El especialista Marcos Peluffo opina que la campaña de vacunación contra el HPV es “una burla grotesca y deshonesta”, ya que se difunde la vacuna, que es muy costosa, como una prevención efectiva contra el cáncer de útero.
Edelstein, Josefina
La Voz del Interior (Córdoba, Argentina) Miércoles 12 de agosto de 2009
http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=541554
Desde hace poco tiempo, el cáncer de cuello uterino ha cobrado relevancia en los medios de comunicación. Esencialmente, porque se lo liga a ciertas cepas del virus del papiloma humano (HPV, por la sigla en inglés) que podrían desarrollar cáncer y por ende, muertes. Al mismo tiempo, porque se elaboraron dos vacunas que prometen frenar el contagio del HPV.
A partir de la intención de hacer visible este problema ginecológico y de la necesidad de vender las vacunas, se ha generado una agresiva controversia que atañe a varios aspectos: la eficacia a largo plazo y seguridad de la vacuna; las campañas de marketing de la industria farmacéutica que generan pánico y son engañosas (la campaña de Lalcec de diciembre de 2008, con Araceli González y su hija Florencia como referentes de “madre preocupada por el cáncer de cuello uterino, que cuida a su hija y la hace vacunar”); las instituciones que gozan de respeto entre la gente y, a partir del HPV, son cuestionadas (Lalcec o el Premio Nobel); y las mujeres atemorizadas y muchas veces, sin posibilidades económicas de encontrar solución en la promocionada vacuna.
A estas cuestiones se refirió Marcos Peluffo el viernes pasado en su disertación sobre “Interpretación y objeciones de la teoría viral del cáncer cervical uterino” cuando la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC lo honró como Visitante Distinguido” por su trayectoria y aportes a la citopatología.
Nobel cuestionado.
Respecto del tema sobre el que disertó, Peluffo asegura que “lo único nuevo sobre la teoría viral del cáncer uterino es que, en diciembre de 2008, el diario The Times publicó una nota que puso en tela de juicio la integridad del comité de selección del Premio Nobel de Medicina, que fue otorgado al impulsor de tal teoría”.
El diario londinense difundió que dos personas que tuvieron injerencia en el proceso de elección de Harald Zur Hausen como ganador del Nobel tienen fuertes vínculos con la compañía farmacéutica Astrazeneca, precisamente, la que “desarrolló dos vacunas muy lucrativas”.
Peluffo, quien es consultor en Citopatología del Hospital de Clínicas de la UBA y jefe del Servicio de Patología y Citología Ginecológica y Mamaria del Instituto Quirúrgico del Callao (Buenos Aires), dice que “el tema de la vacuna contra el HPV no es relevante, ya que el HPV es la infección viral más frecuente del tracto genital inferior y se cura espontáneamente en la inmensa mayoría de los casos”.
No obstante, entiende que “el problema surge porque el marketing comercial de la fármaco-industria promueve una vacuna ‘contra el cáncer’, lo cual es una afirmación falsa y deshonesta para infundir pánico en la población y aumentar las ventas”.
Peluffo cita como ejemplo local “la espectacular campaña de marketing de pánico que el año pasado auspició Lalcec para vacunar contra el HPV y que pagó la fármacoindustria, que transmitía un mensaje terrorífico falso”. En los afiches colocados en la vía publica, donde Lalcec apareció como emisor del mensaje, se vio a Araceli González y a su hija Florencia Torrente como portavoces, mientras se leía en letras de gran tamaño: “6 mujeres mueren por día en Argentina por cáncer de cuello de útero. Controlate. Vacunate”. Abajo y en tipografía un poco más pequeña: “Te puede matar a vos, a ella, a mí, a nosotras. Controlate con tu médico, hoy podés vacunarte para prevenirlo”.
Además, el especialista acuerda con muchos otros médicos y científicos que sostienen que sobre la vacuna hay más dudas que certezas ya que, entre otros aspectos, “no se conocen sus efectos a largo plazo, los que recién se revelarían dentro de unos 30 años, por lo menos”.
Una burla.
“Mi opinión sobre vacunas contra el HPV es como la opinión de un ateo sobre la eucaristía. Considero que esas vacunas y los antivirales son lo más inespecífico, lo menos probado y lo más caro de la historia de la medicina”, dispara Peluffo.
Explica que “la teoría viral tiene una base empírica estadística: la gran frecuencia de asociación del HPV con las lesiones precursoras del cáncer cervical. Pero asociación no es sinónimo de etiopatogenia (causa de enfermedad). En medicina experimental, después de 50 años de investigaciones, han fracasado todos los intentos de encontrar ‘el’ oncovirus humano y de vacunar contra el cáncer. La causa del cáncer sigue siendo una incógnita”.
Según Peluffo, “en la Argentina, la vacuna es el ‘tren bala’ de la prevención: no hemos logrado siquiera iniciar un programa convencional, probado, eficaz y barato de prevención y aparece la vacuna de 1.000 dólares por cabeza en un país sin educación sanitaria, donde la gente ni sabe lo que es el HPV y donde la población que se muere de cáncer cervical es pobre e indigente. Es una burla grotesca y deshonesta, aún suponiendo que la vacuna fuera efectiva”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario