Medicación infantil, normas de seguridad
Fuente: Eugenio Frater/Efe-Reportajes , La Vanguardia (México) 06 abril 2012
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Los errores en la administración de medicamentos a los niños son bastante frecuentes y sus consecuencias pueden ser severas.
Madrid, España.- ¿Sabía que entre el dos y el siete por ciento de los niños y adolescentes en tratamiento médico pueden sufrir alguna reacción adversa derivada de errores cometidos en la prescripción, dispensación o administración de sus medicamentos?.
Según el doctor Antonio Urda, de la Asociación Española de Pediatría (AEP), "los fallos relacionados con la medicación se ven favorecidos, en ocasiones, por una escritura poco legible o una escasa información sobre la dosificación y frecuencia de uso".
Para mejorar la seguridad del paciente pediátrico la AEP recomienda a las autoridades sanitarias elaborar una lista de medicamentos de alto riesgo, con un etiquetado sencillo, llamativo y de fácil identificación, así como prospectos claros, que especifiquen sus posibles efectos adversos.
¿Qué pueden hacer los padres de un niño para administrarle la medicación prescrita a su hijo sin cometer errores?.
Una precaución básica consiste en no utilizar las cucharas caseras para medir los jarabes pediátricos, un error bastante habitual.
Dado que la eficacia de un fármaco líquido depende de su dosis, no hay que recurrir a las cucharas caseras para medirlo sino a los dosificadores, medidores o jeringuillas que adjunta, tanto para tomarlo uno mismo como para darlo a un niño u otra persona.
Lo aconsejan los doctores Broan Wansink y Koert van Ittersum, de la Universidad Cornell Ithaca (Nueva York, EU), autores de un trabajo que indica que el uso de este utensilio es una de las principales causas de dosificación errónea e incluso perjudicial.
¡ATENCIÓN A LA DOSIS!
Comprobaron que los participantes llegaron a tomar una dosis de jarabe desde un 8 por ciento menor hasta un 11 por ciento mayor que la correcta, cuando recurrían a las cucharas caseras medianas o grandes para administrarlo, aunque creían hacerlo bien.
Un estudio de la Universidad de Sydney ha revelado que los errores en la administración de medicamentos a los niños son numerosos y aumentan el riesgo de que los pequeños sufran una sobredosis, se intoxiquen o de que su tratamiento sea ineficaz.
De acuerdo a la investigación australiana, los errores más frecuentes al administrar la medicación a los hijos consisten en: no medirles la temperatura (7 por ciento de los padres) antes o dársela con menos de 38 grados de temperatura corporal (46 por ciento); además de darles una dosis superior (17 por ciento) o inferior (44 por ciento) a la correcta.
Para administrar correctamente los medicamentos infantiles, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) española, recomienda a los padres o cuidadores que sepan cuánto pesa el niño para darle la dosis adecuada y que si empeora consulten con el médico en vez de aumentar la dosis por su cuenta.
Además, la OCU recomienda no dar más de un medicamento para tratar el mismo síntoma al mismo tiempo, ni creer que los medicamentos sin receta como los antipiréticos son inocuos y sobrepasar las dosis carece de efectos negativos, ya que son los fármacos que causan mayor número de intoxicaciones infantiles.
Para prevenir sobredosis o intoxicaciones, la Academia Americana de Pediatría estadounidense (AAP) recomienda buscar un lugar bien iluminado para evitar coger otra medicina o darle al niño una dosis equivocada, revisar la etiqueta antes de abrir el envase y de darle la medicación al hijo, y nunca tratar de adivinar la cantidad de medicina que hay que darle al pequeño.
DESTACADOS:
* Dado que la eficacia de un fármaco líquido depende de su dosis, no hay que recurrir a las cucharas caseras para medirlo sino a los dosificadores, medidores o jeringuillas que adjunta, aconsejan los doctores Broan Wansink y Koert van Ittersum, de la Universidad Cornell Ithaca (Nueva York, EU).
* Para administrar correctamente los medicamentos infantiles, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) española, recomienda a los padres o cuidadores que sepan cuánto pesa el niño para darle la dosis adecuada y que si empeora consulten con el médico en lugar de aumentar la dosis por su cuenta.
* La Academia Americana de Pediatría estadounidense (AAP) recomienda buscar un lugar bien iluminado para evitar coger otra medicina o darle al niño una dosis equivocada.
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