Por Thomas Pogge, Titular de la Cátedra Leiner de Filosofía y Asuntos Internacionales, Universidad
Diario Clarín 01-09-10
La Argentina es ideal para una prueba piloto en la que las farmacéuticas sean recompensadas por el bajo costo y la efectividad de sus drogas.
Argentina tiene una oportunidad única para ejercer un liderazgo global en la industria farmacéutica, que enfrenta una tensión entre acceso e innovación. En efecto, para cumplir con las necesidades sanitarias de la población, los medicamentos deben ser proporcionados a precios razonables , pero venderlos a bajo costo reduce la motivación económica de las compañías para desarrollar productos más efectivos. El Fondo para el Impacto sobre la Salud (HIF, por sus siglas en inglés) es una propuesta que resuelve esta tensión proponiendo un sistema de pago-por-performance para proveer remedios en un país y para una enfermedad en particular. Así la compañía farmacéutica es recompensada por el impacto real del producto sobre la calidad de vida, debiendo suministrar sus remedios al costo.
Esto los haría más accesibles e incentivaría que las compañías aseguren la efectividad, amplia disponibilidad y uso adecuado de las drogas. Con ello, toda la sociedad, no sólo los ricos, se beneficiaría de los medicamentos. Para asegurar la integridad del suministro, la distribución de las drogas debería ser coordinada por el HIF -a cargo de la evaluación del impacto de la droga-, el Gobierno y la compañía farmacéutica interesada.
Argentina es un candidato ideal para una prueba piloto , dado el aumento en los precios de los remedios ocurrido cuando muchos fabricantes internacionales se fueron del país tras la crisis de 2001, limitando el acceso de un creciente número de pobres a los medicamentos. Desde el Estado se ha mostrado interés en mejorar el acceso a los remedios. Por ejemplo, en 2002 se lanzó el Programa Remediar, que puso a disponibilidad sin costo 36 medicamentos esenciales de distinta fuente distribuidos en centros de atención primaria del país, para alrededor de 15 millones de argentinos. Pese a sus esfuerzos, el Programa no fue un éxito total ya que era insostenible a largo plazo (su financiamiento dependía exclusivamente de préstamos) y porque no se recolectó información tras la entrega de los medicamentos. Sin información resulta imposible determinar qué beneficios implicó el programa para la salud de la población argentina en general.
El HIF, en cambio, aseguraría el impacto sobre la salud , en lo que sería un avance respecto al Programa Remediar. La economía argentina se está estabilizando gradualmente, pero los problemas sanitarios del país siguen afectando su desarrollo. Por ejemplo, los individuos con mal de Chagas -una “enfermedad olvidada” que las farmacéuticas suelen pasar por alto debido a los bajos márgenes de beneficio que ofrece- enfrentan la exclusión tanto social como laboral, afectando la fuerza de trabajo y la productividad del país.
Con el HIF, la Argentina podría dar un importante paso para mejorar su sistema de salud e ingresar en la vanguardia mundial en la materia. Este país ha sido un referente para la región en términos de desarrollo económico; hoy el HIF proporciona una oportunidad para que la Argentina lidere una política farmacéutica más inteligente.
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