viernes, 18 de enero de 2008

Ahora la pre-osteoporosis y fármacos que nadie necesita

Exceso de fármacos para mujeres sanas
Un estudio sugiere que se están recetando medicamentos para la osteoporosis a personas que no los necesitan

Una mujer se realiza una densitometría para saber si tiene osteoporosis.

AINHOA IRIBERRI - Madrid -
Publico.es 17/01/2008 21:00

Cuando el médico receta un fármaco, es difícil negarse a tomarlo. La mayoría de las veces tendría que tener razón, por lo que la prescripción de un fármaco debería ir acompañada de una serie de mejoras en el estado de salud o de una disminución considerable de los riesgos de sufrir una patología.
Un análisis publicado hoy en la revista British Medical Journal alerta sobre la posibilidad de que esto no sea así en lo referido a los fármacos para la osteoporosis.
Los autores están coordinados por el médico de familia del Hospital de Sant Pau y miembro del grupo de salud de la mujer de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) Pablo Alonso-Coello.
Según explican, la publicación de reanálisis de ensayos clínicos con medicamentos para la osteoporosis (enfermedad que supone la debilidad de los huesos, que se diagnostica cuando existe una densidad ósea baja) puede llevar a recetar medicamentos a mujeres con osteopenia, una condición que implica riesgo de tener osteoporosis y una debilidad ósea muy común en las mujeres mayores (se calcula que afecta a más de la mitad de éstas), pero que no es una enfermedad en sí misma.
Problemas en las consultas
Según explica Alonso-Coello, el problema reside en no explicar bien las cosas a los pacientes: “Un estudio puede concluir, con razón, que el riesgo de sufrir fracturas disminuye un 50% en las mujeres con osteopenia que se medican, pero la cosa cambia si a eso se añade que ese riesgo es sólo del 1%”.
El médico comenta que estos resultados, que son explicados sólo parcialmente, son los que llegan a la consulta de los especialistas en los materiales promocionales que les facilitan los visitadores médicos de la industria farmacéutica: “Los reanálisis se han difundido para aumentar la cuota de mercado, lo que supone una cierta manipulación”.
Desde su identificación, la osteoporosis ha sido una enfermedad controvertida, tal y como destacan los autores en el trabajo publicado hoy. “Para algunos, menos comprometidos con la industria, la popularización de la osteoporosis representa el clásico ejemplo de promoción de enfermedades: un factor de riesgo transformado en una patología para vender pruebas y fármacos a mujeres relativamente sanas”, se puede leer en el análisis.
Para Alonso-Coello, la osteoporosis “es como el exceso de colesterol; al igual que éste no implica que se vaya a sufrir un infarto, la primera no garantiza que se vayan a romper los huesos”.
El médico puntualiza que la Organización Mundial de la Salud está desarrollando un algoritmo de riesgo de fracturas que desvelará qué hacer con las mujeres con osteopenia ya que “cada vez está más claro que la densidad mineral ósea es un mal predictor del riesgo de fracturas”.

El polémico ‘disease mongering’
El término en inglés es ‘disease mongering’ y se definiría como las prácticas de la industria farmacéutica para convertir fenómenos normales en enfermedades a través de la promoción de las dolencias inventadas, con la ayuda de los medios. Un especial de ‘PLoS Medicine’ recoge ejemplos concretos sobre esta práctica.
1. Disfunción eréctil
¿Quién había oído hablar de la disfunción eréctil antes de que un laboratorio desarrollara Viagra? Aunque el fármaco es sin duda eficaz para la disfunción eréctil secundaria a enfermedades como la diabetes o la cirugía de la próstata, Pfizer no se quiso limitar a los hombres enfermos e hizo que se percibiera la disfunción eréctil como un problema para todos los mayores de 40 años.
2. Trastorno por defícit de atención con hiperactividad
¿Es el niño travieso o está enfermo y tiene que ser medicado? La industria farmacéutica se hizo presente en los colegios, coincidiendo con el desarrollo de fármacos para esta condición. Los maestros han jugado un papel destacado a la hora de alertar a los padres sobre este problema.
3. Síndrome de las piernas inquietas
El fabricante de un fármaco (aprobado previamente para el párkinson) fue acusado de promocionar en los medios una nueva enfermedad, el síndrome de las piernas inquietas, para obtener una nueva indicación para este medicamento


el articulo del BMJ disponible en
http://www.bmj.com/cgi/content/full/336/7636/126

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