miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Son útiles los congresos médicos? ¿Para quién?


solo algunas de las palabras iniciales de este excelente editorial

Are medical conferences useful? And for whom?
John P. Ioannidis A., MD, DSc

Los congresos organizados por las sociedades médicas y organizaciones relacionadas son una característica dominante de la vida académica, profesional y social de todas las disciplinas relacionadas con la salud. Estos eventos son de todos los tamaños, desde los relativamente pequeños, encuentros locales, talleres, y simposios a los grandes megacongresos internacionales y movilizan a decenas de miles de médicos, investigadores, expositores y personal para construir pequeñas ciudades de tamaño durante unos días.

El número total de las congresos y reuniones médicas no se conoce. Una fuente recuenta 2012 congresos relacionados con la salud que tuvieron lugar en 2011, incluyendo 259 que fueron seminarios en línea y otros que se produjeron en lugares físicos en todo el mundo. Evidentemente, esta lista es incompleta y representa una fracción de dichas conferencias. Una estimación de más de 100 000 reuniones médicas al año  puede ser  realista, cuando también se cuentan las reuniones locales.
El costo acumulado de estos eventos en todo el mundo no es posible imaginar.




Esta creciente cantidad de reuniones  estimula un modo de producción investigadora con escasa supervisión y que contribuye a la construcción de currícula mediocres basados en este tipo de contribuciones, en general, muy poco relevantes. 
Es cierto que no todos los eventos científicos son iguales. Ioannidis menciona  que la revisión por pares que se realiza en congresos de otras áreas de conocimiento –ingeniería, ciencias de la computación, etc.-  es más estricto y, además, contempla el análisis de todo el trabajo que se tiene intención de presentar y no un mero resumen de 300 o 400 palabras, en el mejor de los casos. 
De acuerdo a la información proporcionada por la Cochrane Database, un número proporcionalmente muy escaso de trabajos presentados en los congresos de ciencias de la salud ve la luz en forma de publicación en una revista científica de cierto prestigio. Es más, parece bien documentado que cuando esto sucede, los datos más elaborados que aparecen en la publicación son sustancialmente diferentes de los presentados, seguramente de forma precipitada y prematura, a una amplia audiencia en el congreso. Si lo que se presenta en las reuniones científicas constituye la vanguardia del conocimiento, no se entiende porqué esta información no aparece publicada de forma inmediata y porqué es necesario desplazarse miles de kilómetros para escuchar estos avances, cuando bien podrían utilizarse las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para cumplir este objetivo. Además de la inmediatez de la información, el acceso virtual evitaría, según el British Medical Journal, la emisión de unas 10.000 toneladas de CO debido a los desplazamientos por cada congreso de tamaño medio.

Cada sociedad científica se dota de su propio panel de expertos que se hacen especialmente visibles a todos los miembros de la asociación durante los congresos. A la luz de la dinámica de estas grandes sociedades profesionales y sus reuniones periódicas, el liderazgo de los expertos se basa, en ocasiones, no tanto en el mérito científico, el trabajo continuado o la originalidad de sus ideas, como en la habilidad para desenvolverse en los círculos de poder. El mensaje que de esta forma reciben nuestros jóvenes científicos es ciertamente descorazonador. Por otra parte, la industria farmacéutica y biotecnológica aprovecha las oportunidades que le brindan estos congresos para entrar en contacto con miles de médicos y ejercer su influencia. Es cierto que en muchas reuniones internacionales se solicita de los conferenciantes que manifiesten sus relaciones profesionales con estas compañías. Sin embargo, la utilidad de estas medidas es dudosa porque la mayoría de los oradores tiene potenciales conflictos de interés.

En definitiva, no está clara la contribución de los congresos médicos internacionales al avance de la ciencia y del conocimiento científico. Tal vez, una parte de los gastos que se genera en la organización de estos eventos y sus actividades paralelas, podría emplearse con más rentabilidad en el desarrollo de métodos y tecnologías educativas más eficientes. El establecimiento de relaciones sociales y contactos con otros colegas también puede hacerse de forma más barata y eficaz, lo que no quiere decir que encuentros personales ocasionales no sean interesantes, e incluso indispensables, especialmente cuando se trata de grupos pequeños y focalizados en temas muy específicos. En cualquier caso, estas reuniones de tamaño reducido y con objetivos concretos supondrían una pequeña fracción del gasto generado por los grandes congresos internacionales que movilizan a varios miles de personas.

Existen muchos intereses que favorecen el mantenimiento de los congresos tal y como los conocemos actualmente. El sistema actual propicia una extraordinaria atomización del conocimiento que, en última instancia, impide la actuación de la selección natural. Se debería analizar si no hay otros medios, -como las redes sociales, videoconferencias, etc,- que puedan cumplir idénticos propósitos. Se podrían diseñar reuniones específicamente dedicadas al análisis de las indicaciones de determinados procedimientos o intervenciones, a la pertinencia de la prescripción de algunos fármacos modernos y a la evaluación de sus ventajas en relación con los más clásicos, o a cómo favorecer las medidas diagnósticas y terapéuticas más baratas, más seguras y respaldadas por mejores evidencias científicas. Algunos también proponen ser más estrictos en la selección de los organizadores de los congresos, y sugieren que una opción plausible sería excluir de los comités organizadores –y también del gobierno de las sociedades profesionales- a los investigadores con relaciones estables con la industria farmacéutica en los tres años previos a la realización del evento.

entonces
¿Los congresos sirven para algo? 
En teoría, estas reuniones tienen por objeto difundir y avanzar en la investigación, formación, educación, y establecer políticas basadas en pruebas. Aunque estas son metas dignas, no hay prácticamente ninguna evidencia que apoya la utilidad de la mayoría de los congresos. Por el contrario, alguna evidencia sugiere que la acumulación de congresos médicos puede servir a un sistema específico de valores cuestionables que pueden ser perjudiciales a la atención de la medicina y la salud.

resumen del trabajo
Ioannidis JP. Are medical conferences useful? And for whom? JAMA. 2012 Mar 28;307(12):1257-8.

 en  http://jama.ama-assn.org/content/307/12/1257.extract
(quien quiera el texto completo lo pide )

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