Una mayor divulgación pública y el intercambio de información sobre los precios de los medicamentos y los costos de I + D, son claves para determinar un precio justo para los medicamentos esenciales, sostuvo una serie de cinco artículos periodísticos publicados en el sitio especializado BMJ (British Medical Journal) con el auspicio de la Organización Mundial de la Salud, (OMS).
Hay muchos
problemas de salud pública para los que no hay tratamientos. Las líneas
de desarrollo de nuevos fármacos están llenas, pero se centran
principalmente en enfermedades potencialmente rentables que afectan
principalmente a países de altos ingresos. En resumen, el mercado libre
no proporciona efectivamente un acceso asequible a los medicamentos para
todos.
La asequibilidad y
la innovación pueden coexistir de tal modo que los pacientes puedan
acceder de manera sostenible a los medicamentos. Sin embargo, es difícil
encontrar un acuerdo sobre una definición única de precios justos, y
los sistemas de salud han luchado por lograr un equilibrio entre la
asequibilidad y la necesidad. Esta colección de artículos resume la
evidencia y la investigación adicional que se necesita para equilibrar
la asequibilidad y la innovación de los medicamentos.
se puede encontra la traducción al español de toda la serie en Fundación Femeba
http://bit.ly/PreciosDrugsBMJ
La serie de artículos abordó las barreras para el intercambio de información entre los sectores público y privado sobre los costos de I + D, así como entre los sistemas de salud en diferentes países, que generalmente mantienen la confidencialidad de los datos sobre los precios reales pagados por la compra de medicamentos.
Los precios pagados por diferentes países compradores - a veces con diferencias abismales por el mismo medicamento- y los declamados gastos de I + D de las farmacéuticas, se convirtieron en un tema prioritario en la agenda de transparencia de la OMS durante el año pasado, resaltó la publicación.
Las cinco editoriales del BMJ también exploraron algunos enfoques nuevos y beneficiosos para la fijación de precios que podrían ayudar a que los medicamentos de mayor precio sean más asequibles y al mismo tiempo mantener incentivos para que el sector privado invierta en I + D, reflejó Health Policy Watch.
"La transparencia es un elemento clave para determinar qué es justo, pero no hay datos confiables sobre los costos de desarrollo", escribió Alison Colbert, oficial técnica del Departamento de Medicamentos Esenciales y Productos de Salud de la OMS, en el editorial introductorio publicado en el BMJ.
Los coautores de las notas han sido algunos de los principales funcionarios de la OMS, entre otros la directora y subdirectora del Departamento de Medicamentos Esenciales y Productos de Salud de la OMS, Suzanne Hill y Mariângela Simão, respectivamente, junto con Soumya Swaminathan, pediatra india y científica jefe de la OMS.
Los funcionarios de la OMS reconocieron que "en última instancia, no existe un algoritmo simple que calcule un precio justo por cada medicamento", pero que “la transparencia y la colaboración” asegurarán que los "datos correctos" estén disponibles para ayudar a garantizar un acceso asequible a medicamentos esenciales.
Sin embargo, antes de que se puedan establecer precios "justos", la comunidad mundial de la salud primero debe ponerse de acuerdo sobre lo que significa un precio "justo", señaló Health Policy Watch.
En el primer artículo de la serie, Suerie Moon, codirectora del Graduate Institute en Ginebra, junto con colegas de Harvard y la OMS, resaltaron las diferencias entre los vendedores y compradores de que entienden por un "precio justo".
Los autores afirmaron que los compradores (países en su mayoría) generalmente están preocupados por el valor general de los medicamentos para las personas y los sistemas de salud; asequibilidad y riesgos de dificultades financieras; y seguridad de suministro.
Las compañías farmacéuticas, por otro lado, aspiran a que los precios de mercado cubran los costos de I + D, la fabricación y distribución, y que además generen “un beneficio justo”, sorteando en muchos países las regulaciones de las oficinas de comercio y competencia.
Suerie Moon propuso límites de precios hipotéticos (es decir, el máximo que sea asequible para el comprador) y precios justos para países con umbrales de accesibilidad diferentes. Los precios por debajo de la línea roja indican precios hipotéticamente "justos".
Moon y sus colegas proponen un marco que combina las preocupaciones de los compradores y los vendedores al definir un rango de precios justos para los medicamentos.
También sugirieron que los precios máximos para los medicamentos podrían establecerse teniendo en cuenta las preocupaciones de los consumidores, mientras que los precios mínimos podrían ser establecidos por los fabricantes.
La intervención pública debería ocurrir en casos donde los precios caen fuera de este rango, explicaron.
En total, la serie incluyó cinco documentos que abordaron cuestiones relacionadas con los precios de los medicamentos que podrían describirse como "justos", al tiempo que incentivan a la industria farmacéutica a invertir.
Los autores sostuvieron que, en general, los precios altos están asociados con medicamentos con patente vigente, aunque también existen medicamentos sin patente que pueden tener muy pocos fabricantes y en consecuencia precios monopólicos.
El cuarto artículo argumentó a favor de un cambio radical hacia mecanismos que recompensen a la industria farmacéutica por su asequibilidad e innovación para estimular un mayor desarrollo en áreas de necesidades insatisfechas de salud.
Finalmente, el último artículo presentó cómo la base de datos de Información de Mercado de la OMS para el Acceso a las Vacunas ha permitido a los países de ingresos medios compartir datos de mercado y negociar precios más equitativos, destacándose como ejemplo de una iniciativa de transparencia que ha ayudado a aumentar el acceso a las vacunas esenciales.
Los autores de la serie incluyen investigadores de la OMS, de la OCDE, del Instituto de Graduados de Ginebra, de la Universidad KwaZulu-Natal de Sudáfrica, y de la Universidad de Harvard, entre otros.