Redacción Vivir , El Espectador (Colombia) 6 Dic 2013
La Embajada británica insinúa que de no dejar intacto el precio
del antibiótico -que más vende la multinacional Astrazeneca- tendrían que
cancelar varios puestos de trabajo en Colombia.
Nuevos detalles de la batalla que enfrenta Colombia para poner
límites a los precios de los medicamentos que se comercializan en el
país siguen saliendo a la luz pública. El protagonista de un episodio
desconocido hasta ahora es el embajador británico en Colombia, Lindsay
Croisdale-Appleby.
En una carta enviada semanas atrás al Ministerio de Salud pide que el antibiótico de amplio espectro Meronem, producido y comercializado por la multinacional de origen británico Astrazeneca, no sea sometido al control de precios que el gobierno viene implementando desde el último año. Este medicamento, que se utiliza para tratar infecciones severas que afectan a pacientes hospitalizados, representa el 25% de las ventas totales de la multinacional en el país.
“Mis preocupaciones se relacionan no sólo con el aspecto económico del producto, sino también me preocupa seriamente que esto lleve a la falsificación de productos que podrían ganar terreno en un sistema regulado”, escribió en su carta el embajador, quien se quejó también porque el fármaco nunca gozó de la protección de patente necesaria frente a las copias genéricas.
“AstraZeneca no cree que Meronem deba ser castigado a través del control de precios, debido a la gran preocupación por la seguridad del paciente que se relaciona con otros productos. La manera de solucionar el problema en este caso en particular es abordando los problemas de calidad relacionados con los fabricantes de genéricos”, argumentó el embajador.
En julio de este año, y luego de que el sistema de salud colombiano se viera al borde de la desfinanciación por los exorbitantes precios de muchos medicamentos, el gobierno decidió adoptar una política de regulación. En una primera decisión, el Ministerio de Salud estableció topes a los valores de 195 medicamentos tomando como referencia precios internacionales. La medida permitirá ahorrar cerca de $300.000 millones anuales al sistema de salud.
Tras este primer listado, el gobierno ha venido trabajando en un segundo listado de fármacos que entrarían al esquema de regulación. En esta nueva etapa figuraba Meronem, lo que explica la preocupación de la embajada y el laboratorio.
Al final de la carta, el embajador desliza una sutil presión sobre el gobierno colombiano al insinuar que de someterse a control de precios ese medicamento, la compañía se vería forzada a despedir algunas de las 190 personas que hoy trabajan en su sede en Colombia.
“Existen consecuencias económicas aún más graves para AstraZeneca si el precio de Meronem es regulado. La empresa tendría que hacer un recorte de muchos puestos de trabajo… por lo menos el 20% de la fuerza de trabajo y potencialmente más dependiendo de la magnitud del control de precios. En conclusión, AstraZeneca se vería obligado a considerar una reducción significativa de su presencia empresarial en Colombia”, concluye la carta.
Un detalle que no menciona el embajador es que otros dos medicamento del laboratorio AstraZeneca durante varios años fueron recobrados en Colombia a precios exageradamente altos comparados con los precios en otros países. De acuerdo a un informe de la Federación Médica Colombiana, uno de ellos, ZOLADEX (en su presentación de 10.8 mg), utilizado para el tratamiento de cáncer de próstata, se vendía a $1’640.366 cuando los precios internacionales rondaban los $645.618. El otro medicamento de AstraZeneca, Citabibex (presentación de 500 mg), utilizado para el tratamiento del cáncer de mama y el cáncer de colon, se vendía en el país a $2’184.000 mientras en otros países se podía conseguir a menos de $809.952. Por cuenta de la regulación de precios de estos dos medicamentos, el sistema de salud colombiano podrá ahorrar $7.020’797.012.
En una carta enviada semanas atrás al Ministerio de Salud pide que el antibiótico de amplio espectro Meronem, producido y comercializado por la multinacional de origen británico Astrazeneca, no sea sometido al control de precios que el gobierno viene implementando desde el último año. Este medicamento, que se utiliza para tratar infecciones severas que afectan a pacientes hospitalizados, representa el 25% de las ventas totales de la multinacional en el país.
“Mis preocupaciones se relacionan no sólo con el aspecto económico del producto, sino también me preocupa seriamente que esto lleve a la falsificación de productos que podrían ganar terreno en un sistema regulado”, escribió en su carta el embajador, quien se quejó también porque el fármaco nunca gozó de la protección de patente necesaria frente a las copias genéricas.
“AstraZeneca no cree que Meronem deba ser castigado a través del control de precios, debido a la gran preocupación por la seguridad del paciente que se relaciona con otros productos. La manera de solucionar el problema en este caso en particular es abordando los problemas de calidad relacionados con los fabricantes de genéricos”, argumentó el embajador.
En julio de este año, y luego de que el sistema de salud colombiano se viera al borde de la desfinanciación por los exorbitantes precios de muchos medicamentos, el gobierno decidió adoptar una política de regulación. En una primera decisión, el Ministerio de Salud estableció topes a los valores de 195 medicamentos tomando como referencia precios internacionales. La medida permitirá ahorrar cerca de $300.000 millones anuales al sistema de salud.
Tras este primer listado, el gobierno ha venido trabajando en un segundo listado de fármacos que entrarían al esquema de regulación. En esta nueva etapa figuraba Meronem, lo que explica la preocupación de la embajada y el laboratorio.
Al final de la carta, el embajador desliza una sutil presión sobre el gobierno colombiano al insinuar que de someterse a control de precios ese medicamento, la compañía se vería forzada a despedir algunas de las 190 personas que hoy trabajan en su sede en Colombia.
“Existen consecuencias económicas aún más graves para AstraZeneca si el precio de Meronem es regulado. La empresa tendría que hacer un recorte de muchos puestos de trabajo… por lo menos el 20% de la fuerza de trabajo y potencialmente más dependiendo de la magnitud del control de precios. En conclusión, AstraZeneca se vería obligado a considerar una reducción significativa de su presencia empresarial en Colombia”, concluye la carta.
Un detalle que no menciona el embajador es que otros dos medicamento del laboratorio AstraZeneca durante varios años fueron recobrados en Colombia a precios exageradamente altos comparados con los precios en otros países. De acuerdo a un informe de la Federación Médica Colombiana, uno de ellos, ZOLADEX (en su presentación de 10.8 mg), utilizado para el tratamiento de cáncer de próstata, se vendía a $1’640.366 cuando los precios internacionales rondaban los $645.618. El otro medicamento de AstraZeneca, Citabibex (presentación de 500 mg), utilizado para el tratamiento del cáncer de mama y el cáncer de colon, se vendía en el país a $2’184.000 mientras en otros países se podía conseguir a menos de $809.952. Por cuenta de la regulación de precios de estos dos medicamentos, el sistema de salud colombiano podrá ahorrar $7.020’797.012.
original en http://bit.ly/1byiZr1
La carta disponible en la página web del Ministerio de Salud en la siguiente dirección:
Doctor
Alejandro Gaviria
Ministro de Salud y Protección
Social
Bogotá
Estimado Señor Ministro,
Ante todo quiero saludarle y expresarle
mi interés en reunirnos prontamente para intercambiar ideas de cómo el Reino
Unido y Colombia pueden continuar con sus buenas relaciones.
En esta ocasión, me dirijo a usted para
expresarle mi preocupación sobre la posible regulación de Merrem/Meronem, un
producto farmacéutico producido por Astra Zeneca, una empresa británica de
renombre mundial. Mis preocupaciones se relacionan no sólo con el aspecto
económico del producto, sino también me preocupa seriamente que esto lleve a la
falsificación de productos que podrían ganar terreno en un sistema regulado y al
potencial impacto negativo que esto conllevaría a poner en riesgo los trabajos
de muchos colombianos si Merrem fuera regulado.
A carácter informativo, me permito
contarle que Merrem/Meronem (meropenem) es un medicamento antibacteriano
carbapenem utilizado para el tratamiento de infecciones graves (p.e: E. Coli y
K.Pneumoniae) en pacientes hospitalizados. Es un medicamento que se usa a menudo
como un último recurso para los pacientes que se enfrentan a graves infecciones
mortales. Fue introducido en el mercado colombiano en 1997. En el año 2002, fue
incluido en la lista del POS como resultado de la valoración positiva que el
gobierno vio en el medicamento. Representa el 25% de las ventas totales de
AstraZeneca en Colombia. Se utiliza en casos extremos donde las situaciones de
la vida y la muerte requieren estrictos e inmediatos resultados. El beneficio
para el paciente es que se le ofrece una medicina que potencialmente cura la
infección, por lo tanto, reduce la mortalidad y permite que la estadía en el
hospital se reduzca y haya un ahorro en los costos asociado con la salida pronta
del hospital, en comparación con otros medicamentos.
El Ministerio de Salud está considerando
regular el precio de Meronem y creemos que esto no debería hacerse por varias
razones:
1) Nunca hubo antes una oportunidad para
lograr una patente significativa, tampoco protección de datos de Meronem ya que
las formas de registrarlo fueron poco claras en el momento que el producto fue
introducido en el mercado en 1997. Las leyes de registro de patentes de
medicinas significativas se establecieron en el año 2000 y más tarde fue
establecido el decreto de protección de datos en el 2002. Este último decreto es
una política que le da la exclusividad de mercado al producto innovador durante
cinco años tras el registro, incluso si no existe una patente. Además, las
empresas normalmente archivan por años las patentes antes de que un producto es
lanzado al mercado. En el caso de Meronem, esto hubiera ocurrido 10 años antes,
en 1987, cuando todavía el panorama para su registro era muy claro.
2) Para Meronem, por defecto, el precio fue
regulado a través de las fuerzas económicas tradicionales, las cuales existieron
en forma de múltiples copias genéricas que entraron en el mercado mucho antes de
que Meronem hubiera sido un caso de tener estado de patente protegida o de tener
protección de datos.
3) Creemos que los altos costos percibidos
de Meronem es una cortina de humo para un problema mayor, el cual es el negocio
de las prescripciones falsificadas de medicinas en Colombia. Los principios
económicos dictan que los productos de precio más bajo serán utilizados con el
tiempo en lugar del producto innovador, esto pasará si el mercado considera las
alternativas de igual calidad. Este no es el caso en el mercado de Meronem, en
donde la demanda por el producto innovador (Meronem) es mayor de lo que se
esperaría en un mercado donde hay más de 20 copias genéricas. Este ha sido el
caso durante casi 15 años. Debido a la preocupación de la calidad del producto
fabricante genérico, los médicos continúan elegiendo Meronem. AstraZeneca no
cree que Meronem deba ser castigado a través del control de precios, debido a la
gran preocupación por la seguridad del paciente que se relaciona con otros
productos. La manera de solucionar el problema en este caso en particular es
abordando los problemas de calidad relacionados con los fabricantes de
genéricos.
Existen consecuencias económicas aún más
graves para AstraZeneca si el precio de Meronem es regulado. La empresa tendría
que hacer un recorte de muchos puestos de trabajo. Las operaciones actuales en
Colombia están compuestas por 190 empleados y se verían obligados a cortar por
lo menos el 20% de la fuerza de trabajo y potencialmente más dependiendo de la
magnitud del control de precios. En conclusión, AstraZeneca se vería obligado a
considerar una reducción significativa de su presencia empresarial en
Colombia.
Agradeciéndole su atención a esta
petición le reitero mi deseo por agendar una pronta reunión y quedo a la espera
de su amable respuesta.
Atentamente,
Lindsay Croisdale-Appleby
Lindsay Croisdale-Appleby
Embajador Británico
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