lunes, 18 de junio de 2012

Estrategias para bajar el costo de los remedios



Por Joseph Stiglitz
Profesor de la Universidad de Columbia; Premio Nobel de Economía.
Clarín (Argentina) 17-06-12

Copyright Project Syndicate, 2012.

disponible en:
http://bit.ly/LPd7OF


Cada año mueren millones de personas debido a enfermedades que se pueden prevenir y tratar, sobre todo en los países pobres. En muchos casos se pueden producir a gran escala medicamentos baratos para salvar vidas, pero sus precios de venta impiden que los compren las personas que los necesitan.

Además, hay muchos que mueren sencillamente porque no hay curas o vacunas debido a que se dedican muy pocos recursos y talento de investigación del mundo para tratar las enfermedades de los sectores pobres.
Esta situación representa un fracaso de la economía y la legislación que se tiene que corregir urgentemente.
La buena noticia es que ahora hay nuevas oportunidades de cambio , sobre todo mediante esfuerzos internacionales encabezados por la Organización Mundial de la Salud que empezarían a modificar el régimen ineficaz de propiedad intelectual que obstaculiza el desarrollo y disponibilidad de medicamentos.

Hay dos problemas principales que limitan el acceso a los medicamentos. Uno de ellos es que son muy caros , aunque el costo para producirlos sea de tan solo una fracción de ese precio. Segundo, el desarrollo de medicamentos está orientado a obtener el máximo beneficio económico, no social .

Esta situación no tiene que prevalecer. Las compañías de medicamentos sostienen que los precios elevados son necesarios para financiar la investigación y el desarrollo. Sin embargo, en los Estados Unidos, el Gobierno es el que financia gran parte de ambos en las cuestiones de salud. Incluso la parte que no recibe fondos del Gobierno no es un mercado convencional; la mayoría de las compras individuales de medicamentos con receta médica las cubre el seguro.

Los precios elevados y la investigación sesgada se pueden solucionar si se sustituye el modelo actual con un sistema de recompensa respaldado por el Gobierno.

Con un sistema de premios se recompensan los nuevos conocimientos que aportan los investigadores, pero no retienen el monopolio de su uso. De esa forma, el poder de los mercados competitivos puede garantizar que un medicamento nuevo se ofrecerá al precio más bajo posible, no a un precio inflado monopólicamente.
Por suerte, algunos legisladores estadounidenses muestran interés en este enfoque. El Proyecto de Ley del Fondo de Recompensa para el VIH/SIDA, iniciativa del Congreso que introdujo el senador Bernie Sanders, es un ejemplo de ello. Sanders propone incentivar la investigación abierta, que haría que ésta se basara más en el intercambio que en el secreto.
Sin embargo, a nivel global, nuestro sistema de investigación necesita cambios más profundos. En ese sentido, los intentos de la OMS son cruciales. Pocas semanas atrás, la OMS emitió un informe que aconseja soluciones similares a las propuestas por Sanders, pero a nivel mundial.
Reformar muestro sistema de investigación no es sólo una cuestión de economía. En muchos casos es un asunto de vida o muerte.
Por ende, es esencial desvincular los incentivos para las actividades de investigación y desarrollo de los precios de los medicamentos y promover un mayor intercambio de los conocimientos científicos.

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