buenisima editorial en Atención Primaria
Amado Guirado, Ester; Diego, Laura;
Ortún, Vicente Mejorar la calidad asistencial no implica financiar públicamente cualquier medicamento Aten Primaria. 2012;44:187-9. -
El diseño de las políticas farmacéuticas busca un equilibrio entre
proporcionar el mayor grado de acceso a los medicamentos a aquellas personas que
los necesiten, promover la
innovación terapéutica y al mismo tiempo limitar el crecimiento del gasto
público. En el marco de las políticas sanitarias promovidas por la Organización
para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE), la orientación general de la revisión de
la oferta de servicios públicos está dirigida a promover aquellas políticas que
aporten valor en
relación con el coste que suponen para la sociedad 1. Por ello, el contexto
actual de crisis económica obliga a reflexionar acerca de la «desinversión en
tecnologías sanitarias»,
es decir, sobre la posible exclusión, parcial o total, de la financiación
pública de aquellas tecnologías de escaso valor clínico con el objetivo de
maximizar la eficiencia de los servicios sanitarios.
Centrados en nuestro país y en los medicamentos conviene tener en cuenta
varios aspectos. En España la prestación farmacéutica es amplia comparada con
otros países
del entorno, debido fundamentalmente a que, salvo excepciones, la decisión
de autorización de nuevos medicamentos, va ligada a su financiación sin tener en
cuenta
el valor terapéutico añadido, y aunque la autorización de comercialización
de medicamentos a través de la Agencia Europea de Medicamentos ha implicado una
mayor homogeneidad en la oferta de fármacos aprobados, todavía existen diferencias de criterio
notables respecto a qué fármacos son financiados públicamente en los distintos
países 1.
Se han excluido medicamentos de la financiación pública en dos ocasiones,
1993 y 1998. La aplicación de estas llamadas «listas negativas» supuso la
eliminación de la prestación
farmacéutica de un 29% de los medicamentos de marca comercializados, no
obstante, éstas tuvieron un limitado impacto en la reducción del gasto
farmacéutico y su efecto
fue transitorio, ya que el crecimiento del gasto farmacéutico no está
provocado únicamente por el número de medicamentos financiados públicamente y su
precio, sino
también por la utilización inadecuada que se hace de los mismos. Sin
embargo, incluso en casos como éste, en que el impacto en la reducción del gasto
puede ser cuestionable,
la exclusión de la financiación de fármacos de escasa o nula efectividad o
que contenían asociaciones irracionales de principios activos, puede la
aplicación de la medida2.
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