miércoles, 12 de agosto de 2015

Efecto placebo: ¿Asombroso poder de la mente o charlatanería?


RT, 11 agosto de  2015



Algunos lo llaman el futuro de la medicina y otros, charlatanería. Muchos doctores consideran antiético utilizarlo, pero muchos otros lo han recetado alguna vez.
Se trata del efecto placebo, uno de los fenómenos psicobiológicos más interesantes y polémicos, pero al mismo tiempo menos comprendidos por los científicos.
Muchos habrán oído hablar del famoso efecto, pero, ¿sabían que existe también entre los animales? ¿Y que tiene un ‘gemelo malvado’ llamado ‘nocebo’? ¿Han pensado alguna vez qué representa para la ciencia y qué quiere decir sobre las capacidades de nuestra mente?
A continuación, analizamos en qué consiste el misterioso efecto placebo, si es ético utilizarlo y dónde están los límites del poder de la autosugestión, así como contamos algunos datos curiosos sobre este fenómeno.

Efecto placebo: lo básico

¿Qué es un placebo?

Un placebo es todo lo que parece ser un tratamiento médico real, pero en realidad no lo es. Los placebos más comunes son pastillas de azúcar, infusiones y cirugías, pero puede ser cualquier otro tratamiento ‘falso’. Lo que todos los placebos tienen en común es que no contienen una sustancia activa.
¿Cómo se utiliza?
Los investigadores suelen usar placebos en sus estudios ‘de doble ciego’ para evaluar el efecto que podría tener un nuevo medicamento u otro tipo de tratamiento.
Por ejemplo, en el marco de un estudio sobre un medicamento para reducir el colesterol, unos pacientes reciben el medicamento ‘de verdad’, mientras que a otros se les da un placebo. Ninguno de los grupos sabrá si su tratamiento es real o falso.
Posteriormente, los investigadores comparan los resultados de ambos grupos para determinar la eficacia del nuevo medicamento y detectar sus efectos secundarios.
¿Qué es el efecto placebo?
El efecto placebo es el conjunto de efectos sobre la salud de una persona que produce la administración de un placebo.
Se trata de un fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar tras la administración de una sustancia sin efectos directamente relacionados con el tratamiento de la enfermedad.

¿Por qué funciona así?

Los científicos creen que la explicación fisiológica para el efecto placebo sería la estimulación de una zona específica del cerebro que influye en la percepción de la salud, lo que da como resultado la mejoría del estado del paciente. Es decir: el enfermo puede encontrarse mejor o incluso recuperarse de la enfermedad gracias a la sensación de ser tratado o la esperanza de curación.

¿A quién afecta?

El efecto placebo no funciona con la misma eficacia en todos los pacientes ni con todas las enfermedades.
Según un estudio publicado en 1955 por Henry K. Beecher, el efecto placebo solo tiene lugar en el 35% de las personas. En realidad, el rango puede variar desde el 0% hasta el 100%, dependiendo de diferentes factores del individuo, del medicamento placebo, del medio en el que se realiza el tratamiento, etc.

10 datos ‘locos’ sobre el efecto placebo

El efecto placebo es, sin duda, uno de los fenómenos más extraños y menos entendidos de la fisiología y la psicología humana, y los conocimientos de la mayoría de las personas sobre este tema son muy limitados. Es más, hay ciertos aspectos del efecto placebo que incluso los científicos y los médicos son incapaces de explicar. El portal Listverse ha publicado una lista de diez hechos que demuestran lo lejos que estamos de comprender este fenómeno.

10. Placebo para animales

Hecho: El efecto placebo también ocurre entre los perros (y otros animales).
Durante las pruebas del medicamento K9 para animales, las compañías farmacéuticas utilizan los mismos procedimientos de doble ciego en perros que en las pruebas de los medicamentos para los humanos. En uno de estos estudios, dividieron a los perros con epilepsia en dos grupos: a unos les dieron el medicamento y a otros un placebo. Los científicos descubrieron que el grupo placebo reaccionó de manera muy positiva a los medicamentos, lo que podría significar que el fenómeno placebo también tiene lugar entre los canes.
Además, nuevos estudios de observación con los hámsters siberianos revelan que la mayoría de los animales pueden experimentar algo similar al efecto placebo que se pone en marcha en función de su entorno y la energía del cuerpo. Así, cuando a los hámsters les hacen creer que es invierno, su sistema inmunológico entra en un estado más inactivo para conservar energía.

9. El engaño de los antidepresivos

Hecho: Los antidepresivos son, básicamente, un engaño total.
Según el portal, en los últimos años los médicos han estado repartiendo recetas para medicamentos antidepresivos “como dulces de Halloween”, ya que, al parecer, realmente funcionan, frenando la depresión en un alto porcentaje de los pacientes. Sin embargo, varios estudios de alto perfil demuestran que los placebos hacen básicamente lo mismo, restando los efectos secundarios adversos.
Aunque las principales compañías farmacéuticas intentan silenciar estos hallazgos, son muy prometedores para aquellos que sufren de enfermedades mentales, ya que muestran que el origen de muchos males está en nuestras cabezas y que pueden ser totalmente reversibles sin la ayuda de productos químicos.

8. La embriaguez placebo

Hecho: Se puede llegar a la embriaguez placebo.
Para estudiar el efecto placebo, los investigadores de la Universidad Victoria de Wellington (Nueva Zelanda) ‘engañaron‘ a 148 estudiantes haciéndoles creer que estaban bebiendo vodka, que en realidad era simplemente agua con tónica y limón.
Como resultado del engaño producido en su mente, los estudiantes demostraron poderes de memoria más pobres, peores resultados en las pruebas más sencillas y un coeficiente intelectual más bajo.

7. Variaciones locales

Hecho: el efecto placebo depende de dónde usted vive.
Al parecer, el efecto placebo depende en gran medida de los factores geográficos y culturales.
Así, los medicamentos falsos utilizados en un ensayo de tratamiento de las úlceras funcionaron mucho mejor en Alemania que en Brasil. Por otro lado, en una prueba de medicamentos para la hipertensión, los alemanes resultaron ser los que menos respondieron a las píldoras placebo.
La razón es que los factores culturales influyen mucho en nuestras esperanzas, temores y expectativas, “de manera que el efecto placebo se transforma al atravesar fronteras”, explica el artículo de Listverse.

6. Funciona aun cuando se sabe de él

Hecho: un placebo funciona incluso si el paciente sabe que lo está tomando.
La idea misma del efecto placebo se basa en la certeza de los pacientes de que están tomando una medicina real.
Sin embargo, existen estudios, como el experimento del científico Ted Kaptchuk, del Centro de Investigaciones Osher de la Escuela de Medicina de Harvard, que muestran mejorías de los pacientes con la administración de placebo aun habiéndoles advertido de que se trataba.

5. Placebo y falsas infecciones

Hecho: Se puede experimentar un efecto positivo en el caso de infecciones falsas de enfermedades no relacionadas.
Un grupo de médicos británicos realizó un estudio con el fin de determinar si la infección con anquilostomas podría aliviar los síntomas de pacientes con asma. Para ello, dividieron a los enfermos en dos grupos, e infectaron a un grupo con anquilostomiasis, mientras que los integrantes del otro creían que también habían sido infectados.
Tal y como esperaban los científicos, el grupo de los infectados vio mejoras. Sin embargo, el estado de los falsos infectados también mejoró. Más extraño aún, al terminarse el estudio, varios participantes optaron por mantener las infecciones debido a los beneficios percibidos.

4. ‘Nocebo’

Hecho: El placebo tiene un gemelo malvado llamado ‘nocebo’
Del mismo modo que nuestras expectativas de eficacia de un medicamento pueden influir en nuestra reacción a un placebo, las expectativas de efectos secundarios pueden hacer que realmente los experimentemos. Este fenómeno, que ya se ha manifestado en muchos casos, ha recibido el nombre ‘nocebo’.
Un sólido estudio que documenta los efectos del ‘nocebo’ tuvo lugar en Italia, y consistió en que tanto las personas con intolerancia a la lactosa como las que no la tenían tomaron lo que pensaban que era lactosa. Como resultado, un 44% de las personas con intolerancia y la asombrosa cifra de un 26% sin intolerancia desarrollaron síntomas de malestar gastrointestinal.

3. El color de las pastillas

Hecho: El color de las píldoras importa
A los seres humanos nos gustan las formas y los colores, nos afectan en un nivel subconsciente. Es por eso que nuestra percepción de lo bien que funciona una pastilla o una píldora puede determinar lo bien que funcionará en realidad. Esta percepción de la eficacia depende, a su vez, de diferentes factores como el tamaño, la forma y el color del medicamento.
Así, los investigadores han descubierto que las píldoras son más eficaces que las pastillas. Los placebos amarillos son los más eficaces en el tratamiento de la depresión, mientras que los rojos hacen que el paciente esté más atento y despierto, los verdes ayudan a aliviar la ansiedad, y los blancos alivian problemas estomacales, como las úlceras.
Cuanto más veces al día se tomen, más efecto tendrán, y las píldoras que llevan un ‘nombre de marca’ funcionarán mejor que las que no llevan nada escrito.

2. Cirugías placebo

Hecho: Las cirugías placebo también son eficaces en la curación de las lesiones.
En lo que parece ser un nuevo nivel de la evolución del placebo, los resultados de las pruebas médicas han demostrado que las cirugías falsas pueden ser tan eficaces como las reales. La mejor parte de esta noticia es, obviamente, que la cirugía falsa es mucho más barata que la real.

1. Cada vez más poderoso

Hecho: El efecto placebo se ha vuelto más poderoso en los últimos años.
El efecto placebo se observó por primera vez a finales de 1700, pero sus verdaderas implicaciones fisiológicas no se entendieron hasta la década de 1970. Aun así, parece que con el aumento de las pruebas médicas sobre el tema, este fenómeno se vuelve cada vez más poderoso.
Y es que, a medida que la tecnología médica mejora y la mortalidad disminuye, nuestra fe en la medicina se vuelve cada vez más fuerte.
“Nos consuela la rutina de ir al médico, examinarnos, ir a la farmacia y comprar las píldoras que, esperamos, nos curarán. Con el tiempo, esta expectativa se ha vuelto aún más pronunciada ya que nuestra fe en la ciencia se ha fortalecido. Y con ella, se ha fortalecido el efecto placebo”, explica Listverse.

¿Hasta dónde llega el poder de la mente?

Según sostiene un nuevo artículo del portal Corespirit, los resultados de las investigaciones del efecto placebo están revelando algunos detalles sorprendentes sobre el poder de la fe, sobre cómo la mente es capaz de hacer grandes hazañas en la curación del cuerpo, aunque “en realidad, no es una sorpresa, ya que el cuerpo es un organismo infinitamente inteligente”.
Los seres humanos sabían curarse a sí mismos mucho antes de la invención de las técnicas de la medicina moderna. Los chamanes indígenas curaron a los enfermos durante miles de años, a menudo aprovechando el efecto placebo. Daban esperanza a los pacientes, y por medio de esta esperanza, la mente iniciaba los cambios en la fisiología del cuerpo para que se curara.
“Cualquier persona que realiza un ritual terapéutico puede influir en la fisiología del cerebro del paciente y obtener efectos positivos” Fabrizio Benedetti, uno de los principales investigadores mundiales sobre el efecto placebo
El efecto placebo tiene que ver con el poder de la fe, y nos da “una idea de la complejidad de la conciencia y de lo poco que realmente sabemos acerca de la mente y de su capacidad para sanar”, reza el texto, agregando que la evidencia científica se está acumulando, y apunta hacia la posibilidad de que la mente tenga una capacidad de curación ilimitada.
Las pruebas con los medicamentos para el dolor y la ansiedad, inmunosupresores y agentes anti-Parkinson, han demostrado que un placebo imita exactamente el efecto de un fármaco cuando el paciente ha sido expuesto a la droga antes del placebo.
“El efecto placebo es un fenómeno mente-cuerpo que empieza en el cerebro, se traduce en una mejoría clínica, y está íntimamente relacionado con el ritual del acto terapéutico”, explica la publicación, y cita las palabras de Fabrizio Benedetti, uno de los principales investigadores mundiales sobre el efecto placebo: “En realidad, lo que está emergiendo hoy desde un punto de vista estrictamente científico es que el ritual del acto terapéutico puede cambiar el cerebro del paciente, por lo que cualquier persona que realiza un ritual terapéutico puede influir en la fisiología del cerebro del paciente y obtener efectos positivos”.
Por otro lado, los científicos recuerdan que el poder de la mente para sanar, si bien es considerable, nos es infinito.
Es más, uno ha de tener cuidado, ya que las capacidades del cerebro humano sirven a muchas pseudociencias, la charlatanería y “para quienes afirman que el cerebro lo es todo en la salud y que prácticamente la voluntad puede mantenerle a uno sin enfermedades”, escribe el periodista Pablo Linde en un artículo publicado en ‘El País‘.
El autor pone como ejemplo el virus de la rabia, uno de los virus más letales que existen. “Si alguien que se contagia empieza a manifestar síntomas y no es tratado con medicamentos reales, morirá. Da igual lo que crea o el estado de ánimo con el que afronte la enfermedad”, destaca el periodista.
En este sentido, cita a Dylan Evans, el autor del libro ‘Placebo, el triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna’, quien llega a la siguiente conclusión: “La respuesta placebo no es más que un rápido reajuste de los propios mecanismos de curación del cuerpo ante un asomo de esperanza y […] tienen límites por mucho que un optimismo de ímpetu industrial los refuerce. La respuesta placebo no es mágica”.

Placebo: ¿efecto o defecto?

En algunos aspectos, el placebo parece ser una medicina ideal: es más accesible en comparación con los medicamentos reales y no presenta efectos secundarios.
Sin embargo, sigue siendo una cuestión muy polémica, sobre todo desde el punto de vista de la ética, ya que los códigos deontológicos no permiten a los médicos administrar sustancias inanes ni engañar a sus pacientes.
En 2013, BBC Mundo consultó a varios doctores sobre este tema, y casi todos calificaron de antiética la utilización del placebo.
“Tenemos que tomar en cuenta el principio de la beneficencia, que con los placebos se pone en duda. Teóricamente nosotros debemos dar el mejor tratamiento posible en pro del paciente”, afirmó el médico español Efrén Moncada.
Por su parte, el doctor Jeremy Howick, de la Universidad de Oxford, sostiene que sería antiético tratar a un paciente con placebos cuando existe un tratamiento clínicamente comprobado, pero justifica su uso si el paciente ya ha probado otras opciones y no funcionan, o bien si tienen serios efectos secundarios.
“En estos casos que sabemos que el placebo puede funcionar y lo damos en una forma ética, informando al paciente, podría ser beneficioso”.
A su vez, Dylan Evans, en su libro ya mencionado ‘Placebo el triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna’, habla de la posibilidad de administrar productos inanes a los pacientes, pero solo en algunos casos poco graves y susceptibles de responder al efecto placebo, y además, advirtiendo a los enfermos que se trata de un placebo.
Para explicárselo de tal manera que se puedan poner en marcha los mecanismos del placebo y sin engañar al paciente, el escritor propone utilizar la siguiente fórmula: “Esta sustancia no tiene efecto terapéutico real, pero en algunas ocasiones, si cree que le puede curar, funciona”.

 
Nota de RT original en:  http://bit.ly/1NH5l6u

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