuenta 15 medicamentos básicos, sea en farmacias comunitarias u hospitalarias, el acceso supera el 90 %.
Además, nueve de cada 10 usuarios invierten menos de 30 minutos en trasladarse para acceder al medicamento, lo cual habla de una “buena accesibilidad geográfica”, según OPS.
Tampoco se encontraron barreras económicas para acceder a los medicamentos clave. En todos los casos menos uno, el costo diario de realizar un tratamiento con estos fármacos es menor al jornal de un trabajador que cobra el salario mínimo nacional. El único medicamento que requiere 1,8 días de trabajo es la claritrocimina, con la que se trata la neumonia en niños menores a cinco años sin hospitalización.
Sin embargo, durante la presentación se puso en duda la calidad de los medicamentos. “Me preocupa a mí y al comité de química que hablemos de accesibilidad a medicamentos pero no sabemos a qué calidad de medicamentos. Será otra etapa en la que OPS debera trabajar”, consideró el decano de la Facultad de Químico, Eduardo Manta. Sica, del MSP, admitió la misma preocupación.
Según el informe, “los indicadores vinculados con la calidad en las áreas de depósito y de dispensación de los medicamentos son susceptibles de mejora”, al punto que “es necesario una intervención” en las “condiciones de almacenamiento”, sobre todo en las farmacias privadas. Las principales deficiencias detectadas son la ausencia de un sistema de refrigeración exclusivo para mantener los medicamentos que requieren cadena de frío; la falta de condiciones locativas y equipos para controlar la temperatura, humedad o luz de aquellos fármacos que lo requieren; la ausencia de instrumentos para medir estos indicadores; y la falta de registros de los controles que se realizan sobre los fármacos.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/266627/uno-de-cada-cuatro-medicamentos-restringidos-se-vende-sin-receta/?referer=noticias-al-mediodia
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