lunes, 30 de agosto de 2010

Un plan para cambiar la salud mundial

Por Mariana Carbajal Página/12 (Argentina) 29-08-10

Thomas Pogge recorre el mundo con su propuesta para incentivar a los laboratorios a producir medicamentos para pobres. Aquí, explica en qué consiste el método y por qué la Argentina podría jugar un papel clave.



Thomas Pogge es uno de los filósofos “globales” más reconocidos del momento. Nació en Alemania pero vive desde hace tres décadas en Connecticut, Estados Unidos. Aunque, en realidad, últimamente ha pasado más tiempo volando que en tierra firme.
Desde que comenzó el año, recorrió el equivalente a cinco vueltas al mundo con un objetivo primordial: promover el Fondo de Impacto sobre la Salud (The Health Impact Fund), una nueva propuesta para estimular la investigación y desarrollo de fármacos para las llamadas enfermedades de la pobreza, las olvidadas, que afectan a millones de personas pobres en el planeta, como la malaria, el dengue y, en la Argentina, particularmente el Mal de Chagas, cuya cura no es un desafío para los grandes laboratorios dado que los potenciales clientes-pacientes tienen sus billeteras vacías.
La iniciativa consiste en brindar a las compañías farmacéuticas la opción de vender al costo y cobrar un monto adicional por el impacto en la salud que cause una nueva droga. Cuanto más efectiva, cuantos más individuos logre curar, más ganancias tendrá la empresa. En su periplo, Pogge estuvo en Buenos Aires, donde dio un par de conferencias, y partió luego rumbo a Brasil. Para el filósofo, Argentina puede ser un país clave para diseminar la idea del Fondo en la región. En una entrevista con Página/12, en su acotada agenda, explicó los detalles del proyecto.
La prensa alemana lo apodó “el pensador-para-cambiar-el mundo”. Pogge está convencido de que se puede (y se debe) terminar con la pobreza. “Todo lo que se necesita para que nadie quede por debajo de la línea de pobreza es el uno por ciento del ingreso mundial”, enfatiza Pogge, con la intención de mostrar que no se trata de un escenario inevitable. Entre otros libros, editó La pobreza como violación de los derechos humanos.
–¿Alguna experiencia personal lo empujó para involucrarse con esta temática?
–Sí, tres experiencias. Nací en Alemania. La generación de mis padres hizo algo terrible (sostener el nazismo), por lo tanto a los 6 o 7 años entendí que uno tenía que desconfiar de los juicios morales de sus padres. En segundo lugar, la guerra de Vietnam, los bombardeos estadounidenses me hicieron identificarme con los países en desarrollo. En tercer lugar, un viaje que hice mientras era estudiante de posgrado, y fui desde Estambul a Japón: en ese recorrido vi una pobreza increíble que nunca me había imaginado, en Deli, Pakistán, Bangladesh, Tailandia..., ver a nenas que se vendían como objeto para prostitución en las estaciones me impactó muchísimo –cuenta Pogge.
Habla sin exaltarse. Explica con paciencia docente. Discípulo de John Rawls, actualmente es director del Programa de Justicia Global y profesor de Filosofía y de Asuntos Internacionales en la Universidad de Yale. Además, dirige un programa de investigaciones en la Universidad de Oslo y también se desempeña en el Centro de Filosofía Aplicada y Etica Pública en la Universidad Nacional de Australia. En Buenos Aires, dio una conferencia invitado por Flacso-Clacso y otra en la Facultad de Derecho de la UBA, donde fue presentado por la decana Mónica Pinto. Hacer Justicia a la Humanidad: Problemas de Etica Práctica contiene sus ensayos más importantes traducidos al castellano (México, Fondo de Cultura Económica, 2009).
–¿De qué trata el Fondo de Impacto sobre la Salud?
–El Fondo es una nueva forma de incentivar la innovación en la industria farmacéutica. En el sistema actual, la innovación es recompensada con un monopolio temporario: a través de las patentes, durante un período, la compañía puede recargar el costo de producción y cobrar un precio muy superior. Bajo el sistema del Fondo, la empresa que genera una innovación medicinal puede elegir ser retribuida de una forma distinta: la retribución en ese caso está vinculada con el impacto del medicamento en la salud. El laboratorio, entonces, se comprometería a vender el medicamento al costo. Pero a cambio recibiría, además, una retribución por la mejora efectiva que produzca en la salud ese medicamento.
–¿Reemplazaría al sistema de patentes?
–No, sería una alternativa. El innovador siempre tendrá la posibilidad de elegir. Si lo que descubre es una droga cosmética, un producto para la caída del cabello, no va a ir nunca al Fondo. Pero si descubre la cura de la malaria, sí. En el sistema actual hay dos problemas: uno es que hay muchos medicamentos que son muy caros y no toda la gente puede pagarlos, y otro es que hay muchos medicamentos que son muy baratos y no generan incentivos para su producción.
–¿Qué ventajas tendría el Fondo?
–Tres grandes ventajas. En primer lugar, logra que sea muy conveniente económicamente investigar y producir drogas para las llamadas “enfermedades olvidadas”, como la malaria y el dengue: una nueva droga que consiguiera curar esos males tendría un impacto enorme porque hay millones de personas que las padecen. De esa forma, se promovería la innovación que bajo el sistema actual no se produce porque se trata de pacientes pobres. En segundo lugar, tendríamos drogas muy baratas desde el primer día. La tercera ventaja es que las empresas se preocuparían por un problema que existe ahora que es que los medicamentos lleguen a las personas pobres: si llegan, curan, generan impacto y reciben dinero por eso. Argentina tiene una oportunidad única y valiosa para un liderazgo global para promover esta iniciativa.
–¿Por qué lo dice?
–El Fondo apunta a un modelo global diferente. Hay dos razones por las que Argentina tiene una gran oportunidad para promover la implementación del Fondo. Por un lado, es un vocero reconocido de los países en desarrollo y, al mismo tiempo, por su idioma, por el hecho de ser un país de habla hispana: el español se está transformando en uno de los idiomas más importantes. De modo que si la Argentina se sumara al proyecto sería un participante clave para difundirlo y tener una masa crítica que permita adoptarlo.
–¿Cómo surgió la idea de este Fondo?
–La idea original surgió hace seis o siete años, cuando trabajaba en el Instituto Nacional de la Salud en Washington, de un grupo que se armó con abogados, economistas, investigadores del campo de la Medicina. Ahora la estamos promoviendo políticamente.
–¿La plantearon en la Organización Mundial de la Salud?
–La OMS tiene un grupo de expertos que se reunió durante dos años para explorar nuevas formas de financiamiento de la salud. Evaluaron 90 propuestas. El Fondo fue una de las cinco propuestas elegidas como más promisorias.
–¿Cree que es posible implementarlo frente a la voracidad de la industria farmacéutica, que hasta ha sido acusada de inventar enfermedades con tal de ganar dinero?
–Pienso que sí, porque no es un sistema que perjudique a los laboratorios. Pueden elegir. Además, las compañías farmacéuticas tienen un problema de imagen, nadie las quiere, especialmente en el Hemisferio Sur. Esta es una oportunidad para mejorar su imagen sin perder dinero.
–¿Quiénes se han interesado hasta ahora por el Fondo?
–Estamos trabajando en veinte países clave. Hemos tenido más éxito al plantearlo en Europa, China e India. Se necesitan muchos gobiernos que pongan dinero. China e India están dispuestos a apoyarlo pero están esperando ver qué harán países europeos y americanos. El Partido Socialdemócrata alemán adoptó la propuesta e incluso ha puesto dinero para organizar una gran conferencia en marzo en Bruselas, donde está el corazón del gobierno europeo. El gobierno de Estados Unidos es más difícil que se interese. No suele apoyar iniciativas multilaterales.
–Otro de los tópicos que investiga es la justicia global. ¿A qué se refiere?
–Sí, empecé trabajando en filosofía política y después me dediqué a ese gran tópico. Es la evaluación moral de las instituciones que surgen a escala global. A partir de la globalización cada vez más el mundo está sujeto a reglas supranacionales, que son sumamente injustas. Las reglas de comercio, de inversión, sobre proteccionismo, el régimen de propiedad intelectual. A mediados de los ’90 se globalizó el sistema de propiedad intelectual y todos los países del sur fueron forzados a sumarse a una protección muy estricta de la propiedad intelectual. Esa fue una catástrofe para los pacientes pobres, porque se acabaron los genéricos de los medicamentos baratos.
–Otro de sus temas de estudio es el problema de la pobreza. Hay quienes sostienen que pobreza siempre hubo y siempre existirá. ¿Piensa igual?
–La pobreza se podría terminar fácilmente. Hoy la mitad de la población del mundo gana menos de 2,50 dólares por día. En realidad, están 40 por ciento lejos de alcanzar 2,50 dólares, es decir, se tienen que arreglar con 1,50 dólar por día. Lo que falta para que superen el umbral de los 2,50 –que es donde marca el Banco Mundial la línea de pobreza– es el uno por ciento de ingresos de la Humanidad. Transferir el uno por ciento del ingreso mundial terminaría con la pobreza. Si un país como EE.UU. redujera en un tercio su presupuesto bélico, sería suficiente. Hace 200 años se hubiera necesitado un porcentaje infinitamente mayor que ese uno por ciento. Es cierto, la pobreza siempre existió pero nunca fue tan escandalosa. Es interesante ver el problema de la pobreza desde una perspectiva de género. La mayoría de las personas pobres son mujeres. Las estadísticas lo ocultan porque dan por hecho que en un hogar todos reciben lo mismo, pero no es así. Por ejemplo, la comida no se distribuye de forma igualitaria: las mujeres comen menos, ellas comen después de que lo hacen sus hijos y el marido, y con frecuencia el acceso a la educación también es desventajoso para ellas. La mejor forma que se ha encontrado para erradicar la pobreza involucra a las mujeres: los microcréditos dirigidos a las mujeres son un muy buen camino y está demostrado que son mucho más efectivos para erradicar la pobreza que si se los dieran a los varones.

el sesgo de sponsoreo

un poco más al respecto

Más resultados positivos entre los ensayos clínicos financiados por la industria
PM Farma (España) 30-08-10
La posible influencia de la industria farmacéutica sobre la investigación científica vuelve a estar sobre el tapete. Un trabajo reciente asegura que los ensayos clínicos financiados por compañías del sector son más proclives a arrojar resultados positivos que los estudios sufragados por gobiernos o entidades independientes.
Para llegar a esta conclusión, los autores de este trabajo que publica la revista 'Annals of Internal Medicine' repasaron los ensayos clínicos registrados entre 2000 y 2006 en ClinicalTrial.gov, una base de datos de estudios científicos estadounidenses.
En concreto, y con el objetivo de analizar la influencia de la fuente de financiación sobre los resultados finales de las investigaciones, se centraron en los trabajos sobre cinco familias de fármacos comunes: antidepresivos, antipsicóticos, inhibidores de la bomba de protones (para la hipertensión), vasodilatadores y medicamentos para el colesterol.
En total, evaluaron 546 ensayos, de los cuales 346 habían sido sufragados por la industria (prácticamente todos analizaban un producto de la propia compañía). Fuentes gubernamentales habían pagado otros 74 trabajos y los 126 restantes habían sido financiados por organizaciones sin ánimo de lucro. Al estudiar las conclusiones de cada ensayo, los investigadores comprobaron que el porcentaje de resultados positivos era significativamente más alto entre las investigaciones financiadas por farmacéuticas. Así, el 85,4% de estas publicaciones terminó con resultados favorables, mientras que sólo lo hicieron el 50% de los trabajos pagados por fuentes gubernamentales y el 71,9% de las financiadas por organizaciones no gubernamentales.
Los trabajos sustentados por entidades no farmacéuticas que habían recibido ciertas contribuciones económicas por parte de la industria también tenían buenos resultados con mayor frecuencia que los que no habían recibido ningún fondo privado.
"Era más probable que las investigaciones de la industria arrojaran resultados positivos", comentan los investigadores, quienes también reconocen que varios factores podrían influir en esta mayor presencia de buenos resultados.
Por un lado, la mayoría de estudios financiados por la industria estaban en fase 3 o 4 (para llegar a esta etapa, los fármacos ya han tenido que demostrar cierta efectividad y seguridad en estudios preliminares). Además, en ningún caso se comprobó la calidad de las investigaciones, por lo que no pudieron corroborar si cada una de las conclusiones estaba debidamente justificada.
Con todo, estos investigadores piden mayor trasparencia y control en la investigación científica.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Redes sociales y medicamentos

La publicidad de medicamentos llega a las redes sociales
PR Noticias (España) 17-08-10
Los ingresos de la publicidad en Internet provenientes de la industria farmacéutica han alcanzado los 22.700 millones de dólares en 2009. Ahora los laboratorios se lanzan a la conquista de las redes sociales.
La publicidad en Internet y su control es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad de la información. La falta de regulación y de una legislación clara al respecto han hecho que Internet se convierta en un espacio de tierra de nadie, donde todo vale. El hecho es aún más preocupante cuando los productos que se publicitan son medicamentos.
La publicidad de medicamentos en Internet ha evolucionado al mismo ritmo que lo ha hecho la red. ¿Quién no ha recibido en su correo e-mails publicitarios de pseudo-viagras, 'crecepelos', o adelgazantes? Tal y como ha ocurrido en la historia de la publicidad convencional, de la publicidad por correo on-line, la publicidad de medicamentos aterriza ahora en el marketing viral a través de Internet, utilizando las redes sociales como vehículo. Según Javier Celaya, experto en redes sociales y Socio fundador 212 Comunicación, 'Internet es infinito. Por lo tanto, la farmacéutica puede comunicar a su público objetivo y además segmentándolo muy bien. Lo que hay que entender es la dinámica que tiene la aplicación y cómo medir los resultados'.
En España la legislación sobre publicidad de medicamentos está sometida a un rígido control, pero Internet rompe fronteras. Realizando una mínima búsqueda a través de Facebook podemos encontrarnos microsites publicitarios de medicamentos que en España son sólo dispensados bajo prescripción médica. Incluso, nos podemos encontrar con grupos de personas que piden, intercambian, y venden medicamentos. Hacerse seguidor de un medicamento contra el cáncer o compartir con tus 'amigos' información acerca de un nuevo fármaco antidepresivo es ya una realidad en las redes sociales.
Por el momento Google es la plataforma en Internet que más restricciones y controles somete a la publicidad de medicamentos, incluso a las búsquedas pagadas. El volumen de negocio de publicidad en Internet mueve ya cantidades superiores a las de la publicidad convencional en algunos países. Según un informe de Pricewaterhouse Coopers y el Interactive Advertising Bureau, durante 2009 la publicidad on-line reportó unos beneficios de 22.700 millones de dólares, y casi la mitad de esa cifra llegó en concepto de publicidad de búsqueda. La página de información sobre Internet muyinternet.com recogía recientemente un estudio realizado en Estados Unidos entre la universidad de Columbia y la web MixedInk. Los resultados de este estudio mostraban el mal uso de los medicamentos a partir de informaciones publicadas en redes sociales como Twitter y Facebook a partir del análisis de más de 52.153 publicaciones que hablaban de las condiciones generales de uso de estos medicamentos.
El mal uso de un medicamento por parte del paciente es precisamente una de las advertencias que ha hecho la FDA (Food and Drug Administration) a las farmacéuticas sobre la publicidad on-line, especialmente a través de redes sociales. Según la FDA, la llamada 'more info' sería insuficiente en la publicidad de un medicamento en Internet, ya que todo material de promoción debería incluir toda la información de los riesgos.
El incremento progresivo de la inversión en publicidad por parte de los laboratorios parece estar bien justificada. Este año se ha presentado el estudio Cracking Counterfeit Europe, encargado por la compañía biomédica Pfizer, en el que se descubría el cambio de hábito de los españoles en la adquisición de medicamentos. Entre las personas que admitieron comprar medicamentos de prescripción a través de prácticas inadecuadas o ilícitas, casi una de cada cinco lo hizo a través de Internet. De ellos, más de un tercio de las compras fueron realizadas a través de páginas extranjeras, y el 20 por ciento se efectuaron tras recibir los consumidores publicidad sobre estas medicinas a través de correo spam.

domingo, 8 de agosto de 2010

Advierten sobre los ingredientes ocultos en suplementos vitamínicos

El Nuevo Herald (Estados Unidos) 07-08-10

Cada vez más personas optan por tomar suplementos para bajar de peso, mejorar la condición física o ``tener un mejor desempeño en la alcoba'', no obstante un nuevo estudio advierte sobre la presencia de componentes ocultos que pueden ser un riesgo para a salud.
De acuerdo con una nueva investigación de Consumer Reports, que será publicada en el número de septiembre, existen al menos una docena de suplementos ``sucios'' que los consumidores deben evitar.
''El problema es que en Estados Unidos no hay control sobre los suplementos botánicos ni los ingredientes que contienen porque los fabricantes no tienen que someter evidencia médica ante la Administración de Drogas y Alimentos'', declaró a Efe José Luis Mosquera, médico consultor de Consumer Reports.
Desde el 2008 se han detectado medicamentos y esteroides ocultos en más de 170 suplementos vinculados a problemas cardíacos, cáncer, daños a los riñones, daños al hígado, estado de coma o muerte, según la organización. La investigación señala además la ``falta de supervisión del gobierno'' hacia este tipo de productos, los cuales utilizan más de la mitad de la población adulta en Estados Unidos y cuyo mercado genera ganancias por más de $26,700 millones. El informe señala que debido a la falta de controles adecuados muchos suplementos a la venta están contaminados con metales pesados, pesticidas o medicamentos con receta sin que los consumidores lo sepan. Los doce ingredientes ocultos que pueden representar un riesgo para la salud identificados por Consumer Reports son chaparral, plata coloidal, naranja agria, tusilago, consuelda, escobilla, germanio, celidonia mayor, kava, lobelia, aconita y yohimbe.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) había advertido sobre los riesgos de al menos ocho de estos ingredientes previamente, aunque estos avisos no han impedido que los suplementos se sigan vendiendo, según la organización.
Una ley que entró en vigencia a finales del 2007 exige a los fabricantes de suplementos informar a la FDA sobre los efectos adversos graves.
De acuerdo con datos de la FDA citados por Consumer Reports entre el 2008 y el 2009 se registraron 1,359 reportes de efectos adversos graves por parte de fabricantes y 602 por parte de consumidores y profesionales de la salud en Estados Unidos.
El experto señaló que el hecho de que estos suplementos se comercialicen como ``productos naturales'' hace que muchos crean que son inofensivos.
Consumer Reports recomienda consultar a un médico antes de tomar cualquier suplemento