Un llamado de atención para que no cese el esfuerzo que ahora es más necesario que nunca
antecedentes del tema en el blog pueden encontrarlos en las notas de dos referentes
Carlos Correa: Hacia un nuevo modelo para la investigación farmacéutica
Germán Velásquez. Medicamentos: el lucro o la vida. Innovación farmacéutica : un modelo en crisis
Informe de la WHA
Terminó la Asamblea Mundial de la Salud, AMS, con resultados algo difíciles de calificar.
Mi lectura final es que, hasta el célebre reporte del CEWG, los países en desarrollo y las organizaciones defensoras de los derechos humanos y del acceso a la salud y a los medicamentos, habíamos trabajado de manera razonablemente coherente, razonablemente unificada (con fisuras periódicas como es razonable esperar) y a mi manera de ver, exitosa.
Exitosa porque hoy con entusiasmo o con amargura, todo el mundo acepta que el modelo de innovación basado en propiedad intelectual, monopolios y altos precios terminó su ciclo y debe ser reemplazado por alternativas que respondan más a las necesidades de salud que a la rentabilidad de las inversiones y que separen el costo de la investigación, del precio final del medicamento.
Pero ese éxito conceptual y político tiene que traducirse en el abandono de la propiedad intelectual (y las otras modalidades de monopolio), de manera “brutal” o de manera gradual. Tal vez las ONG le apostamos demasiado a la alternativa “brutal” al apostar todo nuestro capital al tratado como la opción más útil para la salud pública. Siendo realistas y prácticos, habría que aceptar que el Informe CEWG fue muy fuerte en “condenar” la propiedad intelectual como la causante del crecimiento exagerado de los precios de los productos nuevos, y el Tratado es una propuesta radical que supone reemplazar una cosa por la otra, sin transición. Y ciertamente no se podía esperar que la reacción no fuera brutal.
Digamos que aunque la guerra parecía haber terminado, aún quedan muchas batallas. Los que con triunfalismo habíamos creído que el CEWG había “zanjado” el asunto y que el tratado era la solución a todas nuestras angustias, tendremos trabajo para rato……….
Estas interpretaciones y estos análisis tienen por objeto ofrecer un contexto para decir que en la 66 Asamblea Mundial de la Salud el tratado fue derrotado, las ONG perdimos terreno y lo que es realmente grave, asistimos a una desbandada de Países en Desarrollo. El bloque de países del sur se mostró fragmentado y sin liderazgo. Primaron los intereses particulares, las negociaciones bilaterales, los acuerdos y las consultas.
Casi al mismo tiempo, en el seno de la Organización Mundial del Comercio, los países ricos hicieron un bloque para impedir que, dando cumplimiento a lo previsto en el ADPIC, los países “menos adelantados” consiguieran una prórroga del plazo para implementar el ADPIC, especialmente (pero no exclusivamente) para productos farmacéuticos.
El año pasado se condujo un proceso de consultas regionales, que en las Américas fue llevado a cabo (de alguna manera) por la OPS y en el cual tratamos, como alianza y como veeduría en Colombia de participar (Mediante el envío de documentos) y que culminó en la reunión de Noviembre en Ginebra. La reunión terminó bastante mal porque esperábamos el inicio de negociaciones para un tratado global en Innovación y Salud Pública y –para decir lo menos- cualquier discusión al respecto se pospuso para el 2016. Temíamos que en la AMS de esta semana se tuviera la intención de “acabar” con el tratado, o posponerlo más.
En los días previos a la AMS, supimos que UNASUR había conseguido un consenso sobre el tema a pesar de muchos puntos de divergencia, en donde Brasil, que siempre había tenido un liderazgo global, había perdido interés. Supimos también que la resolución sobre el CEWG había sido colocada en la agenda para el viernes, lo que parecía preocupante porque esas discusiones, siempre largas y difíciles, podían terminar por cansancio de cualquier manera. Nos aseguraron que el primer día “alguien” (más de 30 países se habían ofrecido) propondría adelantar el punto para el martes, pero “alguien” nunca apareció.
Esta fue la primera manifestación de lo que, a mi juicio, fue una “estampida” de países en desarrollo, que terminaron mostrando que ya no hay un bloque único, (ni siquiera en UNASUR) y que los países ricos han tenido un gran éxito en dividir para vencer.
Porque lo que si se supo fue que, combinando diferentes estrategias, un grupo de países ricos liderados por Estados Unidos, Japón y Suiza y con una fuerte participación de la Unión Europea, se dedicaron a dividir los bloques del sur, ya con negociaciones bilaterales o multilaterales, ya con críticas a los aspectos (especialmente financieros) del tratado, ya con su capacidad de influencia. UNASUR, que era el bloque más fuerte, no consiguió los consensos y los apoyos necesarios para presentar una propuesta alterna a la resolución.
Las intervenciones de las ONG fueron muy duras y en particular HAI-KEY y la Declaración de Berna presentaron la postura más crítica, así como MSF, pero eso no suele afectar a los delegados de los países ricos ni a al secretariado de la OMS. Por algo son ricos.
Al momento del debate y cuando se preveía una larga y estéril discusión (un diálogo de sordos), los Estados Unidos sorprendieron con una propuesta de decisión. Una decisión no es una resolución y en teoría son asuntos independientes.
En términos prácticos (que tomó tiempo entender) se trataba de realizar una reunión de expertos y representantes de países interesados, para poner en marcha el observatorio de experiencias alternas al modelo clásico de innovación y para identificar proyectos demostrativos, antes del fin de 2013. A cambio USA pidió (y consiguió) que la resolución no se modificara y se aprobó como estaba, especialmente con la fecha del 2016. Out of the record Estados Unidos hizo saber que el tratado es un asunto que van a continuar combatiendo hasta mucho después del 2016.
El texto original en la práctica tenía por objeto substituir el tratado por el observatorio (lo que habíamos advertido desde el año anterior) con un lenguaje bastante agresivo pero la versión final incluyó modificaciones bastante positivas como la mención explícita del delinkage, la incorporación de incompatibilidades y de conflictos de interés para los expertos y la mención de proyectos demostrativos enfocados a las necesidades de los países en desarrollo con lo que, al menos en el lenguaje, el “espíritu” del tratado sigue con vida.
Un pequeño detalle sobre el cual no hubo tiempo de reaccionar y no sé si tendremos capacidad para reaccionar; la reunión de expertos y gobiernos, no incluye a las ONG.
Animo.
Francisco Rossi
La fundación IFARMA es un instituto de investigación y de consultoría, focalizado en los temas relativos a los medicamentos (acceso, uso y calidad) con una mirada internacional. Sin embargo, más que la investigación o la consultoría, motiva a los integrantes, amigos y simpatizantes de IFARMA, poder incidir en las políticas públicas de salud y en las relativas a los medicamentos, especialmente en los países de América Latina. Por esa razón preferimos pensar a IFARMA como un espacio de encuentro de todos aquellos que quieran participar en el debate sobre políticas públicas, quienes quieren tener incidencia política, aportar ideas, enfoques o resultados de trabajos de investigación o consultoría para que los medicamentos lleguen a quienes los necesitan, cumpliendo los estándares de calidad y muy especialmente, para que sean utilizados de manera correcta. http://web.ifarma.org/
__._,_.___
No hay comentarios:
Publicar un comentario