martes, 22 de abril de 2008

Brasil crea su primer medicamento contra una enfermedad olvidada

21/04/2008, ELMUNDO.ES

Un pequeño comprimido azul, que combina dos fármacos antipalúdicos existentes, es la primera contribución de Brasil a la lucha contra las enfermedades olvidadas. Este medicamento contra la malaria, presentado como un remedio más barato y eficiente de los que actuales, acaba de ser registrado y ya está disponible en el país.

El medicamento ADMQ (una combinación de artesunato y mefloquina) se ha lanzado esta semana. Es fruto de la colaboración entre el laboratorio público Farmanguinhos/Fiocruz y la Iniciativa de Medicinas para Enfermedades Olvidadas (DNDi), una organización internacional para la investigación y desarrollo de medicamentos para enfermedades olvidadas.

El antimalárico es el primer fruto de esa alianza y el primer medicamento desarrollado y registrado en Brasil contra una enfermedad olvidada, tropical o del tercer mundo.

Ese atraso no es porque Brasil también hubiese olvidado las enfermedades olvidadas, garantiza el director del Centro de Desarrollo Tecnológico en Salud de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Carlos Morel.

"El problema es que Brasil siempre fue muy bueno en producir artículos científicos pero se quedó atrás en la innovación tecnológica", dijo el representante de esta fundación estatal, que es considerada como el principal centro de investigaciones en salud de América Latina.

"A Brasil no le hace falta la investigación. Lo que le falta es transformar ese conocimiento en productos, vacunas, medicinas... Por más que contemos con una investigación científica avanzada, eso no significa que tenemos más productos en el mercado", afirma Morel, ex director del Programa de Enfermedades Tropicales de la Organización Mundial de Salud (OMS).

Los números son elocuentes. La Fiocruz produce anualmente cerca de 1.000 artículos científicos, principalmente sobre las enfermedades olvidadas que más afectan el país, como malaria, Chagas y leishmaniasis, y es considerada como la institución que más conoce esos males en el mundo.

Entre 2003 y 2007 el Ministerio de Salud de Brasil financió 381 investigaciones en enfermedades como dengue, malaria, leishmaniosis, Chagas, tuberculosis y lepra.

Brasil registra cerca de 500.000 nuevos casos de malaria cada año y 74.000 de tuberculosis. Es uno de los cinco países con mayor número de casos de leshmaniasis en el mundo.

Dificultades para desarrollar fármacos
Farmanguinhos, el laboratorio de la Fiocruz y que será responsable por la producción del ASMQ para los países latinoamericanos, fabrica 66 medicamentos diferentes.

El laboratorio estatal produce unas 2.000 millones de medicinas por año para el tratamiento de enfermedades endémicas como malaria, lepra y tuberculosis, así como varias de las drogas contra el sida que Brasil distribuye gratuitamente a los portadores de ese virus.

"La gran mayoría de las medicinas producidas en Farmanguinhos fueron desarrolladas por otras instituciones", reconoce Morel.

Morel admite que pese a la capacidad brasileña para investigaciones y para producir medicinas, los recursos para el desarrollo de los remedios aún son escasos, especialmente debido a que son dolencias que no interesan a los países ricos.

Por esa falta de interés, apenas el 1,3% de las 1.556 nuevas medicinas registradas entre 1975 y 2004 en todo el mundo fueron desarrolladas para combatir enfermedades tropicales (18 medicamentos) o tuberculosis (tres).

Alianza
Según Morel, el desarrollo del ASMQ sólo fue posible gracias a la asociación con la DNDi, una asociación impulsada por Médicos Sin Fronteras y de la que forman parte organizaciones multilaterales y centros de estudios como Fiocruz.

El desarrollo del remedio contra la malaria tuvo un coste de 7,8 millones de euros, que la DNDi recaudó con acuerdos de cooperación firmados con la Unión Europea y con los gobiernos de Francia, España, Países Bajos y Reino Unido.

"La asociación con el DNDi fue exactamente la que nos permitió salir de la investigación básica y desarrollar un nuevo producto, probarlo clínicamente, producirlo y poder venderlo a los países que lo necesitan a un precio bastante reducido (2,5 dólares por tratamiento completo para adultos)", según Morel.

Y, tras lanzar la medicina contra la malaria, la Fiocruz ya firmó acuerdos con la DNDi para desarrollar medicinas contra la enfermedad del sueño (Tripanossomiasis Humana Africana), la leishmaniasis y la enfermedad de Chagas.

"Los proyectos están en fase de investigación y la financiación dependía de la conclusión del proyecto de la malaria", afirmó Morel, uno de los socios fundadores de la Iniciativa.

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