Butlletí
d'Informació Terapèutica, Vol. 26, núm. 7, 2015.
9 de
diciembre de 2015
En ocasiones la
suspensión brusca de un fármaco puede ocasionar un síndrome de
rebote, un síndrome de abstinencia o la recurrencia de la enfermedad
que originó la prescripción del medicamento. Una de las estrategias
para minimizar la aparición de estos fenómenos es reducir la dosis
progresivamente hasta llegar a la suspensión del fármaco.
Hay determinados grupos
terapéuticos que clásicamente se han asociado a estos efectos, de
los que se dispone de información que permite hacer recomendaciones
de como disminuir las dosis. Estos son los siguientes:
los inhibidores de la
bomba de protones, los antihiperintensivos, los corticosteroides, los
opioides, las benzodiazepinas, los antidepresivos, los
antipsicóticos, los antiparkinsonianos y los antiepilépticos.
Aunque para estos fármacos existen datos de cómo se debe realizar
esta retirada, existe muy poco consenso y / o los estudios que avalan
las recomendaciones tienen muchas limitaciones metodológicas.
Existen otros grupos
terapéuticos donde también se aconseja hacer una disminución
progresiva de la dosis hasta la retirada, pero tenemos menos datos de
cómo hacerlo en el caso de los nitratos, el metilfenidato, la
atomoxetina o los fármacos para el tratamiento de la enfermedad de
Alzheimer.
En cualquier caso, el
ritmo de retirada debe venir marcado por la respuesta del propio
paciente y se debe monitorizar la posible aparición de efectos
adversos asociados a la retirada del medicamento
Número completo de la
edición en catalán del Butlletí d'Informació Terapèutica
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