BIT:
Volumen 22 número 4. Agosto - Octubre 2014
13
de enero de 2015
Autores:
Miguel
Ángel Imízcoz. Cardiólogo
Rosa
Larumbe / Pedro Clavero (revisores). Neurólogos, Complejo
Hospitalario de Navarra
Objetivo:
describir las alteraciones autonómicas que padecen
un buen número
de pacientes afectos de la enfermedad de
Parkinson, y que con
frecuencia pasan desapercibidas.
Material
y método: se realizó búsqueda bibliográfica en Medline de
los artículos relacionados con el tema, haciendo hincapié en
los
cambios de la tensión arterial y su manejo terapéutico.
Resultados
y conclusiones: La alteración de la tensión arterial se puede
manifestar como hipotensión ortostática, especialmente
postprandial, hipertensión en supino y, lo que es muy frecuente,
ambas a la vez. Se aconseja que a los pacientes con Parkinson se les
realice el estudio de la tensión arterial, incluyendo el control
durante 24 horas (MAPA) si se dispone del mismo. Hay que valorar
siempre si el tratamiento farmacológico para la enfermedad de
Parkinson puede precipitar los síntomas vasomotores, en cuyo caso se
deberá revisar su dosis. El fármaco de primera elección en caso de
hipotensión ortostática es la fludrocortisona. Se pueden considerar
otras alternativas en caso de intolerancia o pobre respuesta clínica.
Los fármacos para la hipotensión ortostática pueden provocar
hipertensión en decúbito y viceversa.
Número
completo en bit.ly/1yfeFbu
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