En su visita a nuestro país, el doctor Gianni Tognoni*, en una entrevista exclusiva para Emancipación SyE, nos habla de las mentiras y negocios detrás de la Gripe A y sus vacunas.
-He seguido muy bien el problema en la Argentina ya que había algunos colegas de Buenos Aires que han hecho uno de los estudios más importantes del mundo al respecto. Es raro que no se mencione mucho. En Europa toda la campaña de la Gripe A, ha sido la documentación de la disociación y de la no credibilidad del global con respecto a la realidad. En ese campo se había hecho la tentativa de proclamar a nivel global que había un riesgo dramático, como lo de los terroristas, con esta pandemia que se había declarado como si fuera el ataque de los virus a la humanidad. Los datos no eran tantos, al revés, eran muy pocos. Había una presión muy fuerte de los laboratorios para que se declare una pandemia para garantizar un mercado que era en sí mismo casi infinito. Por eso trataba la campaña de dar una vacunación a todos. Es impresionante ver que se hizo eso sin tener ni la vacuna ni una idea de su eficacia. Ha sido un chantaje virtual, como si fuera una experimentación cultural. Es posible hacer creer algo que no es creíble. En ese sentido, el mensaje ha pasado más rápidamente en los países que estaban menos listos. De manera que muchos de los países de América latina se pusieron a reorganizar sus planes de prioridad para garantizar un control de la Gripe que no existía o existía pero como una enfermedad entre las demás. Con algunas características importantes de estas muertes con síntomas distintos de las otras, pero no era tan dramática desde el punto de vista numérico. Es interesante que en ésta que es la verdadera diferencia no haya ni un dato nuevo que permita explicar esta particularidad. Cuando al final las propagandas y las propuestas se transformaron en realidad en el otoño por ejemplo italiano o francés ya había mucha sospecha, el debate entre los expertos era entre personas que se dividían la ignorancia del problema. Al final los que ganaron fueron los laboratorios de medicamentos y de vacunas que han impuesto a los gobiernos, con varias razones, comprar cantidades increíbles de vacunas. Pero en Italia el porcentaje de la gente que aceptó vacunarse es una minoría ínfima y también los médicos rechazaron de una manera rotunda todo eso por el hecho de que no había pruebas de eficacia ni evidencias y que había una presión sobre ellos para que ellos vacunaran sin tener una idea clara. Ahora mi esperanza para Argentina es que no se cree de nuevo una situación de terror de emergencia. Todos ahora reconocieron, aún la OMS, que sus alarmas eran desproporcionadas, que de hecho esta Gripe A no es tan tremenda y los que piensan en el futuro dicen que el terror verdadero será cuando venga la Porcina combinada con la aviaría. Pero pienso que eso lo preparan para el año que viene no para este. Terrores excesivamente vecinos no son creíbles, según las novelas antiguas, si gritan mucho que viene el lobo al final nadie lo cree más. Espero que no sea otra manera para gastar dinero público y, sobre todo para crear una situación, de la cuál se ha hablado ahora, que con esta presión sobre las vacunaciones especiales se modifique la confianza en las vacunas efectivamente eficaces. Hay colegas que dicen que son los mismos pediatras los que aconsejan a los padres de no acudir a las vacunas obligatorias de polio o de sarampión. Da la idea que para favorecer el espacio de las vacunas especiales como la de neumonía o la diarrea, mucho menos importantes, se crea una situación de mercado donde es importante no confiar en estas vacunas que son tan pobres y para todos, sino que son importantes las vacunas especializadas y eso es un ataque muy fuerte al derecho a la información de los ciudadanos y a su salud. El riesgo es verdadero para las antiguas enfermedades, no para la gripe A.
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